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Torneo Néstor Kirchner, otro acercamiento entre política y fútbol

Cuando en noviembre de 2010, a pocos días de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, Julio Grondona anunció que el siguiente campeonato del fútbol argentino llevaría el nombre del reciente fallecido, nadie estaba en condiciones de levantar la voz en contra de otro homenaje a quien gobernó la Argentina entre 2003 y 2007. Así, el campeonato que acaba de empezar lleva el kilométrico nombre de “Torneo Clausura 2011 – Dr. Néstor Kirchner - Copa Malvinas Argentinas". Una combinación de caracteres deportivos, políticos y nacionales, hasta con un resabio de reclamos de soberanía.

Lo cierto es que una vez iniciado el torneo, todos los partidos transmitidos en abierto por la señal estatal, gratis para todo el país, muestran un video donde se rinde tributo Néstor Kirchner, quien además de dar nombre a la competencia aparece como una figura omnipresente por sobre el acontecimiento deportivo.

Kirchner hablando desde el atril, saludando a sus seguidores, besando bebés, mostrando camisetas de Racing y la Selección Argentina junto a presidentes del mundo, el llanto de sus seguidores tras su muerte. Esas algunas de las imágenes que se suceden en el clip. En el medio, artistas y militantes se funden con imágenes de las hinchadas del fútbol argentino, mientras desde el comienzo se reconoce el video como un homenaje al “inspirador del fútbol para todos”. Ese programa impulsado por el ex presidente es el que le permite hoy a los clubes del fútbol argentino recibir 600 millones de pesos por los derechos de televisión, el doble de lo que percibían hasta 2009. Al término de cada clip, sigue el partido de turno. Así son todas las transmisiones del fútbol argentino en 2011.

“Tal vez por su sentimiento y corazón de hincha, supo entender desde el poder, el verdadero valor del fútbol argentino. Esta comprensión se transformó en apoyo y ese apoyo generó Fútbol Para Todos, un sueño que permitió y permitirá que todos los ciudadanos de nuestro querido país puedan ver de manera gratuita los diez partidos de cada una de las diecinueve jornadas de cada torneo de Primera División”, explicó Grondona sobre Néstor. En 2009, le había dicho al diario Perfil sobre el nuevo contrato: “Todo el mérito es de Cristina”. En una entrevista radial en 2010, sin saber que estaba al aire, Grondona trató a la Presidente Cristina Kirchner como salvadora del fútbol y a su marido de “cagón”. En 2006, desde la Casa Rosada surgieron versiones que apuntaban a reemplazar a Grondona en su cargo, en medio de una catarata de hechos de violencia en los estadios.

El gesto de llamar al torneo argentino como “Dr. Néstor Kirchner” aparece como un eslabón más en esta cadena de acercamiento entre la Asociación del Fútbol Argentino y el Estado Nacional en los últimos años. Desde su llegada al poder en 1979, Grondona trabajó por el fortalecimiento de la figura del presidente de la AFA, un cargo menor e inestable hasta entonces, y por independizar el puesto del poder político de turno, algo frecuente en la historia argentina hasta entonces. En sus más de 30 años al frente de la casa madre del fútbol, Grondona vio pasar una dictadura militar sangrienta y ocho presidentes nacionales de dos partidos distintos sin moverse de su puesto.

Esta distancia que Grondona supo mantener del poder político se rompió a partir del convenio del “Fútbol para todos”, que transformó al Estado Nacional en sostén el económico principal de los clubes argentinos en 2009. Esta situación cercana entre fútbol y poder ya se vivió en otra época.

Durante el gobierno peronista de 1946 - 1955, el vínculo entre la AFA y el Estado Nacional se volvió institucional y sistemático, a tal punto que el Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, fue nombrado Presidente Honorario de la casa del fútbol. La AFA también apoyó institucionalmente la candidatura para la reelección del General en 1951. El fútbol pasó a ser un espacio más donde el gobierno ejerció amplia influencia y así todos los presidentes la AFA en esos años ocuparon cargos en el Gobierno Nacional.

A diferencia de sus antecesores en la década del ´40 y ´50, Julio Grondona no tiene raíces peronistas. “Es que el radicalismo, dentro de uno, es como una camiseta de fútbol” le dijo a Perfil en 2009. En su juventud, Grondona trabajó activamente por el partido de Leandro N. Alem e Hipólito Irigoyen. Pero a la hora de defender a los clubes, las ideologías parecen que quedan de lado. Los 600 millones de pesos que aporta el Estado parecen estar por encima de las ideas de toda la vida y son más que suficientes para colocar el nombre de su aportante en la marquesina del torneo. Así, ya no aparecen empresas privadas como Gillette e Iveco como auspiciantes, sino el nombre del ex presidente y un video homenaje que se repite constantemente en cada transmisión. Cuestiones de dinero, más que de fútbol e ideologías.

Aquí el video homenaje a Néstor Kirchner que aparece en las transmisiones del fútbola argentino:

El descenso de Central y la crisis del fútbol rosarino

"Otro gol de Central rubrica la victoria
y laurel triunfal reverdece en su historia,
esa historia jalonada de coraje
de hazañas sin par, la gloria eternal de Rosario Central"


Fragmento del Himno de Rosario Central

En medio de la victoria de la Selección Argentina ante Canadá por 5 a 0 y de la previa de próximo Campeonato del Mundo, la noticia quedó en un segundo plano. Pero no deja de ser trascendente. All Boys derrotó a Rosario Central por 3 a 0 en el partido de vuelta de la Promoción y mandó a los Canallas a la B Nacional. Los de Floresta volverán así a la Primera División y los rosarino se despidieron de la máxima categoría del fútbol argentino tras 25 años. Un presente muy distinto a lo que marca su historia de grandeza y que queda envuelto en medio de una crisis general del fútbol rosarino, que tiene en Newell´s y su buen presente una excepción a la media general.

Central llegó a jugar la Promoción tras finalizar 17° en el Torneo Clausura con 19 puntos. El año pasado, el equipo conservó su permanencia en Primera tras vencer a Belgrano en la Promoción. Esta vez, el verdugo fue All Boys. Tras empatar 1 a 1 en la ida, con un gol en el descuento de Burdisso, los de Floresta se llevaron la victoria por 3 a 0. Fue demasiado para un equipo centralista repleto de juveniles, con escasas figuras capaces de soportar semejante presión de la historia y el presente.

Cuando el descenso estaba virtualmente decretado, los hinchas que poblaron el Gigante de Arroyito decidieron jugar su partido. Ya en el entretiempo un grupo arrojó piedras hacia el vestuario canalla. Hacia el final del partido, los hinchas comenzaron a atacar a la Policía, que a su vez los dispersó con balas de gomas y gases lacrimógenos. En una zona de plateas, cuatro agentes fueron golpeados. Uno de ellos lanzó disparos al aire para dispersar. Varios palcos de prensa también fueron destruidos y muchas butacas fueron arrancadas.

Butacas, heladeras y pedazos de mampostería de la zona Vip del estadio terminaron sobre la zona baja de los vestuarios. El bar también fue destrozado por completo. Las cabinas de transmisión también fueron atacadas. Uno de los hinchas fue detenido mientras intentaba llevarse un televisor LCD. Hubo más de 20 heridos, entre hinchas y policías. También fue atacada la casa del presidente Horacio Usandizaga, que ya presentó su renuncia. Las elecciones serían el próximo 27 de junio. Tras el partido, unos 5.000 hinchas de Newell´s se congregaron en el Monumento a la Bandera para festejar el descenso de su rival. Allí hubo un encontronazo con algunos Canallas que regresaban de la cancha.

Central es una institución con más de 120 años de historia y con cuatro títulos oficiales de AFA. Este fue el cuarto descenso de su historia desde la Primera División. Las tres veces anteriores se produjeron en 1941, 50’ y 84’. Según la consultora Deloitte, el balance 2008/09 cerró con un pasivo total de $ 70.395.804. En los últimos tres años, que contempla el promedio del descenso, el equipo terminó del décimo puesto para atrás en la tabla de posiciones, llegando a ser último en el Apertura 2007 y anteúltimo en el 2008. Tuvo un desfile de casi una decena de técnicos en los últimos 3 años: Carlos Ischia, Gustavo Alfaro, Vitamina Sánchez, Leonardo Madelón (dos veces), Reinaldo Merlo, Miguel Angel Russo y Ariel Cuffaro Russo, fueron algunos de los que pasaron.

Newell´s, que finalizó segundo en el Torneo Apertura 2009 y sexto en el Clausura 2010, es el único de los cinco equipos rosarinos que puede sentirse orgulloso de su presente. Tiro Federal termino en el puesto 12 de la B Nacional y zafó del descenso cerca del final. Central Córdoba perdió la Promoción ante Brown de Adrogué y descendió a la Primera C, luego de terminar último en el torneo con 30 puntos en 40 partidos. Argentino de Rosario descendió a la Primera D, pese a terminar séptimo en el campeonato de la C. Perdió la Promoción ante Liniers.

