El descenso, la Copa América y la violencia que se olvida

En los tres partidos que definieron los descensos a la B Nacional del fútbol argentino se registraron incidentes. En el partido entre Gimnasia y San Martín (SJ), hinchas del Lobo protagonizaron desmanes antes y después del partido, que los condenó a bajar de categoría. En Gimnasia (LP) – Huracán, hace más de una semana, los hinchas del Globo se enfrentaron con la policía luego del encuentro y se registraron 60 detenidos. Ni qué decir de la serie entre River y Belgrano, con barras Millonarios que invadieron el campo de juego en Córdoba y que ya en Buenos Aires, en el encuentro de vuelta, destrozaron su estadio, parte de su club, negocios de las calles aledañas y se enfrentaron directamente con la Policía. Su equipo se fue a la B por primera vez en la historia. A toda la serie de furia y barbarie sólo le faltó una víctima fatal.

Donde la muerte se hizo presente hace pocos días fue en Gualeguaychú, Entre Ríos. Pocos minutos antes del partido que debían jugar Unión del Suburbio y Sarmiento, por la liga local, un grupo de hinchas locales agredió a Marcelo Melgar porque lo identificaron como un hincha del equipo rival. Le lanzaron piedras y lo golpearon. Herido, Melgar quedó tirado en el piso y, pocos minutos después, un dirigente de Sarmiento lo llevó en una combi al Hospital Centenario ante la falta de una ambulancia. En la tarde del lunes 13 de junio, Melgar falleció.

Pese a que sucedió en una liga local amateur, las derivaciones que tuvo el hecho se asemejan considerablemente a los incidentes que suceden en los grandes estadios. El delegado del club Sarmiento, Miguel González, culpó a la Policía por la muerte “porque el operativo estuvo mal hecho”. González criticó a la fuerza por no separar a las dos parcialidades en la entrada al estadio y porque sólo 8 agentes concurrieron a la cancha, cuando la Jefatura Departamental informó que había destinado 13 efectivos para custodiar el partido, que pese a los incidentes previos se disputó igual y fue presenciado por más de 500 personas.

Luego de la muerte de Melgar, un grupo de familiares, amigos e hinchas marcharon hasta la sede de la Liga Departamental de Fútbol. “Las cosas pasan y se hace oído sordo a todo. Es increíble que en Gualeguaychú una persona va a ver un partido de fútbol y termina en un cajón muerto como mi hermano” dijo allí Mariela Melgar. Horas después, el juez de Instrucción Eduardo García Jurado detuvo a un joven acusado por el asesinato, que todavía permanece detenido. Marcelo Melgar tenía 42 años y era padre de dos hijos. Militaba en el peronismo y tiempo atrás organizaba comedores populares. La muerte lo encontró en una cancha.

Lo mismo le sucedió a Daniel García en una Copa América como la que está por empezar. En 1995, Daniel, de 17 años, viajó a Uruguay a ver el partido entre Argentina y Chile por la primera fase del torneo. A la salida, el grupo que viajaba recibió un ataque de barrabravas de Deportivo Morón. La vida de Daniel quedó allí. Su madre aún reclama justicia.

Para luchar contra el olvido, Liliana García, pidió a las autoridades de la Conmebol marchar con una bandera antes de los partidos de la Copa. Su solicitud fue negada. A modo de homenaje, hace unos meses los vecinos de Saavedra le pusieron el nombre de su hijo a una plaza del barrio. Allí queda el recuerdo permanente de Daniel, bien lejos del corazón del fútbol argentino, que en estos temas elige mirar para otro lado.

El descenso de River y la cultura deportiva argentina

Pocas veces en la historia contemporánea argentina una violencia fue tan brutal y previsible. Ya es la norma en el fútbol argentino los incidentes ante un fracaso inesperado y ya es costumbre que un grupo minoritario de violentos invista de sus rasgos un acontecimiento. El descenso de River por primera vez en sus 110 años de vida es hecho deportivo trascendente por tratarse de algo inédito. La fiesta fue de Belgrano, que vuelve a Primera División, tras llevarse un empate del Monumental.

En esas caras de tristeza y desazón de los hinchas de River al final del partido se mostraban algunos de los sentimientos que el fútbol puede provocar como pocos eventos sociales en el mundo. Pero eran eso: caras, gestos, lágrimas, salidas rápidas del estadio para ir a casa y en la soledad de la noche masticar la bronca por el fracaso deportivo. Ahí al lado, aparecieron los hinchas violentos, que no sólo impidieron que el encuentro finalice, sino que tras el final fallido hicieron su propio espectáculo de la violencia y el aguante, que incluyó disparos, piedras, decenas de heridos, detenidos y destrozos en las calles aledañas y dentro del club, hasta su clausura. Lo que quedará en primer plano será esa violencia e intolerancia, ligada al fracaso deportivo. Al fin y al cabo, no se trata ni más ni menos que de eso: de un resultado deportivo.

En segundo plano hubo un partido de fútbol, que vivió sus días previos envuelto en distintas manifestaciones de violencia. “Matar o morir”, “Nosotros nos jugamos la historia, ustedes la vida” fueron algunas de la banderas que exhibieron los hinchas en marchas de bronca y apoyo antes del encuentro. Esas cosas pone en juego el descenso hoy para muchos hinchas del fútbol argentino: la propia vida. Aunque con el resultado, sus vidas seguirán andando, aunque con más tristeza encima.

“Resulta pintoresca la colocación estratégica de los guardianes del orden público en la cancha y forman algo así como un marco agradable alrededor del terreno de juego las casacas azul marino de los hombres de la guardia republicana” decía el diario Crítica en noviembre de 1924, en ocasión de un partido entre Argentina y Uruguay en Montevideo. Ayer, entre el sol de Buenos Aires, un grupo importante de los 2500 efectivos de seguridad custodiaban el campo de juego. Sobresalían entre el colorido del estadio Monumental, pero no parecían pintorescos sino necesarios. El campo de juego fue de los pocos lugares que no fueron atacados por los violentos, más allá de los proyectiles que volaron al final del partido.

