El gol de Franco Jara esconde varias de las metáforas recurrentes del fútbol argentino. El empate parcial de Arsenal ante Racing es la corrida del joven crack que confirma sus condiciones en un partido importante; es el desaire del jugador consagrado que debuta, y padece, en el fútbol argentino (Ayala); es parte de una película donde el humilde (Arsenal) amarga la fiesta del ahora poderoso (Racing) y al fin al cabo es la muestra del paso del tiempo. En otra época, un central veloz y preciso como el Ratón hubiera podido controlar a un jugador como Jara. En otro tiempo, Ayala habría compartido la zaga con jugadores de mayor nivel, que no lo dejaran tan expuesto en el mano a mano. Porque convengamos que no es lo mismo formar parte de una línea de tres defensores con Samuel y Pochettino que tener que cubrir las espaldas de Matías Martínez y Cahais. Pero el recién llegado Ayala, y todo Racing, sufrieron el buen planteo de Arsenal, que se llevó la victoria de Avellaneda.
Claudio Vivas, el técnico de Racing, es un de los pocos entrenadores argentinos que siempre prioriza el arco de enfrente a la hora de encarar un partido, cualquiera sea el equipo que dirija. Sin embargo, un esquema táctico con tres delanteros y tres defensores puede resultar mejor en una selección, donde se pueden elegir a los jugadores que mejor se adapten al sistema. En un club, donde muchas veces hay que administrar escasos recursos, la situación a veces se vuelve más complicada. Aún así, algo que podría ser común en el fútbol (atacar), no lo es tanto en la Argentina de hoy, donde sobresalen las defensas compactas, los dobles cincos, las pelotas paradas y los delanteros veloces.
Este Racing se reforzó con buenos jugadores (en especial Bieler y Hauche) para potenciar esa idea ofensiva inicial de su DT, aunque en la mitad del campo el equipo no cuente con tantos jugadores de buen pie para acompañar a los de arriba. Arsenal, con la defensa bien armada y los delanteros veloces, expuso las debilidades del planteo de Vivas (calcado al de su maestro Marcelo Bielsa). Además de una aguerrida línea de fondo, Arsenal cuenta con volantes capaces de llegar al área rival (como Galván, autor del segundo gol) y con un proyecto de crack como Jara, que pronto se irá a jugar a Europa. Racing fue un equipo largo en la segunda parte, donde abundaron los espacios para los jugadores rivales, y en ese contexto una defensa de tres centrales resulta insuficiente. Lo aprovechó bien Arsenal, que generó situaciones de peligro al por mayor y ganó el partido por 4 a 2.
Racing expresa bien esa volatilidad cruel de este torneo argentino. En una semana pasó de pensar en el campeonato, tras la victoria ante Rosario Central, a entreverarse nuevamente en la lucha por la promoción, después de las derrotas ante Colón y Arsenal. Porque este torneo veloz, que dura menos de 4 meses, implica jugar más seguido y exponerse continuamente a la victoria o a la derrota. En una semana se han jugado tres fechas y nadie consiguió tres victorias. Lo que es peor aún, sólo cuatro equipos ganaron dos encuentros. Aunque probablemente sea más preocupante que 15 equipos ya hayan perdido al menos un partido. Tanto fútbol tan seguido evidentemente muestra lo parejo que está todo. O el pobre nivel de juego.
Compacto de Racing - Arsenal:
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