Al ver la lista de jugadores argentinos que formarán parte del próximo Mundial, varios jugadores son nacidos, y muchos de ellos criados futbolísticamente, en Rosario y alrededores: Walter Samuel, Gabriel Heinze, Nicolás Burdisso, Javier Mascherano, Angel Di María, Maxi Rodríguez, Lionel Messi. La llamada “Pampa gringa”, esa que aportó históricamente tantos jugadores de calidad al fútbol argentino, ve navegar a sus equipos en los fondos de las tablas. Y a sus ídolos por televisión, que muestra cómo la riqueza técnica de la tierra se va a otra parte, mientras sus clubes luchan contra su presente de escasez.

Leonardo Madelón, el entrenador de Central, declaró tras la derrota ante All Boys: "El club sigue. La muerte es peor". En estos momentos difíciles, Rosario Central podría mirar su propio pasado. Cuando descendió en 1984, el equipo volvió a Primera División al año siguiente y fue campeón en la máxima categoría del fútbol argentino inmediatamente, algo inédito en la historia del fútbol nacional. En lugar de destruir el club, mejor pensar en una reconstrucción de la institución entre todos. Y en un destino de grandeza para el fútbol rosarino.

Aquí un video de Fito Páez, hincha de Rosario Central, en la Fiesta de la Cultura Canalla 2009:

Campeones

San Lorenzo, Estudiantes, River, Lanús, Vélez, Boca, Banfield y Argentinos. Así es encolumnan desde 2006 hasta la fecha los campeones del fútbol argentino. Sin repeticiones, ocho equipos distintos alcanzaron la gloria a lo largo de los últimos cuatro años. Entre ellos, dos que nunca se habían llevado un título (Lanús y Banfield) y otro que hace 25 años no lo conseguía (Argentinos). Quizás se trate de un tiempo de distribución de la riqueza, tal como proclama el gobierno nacional y popular. O simplemente todos formen parte de un fútbol chico, de escaso nivel, donde los que más tienen atraviesan crisis futbolísticas e institucionales que abren el juego a la participación de los históricamente rezagados. Sólo Estudiantes de un tiempo a esta parte se ha posicionado como el virtual líder futbolísticos del país a partir de la Copa Libertadores conseguida el año pasado, de un plantel de calidad y de un alto nivel futbolístico. Lo declaró recientemente Claudio Borghi, entrenador del vigente campeón, Argentinos: “Nosotros sacamos provecho de que Estudiantes tuviera que disputar dos competencias. Por eso es maravilloso lo que logramos, porque el mejor equipo, desde hace unos años, es Estudiantes”.

Un breve repaso por alguno de los campeones muestra cierta continuidad en procesos, de entrenadores y de jugadores. Estudiantes cuenta con un plantel estable al menos en el los últimos dos años. Angeleri, Desábato, Enzo Pérez, Braña, Boselli, más la calidad del líder Verón, conforman la base de un equipo que en los últimos dos años disputó tres finales internacionales, que siempre peleó títulos locales y que es el único equipo argentino que llegó al menos hasta cuartos de final de la Copa Libertadores. Lanús tiene en Luis Zubeldía un técnico joven que llegó al banco de suplentes hace dos años. El entrenador dio lugar y respaldo a una base de juveniles como Blanco, Aguirre Faccioli, Fritzler, Hoyos, Lagos, Velázquez. Con sus vaivenes, el equipo se mantuvo en un nivel aceptable, más allá de la salida de jugadores importantes como Sand. Similar es el caso de Vélez, donde futbolistas como Montoya, Otamendi, Domínguez, Papa, Zapata, Moralez y Rodrigo López vienen jugando juntos hace tiempo en buen nivel. Lo mismo Banfield, con Falcioni en el banco y Luchetti, Barraza, Bustos, Víctor López, Erviti, Sebastián Fernández, James Rodríguez. O el vigente campeón Argentinos, que cuenta desde hace tiempo como Caruzzo, Mercier, Ortigoza, Sabia, Prósperi, más el reciente tridente ofensivo de Sosa, Coria y Calderón. Continuidad de técnicos y jugadores en alto nivel son algunos de los factores comunes en estos casos.

Distinto es el caso de San Lorenzo, que poco conserva del plantel campeón del Clausura ´07. De aquel equipo ya no están Alvarado, Gastón Fernández, Osmar Ferreyra, Adrián González, Hirsig, Lavezzi, Ledesma, Méndez, Orión, Silvera y Tula. Sólo Rivero y Botinelli (que se fue y volvió) se mantienen. Después de Ramón Díaz, el técnico campeón, ya pasaron por el banco de suplentes Miguel Russo y Diego Simeone. En el medio, la apuesta a nombres fuertes como Bergessio y D´alessandro fue acompañada por títulos y el presupuesto volvió a achicarse.

River también sufrió una sangría importante de sus principales jugadores campeones en 2008. De aquel campeón de Simeone se fueron Falcao, Abreu, Alexis Sánchez, Augusto Fernández, Ponzio, Tuzzio y Carrizo. Pero quedan Cabral Ferrari, Villagra, Abelairas, Ahumada, Ortega, Buonanotte y Rosales entre otros. Se fueron las figuras y los que se quedaron bajaron su nivel. No surgieron jóvenes jugadores de calidad, al menos hasta hoy, y no hubo plata para grandes refuerzos.

Ibarra, Morel, Battglia, Riquelme, Palermo, Viatri y Chávez son algunos de los jugadores que se mantienen en Boca de hace aquel triangular de fin de 2008 que le dio al club su último campeonato. Pero que desde la salida del técnico campeón Ischia, los futbolistas vieron pasar por el banco de suplentes a Basile, Alves y Pompei, más el manager Bianchi, todo en un año. Demasiado como para que salga bien.

La estructura de los clubes argentinos se sostiene en la venta de futbolistas. Con el dinero que ingresa, las instituciones sostienen otras actividades deportivas y combaten el déficit estructural. Por lo tanto, no es fácil sostener a los jugadores un tiempo prudencial en un club. Pero sí se puede trazar una línea de trabajo desde la dirigencia, apostar a sostener a los técnicos, dar lugar y respaldo a los juveniles. No sólo traer futbolistas a préstamo que lleguen como descartes de otros equipos. “Creo que el mensaje que traté de entregarles es que no hay partidos de vida o muerte. Mi mensaje no es ganar cueste lo que cueste. Los jugadores lo entendieron y eso nos sirvió para mantener un estilo. Es un equipo que me pone orgulloso por la forma en que ha jugado" declaró el técnico Borghi después del título de Argentinos. Bien valen sus palabras para sostener procesos más allá de dos o tres resultados negativos. Estudiantes, Lanús, Vélez, Banfield y Argentinos sirven como muestra gratis para eso.

Argentinos Campeón

Poco después del mediodía ya se veía el clima festivo que reinaba en La Paternal. Chicos que se paseaban por la calle con sus camisetas rojas y blancas, autos que cruzaban la esquina de Juan B. Justo y San Martín con banderas que se asomaban por las ventanillas y 30 micros repletos de hinchas que salían desde la plaza de Juan B. Justo y Boyacá eran algunas de las postales que mostraba el barrio bajo el sol del domingo. Esa pasión dispersa se hizo carne en los 11 mil fanáticos que poblaron el estadio Tomás A. Ducó poco después y devino alegría infinita cuando Saúl Laverni marcó el final del partido y Argentinos Juniors se consagró campeón después de 25 años.

Los de La Paternal llegaban a la última fecha con un punto de ventaja sobre Estudiantes, su inmediato perseguidor. En el primer tiempo del encuentro ante Huracán, el Bicho se puso el traje de máximo aspirante al título y desplegó un nivel futbolístico que justificaba su posición en la tabla. El equipo de Claudio Borghi dominó pelota y terreno y dispuso de varias chances claras para abrir el marcador. Calderón, Coria, Sosa y Prósperi tuvieron sus chances para marcar, pero la falta de precisión en el toque final impedía que Argentinos se pusiera en ventaja. Fue Juan Mercier, figura del partido, quien con un cabezazo derrotó a Monzón a los 23 minutos. El primer tiempo se fue con Argentinos dominante, que incluso pudo irse al vestuario con una ventaja mayor.

En la segunda parte, Huracán se adelantó en el terreno aunque no contó con grandes chances de marcar. Argentinos intentó algún contraataque, pero recién pudo estirar la ventaja a los 31 minutos, cuando Sosa cabeceó al palo y Coria tomó el rebote para enviar el balón al fondo de la red. Luego llegaron la las expulsiones de Goltz y Jerez en Huracán, que aun con 9 hombres pudo descontar de la mano de Alan Sánchez. Pero ya no había tiempo para más. Laverni pitó el final y Argentinos se llevó el título.