En los 89 minutos que llegaron a jugarse, River mostró más temple que en sus partidos anteriores y salió a llevarse a Belgrano por delante. Consiguió el ansiado gol tempranero con una media vuelta de Pavone a los 5 minutos y dispuso de algunas chances para ampliar la ventaja en el primer tiempo. Cuando a los 16 minutos de la segunda parte Ferré empató el partido, asomaron las primeras grandes sombras sobre el Monumental y cuando poco después Pavone falló un penal, la suerte de River pareció sentenciada. A la impotencia de los jugadores le siguió la tristeza de los hinchas y violencia previsible.

El descenso de River y el ascenso de Belgrano es una buena ocasión para pensar qué es hoy la cultura deportiva en la Argentina. Qué significan ese conjunto de prácticas y sentidos que se ponen en juego alrededor de la práctica del fútbol, en los estadios, cerca de ellos, en los picados de barrio y hasta en las oficinas donde trabajan los hinchas. En qué se ha convertido este juego capaz de hacernos vivir sentimientos de alegría y tristeza infinitos, pero capaz de postularse para algunos hasta por encima de la propia vida. Ese mismo juego que permite que un poderoso como River se sumerja en los bajofondos, víctima de sus propios fracasos, pero que a la vez hizo de las manifestaciones de violencia brutal de grupos minoritarios un rasgo ya distintivo.

Violencia y corrupción, reflexiones y desafìos

“El 2012 será un año decisivo para el destino del deporte en el mundo” afirmó Jens-Sejer Andersen. La frase del director de la organización Play The Game resonó entre los pasillos del anexo del congreso argentino. “No sabemos cómo serán los cambios, si grandes o pequeños, pero los cambios llegarán”. En medio de reseñas y denuncias sobre algunos de los organismos internacionales que regulan el deporte mundial, la frase de Andersen sonó esperanzadora, sobre todo en un país donde la violencia y la corrupción son moneda corriente en el ámbito del deporte y en cualquiera donde uno eche el ojo.

La ONG Salvemos al Fútbol organizó el pasado viernes un ciclo de tres charlas sobre doping, corrupción y violencia, con la presencia de prestigiosos periodistas; representantes de la Oficina Regional de la Agencia Mundial Antidoping; Graciela Muñiz, de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad; y Jens-Sejer Andersen, director de Play the Game, una ONG danesa que lucha contra la corrupción en el deporte.

En su presentación, Andersen repasó la quiebra de ISL, la empresa de marketing asociada a la FIFA, y las coimas pagadas a algunos miembros de la casa madre del fútbol mundial; los escándalos de Rubén Acosta al mando de la federación de vóley y sus pedidos de coimas ante cada contrato; la conducción despótica de Hassan Moustafa al frente de la Federación Internacional de Handball y su influencia en resultados de partidos. “La estructura del deporte mundial estimula la corrupción. Es necesario crear una nueva institución supranacional para combatir la corrupción en el deporte, donde interactúen gobiernos, ONG, federaciones y sponsors”.

Luego, el periodista Ariel Scher habló sobre la naturalización de la corrupción y la violencia en la Argentina y de la necesidad de preguntarse qué clase de cambios queremos. Para eso, recalcó la necesidad de organizarse, denunciar y realizar propuestas. Ezequiel Fernéndez Moore fue el moderador de la mesa.

Más tarde, fue el turno de una mesa de debate sobre violencia. La bandera con la foto de Daniel García, un joven argentino asesinado en la Copa América de 1995 en Uruguay nos recordaba todo lo que falta resolver el problema en la Argentina, si es que tiene solución. Graciela Muñiz, de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, prometió la presentación de un proyecto de ley en el Congreso para crear figuras penales específicas para castigar a los que apoyen a las barras bravas.

Luego, Liliana García, mamá de Daniel, contó los padecimientos que padeció para encontrar a los asesinos de su hijo, que todavía caminan libremente por la calle. Finalmente, el periodista Gustavo Veiga hizo un breve repaso histórico de la violencia en el fútbol argentino y criticó el papel de los medios de comunicación.

La jornada resultó un buen ámbito para reflexionar sobre el estado actual de la violencia y corrupción en el deporte, especialmente en un país como la Argentina, donde ambos parecen estar unidos estrechamente, especialmente en el accionar de las barras bravas. Bien reza el slogan de Salvemos al Fútbol: “Por un Fútbol sin violencia ni corrupción”. Jens-Sejer Andersen nos invitó a ser optimistas: “El cambio llegará al deporte” dijo al final. Seguramente no todo cambiará, pero el deporte mundial muestra demasiadas miserias como seguir su tránsito como si nada pasara.

River, los hinchas y el descenso

Quedará como la imagen simbólica del momento, cualquiera sea el desenlace final. Los hinchas encapuchados en medio de la cancha, insultando a los jugadores y reclamando garra para afrontar el partido. Ni siquiera eligieron la violencia física contra los jugadores de su equipo. Como si quisieran recordarles a los futbolistas qué virtudes había que tener para disputar aquel partido definitorio. Ellos, los hinchas, que nunca jugaron en Primera, desempolvaron luego los cantos amenazantes y las bengalas, como para mostrar que la pasión de las tribunas y el famoso aguante nunca se va al descenso ni sabe de promociones. Pero River sí y ayer perdió 2 a 0 en el partido de ida de la Promoción para definir su permanencia en Primera. Belgrano le dio un golpe más en su caída, cada vez más cerca del knock out.

