Política, economía y seguridad en los Juegos Olímpicos de Sochi 2014

Lenin murió hace 90 años, pero su impronta e influencia alcanzan los Juego Olímpicos que se disputan desde el pasado viernes en Rusia. Si bien la ciudad existía como tal desde fines del siglo XIX, fue el líder comunista quien en 1920 creó la Administración Balnearia de Sochi, ubicada entre las montañas del Cáucaso y el Mar Negro, al sudoeste de Rusia. En la zona que recibe en estos días a la la gran cita deportiva, Lenin nacionalizó muchas de las instalaciones privadas e impulsó la construcción de grandes hoteles para albergar al proletariado soviético, junto con enormes palacios de descanso para los líderes de la revolución. Compartía su gusto por Sochi con Stalin, quien también vacacionaba asiduamente en la zona. Su residencia construída en medio de los bosques es hoy un hotel donde se puede dormir por 300 euros por noche.

Como sus predecesores, Vladimir Putín, actual presidente de Rusia, heredó el amor por Sochi. El líder pasa largo tiempo en Bochárov Ruchei, su residencia oficial, y practica deportes en la zona, como la caza y la pesca. Putín, hombre clave en la política Rusa de los últimos años, ha hecho del deporte un asunto de estado, un medio para ubicar a Rusia en el mapa internacional y una profunda fuente de negocios. Los Juegos Olímpicos de Sochi forman parte de ese plan.

Costos

En 2007, Putín encabezó la delegación rusa en Guatamala, donde la asamblea del Comité Olímpico Internacional elegiría la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014. Entre la acciones de promoción, los rusos montaron hasta una pista de patinaje sobre hielo. Cuando Jaques Rogge anunció a Sochi como la ganadora, Putin volaba sobre el océano en el avión presidencial rumbo a Moscú. En ese entonces, el gobierno ruso calculó en 8.700 millones de euros los costos del acontecimiento pero, 7 años más tarde, esa cifra se ha multiplicado.
Putín practicando caza

El principal desafío que enfrentó Sochi fue la falta de infraestructura deportiva y social para albergar el evento, por lo que más del 80 % de las obras comenzaron desde cero. Además de las instalaciones deportivas, se llevaron adelante grandes proyectos como la construcción de un ferrocarril, un nuevo aeropuerto, el puerto de carga, grandes hoteles y la villa olímpica.

La cantidad de emprendimientos suponía un presupuesto abultado, pero los números se dispararon. Recientes informes estiman en más de 40 mil millones de dólares el presupuesto final, donde hasta un 50 por ciento de los fondos podrían contarse en corrupción. Muchas obras fueron adjudicadas a empresarios cercanos al gobierno. El costo total supera con creces la suma de las inversiones hechas en todos los Juegos Olímpicos de Invierno de la historia.

El gasto en las rutas de acceso y el ferrocarril superó en un 90 % el presupuesto original. El estadio olímpico Fisht multiplicó su costo primario más de dos veces. Según la agencia de noticias rusa Sobkor, más de 4.000 personas perdieron sus hogares para la construcción de las instalaciones olímpicas. A cambio recibieron mínimas compensaciones. Greenpeace Internacional denunció que las máquinas constructoras dañaron de forma irreversible la flora de la ribera del río Mzymta y el bosque del Cáucaso occidental, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1999.

La seguridad de los Juegos
Una vista de la ciudad de Sochi
Los Juegos Olímpicos serán uno de los eslabones en la carrera de Rusia por posicionarse como un eje central del deporte mundial. El país recibirá en 2018 el Mundial de fútbol. El año pasado albergó el Mundial de Atletismo. Desde este año, Sochi tendrá su Gran Premio de Formula 1. En 2015, Kazan recibirá el Campeonato Mundial de Natación y en 2016 el país albergará el Mundial de hockey sobre hielo.

Pero los grandes acontecimientos no tienen como horizonte sólo la gloria deportiva. Putín impuso al deporte un condimento político, por lo que los Juegos se encuentran cruzados por los factores que atraviesan la arena política en Rusia. La seguridad es una de ellas.

Los dos acusados por el atentado en la maratón de Boston en abril de 2013 son de origen checheno, una región del Cáucaso, donde se incluye Sochi . En diciembre pasado, dos atentados en la ciudad de Volgogrado le costaron la vida a 34 personas. Detrás de ellos se encontraban grupos islamistas y separatistas del Cáucaso. En diciembre, un coche bomba estalló en la puerta de una comisaría en Pyatigorsk, en el Cáucaso Norte. Murieron tres personas. La ciudad se ubica a 250 kilómetros de Sochi.

Por esto, 40.000 policías y guardias militares protegen la ciudad. Todos los visitantes tendrán que inscribirse en la policía. Por primera vez en la historia, todos los espectadores de los Juegos son registrados con nombre y apellido.

La Política de los Juegos
Protestas contra Putín por la ley contra la homosexualidad

A las tensiones internas se suma el frente externo del estado ruso. Hace pocos días, Barack Obama confirmó telefónicamente a Putín que la Casa Blanca ofrecería asistencia militar ante el temor de atentados terroristas. Dos buques están apostados sobre el Mar Negro para evacuar a los atletas estadounidenses en caso de incidentes.

Pese a la cooperación, la relación entre Rusia y Estados Unidos no pasa su mejor momento, sobre todo después de que el ex consultor de la Agencia de Seguridad (NSA) Edward Snowden recibió asilo en en el país europeo. La cuestión de Siria también afecta la diplomacia, ya que Washington ha intentado intervenir militarmente en el país asiático, mientras que Rusia se mostró más reticente a una ataque. Los conflictos en Siria afectan al estado ruso, ya que el país asiático alberga una buena porción de ciudadanos nacidos en Circasia, una región histórica del Cáucaso ocupada por el estado ruso en el siglo XIX. Hoy, en medio de la guerra civil, muchos circasianos abandonan Damasco para regresar a su tierra original.

Sin embargo, tras prestar su apoyo en materia de seguridad, Obama anunció que entre los integrantes de la delegación norteamericana se incluirían la tenista Billie Jean King y la jugadora de hockey Caitlin Cahow, dos deportistas homosexuales.

Poco importó la reciente ley sancionada en Rusia que impone multas a los individuos acusados de repartir "propaganda a favor de relaciones homosexuales" entre niños, e incluso propone multas para los que expresen esas posturas en la prensa o internet. Las sanciones más duras llegan a la prisión o deportación por lucir, por ejemplo, los colores del arco iris en un prendedor. Anatoly Pakhamov, alcalde de Sochi, declaró recientemente: "(La homosexualidad) no se acepta aquí en el Cáucaso, donde vivimos. No tenemos gays en nuestra ciudad ".

Mientras tanto, ni Obama, ni los presidentes de Francia y Alemania participaron de la ceremonia de apertura. Allí sí estuvo Putín, quien en el afán de incrementar su prestigio político parece haber dañado excesivamente la máxima cita del deporte mundial.