El campeón del Clausura presenta en su once titular a varios futbolistas de buen nivel que hace tiempo juegan en el club. Caruzzo debutó en 2006, Mercier y Sabia llegaron en 2007, Ortigoza se afianzó como titular en la misma época y Prósperi en 2008. A estos “históricos” se sumó un tridente ofensivo reciente compuesto por descartes de otros equipos, como son Facundo Coria (llegado de Vélez), Calderón (de Estudiantes) e Ismael Sosa (de Independiente). Pero fue la columna vertebral compuesta por el líbero Caruzzo más el eje central de Mercier y Ortigoza el que apuntaló al equipo durante todo el torneo.

La campaña de Argentinos se cierra con 41 puntos, sumados especialmente en el tramo final del torneo, cuando ganó 8 de los últimos 9 partidos. Además de la solidez defensiva, el equipo encontró en Sosa a un goleador letal, que con sus conversiones le dio puntos fundamentales al equipo como los triunfos ante Rosario Central y San Lorenzo. Fue bien acompañado por Coria, que también anotó cuando era necesario, y por Calderón, reconvertido en el final de su carrera en un gran asistidor y jugador de equipo. Generalmente desde el banco, Pavlovich aportó goles importantes, como ante Independiente y Racing. De esta forma, Argentinos terminó como el equipo más goleador del torneo con 35 tantos y finalizó junto con Banfield al tope de tabla acumulada entre el Apertura y el Clausura.

El equipo mezcló a los típicos jugadores de surgidos del llamado “Semillero del Mundo” (Caruzzo, Oberman, Ortigoza, Prósperi) junto con algunos de experiencia (Calderón, Domínguez, Pavlovich) y entre todos conformaron un equipo de pelota al piso, que siempre quiso ser protagonista y que fue al frente hasta el final de cada partido, como lo atestiguan los múltiples puntos que Argentinos sumó en los últimos minutos (San Lorenzo, Independiente, Arsenal, Vélez). Claudio Borghi, el entrenador, le dio a su equipo una identidad reconocible, parecida a la que él tenía cuando jugaba, y acertó con algunas apuestas que respondieron con un buen nivel en la cancha (Gentiletti, Oberman como mediocampista, Calderón casi retirado). Un equipo es la cara de aquel que lo dirige y este Argentinos es una buena muestra de su técnico. Probablemente no sea un conjunto que entrará en la galería de los grandes de la historia del fútbol argentino, pero tiene jugadores correctos, que manejan bien el balón, saben asociarse y aprendieron a ganar partidos. Suficiente para ser campeón en la Argentina.

En las tribunas del Ducó se adivinaban los padres con los hijos, las mujeres con bebés, el hincha disfrazado de novia, otro llegado como monja y otro con el atuendo del chapulín colorado. En Argentinos y en sus hinchas se huele ese aroma a familia, a esquina, a café, a parrillita, a barrio. Al pago chico que se hizo grande hace tiempo y llegó a Japón para jugar la Intercontinental, que como esa clase media venida a menos, en los ´90 sufrió el descenso, las deudas, las privatizaciones fallidas y el arreglarse con lo que hay. Pero de a poco fue construyendo ladrillo sobre ladrillo, reabrió su estadio, no dejó de apostar a sus inferiores y dejó de pensar sólo en mantenerse en Primera. Llegó a la Copa Sudamericana por primera vez en 2008 y luego se animó a pelear campeonatos. Hoy llegó la hora de la consagración. La Paternal festeja.

Encandilados

A falta de cinco minutos para el final de su partido, un gol de Estudiantes ante Central le daba el campeonato. Pero el fútbol es tan imprevisible que nos regala noticias inesperadas continuamente. Cuando Independiente se perdía goles de contraataque, Sabia marcó el gol de Argentinos y puso el partido 3 a 3. En mismo momento, Desábato recibió una pelota limpia en el punto del penal, con tiempo y espacio para definir. Aún con el empate de Argentinos, si el zaguero enviaba la pelota al fondo de la red, Estudiantes festejaba el título. Pero Desábato le pegó de sobrepique y el balón terminó en la tribuna. En el lamento del defensor se adivinaba que quizás no habría más chances tan claras como esa. Parece que la disputa por el Torneo Clausura 2010 entre Estudiantes y Argentinos se define en jugadas tan finas como aquélla.

Argentinos mostró actitud para llevarse el triunfo ante Independiente y tuvo el convencimiento y la suerte que se necesitan para ganar campeonatos, más allá de haber merecido la victoria y de ser superado por su rival. Pero ese es uno de los sellos distintivos del equipo de Borghi: va al frente hasta el final. Así definió partidos bajo presión, de esos que se necesitan para ganar campeonatos. No es poco para un equipo con jugadores no acostumbrados a vivir esas situaciones. En los últimos cuatro partidos, Argentinos marcó al menos un gol en los últimos cinco minutos. Coria le dio el empate ante Arsenal, Raymonda aseguró la victoria ante Gimnasia (LP), Sosa le dio el triunfo ante San Lorenzo y Caruzzo le dio forma a la hazaña de ayer.

Independiente fue el claro dominador del partido y encontró en Nuñez su mejor arma apara causar peligro en el arco rival. El equipo de Gallego dispuso de más de diez llegadas claras, que lo dejaban arriba en el marcador con justicia, mostrando el nivel que lo puso en la punta. Pero los partidos no se ganan sólo con juego sino también con actitud y convencimiento. Cuando esos valores empezaron a declinar entre los jugadores de Independiente, Argentinos encontró el gol de Pablovich para poner el 2-3 y se arrimó al arco de Gabbarini. Después llegó el amontonamiento, el empate de Sabia, el error en la salida de Independiente, el gol agónico de Caruzzo y el 4 a 3 definitivo. Con una fecha para el final, el equipo de Borghi se ubica un punto arriba de Estudiantes.

Como hace un año Gimnasia (LP) en la Promoción, Argentinos encontró la victoria agónica sobre el final, cuando parecía que Estudiantes llegaría al final en la punta. Una vez más, el fútbol fue capaz de generar grandes emociones en los hinchas, de esas que pocas veces pueden sentirse fuera de una cancha. El escritor argentino Martín Caparrós afirmó: “Cuando vemos un partido, somos chicos oyendo un cuento, ansiosos porque llegue ese final que nos encandile". Ayer, una vez más el fútbol volvió a encandilarnos.

Elogio de Estudiantes

Es tentador comenzar por la pelea entre Desábato y Ortega. En un partido chato, con individualidades en bajo nivel, los pechazos, las patadas, la frase hiriente, son las cosas que sobresalen. Para la prensa y para los hinchas. La dimensión del conflicto es lo que se perpetúa en el fútbol. Entre los equipos cuando se enfrentan en la cancha y entre los futbolistas cuando una disputa entre dos clubes se vuelve personal, entre dos rivales. Pero Estudiantes parece encaminarse a un nuevo título local, el quinto de su historia. Y eso es más importante que el golpe bajo de Desábato y las patadas de Ortega.

La victoria ante River fue la cuarta consecutiva del Pincha y la séptima en los últimos ocho partidos. Ante los Millonarios, Estudiantes estuvo lejos de su mejor versión. Con un bajo nivel de sus figuras, sufrió en el comienzo ante el River de Cappa, pero a partir del gol en contra de Quiroga a los 20 minutos, el equipo platense dispuso de las mejores chances y ganó con justicia. Rápidamente, el plantel de Sabella, sin sus principales figuras, emprendió viaje a México para enfrentar mañana a San Luis de Potosí por los octavos de final de la Copa Libertadores. El plantel largo le permite a Estudiantes estar en carrera y ser candidato a ganar las dos competencias que disputa este semestre. Resulta sorprendente la calidad y cantidad de jugadores de categoría que el equipo tiene sólo en el centro del campo. Detrás del líder Verón se encolumnan: Leandro Benítez, Braña, Carrusca, Enzo Pérez, Matías Sánchez, Leandro González y José Sosa. Demasiadas variantes para pocos puestos. En la delantera, Boselli y Gastón Fernández (dos descartes de Boca y River) han conformado una dupla letal, garantía de goles en cantidad, sobre todo en el caos de Boselli, goleador del Torneo Clausura con 9 tantos junto a Luna y Palermo.

Pero más allá de los nombres propios y de la categoría de su plantel, la principal de virtud de Estudiantes ha sido la de transformarse en un equipo que trasciende a su líder, Juan Sebastián Verón. La influencia de la Bruja es tan clara como su categoría a la hora de jugar al fútbol. Desde su vuelta a la Argentina, Estudiantes no sólo ha ganado el Torneo Apertura 2006 y la Copa Libertadores 2009, sino que siempre se ha clasificado del sexto puesto en adelante, salvo en el Torneo Apertura 2009, donde terminó octavo. Pero hoy el Pincha dispone de un plantel de jerarquía, capaz de jugar el mejor fútbol de la Argentina cuando sus individualidades se lo proponen. Un técnico inteligente como Alejandro Sabella completan el panorama alentador de un gran equipo.