En el campeonato argentino, cada mes de junio, tras las imágenes de alegría del flamante equipo campeón la atención se centra en los clubes que pelean por permanecer en Primera División. Al fin y al cabo, el fútbol necesita de la gloria y el drama en dosis similares para llamar la atención de los fanáticos. Este año, la presencia de cinco equipos en la última fecha para definir su suerte le dio a la lucha por la permanencia un suspenso aún mayor. La aparición de River entre los involucrados por no descender le agregó el toque de dramatismo que le faltaba a la escena.

En la Argentina, el descenso de categoría para muchos hinchas no encarna solamente sus consecuencias deportivas, lo que implica la obligación de competir en una categoría menor. Para muchos hinchas, el descenso es ni siquiera la posibilidad de ser, encarna el famoso “no existís” tantas veces atribuido en los medios al rival. No se está donde se debería, hay un statu quo que se pierde. Poco más humillante para un hincha, que como los de River de un tiempo a esta parte soportan campañas chatas y derrotas al por mayor. Eso se banca, pero necesitan que su equipo esté en Primera, como siempre a lo largo de su historia.

Cuando en 1983, la Asociación del Fútbol Argentino reinstauró los promedios, que ya se habían utilizado en 1961 y 1962, lo hizo para evitar que los cinco clubes denominados grandes desciendan de categoría. La medida surtió efecto para algunos, por ejemplo River, que sin el promedio hubiera descendido en 1983, pero condenó a Racing, que se fue a la B por primera y única vez en su historia. Pero mientras beneficiaba a los más poderosos, también dejaba en claro la gravedad de que el descenso sucediera. La AFA prefería que Boca, River, San Loreno, Independiente y Racing jueguen siempre en la máxima categoría.

Pero el promedio de los últimos tres años puso a River en la Promoción contra Belgrano, para dirimir quién juega en Primera División la próxima temporada. En la ida, ayer, un partido trabado, de lucha y fricción, se rompió con una insólita mano de Román, que Manzanelli cambió por gol al promediar el primer tiempo. Al comienzo de la segunda parte, Pereyra estiró la ventaja, antes de que los hinchas invadan el terreno de juego para intentar con la violencia torcer el destino de las cosas.

Paradójicamente, luego de 20 minutos de parate se vio lo mejor de River, que con poca claridad de ideas arrinconó a Belgrano, pero pese a ello no puedo generar situaciones claras. Los cordobeses, acostumbrado a este tipo de batallas, fueron más que un River plagado de juveniles, de nervios y de pocas ideas. Sin una actuación brillante, la victoria de los cordobeses por 2 a 0 fue justa.

La historia del fútbol está repleta de equipos grandes que bajaron de categoría. Milan, Juventus, Atlético Madrid, Corinthians, Fluminense, son algunos clubes que descendieron y luego volvieron a ser lo que eran. Pero algunos hinchas se niegan a aceptar el castigo deportivo. Se puede perder, jugar bien o mal, pero no se puede descender. Así, quedan los hinchas de Huracán y los más de 70 detenidos por incidentes luego del partido de ayer ante Gimnasia (LP), que los condenó a jugar en la B, o los encapuchados de River que entraron a agredir a sus jugadores. Al fin y al cabo, se trata de consecuencias deportivas, que premian o castigan según lo sucedido en la cancha. Aunque algunos hinchas tengan que dejar en claro que ellos nunca descienden.

De Descensos y Promociones

La cara de angustia del hincha sentado sobre la tribuna, a la espera del milagro, queda como la postal del sábado. Una tarde repleta de emociones, ansiedades e incertidumbres por torcer un destino a veces inevitable, pero siempre con la certeza de que los milagros existen, y por qué no nos tocará a nosotros. El hincha de Huracán con la radio ya había visto los cinco goles que Independiente había encajado en su arco y la derrota humillante que los despedía de Primera División para depositarlos en el Nacional B. Soñaba y el milagro llegó: un gol de Boca ante Gimnasia (LP), en la última jugada del partido, le devolvió el alma a él y a todo Huracán, que ahora jugará con los platenses un desempate para definir quién se va al descenso.

La imagen de la radio pegada al oído recuperó una tradición perdida en el fútbol argentino. La televisión encadenó en los últimos años los partidos a su conveniencia y dejó atrás el interés de los hinchas por conocer qué pasaba en las otras canchas mientras jugaba su equipo. La radio para algunos, los celulares para otros, fueron los aliados de la última fecha para saber la suerte de su equipo, que en muchos casos estaba atada lo que sucedía en otro estadio.

Fue una tarde de vibrante capaz de poner en primer en primer plano todas las virtudes de la competencia deportiva. El fútbol argentino recuperó en su última jornada del torneo doméstico esa delgada línea entre la gloria y el drama, separada a veces por apenas un gol o una gran atajada. Los títulos pondrán en primer plano la Promoción que jugará River Plate, pero Quilmes, Huracán, Gimnasia (LP), Tigre y Olimpo regalaron un final de torneo repleto de emociones.

Finalizada la tarde, los últimos que pudieron torcer su destino para mejor fueron Olimpo y Gimnasia (LP). Los de Bahía Blanca hilvanaron una inmerecida victoria por 1 a 0 a Quilmes y aseguraron su merecida permanencia en Primera. Terminaron el torneo cuartos con 30 puntos. Los de La Plata se llevaron un empate, que pudo ser victoria, ante Boca por 2 a 2 y se aseguraron un partido desempate con Huracán para ver quién juega la Promoción y quién en la B la próxima temporada. Fueron presos de la magia de Palermo, que en su última pelota antes del retiro habilitó de cabeza a Cellay para anotar el empate.

El hincha de Huracán habrá soñado con que su equipo gane su primer partido de visitante en el torneo, pero sus jugadores no le dieron semejante privilegio. Jugará ahora el desempate con Gimnasia (LP). El condenado fue Quilmes, que competirá en el Nacional B tras perder con Olimpo. Tigre, con su empate ante Argentinos, seguirá en Primera División.