El fixture invita a los hinchas a ilusionarse. En la próxima jornada, Estudiantes enfrentará a Chacarita (ya descendido), luego jugará ante Rosario Central (destinado casi a jugar la Promoción) y cerrará ante Colón (de floja campaña). Por eso, en lugar de hacer foco en las disputas entre Desábato y Ortega, mejor deleitarse con los lujos de Verón, las apiladas de José Sosa y los goles de Boselli, y así pensar que el fútbol argentino no es sólo contragolpe y pelotas paradas.

Minucias

La 14° fecha del Torneo Clausura finalizó con novedades importantes en el campeonato. Godoy Cruz y Argentinos ganaron y llegaron a la punta, Independiente perdió y bajó al cuarto puesto, Estudiantes goleó a Racing, Boca volvió al triunfo con su nuevo entrenador y River despidió al suyo tras otro partido sin victoria. Seguramente, la presencia en la punta del torneo de dos equipos que en la previa no figuraban en las lista de candidatos sea la principal novedad de un campeonato que, salvo el Rojo de Gallego, ve deambular a los equipos grandes del puesto 14 para abajo.

La goleada de Godoy Cruz por 6 a 2 ante Tigre reafirmó lo que ya mostraba en los partidos anteriores el equipo del técnico debutante Omar Asad. Los mendocinos son un conjunto que piensa primero en el arco de enfrente, contrariamente a la mayoría de los equipos que lucha por evitar el descenso, y eso se refleja en los 21 goles que lleva anotados en el torneo. La mano del entrenador se nota en el rendimiento de los que ingresan desde el banco, como fue el caso el lunes de Rodrigo Salinas, que nunca había jugado como titular y marcó tres goles. Un juego similar mostró el lunes Boca, que con un Riquelme superlativo e individualidades en buen nivel goleó a Arsenal por 4 a 0. Siempre es reconfortante hablar de equipos que apuestan por el buen fútbol, aunque muchas veces esas noticias no aparecen entre los titulares.

El profesor Carlos Mangone incluyó dentro de las minucias del mundo del fútbol la pseudoprofundización de aspectos referidos al deporte y el seguimiento pormenorizado de la cotidianeidad lúdica y profesional de los protagonistas. A esto agregó: “La minucia cotidiana del espacio deportivo sería un aspecto sin importancia si tuviera un lugar social y cultural acotado. Sin embargo, el periodismo deportivo formaliza un discurso que no se aleja bastante de una retórica congelada que está directamente relacionada con lo cotidiano, como el seguimiento de entrenamientos”. El problema del periodismo deportivo argentino para Mangone es aquello que da titulo a su texto: “La minucia cotidiana como determinación del campo”. Se habla y escribe mucho sobre detalles accesorios, que se han vuelto un elemento central de las noticias deportivas.

Los casos de Boca y Godoy Cruz en los partidos del lunes fueron buenos ejemplos de como las minucias se expanden sobre el campo y ocupan la mayor parte del espacio. Se repitió más por televisión la famosa pelea entre los técnicos Asad y Caruso Lombardi que los goles de los mendocinos. Se vio muchas más veces el festejo distante entre Palermo y Riquelme que la hermosa pared que rompió la defensa de Arsenal y se transformó en el primer gol de Boca. Porque poco hay para debatir sobre el buen juego de Godoy Cruz en el torneo y el dominio arrollador de Boca el lunes. Entonces se recurre a hechos menores para desatar la polémica y el debate.

Umberto Eco escribió: “El deporte cumple su papel de alta conciencia al permitir que los ciudadanos participen del espacio público sin verse obligados a comprometerse con los demás mediante el diálogo o la acción en la esfera de lo social”. Más que repetir hasta el hartazgo los gritos de Asad y Caruso, valdría la pena al menos reflexionar porque estar excedido en peso y ser adicto a las drogas son frases agravantes en el mundo en que vivimos y no adicciones que muchas veces no se pueden controlar. O porque el fútbol y sus discursos nos sitúan permanentemente en situaciones de conflicto que se abordan desde lugares superficiales.

Consolidados

La tabla de posiciones del Clausura 2010 es un buen reflejo del nivel de los equipos que aparecen arriba. Independiente, Estudiantes, Vélez y Banfield, más el sorprendente Godoy Cruz son conjuntos sólidos, con un nivel de juego consolidado, capaz de enfrentar situaciones adversas y sacarlas adelante.

Independiente expuso ayer su invicto de 5 partidos en Santa Fe ante Cólon. Las dificultades que se suponían en la previa fueron realidad en el campo. El Rojo sufrió llegadas de riesgo, especialmente en el primer tiempo, y pudo sostenerse en el partido gracias a la gran tarea de su arquero Gabbarini y la falta de precisión de sus rivales, especialmente de Nieto. Pero Independiente logró cierta solidez que le permite sobrevivir sin algunos de sus mejores nombres, como ayer fueron los lesionado Busse y Piatti. Leonel Nuñez es una buena muestra de lo que es Independiente hoy. Un jugador relegado, que hace tiempo no se mostraba en un buen nivel, ingresa en el equipo y aporta buen juego y goles. Ya había sucedido ante Central la fecha pasada, donde marcó un gol, y se repitió ayer, donde volvió a anotar. Pese a quedarse con dos jugadores menos y ser superado por su rival en varios momentos del partido, Independiente se llevó un valioso punto de Santa Fe y estiró a tres puntos la diferencia sobre Godoy Cruz, su inmediato perseguidor.

El campeón de América Estudiantes fue demasiado para el Tomba. Con una mezcla de titulares y suplentes y el comando de Verón, el pincha fue más y ganó con justicia 2 a 1, para terminar así una semana perfecta tras el triunfo ante Bolívar en la Copa Libertadores. Los mendocinos terminaron con cuatro delanteros en cancha pero sólo pudieron descontar al final. De todas formas, demostraron que pueden plantarse ante cualquier rival y por algo están cerca de la punta.

El que la tuvo difícil esta fecha fue Banfield, quien también estuvo en desventaja ante Gimnasia (LP). Los de Falcioni demostraron carácter como para dar vuelta el partido y llevarse la victoria 3 a 2, aun cuando sufrieron el arbitraje de Federico Beligoy, de pobre tarea. Cuando juegan los titulares, Banfield es un equipo para pelear arriba. Igual muestra de personalidad dio Vélez, que ya en la semana se había impuesto a Colo Colo por la Libertadores luego de ir abajo en el marcador y ayer, sin los habituales titulares, le ganó sin despeinarse a Atlético Tucumán por 1 a 0.

La antítesis de todos estos equipos es Boca. Los dirigidos por Abel Alves habían dado una muestra interesante de fútbol en el clásico ante River, cuando se llevaron una justa victoria que amenazaba con convertirse en el despegue del equipo. La ilusión se prolongó en el primer tiempo ante Chacarita. Un gol de Matías Giménez tras un pase fino de Riquelme y varias llegadas hacían que el triunfo parcial fuera más que justo. Un gol de Parra a los dos minutos del segundo tiempo desmoronó la breve recuperación. Boca es un equipo sin respuestas anímicas, que al igual que River sufre horrores cualquier tipo de situación adversa. Ayer se sumaron las escasas respuestas físicas de un equipo que venía de jugar tres días antes ante River. La fragilidad de su defensa, especialmente de los centrales Barroso y Luiz Alberto, agrava (o explica en parte) la situación. Boca recibió 4 goles por tercera vez en el torneo (en otras dos ocasiones sufrió tres tantos en el arco propio) y con 22 es por lejos el equipo más goleado. El reclamo de Palermo a Alves tras su reemplazo es una anécdota más de un equipo que no sabe a lo que juega porque los cambios constantes determinan que no se sabe quién juega. El bajo nivel general completa el panorama. Para pelear arriba, están Independiente, Godoy Cruz, Estudiantes, Banfield y Vélez.

Boca fue más y ganó con justicia

El abrazo entre el técnico Abel Alves y su estratega, Juan Román Riquelme, mostró la alegría y el desahogo de Boca luego de victoria ante River. Con esa fuerza de voluntad y con esa garra Boca encaró el partido de principio a fin, fue más que su rival y ganó el partido con justicia. Sustentó su rendimiento en un buen nivel de sus mediocampistas, especialmente de Méndez, y encontró en el chileno Gary Medel un héroe impensado, que con dos goles le dio la victoria. No le alcanza al xeneize para prenderse en la tabla, pero sí para encarar el futuro con mayor optimismo y tranquilidad.