El inesperado participante de la Promoción será River, que volvió a perder, este vez ante Lanús de local por 2 a 1. Habituado a pelear en los primeros puestos, no resulta ya casual que a la hora de la definición por permanecer en Primera, el rendimiento del equipo Millonario haya mostrado semejante caída, al punto de no ganar ninguno de los últimos 7 partidos. Con su flojo nivel en el campo, los Millonarios ataron su destino al desempeño de sus rivales directos en la lucha por la permanencia. Sus enemigos al final lo condenaron y ahora los Millonarios jugarán con Belgrano.

Goles tempraneros, agónicos, atajadas milagrosas, resultados cambiantes, goles al por mayor, emociones en dosis abundantes. Drama y felicidad ahí bien cerca, como pocos acontecimientos sociales pueden provocarlo. La última fecha nos regaló aquello que tantas veces escasea en el fútbol argentino. En medio de partidos trabados, aburridos y previsibles, esta vez no faltaron las emociones. Algunos escribieron epopeya y otros cayeron en su propia tragedia. A todos nos quedó la certeza una vez más de por qué nos gusta tanto este juego.

Vélez, un campeón en todo

Parece una metáfora que Vélez se haya consagrado campeón del Torneo Clausura 2011 ante Huracán. Dos equipos que hace dos años jugaron una final a estadio lleno para definir al campeón argentino, el domingo se enfrentaron en una cancha sin público, con un césped en mal estado. Uno (Vélez) sigue peleando campeonatos, como en 2009. El otro, Huracán, conserva sólo un jugador de aquel equipo que perdió el campeonato en la última fecha, sus futbolistas se entrenaron en la semana con ropa particular en protesta por las deudas y el fin de semana definirán en la cancha si la próxima temporada siguen jugando en Primera División. Poco le importó eso a Vélez, que ganó 2 a 0 y se consagró nuevamente campeón del fútbol argentino.

Los ejemplos antagónicos de Vélez y Huracán son signos del fútbol argentino de hoy. Equipos con proyectos de largo alcance (Vélez, Lanús, Estudiantes) conviven con instituciones que sobreviven corriendo sus deudas desde atrás, con jugadores prestados que van y vienen en cada campeonato. Por suerte Vélez forma jugadores propios, incorpora futbolistas diferenciales, mantiene planteles por años, tiene su presupuesto ajustado a los ingresos y encima festeja campeonatos. Es justo en este caso que la virtud se dé la mano con la felicidad.

Vélez terminó segundo el torneo pasado, con 43 puntos, detrás del gran campeón Estudiantes. Este campeonato comenzó con tropiezos para los de Liniers. No ganaron en las tres primeras fechas del Clausura, con una derrota ante All Boys de local y dos empates. En la Copa Libertadores, El Fortín cosechó una victoria inicial y dos derrotas. Cuatro meses después, los de Liniers festejaron el título el título local una fecha antes del final y fueron el equipo argentinoque más lejos llegó en Copa Libertadores, hasta semifinales.

El plantel de Vélez es una extrañeza en el fútbol argentino, con un alto nivel de permanencia de sus futbolistas. Casi todos sus jugadores titulares llegaron al club desde hace por lo menos dos años. Zapata, Silva, Barovero, Emiliano Papa, Sebastián Domínguez, Maximiliano Moralez, Fabián Cubero, Franco Razzotti y Juan Manuel Martínez son ejemplo de ello. A ellos se suman jóvenes de las inferiores como Ricardo Álvarez, Iván Bella y Héctor Canteros, que mostraron buenas actuaciones en el torneo. Augusto Fernández y David Ramírez, refuerzos recientes de calidad, aportaron goles y llegadas en ataque.

Los nombres de Silva y Martínez, más Maxi Moralez, Fernández, Álvarez y el propio Ramírez cuando entró, muestran el peso ofensivo del equipo, que siempre sale a imponer su juego en campo contrario, al punto que es el equipo más goleador del torneo con 34 tantos. Atrás, Sebastián Domínguez, Cubero, Papa y Ortiz son jugadores con experiencia, rudos y fuertes, capaces de asegurar el arco propio. Entre todos conforman un equipo confiable en defensa y en ataque.

Los jugadores de Vélez le ganaron a Huracán el domingo después del mediodía. Estaban en su casa cuando Argentinos el ganó a Lanús el domingo a la noche y les aseguró el título. Son imágenes de los tiempos actuales: los futbolistas de Vélez se consagraron campeones fuera de la cancha, horas después de jugar. La organización del fútbol argentino no está a la altura ni siquiera de algunos de sus equipos.

El adiós de Palermo o el último capítulo de la película del Titán

"Eternamente gracias" fue la frase que sintetizó la noche de ayer. No son muchos los que pueden despedirse del fútbol en la Argentina envueltos en semejantes muestras de cariño y respeto. No son muchos los que pueden por sí mismos acaparar la atención de un partido por los puntos. Martín Palermo, el quinto máximo goleador de la historia del fútbol argentino, se despidió ayer de La Bombonera. Es el adiós de uno de los futbolistas que marcó a fuego los últimos 15 años del fútbol argentino, ubicándose siempre en la vanguardia de la tabla de goleadores.

El portugués Luis Figo dijo alguna vez que dentro de la cancha él perseguía el prestigio, no la gloria, porque la consideraba efímera. Con los años, Palermo consiguió se bañó de un prestigio infrecuente para un jugador en el fútbol argentino, al punto de ganarse el respeto y hasta la admiración de muchos hinchas rivales. No sucede eso asiduamente.

Además, Palermo recuperó algunos modelos históricos del fútbol argentino que cada vez se ven con menos frecuencia. Inicialmente, la figura del goleador nato, bestia del área, con olfato, capaz de transitar los rincones cercanos al arco rival como quien camina por su casa, para encontrar esas pelotas perdidas y mandarlas al fondo de la red. Sus 306 goles anotados en 19 años de carrera y su condición de máximo goleador en la historia de Boca así lo demuestran.