Tras el retiro de lo miles de papelitos, que demoraron el comienzo del encuentro por 10 minutos, Boca fue más en la primera etapa y encontró el gol tras una falta infantil de Ahumada, un tiro libre de Riquelme y la punta del botín de Medel, que empujó la pelota al fondo de red. Pocas llegadas y mucha fricción era lo que mostraba el clásico, como un espejo del bajo nivel con el que llegaban los equipos. Boca al menos dominó la pelota y el terreno, pero River intentó sin suerte aprovechar los espacios que dejaba el xeneize. La única chance que tuvo en los pies de Funes Mori terminó con un tiro suave a las manos del arquero García.

En la segunda mitad, el partido ganó en espacios y mostró más llegadas. A los 3 minutos, Boca aumentó la diferencia tras un desborde de Monzón, un pase sin tocar la pelota de Gaitán y un remate de Medel, que llegó desde atrás para superar a Vega. River se adelantó en el campo y dispuso de algunas chances, con Canales, Gallardo y nuevamente Funes Mori, pero no tuvo precisión. Este equipo de Astrada luce oxidado, con poco juego en el centro del campo y poca frescura para desequilibrar en el área rival. Tan poco pesaron sus atacantes que ni siquiera lograron molestar a una zaga central que invitaba a encararla, como la que formaban Bonilla y Luiz Alberto. Con un hombre más tras la expulsión de Medel, River tampoco logró generar peligro real contra el arco de Boca. Los xeneizes tuvieron sus chances con Palermo y Chávez, pero tampoco pudieron anotar.

Boca encontró buenos rendimientos en la mitad de la cancha, con un Méndez que por primera vez jugó de volante central y fue una de las figuras. Con Matías Jiménez que debutó y cumplió por la izquierda y con Riquelme, que se comprometió con el partido y también se destacó. Medel aportó los goles, la defensa no pasó sobresaltos y poco más fue necesario para llevarse la victoria. Poco cambiará en la tabla de posiciones con el triunfo, pero mucho afectará el ánimo del plantel y del técnico de Boca, que vieron pasar los días con un rumor atrás de otro y conflictos latentes al por mayor. Como estaba el panorama en la previa, bien valen los festejos por la victoria.

Agua en el Superclásico

La pasión, el canto de la hinchada y el colorido son algunos de los valores principales de la fiesta futbolística que constituye un clásico entre Boca y River. Con pocos jugadores de alto nivel dentro del campo y un bajo rendimiento colectivo de ambos equipos en los partidos precedentes, la fiesta es aquello que probablemente hayan ido a buscar los cientos de turistas que compraron paquetes por varios cientos de dólares para ver el partido. Seguramente, el nivel futbolístico no sea de esos que llenan los ojos, pero qué importa eso, si la fiesta está garantizada.

La intensa lluvia que cayó desde la mañana del domingo sobre Buenos Aires (26 mm.) conspiró contra el calor y el color del clásico de ayer. En el fútbol, la presencia del agua se asocia a valores casi opuestos a la fiesta popular y así todo queda un poco deslucido. Ni que hablar de lo que se ve sobre el césped, con una pelota que apenas puede rodar Pero pese a la lluvia y el campo anegado, el clásico se jugó igual. La dificultad que tenían los jugadores para dominar la pelota en el medio de los charcos de La Bombonera mostraba lo difícil que era jugar allí. El balón que se frenaba en el agua y la fricción continua fueron las imágenes de los 9 minutos que se jugaron ayer antes de la suspensión. Un débil tiro de Gatián y una dura patada de Juan Manuel Díaz fueron lo único para destacar de un partido que ni siquiera debió haber comenzado.

Baldassi había inspeccionado el estado del césped dos horas antes de las 15. "Todo ok", le dijo a los periodistas, pese a la intensa lluvia y las líneas que ni siquiera se veían. A los 9 minutos, luego de que Riquelme se fastidiara por una pelota que se detuvo en un charco de agua, el árbitro movió los brazos sobre su cabeza anunciando el “no va más”. Por primera vez en 79 de fútbol profesional en la Argentina, un clásico entre Boca y River no finaliza por mal tiempo.

El hecho repetido (por tercera vez se suspendió un partido en el presente torneo) no debe dejar de llamar la atención sobre la pobre organización del fútbol argentino. Poco se debe haber pensado en los miles de hinchas que caminaron por las calles inundadas de La Boca para llegar al estadio. Poco se deben haber tenido en cuenta los informes del servicio meteorológico que desde horas antes anunciaban que llovería en continuado durante todo el día. Pero el show debía empezar para chequear sobre la marcha si era posible jugar al fútbol. No era cuestión de suspender el partido un tiempo antes del comienzo para no molestar a los hinchas. Es la paradoja del fútbol argentino: la pasión de las tribunas se convirtió en su rasgo característico, pero desde la organización se hace todo lo posible para conspirar contra ella. Para seguir demostrando que poco importan los hinchas que van a la cancha, el partido se jugará el jueves por la tarde.

El que sí pudo jugar fue Independiente, que con goles de Mareque y Nuñez se impuso a Rosario Central por 2 a 0 y quedó en la punta del torneo con 23 puntos. Lo sigue a dos puntos Godoy Cruz, quien con la victoria de ayer por 2 a 0 sobre Banfield se mantiene en el segundo lugar. Relegados, la discusión sobre el campeonato pasa muy lejos de los problemas que tienen Boca y River.

Boca, Independiente y los extremos

Caruso lo hizo de nuevo. Con la victoria ante Boca, el ex DT de Argentinos, Newell´s y Racing guarda en su currículum al menos una victoria ante el xeneize con cada equipo que dirigió. Ayer, Tigre aprovechó los tres goles de Luna y expuso a un Boca que, ante la mínima adversidad que le presentó el partido, se entregó a un destino inexorable. Esta vez pareció llegar al fondo del mar.

Desde su llegada al banco de Boca, el técnico Abel Alves intentó imponerse ante sus jugadores con grandes declaraciones. “Hoy con nombres no se puede ganar. Si tengo que hacer cambios no me va a temblar la mano. Algo tengo que hacer para revertir esto, para recuperar la mentalidad ganadora” dijo a la prensa post derrota ante Newell´s por 4 a 2. Siguiendo el clamor popular, sacó del equipo a Abbondanzieri y a Ibarra. El diagnóstico general no era erróneo: los problemas más graves de Boca se sitúan del medio hacia atrás. El equipo recibió 18 goles en 9 partidos y es el más goleado del Clausura. Entraron García (de buen rendimiento) y Villafañe para reemplazar a los históricos, pero los problemas defensivos van más allá de los multicampeones salientes. Es en esa zona donde se exponen los mayores volantazos del entrenador, que ya utilizó 10 jugadores distintos en los 4 puestos de la defensa a lo largo del torneo. Con escasas respuestas individuales (la actuación de ayer de Luiz Alberto hace difícil de justificar su presencia en la primera de Boca), el técnico mueve las piezas constantemente pero no encuentra rendimientos convincentes. Ayer, tras la derrota, volvió a la carga públicamente: "Ellos nos superaron con actitud y ganas, y si un jugador de Boca no tiene actitud y ganas no puede estar en el equipo. Me responsabilizo de todo esto, no voy a dar un paso al costado, porque este resultado no me va a voltear” afirmó a la prensa. Pero no se quedó ahí: “De acá no me sacan ni muerto" agregó. El último que había dicho algo semejante había sido el arquero Sandro Guzman, que poco duro bajo los tres palos.

Con nula experiencia como DT, Alves eligió apoyarse en los hinchas para lograr legitimidad en su puesto. Palabras altisonantes y la salida constante de los juegan en bajo nivel fueron algunas de las estrategias populistas que el entrenador dispuso para ganarse el respeto de la tribuna, aunque muchas de sus frases y decisiones conspiren contra su legitimidad puertas adentro. Ayer era un día para retirarse en silencio, con la cabeza gacha y pensar en el futuro. Poco había explicar luego de tamaña derrota. El técnico eligió apuntar públicamente a los jugadores, que muestran pocas respuestas anímicas y futbolísticas. Pero los desacoples defensivos y los goles en cantidad en pelotas paradas demuestran que hay mucho por trabajar.

Caso contrario es el puntero Independiente. El técnico Gallego también sabe hacer declaraciones explosivas, pero supo encontrar el eje central de su equipo. Gabbarini, Galeano, Acevedo y Silvera, más los aportes de Gandín y Piatti, pusieron a Independiente como sólido puntero del Clausura y con una luz de ventaja sobre el resto. Al Rojo le cuesta encontrar un fútbol vistoso (ante Chacarita tuvo poco de eso), pero tiene una defensa sólida (no recibió goles en los últimos 4 partidos) y dispone de jugadores de buen pie del medio hacia arriba, capaces de desequilibrar en cualquier momento. Si logra mantener el nivel en el tramo final, el será el campeón.

Como juego de extremos, Independiente y Boca transitan, o padecen, un torneo donde uno pudo encontrar un once titular con respuestas futbolísticas y el otro es una pasarela donde desfilan jugadores que entran, juegan mal y luego vuelven a mirar la escena de afuera. Cuestiones de tiempos, de procesos, de buenas decisiones, de ideas futbolísticas y, principalmente, de trabajo.