Palermo revivió también la figura del jugador - símbolo de su club, al jugar 10 años en Boca. El ídolo fiel a los colores, que construye su carrera bajo la misma camiseta, mientras aporta goles y títulos. Eso fue Palermo para Boca. Muy pocos equipos pueden disfrutar de semejante privilegio.

La elección de los cinco mejores goles de su carrera es un fiel reflejo de su capacidad de permanencia en el alto nivel. Cuatro de ellos fueron anotados en los últimos años, signo de que pese al paso del tiempo todavía tenía mucho para dar. Y eso que no incluyó algunos memorables por su factura, como una chilena a Banfield. A los 36 años jugó su primera y única Copa del Mundo en 2010 y marcó un gol.

Palermo siempre fue consciente de sus limitaciones técnicas con la pelota. No intentaba lo que no sabía en rincones de la cancha donde no se sentía cómodo. Pese a todo, a su capacidad goleadora la adicionó en los últimos tiempos cierta capacidad de replegarse en el campo para asociarse con sus compañeros o para perseguir a defensores rivales y así luchar para recuperar el balón.

Quedarán para la historia sus 14 títulos en Boca, además del ascenso con Estudiantes, su récord de mayor goleador de la historia xeneize con 236 goles. Su sociedad goleadora con Guillermo Barros Schelotto, sus 20 goles en 19 partidos en el Torneo Apertura 1998, su gol de media cancha, su gol de cabeza desde más de 40 metros, su gol número 100 con los ligamentos rotos, el tanto agónico contra Perú bajo la lluvia. Pero sobre todo, su capacidad para definir partidos trascendentes y sus posibilidades de hacer lo imposible en el momento menos previsto dentro de una cancha. Su capacidad inigualable de convertir su vida deportiva en un cuento permanente, donde los milagros existen.

Aquí los 5 mejores goles que eligió Martín Palermo:

Ollanta Humala, la política y el deporte en Perú

Ollanta Humala sufrió el poder de los mercados financieros al primer día de ser electo como presidente de Perú. El lunes pasado, luego de su ajustada victoria en el ballotage ante Keiko Fujimori, la Bolsa de Valores de Lima cayó abruptamente a los pocos minutos de abrir, con una pérdida del 8,71%. La situación obligó a las autoridades a suspender durante dos horas las transacciones para evitar pérdidas mayores. Cuando se reanudaron las actividades, la tendencia a la baja no cambió, lo que obligó a concluir la jornada tres horas antes de lo habitual. Finalmente, el balance del día marcó pérdidas por el 12,51%, el mayor descenso de su historia.

Los números del sector financiero mostraron con sus transacciones la incertidumbre ante el plan económico de Humala, que tiene un discurso crítico del modelo económico actual, al que califica de poco solidario. Poco minutos después de conocerse la victoria de Humala, el sector financiero le pidió que anuncie cuanto antes su gabinete, en especial al Ministro de Hacienda. Otra batalla más entre la política y la economía, para ver quien marca las reglas del juego democrático.

Esta tensión entre el mundo político y el poder económico también se observó en los últimos días en el ámbito del deporte. A fin de mayo, el Congreso peruano dio a conocer su informe final de la investigación que comenzó en septiembre de 2009, donde se metió de lleno en la crisis que afronta el deporte.

“Hemos visto que mucho dinero del fútbol no ingresa a los clubes sino a cuentas de dirigentes, socios o de terceras empresas”, precisó el titular de la Comisión de Juventud y Deporte del Congreso, Renzo Reggiardo, tras recordar que estos hallazgos se hicieron gracias al levantamiento del secreto bancario y tributario que tuvo la comisión. Además, Reggiardo informó que se detectaron fuertes indicios de lavado de dinero en los clubes de fútbol y recomendó investigar especialmente a Alianza Lima, Sport Boys y el FBC Melgar.

El informe cita como ejemplo el caso del club Universitario de Deportes, cuyo presidente, Gino Pinasco, reveló en su declaración que se había creado una empresa para administrar los recursos y evitar la fiscalización del Estado. Además, se detectaron altos montos de dinero no bancarizado y hasta algunos clubes que tercerizaban el cobro de las taquillas.

Además, el informe le reservó un párrafo espacial a Manuel Burga, el presidente de la Federación Peruana de Fútbol. A fin de 2008 el Gobierno de Alan García quiso echar a Burga de su cargo porque el titular de la FPF no quería adecuar el estatuto de la institución a la nueva Ley del Deporte vigente en el país. Pese a que ya entonces estaba además siendo investigado por enriquecimiento ilícito y fraude, la FIFA respaldó a Burga y amenazó con desafiliar a Perú.

Burga preside la FPF desde hace 15 años y ya anunció que irá por la reelección. Una encuesta dada a conocer recientemente por el diario El Comercio indica que el 83% de los hinchas desaprueba su gestión. Cuando fue citado a declarar por la Comisión de Juventud y Deporte del Congreso, debió ser llevado por la Policía. Una vez allí, culpó al poder público por la crisis en el deporte peruano y desestimó las acusaciones por fraude y lavado de dinero.

En el informe final, la Comisión de Juventud y Deporte pidió al Ministerio Público continuar con las investigaciones que viene efectuando sobre el presunto lavado de activos por parte de miembros de la FPF, en especial de Burga. Además los legisladores recomendaron al Poder Ejecutivo la creación del Ministerio de Juventud y Deporte, así como también impulsar el dictamen en la Comisión de Justicia sobre la ley en contra de la violencia en los espectáculos deportivos.

Humala asumirá como Presidente el 28 de julio. Recibirá un país con más de 230 conflictos sociales activos o latentes, la mayoría en áreas rurales pobres con presencia indígena, que han quedado marginadas del enorme crecimiento económico que disfruta el país en los últimos años, en gran parte gracias a los aportes del sector minero. El 30 % de la población está debajo de la línea de pobreza.