Rojo de alegría

“Feliz cumple vieja, perdoname pero me vine a ver al rojo” decía una de las decenas de banderas colgadas del alambrado de la popular local. Independiente hizo su parte y justificó la ausencia en la fiesta materna. Con gol de Gandín de penal, el rojo le ganó 1 a 0 a Racing, se quedó con el clásico de barrio y se acomodó con 11 unidades a un punto del líder Colón, al menos hasta que juegue Banfield. Por lo hecho en el primer tiempo, los de Gallego justificaron la victoria, aunque en la segunda mitad cedieron campo y pelota lo suficiente como sufrir en el arco propio. Pero Independiente pegó cuando debía y tuvo la suerte necesaria para quedarse con los 3 puntos.

En el primer tiempo se vio lo mejor del repertorio del rojo. Con la pelota al piso, el dominio de la mitad de la cancha y su juego asociado, Independiente basó su juego en el sector izquierdo del ataque. Las proyecciones de Mareque y sobre todo las gambetas de Piatti le permitían al equipo generar peligro desde la banda. El ex Chacarita y Gimnasia (LP) es uno de los pocos jugadores del fútbol argentino capaz de combinar habilidad, exquisito domino del balón (con algunas pisadas propias del fútbol de salón) y gambeta en velocidad hacia el arco rival. Esa receta funcionó bien en los primeros minutos, que tuvieron a Piatti como figura del encuentro. Poco participativo Gandín, errático en el último toque Silvera, Independiente generaba peligro pero no podía concretar. Racing era lo contrario. Con pocos jugadores de buen pie en la mitad del campo, apostó a quebrar a Independiente en ese sector para luego intentar algún avance. No lo logró, pese a que en los primeros minutos generó peligro con un tiro de Jacob y un cabezazo de Ayala que pegó en el travesaño. La diferencia llegó con un penal a los 40 minutos, tras una mano de infantil de Lluy que Gandín cambió por gol. El rojo encontró por un error del rival lo que merecía por virtudes propias.

En el segundo tiempo el partido cambió de manos. Racing se adelantó en el terreno y dispuso de algunas situaciones, como una clara de Hauche, para desnivelar. Cuando el ex Argentinos fue expulsado a los 14 minutos, todo parecía venirse abajo para la Academia, pero con 10 jugadores los de Russo consiguieron lo que no habían podido con 11. Ese parece el papel que mejor le calza a Racing: jugarse la heroica, intentar lo que parece imposible. En ese contexto desfavorable, Racing dominó el campo, la pelota y generó peligro con las entradas de Bieler (tuvo una clara que tapó bien Gabbarini) y de Steinert, que con sus gambetas complicó por la derecha. Un tiro de Avendaño en el travesaño y un cabezazo de Cahais pudieron convertirse en el empate, pero Racing no tuvo precisión ni suerte en la puntada final.

Independiente dispone de buenos jugadores, sobre todo en el mediocampo (Busse, Acevedo, Piatti) a partir de los cuales parece edificar una campaña interesante, con posibilidades de pelear arriba hasta el final del campeonato. Si el equipo consigue mayor consistencia en su juego y mayor precisión en el área rival (sobre todo de Silvera) tendrá serias posibilidades de éxito. Si se parece más al del partido con Vélez o al del segundo tiempo de ayer, será más difícil verlo festejando. Racing la tiene más complicada. Su déficit principal es aquello de lo dispone Independiente: su mediocampo. La Academia no cuenta con volantes de buen pie, capaces de llegar al área rival y de abastecer a los buenos delanteros que tiene. Castroman no parece tener hoy el nivel suficiente para esa función. Así, el equipo sigue en zona de Promoción. Mientras tanto, Busse festejó al final con la careta del diablo y la alegría es toda roja.

La lluvia y el estadio

El viernes pasado Buenos Aires padeció un nuevo aguacero que dejó gran parte de la ciudad bajo el agua. Los casi 70 milímetros caídos en dos horas dejaron calles inundadas, casas y autos con varios centímetros de agua adentro, cortes de luz de varios de días y la decepción de ver una gigante creación humana que sucumbe ante la furia de la naturaleza. En un ambiente caótico de quejas y desesperación, en Buenos Aires se jugaron dos partidos de fútbol. Pasado lo peor de la tormenta, Colón derrotó a Chacarita y Vélez goleó a Independiente. La televisión mostraba el fútbol en directo y las calles anegadas. ELa pelota corrió como si nada hubiera pasado.

Eduardo Galeano escribió: “No hay nada menos vacío que un estadio vacío, no hay nada menos mudo que las gradas sin nadie”. A las 18 horas del viernes, la cancha de Argentinos Juniors donde iba a jugar de local Chacarita presentaba grandes charcos que hacían imposible jugar algo así como un partido. La programación televisiva permitía esperar un poco a que bajara el agua de la cancha y de las adyacencias, para que la pelota pudiera correr en el campo de juego. Una hora más tarde salieron los protagonistas y Colón se llevó una victoria por 2 a 1 sobre el final que lo dejó en la punta del torneo junto con Vélez. Las tribunas estaban despobladas. A continuación debían jugar Vélez e Independiente en Liniers. Calles inundadas, dificultades para llegar al estadio e incluso algunas luces de las torres de iluminación que no encendían fueron el marco del encuentro. Finalmente, los no habituales titulares de Vélez dieron una muestra de fútbol y carácter para ganar el partido por 3 a 0. Con la marea un poco más baja, las tribunas populares presentaron un marco interesante de público, aunque en un día menos tormentoso la cantidad de hinchas hubiera sido mucho mayor. Poca gente vio en vivo el espectáculo y mucha lo miró por TV. La ciudad colapsada y el show futbolístico intacto.

Ezequiel Martínez Estrada escribió que las paredes de los estadios de fútbol se levantaban por encima de toda perspectiva y así parecen no existir la ciudad ni el mundo cuando se juega el partido. Esa es una buena descripción de lo que es un estadio colmado con un público fervoroso. “El círculo de espectadores se encierra como en una isla apartada de la vida, de la historia, del destino, una población que ha roto todo vínculo con la familia y el deber” dijo Martínez Estrada. Pero el espectáculo futbolístico tiene lugar en un espacio social del que no puede volverse ajeno. El estadio en condiciones y el campo de juego óptimo no alcanzan para que se juegue un partido en medio de una ciudad colapsada. Los clubes son sus colores, sus jugadores, sus estadios y sus hinchas, muchos de los cuales el viernes sufrieron el agua en sus propias casas o no pudieron llegar al lugar donde jugaba el equipo de sus amores. Pero las paredes del estadio seguían allí, evitando ver lo que sucedía afuera.

El sociólogo y urbanista norteamericano Lewis Mumford consideraba a los grandes estadios como un ejemplo del desarrollo equivocado de las grandes ciudades pobladas, deshumanizadas. Los estadios que albergaban multitudes, como los altos edificios, se constituían como tumbas de cemento que sepultaban el equilibrio y la armonía de la ciudad. Como la mole de cemento que se impone a la ciudad humana, el estadio de fútbol es la industria que se impune sobre el juego, es el deporte bajo la lógica del espectáculo, lejos de su costado lúdico. El viernes pasado, en La Paternal y en Liniers, las tribunas vacías dejaron al descubierto el cemento, pero el espectáculo estuvo garantizado.

Sobre la salida Vivas

Cuatro partidos del Torneo Clasura aguantó Claudio Vivas en el banco de Racing. La derrota ante Gimnasia (LP) del sábado pasado, la tercera consecutiva, sellaron su suerte y el DT debió dejar el cargo por pedido de los dirigentes. Los cuatro refuerzos importantes que habían llegado (Bieler, Hauche, Ayala y Licht) invitaban a soñar con un equipo que peleara los primeros puestos del campeonato. Pero, tras la victoria de la primera fecha ante Rosario Central, Racing encadenó tres derrotas en fila y el panorama cambió por completo. Hoy, el equipo está en zona de promoción, a dos puntos del descenso directo.

“Un partido de fútbol es más angustioso y dramático que otro juego cualquiera porque, en él, el tiempo corre paralelo al tiempo real de la existencia humana. La pasión que genera el fútbol hunde sus raíces en la oculta presencia de la muerte, que está presidiendo todos los actos humanos, cada vez que estos actos se miden con el paso del tiempo” escribió el filósofo venezolano Juan Nuño. Los hinchas podrán dar rienda suelta a su pasión como una forma de olvidar la muerte, pero los entrenadores argentinos parecen vivir de un tiempo a esta parte en ese marco dramático y angustioso, que los hace poner en juego su trabajo ante dos derrotas consecutivas. El fútbol argentino, tan rico en su historia, es hoy un eterno presente, donde sólo sirve ganar y donde no cuenta lo que se hizo hace un mes, ni siquiera en la semana. Es un examen constante, donde todo queda subsumido al resultado del partido y donde no importa cómo se trabaja a diario o qué nivel de juego mostró el equipo. Si todo se resume en la estadística, si es necesario no perder para tener trabajo y el prestigio debe reactualizarse en cada partido, es lógico que se vean planteos conservadores, volantes de marca y pocos jugadores de buen pie.