El domingo que lo consagró como Presidente, Humala salió a correr por la mañana, antes del desayuno. El deporte también demanda nuevas políticas en este nuevo tiempo.

Aquí un video de Ollanta Humala corriendo por las calles de Lima:

La violencia en la barra de Newell´s y la fiesta que ya no es

La zaga del Far West sigue su curso, pero en este caso no tiene lugar en el desierto norteamericano ni la protagoniza Gary Cooper. En los últimos meses, Rosario se ha convertido en un territorio de impunidad, donde la disputa por el control de la barra brava de Newell´s Old Boys se resuelve a disparos de revólver, en cualquier punto de la ciudad. El pasado sábado, el grupo que antiguamente respondía al fallecido líder Roberto “Pimpi” Camino atacó con armas de fuego a la facción del actual líder, Diego “Panadero” Ochoa. De milagro no hubo víctimas fatales esta vez, aunque el partido entre Newell´s y San Lorenzo fue suspendido. La interna de la barra leprosa ya se cargó cuatro muertos en 18 meses.

"No se trata de un incidente entre grupos de hinchas rojinegros. El club está ajeno a esta situación. Fue un hecho que pasó a diez kilómetros del club y privó a los hinchas de una fiesta" fue el comunicado oficial de la Comisión Directiva de Newell´s. Lo cierto es que los hinchas que se pelearon siguen al equipo rojinegro, que estaban camino al estadio un día de partido y que se enfrentaron por el negocio de la barra.

Esta vez, grupos que antes estaban comandados por Camino iban al estadio escoltados por la policía, que siempre cuida más a los violentos que a los pacíficos, y fueron atacados por el grupo de Ochoa a los tiros, para que sus rivales no pudieran llegar a la cancha y ocupar su lugar en la tribuna. En una disputa abierta entre hinchas, el único herido fue un comisario, Máximo Alegre. Hubo dos detenidos. Ochoa desbancó a Camino al frente de la barra tras la salida de Eduardo López en diciembre de 2008, que gobernó el club durante 14 años. A cambio de presidente, cambio de jefe de la barra.

Si se repasa brevemente la cronología de la escalada de violencia de la hinchada rojinegra, la primera sensación es al menos de escalofrío. Pablo Gómez, de 29 años, ex integrante de la barra que lideraba Roberto “Pimpi” Camino, murió en octubre de 2009, víctima de cuatro balazos en plena calle el 9 de octubre en Rosario. Walter Cáceres, de 14 años, falleció de un balazo en la cabeza en un ataque a dos ómnibus de la hinchada que regresaban a Rosario tras el partido que disputaron en Buenos Aires Newell’s y Huracán. La emboscada habría tenido como destinatario a Ochoa.

Roberto "Pimpi" Camino, de 38 años, murió en marzo de 2010, a la salida de un bar. En plena madrugada, recibió cinco balazos. Diego Malcovick, de 29 años, miembro de la barra, falleció en febrero de este año tras permanecer internado en grave estado después de recibir un disparo en la cabeza. Todas muertes resueltas bajo el sello de la mafia. Todas muertes de hinchas activos de Newell´s.

El sábado a la noche, también en la provincia de Santa Fe, Unión jugó como local frente a Atlético Rafaela, quien con la victoria conseguida se consagró campeón del Torneo de la B Nacional en Argentina. Cuando el árbitro pitó el final, los jugadores rafaelinos y el cuerpo técnico se juntaron para festejar el título en la mitad de la cancha, pero no pudieron. Rápidamente, jugadores de Unión y particulares intentaron impedir la ronda que comenzaba a formarse. Ahí, las luces del estadio se apagaron y los futbolistas visitantes debieron abandonar la cancha a las corridas, bajo una lluvia de objetos que caía de la platea. Luego, en declaraciones periodísticas, el defensor uruguayo Correa y el vicepresidente de la institución santafesina, Jorge Molina, justificaron los incidentes. No hubo muertos ni disparos, pero también hubo violencia.

En 1924, tras la muerte del joven hincha Pedro Demby en Montevideo, el diario La Nación decía que la tragedia transformaba “el espíritu del fútbol”, que dejaba de convertirse en espacio festivo para pasar a ser un escenario trágico. Esa suerte de lamento y resignación se repite en palabras de periodistas, dirigentes y demás actores del mundo deportivo luego de cada incidente grave durante casi un siglo. "Hicimos lo posible para vivir una fiesta y terminó así, en este desastre” dijo el presidente de San Lorenzo, Carlos Abdo, luego de la muerte de Ramón Aramayo en marzo pasado. Lo mismo repitieron los dirigentes de Newell´s el sábado. Parece discutible ya que el fútbol en Argentina se prescriba como una fiesta, muchas veces inconclusa. Más bien a veces parece más cercano a una película del far west.

La Federación Griega de Fútbol suspende todas sus actividades por violencia y corrupción


La situación había llegado a límites insospechados, a tal punto que actores externos intentaron influir en los acontecimientos. El mes pasado, fue el Secretario General de Deportes de Grecia, Panagiotis Bitsaxis, quien envió una carta abierta a Sofoklis Pilavios, presidente de la Federación Griega de Fútbol, y criticó allí abiertamente la credibilidad de la la institución para resolver los problemas que sufría. Entre los principales padecimientos del fútbol helénico se cuentan las amenazas a futbolistas, la violencia de los hinchas, las sospechas por partidos arreglados y la dependencia del poder político.

Pocos días después, la Federación decidió actuar. Fue el propio Pilavios quien anunció el viernes pasado que la entidad suspendía todas sus operaciones, en principio durante dos semanas y posiblemente de forma indefinida. La decisión fue aprobada por mayoría con 49 votos a favor, sólo 7 en contra y una abstención. Tras la victoria de la Selección Griega ante Malta por 3 a 1 el pasado sábado, por la clasificación a la Euro 2012, empezó a correr la suspensión.