Con sus virtudes y sus defectos, Claudio Vivas intentó romper ese esquema tan perverso. Racing pensó siempre en el arco de enfrente, defendió con pocos jugadores y atacó con tres delanteros. Pero la estadística lo condenó: tres derrotas en fila y un total de siete caídas si se cuentan los partidos del torneo anterior. Sin empates en su haber, el ex ayudante de Bielsa se va de Racing con una efectividad el 36,4 %. Similar había sido su primera experiencia como entrenador en Argentinos Juniors, donde ganó dos partidos sobre 15. Es el tercer entrenador que se va de Racing en apenas un año, tras las salidas de Llop y Caruso Lombardi, a lo que podría agregarse la fallida llegada del alemán Lothar Matthäus.

En este marco de urgencias, no resulta extraño la salida de un técnico en la cuarta fecha de un torneo, aunque debería. A fin del año pasado, Pablo Fernández fue echado de Gimnasia (LP) tras nueve días de trabajo, Enzo Trossero fue despedido del banco de Godoy Cruz tras seis partidos y Alfio Basile renunció a la dirección técnica de Boca después de perder un amistoso ante River en la pretemporada. Los resultados inmediatos los condenaron, más allá de su trabajo y sus antecedentes.

Siempre resulta interesante escuchar las entrevistas a Claudio Vivas. Porque habla del juego, de los juveniles, de los proyectos, de sus ideas futbolísticas y cuestiona algunos de los valores imperantes en la sociedad, esos mismos valores de que lo eyectaron de su cargo.
"Esto sirve para entender lo que es el fútbol argentino. Demasiado elitista por momentos, demasiado exorcista en las fases finales” dijo a su salida el ya ex técnico de Racing. Con Vivas se va una persona inteligente, capaz de explicar, enseñar y discutir sobre fútbol. Lamentablemente, no pudo plasmar sus ideas en la cancha. Ahora vendrá otro técnico, pero los valores imperantes no cambiarán y en breve anunciaremos otro DT que se queda sin trabajo. Mientras tanto, sería bueno reflexionar sobre los valores que priman en el fútbol argentino de esta época para que no siga todo igual.

Kirchner, Abbondanzieri, Ibarra y el banco de suplentes

"Kirchner no se fue de la cancha, está en el banco de suplentes" dijo en uno de sus discursos de esta semana la Presidente Argentina Cristina Fernández. Operado por un problema en la carótida derecha, el ex presidente y esposo de la actual titular del Poder Ejecutivo permaneció internado en el sanatorio Los Arcos de Buenos Aires por cuarto días. El miércoles fue dado de alta y retomó su actividad política. Encerrado en un cuarto de un sanatorio, Kirchner apenas si dio algunas instrucciones a sus asesores, pero no pudo continuar su trabajo diario en la arena política. La figura del banco de suplentes hecha por su mujer representa esa imposibilidad de participar, de influir, la sensación de estar quieto por obligación viendo pasar los sucesos.

“En Liverpool hay dos grandes equipos: el Liverpool y los suplentes del Liverpool” dijo alguna vez Bill Shankly, ex técnico de los Reds. Probablemente, Shankly intentaba motivar a sus dirigidos para que todos estén en su mejor nivel. Pero el banco de suplentes de un equipo representa más un castigo que un premio al trabajo. Eso deben sentir por estos días Roberto Abbondanzieri y Hugo Ibarra, históricos del Boca súper campeón entre 1998 y 2008, que este domingo no estarán en el equipo titular ante Atlético Tucumán. Ya pasados largamente los 30 años, emblemas de su equipo, con 29 títulos acumulados entre ambos, su salida es el punto de partida para la retirada del club de algunos jugadores que desde hace varios años vienen formando parte del primer equipo.

En la salida de Abbondanzieri e Ibarra se combinan aspectos futbolísticos e institucionales. El Pato regresó a Boca en 2009 tras su paso por el Getafe español y desde el inicio le costó transmitir la seguridad que daba en su paso anterior por el club. Poco ayudado por su defensa, no cometió gruesos errores, pero si vio entrar en su arco muchas pelotas sobre las que podría haber hecho algún esfuerzo superior, como el gol de Bernardi, de Newell´s, en la última fecha. Similar es el caso de Ibarra, que estuvo a punto de irse en julio pasado y finalmente se quedó por expreso pedido del entonces técnico Alfio Basile. Desde el torneo anterior, su nivel fue en general bajo, dando ventajas por su sector, lo que quedó claro por ejemplo en el gol de Castillejos, de Lanús, en la segunda fecha. El técnico Alves intenta legitimar su poder ante los jugadores con la salida de los históricos y parece estar en sintonía con los planes dirigenciales, que apuntan a un recambio en el plantel para dar mayor lugar a los jóvenes.

Los reemplazantes serán Javier García, en el caos del arquero, y Santiago Villafañe, en el lugar del lateral. Su escaso recorrido en primera revela que Abbondanzieri e Ibarra salieron más por sus propias deficiencias en el campo que por el buen nivel de sus reemplazantes. Esto se potencia aún en el caso del arquero, que cuando tuvo que actuar en la primera, en el tramo final del Apertura 2008, tuvo algunos errores importantes (recordar los partidos del triangular final ante San Lorenzo y Tigre) que a Boca casi le cuestan el título. Desde aquel fin de 2008 nunca más volvió jugar oficialmente. Su actuación de mañana estará especialmente bajo la lupa.

“En algún momento va a haber una reestructuración con respecto a los históricos, pero hay que ver en qué tiempo y cómo” dijo ayer Abbondanzieri por radio tras conocer que estará en el banco de suplentes. El paso del tiempo y el bajo nivel de los más grandes dan lugar a los cambios que se dieron y que vendrán. En Boca, parece ser el tiempo donde los jóvenes (Viatri, Mouche, Erbes, Muñoz, Gaitán, Chávez, Villafañe y García, entre otros) sean mayoría y los que estén adelante en la conformación del equipo. El técnico Alves, ídolo del club y proveniente de la divisiones inferiores, potencia el proceso ya que parece lógico que se recueste sobre aquellos futbolistas que formó tiempo atrás.

“Hay muchos problemas más graves, salen dos jugadores de fútbol, no dos militares que mataron gente” finalizó Abbondanzieri, en sabias palabras para desdramatizar la situación. En la cancha se verá si la decisión de Alves fue la correcta, si los que entraron muestran un mejor nivel que los salieron. Mientras tanto, será necesario comprender que los procesos tienen su tiempo y que los juveniles, y el equipo en general, necesitan el suyo para alcanzar su nivel. Porque probablemente los problemas de Boca, los deportivos y los dirigenciales, excedan largamente a Abbondanzieri e Ibarra.

Racing ya está sufriendo

El gol de Franco Jara esconde varias de las metáforas recurrentes del fútbol argentino. El empate parcial de Arsenal ante Racing es la corrida del joven crack que confirma sus condiciones en un partido importante; es el desaire del jugador consagrado que debuta, y padece, en el fútbol argentino (Ayala); es parte de una película donde el humilde (Arsenal) amarga la fiesta del ahora poderoso (Racing) y al fin al cabo es la muestra del paso del tiempo. En otra época, un central veloz y preciso como el Ratón hubiera podido controlar a un jugador como Jara. En otro tiempo, Ayala habría compartido la zaga con jugadores de mayor nivel, que no lo dejaran tan expuesto en el mano a mano. Porque convengamos que no es lo mismo formar parte de una línea de tres defensores con Samuel y Pochettino que tener que cubrir las espaldas de Matías Martínez y Cahais. Pero el recién llegado Ayala, y todo Racing, sufrieron el buen planteo de Arsenal, que se llevó la victoria de Avellaneda.

Claudio Vivas, el técnico de Racing, es un de los pocos entrenadores argentinos que siempre prioriza el arco de enfrente a la hora de encarar un partido, cualquiera sea el equipo que dirija. Sin embargo, un esquema táctico con tres delanteros y tres defensores puede resultar mejor en una selección, donde se pueden elegir a los jugadores que mejor se adapten al sistema. En un club, donde muchas veces hay que administrar escasos recursos, la situación a veces se vuelve más complicada. Aún así, algo que podría ser común en el fútbol (atacar), no lo es tanto en la Argentina de hoy, donde sobresalen las defensas compactas, los dobles cincos, las pelotas paradas y los delanteros veloces.

Este Racing se reforzó con buenos jugadores (en especial Bieler y Hauche) para potenciar esa idea ofensiva inicial de su DT, aunque en la mitad del campo el equipo no cuente con tantos jugadores de buen pie para acompañar a los de arriba. Arsenal, con la defensa bien armada y los delanteros veloces, expuso las debilidades del planteo de Vivas (calcado al de su maestro Marcelo Bielsa). Además de una aguerrida línea de fondo, Arsenal cuenta con volantes capaces de llegar al área rival (como Galván, autor del segundo gol) y con un proyecto de crack como Jara, que pronto se irá a jugar a Europa. Racing fue un equipo largo en la segunda parte, donde abundaron los espacios para los jugadores rivales, y en ese contexto una defensa de tres centrales resulta insuficiente. Lo aprovechó bien Arsenal, que generó situaciones de peligro al por mayor y ganó el partido por 4 a 2.

Racing expresa bien esa volatilidad cruel de este torneo argentino. En una semana pasó de pensar en el campeonato, tras la victoria ante Rosario Central, a entreverarse nuevamente en la lucha por la promoción, después de las derrotas ante Colón y Arsenal. Porque este torneo veloz, que dura menos de 4 meses, implica jugar más seguido y exponerse continuamente a la victoria o a la derrota. En una semana se han jugado tres fechas y nadie consiguió tres victorias. Lo que es peor aún, sólo cuatro equipos ganaron dos encuentros. Aunque probablemente sea más preocupante que 15 equipos ya hayan perdido al menos un partido. Tanto fútbol tan seguido evidentemente muestra lo parejo que está todo. O el pobre nivel de juego.

Compacto de Racing - Arsenal:

Se fue la primera

Una rápida vista a la tabla de posiciones tras la primera fecha del Torneo Clausura 2010 muestra cierta continuidad con respecto a lo visto el torneo anterior. Equipos afianzados como Estudiantes, Lanús y Banfield son algunos de los 7 conjuntos que ganaron su primer partido. River y Boca, como en el pasado reciente, aparecen de la mitad de la tabla para abajo. Aunque tan sólo se jugó una fecha del torneo, el receso veraniego no produjo grandes cambios en la actualidad de los equipos, más allá de lo que haya pasado en los amistosos.

Sin cambios radicales a la vista, Racing aparece como una novedad en aplacado fútbol argentino. Recibido por una multitud en su estadio, el equipo de Claudio Vivas apostó a un planteo ofensivo, tomado del que habitualmente utiliza el maestro del DT, Marcelo Bielsa. Bien reforzado con Bieler, Hauche y Licht, Racing es hoy un equipo que, pese a navegar por la zona del descenso, apuesta al ataque con tres delanteros, algo no habitual hoy en día. Si bien por momentos Central le quitó la pelota y le generó peligro en su área, la Academia fue efectivo en ataque y se impuso por 3 a 0. Algo no menor si se tiene en cuenta lo que cuesta a Racing ganar en las primeras fechas de los torneos.

El que mantuvo el nivel del torneo anterior fue el vigente campeón Banfield, que se llevó una victoria del Monumental. Los de Falcioni controlaron bien a River en defensa y desde allí siempre parecieron estar más cerca del gol que los Millonarios. En el complemento, Sebastián Fernández tuvo dos chances clarísimas que desperdició, pero en la tercera no falló. Gran jugada de Erviti por izquierda con pase al uruguayo, que colocó la pelota contra el palo izquierdo del arquero Vega. Fue el 1 a 0, que era más que justo. Apagado Ortega, River apostó a llegar con centros, principalmente desde la izquierda, que fueron bien controlados por la defensa del Taladro. En medio de un partido chato, River no fue el equipo que se vio en el verano ante Boca, más bien fue el del año pasado, y Banfield ganó bien.

Se destacaron además la buena victoria de Estudiantes el viernes ante Arsenal por 3 a 0 (el pincha parece tener el mejor plantel del fútbol argentino), el triunfo de Chacarita de visitante ante Tigre por 2 a 0, la buena victoria de San Lorenzo en Tucumán ante Atlético y los triunfos de Lanús y Godoy Cruz para estar arriba en la tabla. Un Boca con mala suerte no pudo llevarse un triunfo de la cancha de Argentinos, que le empató en el último minuto 2 a 2.

El Clausura será un campeonato corto, de pocas fechas que se disputarán en poco tiempo. A la vez, es un torneo que define muchas cosas (un campeón, descensos, clasificaciones a las copas), con seis equipos que simultáneamente disputan la Copa Libertadores y ninguno de ellos es uno de los grandes, abocados de lleno al torneo local. Habrá fechas entre semana (mañana empieza la segunda), para terminar el campeonato en tiempo y forma antes del Mundial, y partidos casi todos los días. Como dijo el Cholo Simeone, será un torneo cruel, como ninguno o como todos o como el fútbol argentino de siempre.

A jugar a toda velocidad

Como un tren que pasa a toda velocidad, el campeonato argentino que hoy comienza tendrá su resolución en poco más de 100 días. Este Torneo Clausura 2010 contará con tres fechas entre semana y, además de consagrar un campeón, definirá descensos, promociones y clasificaciones a los torneos internacionales de la siguiente temporada. La particularidad es que seis de los equipos participantes (casi un tercio) estarán disputando al mismo tiempo la Copa Libertadores, aunque todavía resta saber si Colón y Newell´s lograrán superar la fase previa y continuar en el torneo continental. Con ese panorama, y semejante cantidad de partidos en tan poco tiempo, la lucha por el título parece concentrarse principalmente entre los cinco equipos grandes, ninguno de los cuales jugará un torneo internacional en este semestre. Estudiantes parece ser el único equipo que cuenta con un plantel largo, capaz de afrontar dos torneos en simultáneo. Sin embargo, los últimos torneos dejan la puerta abierta a cualquier tipo de sorpresas.

El final del receso terminó con la vieja dinámica veraniega entre técnicos, dirigentes, periodistas y empresarios por la compra de jugadores. Los entrenadores piden refuerzos, los dirigentes reconocen que no pueden traer a nadie si no se vende porque no hay dinero, los periodistas preguntan a los directivos a quién van a traer, los empresarios ofrecen jugadores. En el medio, muy pocas transferencias de las anunciadas se concretan. Contrataciones no realizadas como las de Jackson Martínez y el Ratón Ayala fueron algunos de los culebrones del verano que dieron vuelta por los medios masivos sin resultados concretos para los equipos argentinos. Caso curioso fue el de Santiago Silva, el goleador del último torneo con 13 tantos, a quien su equipo Banfield no pudo retener. El uruguayo volvió a Vélez, donde ya había pasado con escaso suceso. Perdidos en el fragor de las noticias quedan los 1.000 millones de pesos que deben los clubes del fútbol argentino.

En este receso, se fueron a jugar al exterior Mario Bolatti (de Huracán a la Florentina), Eduardo Salvio (de Lanús al Atlético Madrid), Matías Alustiza (de Chacarita al Xerez) y Juan Salgueiro (de Estudiantes a la Liga Deportiva Universitaria) entre otros. En el receso anterior, se habían ido Montenegro, Falcao, Peñalba, Bertolo, Palacio, Pastore, De Federico y Bergessio. Es la sangría eterna de jugadores que abandonan el fútbol argentino, aunque en esta vuelta la emigración no haya sido tan masiva ¿Será porque los mercados de primer orden no miran tanto a este lugar del mundo o porque el fútbol argentino ya no muestra tantos jóvenes cracks como en otras épocas?

Lo cierto es que, paradójicamente, este libro de pases mostró la llegada desde el exterior de jugadores interesantes. Claudio Bieler (a Racing), Sebastián Prediger (a Boca), Iván Moreno y Fabianesi (a Colón), José Sosa (a Estudiantes), Leandro Gracián (a Independiente), Luciano Figueroa (a Rosario Central), Sebastián Rusculleda (a San Lorenzo), son algunos jugadores que pueden mejorar el nivel de sus equipos y del torneo. A diferencia de otros años, hubo transferencias importantes entre clubes argentinos. Hauche (de Argentinos a Racing), Jesús Méndez (de Rosario Central a Boca), Matías Jiménez (de Tigre a Boca) y Alexis Ferrero (de Colón a River) dejaron sus clubes pero se quedaron en el fútbol argentino. Buenos jugadores harán un mejor campeonato.

Hoy, desde las 19, Godoy Cruz y Gimnasia (LP), con sus nuevos entrenadores Omar Asad y Diego Cocca respectivamente, darán el puntapié inicial de un nuevo torneo. Con nuevas ilusiones, con mayores presiones por las cosas que se definen en estas instancias (descensos y clasificación a las copas) quedarán atrás la pretemporada, los amistosos y la danza de nombres que sonaron como refuerzos. Será la hora de jugar con los jugadores disponibles y afrontar los compromisos. El 13 de mayo se sabrán los resultados. Después, será la hora del Mundial.