Pilavios es un abogado de 45 años, especialista en derecho civil y deportivo. Llegó al poder del fútbol griego en 2009. Su participación en mundo futbolístico comenzó en 2000, cuando se convirtió en asesor jurídico de Panathinaikos y luego fue el responsable de las relaciones internacionales del club hasta septiembre de 2004. Allí fue elegido como miembro del consejo directivo de la Federación y comenzó su carrera por la presidencia.

Desde su llegada al cargo, Pilavios intentó afrontar los diferentes problemas que sufre el fútbol griego, hasta tomar la drástica medida del viernes pasado. Allí anunció que durante dos semanas mantendrá conversaciones con los “elementos sanos” del deporte, ya que “el fútbol avanzará o morirá”. Si no se encuentra una solución durante estos días, Pilavios ha anunciado que renunciará a su cargo.

Los problemas principales del fútbol griego se encuentran en el comportamiento mafioso de muchos de sus dirigentes; en el déficit económico de muchos clubes, que dependen casi exclusivamente de la venta de jugadores para cerrar sus balances; en las sospechas que pesan sobre muchos arbitrajes; y en la violencia de los hinchas, que se manifiesta casi todos los fines de semana en los estadios.

Por estos días, se están investigando 41 casos de sospecha de soborno a distintos jueces. La violencia llegó a uno de sus puntos críticos en febrero pasado, cuando cientos de hinchas invadieron el campo de juego tras la victoria del Olympiakos por 2-1 sobre su clásico rival, el Panathinaikos. Los hinchas del Olympiakos lanzaron piñas y patadas a los jugadores visitantes y se enfrentaron con la policía. A lo largo de la presente temporada, distintos equipos han sido obligados a jugar sus partidos sin la presencia de sus hinchas.

"Es una situación muy triste, las imágenes que hemos visto esta temporada han manchado nuestro juego", dijo el titular de la unión de jugadores, Stelios Giannakopoulos, a la agencia Reuters. "Lo peor es que no son incidentes aislados, sino sólo un eslabón en una cadena continua de incidentes” agregó.

El propio Pilavios relató públicamente que había sido amenazado luego del descenso de dos equipos a segunda división. Durante su gestión bajaron de categoría el Iraklís de Tesalónica, a causa de sus deudas, y el histórico OFI de Creta, que era uno de los pocos conjuntos helenos que nunca había descendido de la máxima categoría. El Iraklis se ha convertido desde su descenso en uno de los mayores enemigos de la Pilavios.

"La Federación está dispuesta a proceder inmediatamente con una serie de iniciativas para lograr la cooperación con el Estado y con todos los organismos del deporte", dijo Pilavios cuando asumió su cargo en 2009. "Temas como los problemas financieros de los clubes, el rápido desarrollo de la infraestructura, la explosión de violencia en los estadios, la mejora del arbitraje y la justicia deportiva y la mejora de la imagen internacional del fútbol griego tienen que ser abordados en un espíritu de cooperación" agregó. Parece que los tiempos se han precipitado.

Mujica, Casal y los derechos del fútbol uruguayo

La gestión encomendada fue realizada de modo eficiente. Astuto a la hora de desenvolverse en los lugares de poder, el empresario uruguayo Francisco “Paco” Casal pactó el encuentro con Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, quien recibiría al primer mandatario uruguayo José “Pepe” Mujica en el estadio Santiago Bernabeu de Madrid. En octubre de 2010, Pérez, Casal, Mujica y el resto de la comitiva recorrieron las instalaciones del club blanco. Pérez le obsequió a Mujica una réplica del estadio y una camiseta de Cristiano Ronaldo autografiada. El resto de los visitantes oficial también se llevaron una camiseta y un reloj. Por su parte, el presidente uruguayo le regaló una remera de la selección uruguaya y un mate. De gira por España, Mujica se dio el gusto de ser recibido con honores en la casa del Real Madrid. Paco Casal cumplió una vez con su tarea.

Por estos días, los principales dirigentes del fútbol uruguayo negocian la prórroga del contrato con la empresa Tenfield, propiedad de Casal, por los partidos de la selección nacional en las Eliminatorias para el Mundial 2014. El acuerdo por el torneo local está vigente hasta 2016, pero los directivos uruguayos amenazaron con llamar a una licitación por los derechos de los partidos de la selección, que terminó cuarta en el Mundial de Sudáfrica. Desde 1998, cuando Tenfield compró los derechos para los partidos de la Celeste, nunca más hubo un concurso público.

A mediados de mayo, el presidente de Peñarol, Juan Pedro Damiani, y el de Nacional, Ricardo Alarcón, compartieron un almuerzo con Casal, a donde también estuvo presente Mujica. En el cónclave, el presidente les aconsejó a los directivos de Nacional y Peñarol que arreglen los derechos de televisación "con quien más les convenga", ante la atenta mirada de Casal.

Pero pese a los apoyos de Mujica y al poder de del empresario, el camino a la renovación desde hace un tiempo está lejos de ser un lecho de rosas. “Uno de los principios que nos hemos propuesto es no alargar el contrato” dijo Fernando Sobral, miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol, en pleno Mundial de Sudáfrica. Sobral agregó entonces que, si se prorrogaba el contrato, “hasta los nietos de Casal van a ser los dueños de los derechos de televisión”. Desde la AUF también están molestos con la empresa de Casal por algunos incumplimientos en la organización de los partidos amistosos de la selección uruguaya.

En medio de la negociación, el ministro de Turismo y Deporte, Héctor Lescano, pidió que la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) tenga “soberanía y autonomía” para decidir, algo que parece lejano por ahora. “La AUF tiene un formidable instrumento que tiene que ver con los derechos de televisación de los campeonatos locales, internacionales y, muy particularmente, de los partidos de la Celeste”, dijo el ministro.

Pese a su apoyo privado a Casal, Mujica expresó públicamente sus dudas respecto al destino de los derechos. “Mi interés es porque no puedo entender por qué los derechos de televisión del fútbol no los cotizan en el mercado para ver quién paga más. No lo puedo entender”, señaló el presidente uruguayo. La posibilidad estaría en que la empresa estatal de telecomunicaciones Antel participe de las trasmisiones televisivas de la selección a través de la transmisión de los partidos en formatos alternativos, como los teléfonos celulares, o incluso como única adjudicataria de los derechos. Esta última opción habría sido descartada en privado por el propio Mujica.

Las conversaciones privadas se mezclan los discursos públicos, que desde los medios de comunicación intentan influir en el curso de los acontecimientos. Nelson Gutiérrez, antiguo zaguero central y directivo de Tenfield, dijo recientemente en una entrevista sin preguntas publicada en un diario local que el ministro Lescano perseguía a su empresa, que respondía a intereses de poderosos grupos económicos y lo acusó de mal gastar el dinero de su cartera. Lescano respondió que le haría juicio a Gutiérrez.

“Yo soy el tipo más rico de Uruguay. El que me sigue más cerca para alcanzarme le deben faltar 150 o 200 millones” le dijo Casal a Mario Bardanca, periodista autor del libro “Yo, Paco”. El empresario hizo su fortuna trabajando como representante de los principales jugadores uruguayos de las últimas tres décadas y luego dio el salto al negocio televisivo, al fundar su empresa Tenfield, dueña de los derechos del fútbol de su país y de la señal deportiva de cable Gol TV. El fisco uruguayo llegó a reclamarle 124 millones de dólares y lo calificó como el mayor defraudador de la historia del Uruguay. Alguna vez el presidente Tabaré Vázquez salió a aclarar que no existía ninguna persecución contra el empresario. Desde su llegada a la presidencia, Mujica tuvo un vínculo más cercano.

“La ciudad no está embanderada para festejar los 200 años de la Batalla de Las Piedras. En cambio, si juega la selección nacional no tengo dudas de que estaría toda embanderada”, afirmó Mujica recientemente, para justificar la participación del Estado en la negociación por los derechos televisivos. Ojalá el nuevo contrato se resuelva de modo transparente y no con diálogos privados y a oscuras, para que las banderas uruguayas puedan lucir más limpias a la hora de los festejos.

Las aguas bajan turbias (Blatter reelecto como presidente de la FIFA)

"Tenemos que reencauzar el barco de la FIFA al curso original, y que navegue sobre aguas transparentes. Debemos hacerlo" dijo al auditorio Josep Blatter, el día de su tercera reelección al frente de la FIFA. No habrá sido como lo imaginaba, porque la votación sucedió en medio de acusaciones de sobornos, compra de votos, suspensiones e impugnaciones, conceptos distintos al “Fair play” que gusta manejar la familia en Zurich. Pero 186 congresales apoyaron a Blatter, el candidato único, que se quedará hasta 2015 para completar 18 años en el cargo.

Los barcos fuertes también se hunden y no siempre pueden navegar en aguas turbulentas. La FIFA, la multinacional del fútbol, que factura millones, parece camino a ser devorada por el propio monstruo que creo: el gigantesco negocio del fútbol mundial. Como si los millones que los dirigentes ven pasar a su alrededor se les cayeran encima y esa montaña de plata acumulada en cuentas bancarias impidiera ser ocultada.

En los últimos años, periodistas como Ezequiel Fernández Moore, Andrew Jennings y David Yallop denunciaron continuamente algunos de los negocios oscuros de los dirigentes. Sin embargo, el verdadero tsunami llegó en septiembre pasado, cuando las denuncias de corrupción llegaron desde miembros de la propia federación, en la previa de la elección de las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022.

David Triesman, ex presidente de la Federación Inglesa, acusó a cuatro integrantes del Comité Ejecutivo de pedir dinero o favores especiales a cambio de votar por Inglaterra para el Mundial 2018. Para el 2 de diciembre, día de las elecciones, ya habían sido suspendidos dos miembros del Comité Ejecutivo a los que el diario inglés Sunday Times había grabado pidiendo plata por votos. Como siempre, fueron hombres de países con poco peso los castigados: un tahitiano y un nigeriano no pudieron votar. Para completar, la cadena Al Jazeera adelantó que Qatar 2022 era una de las sedes elegidas antes de que se hiciera oficial el resultado.

En total, la mitad de los 24 miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA fueron sospechados en los últimos meses. Julio Grondona, Ricardo Texeira y Nicolás Leoz, fueron algunos de los acusados en distintos informes periodísticos, e incluso en juicios ordinarios, de cobrar dinero a cambio de votos, firmas, contratos. El recientemente suspendido Jack Warner acusó esta semana a cuatro miembros del Comité Ejecutivo de recibir cinco millones de dólares por votar por Qatar 2022. Antes de la votación de ayer, la FIFA exhibió la fotografía de uno de los 25 sobres con 40.000 dólares cada uno que el qatarí Mohamed Bin Hammam intentó pagar hace pocas semanas a cada una de las 25 asociaciones del Caribe, para que lo votaran como candidato a presidente. La suspensión del Comité de Ética el domingo pasado le impidió cumplir con su deber cívico.

La Federación inglesa había pedido suspender la votación para elegir presidente pero no tuvo apoyos. Bin Hammam, miembro de la FIFA y hasta el domingo candidato a presidente, no pudo entrar a la sede del Hallenstadion de Zurich. "Les agradezco su confianza, de todo corazón. Juntos vamos recorrer los próximos cuatro años, siempre y cuando Dios me conceda la vida, la energía y la fuerza de continuar” dijo Blatter después de ser reelecto. Además, propuso que la elección del Mundial 2026 corra por cuenta de la Asamblea, de 208 miembros, y no exclusivamente del Comité Ejecutivo. Ojalá para ese entonces el barco navegue por aguas más limpias.