Haití y el Mundial 2010

A comienzos de junio, el estadio Sylvio Cator de Puerto Príncipe ya no se presentaba como un campamento de refugiados con viviendas precarias. El campo de juego estaba despejado, sólo ocupado por un satélite y una pantalla gigante. Durante el Mundial, las tribunas se poblaron de fanáticos para ver los partidos por televisión a cambio de 25 centavos de dólar. El dinero recaudado será destinado por la Federación Haitiana de Fútbol para ayudar a las familias de los futbolistas muertos en el terremoto del 12 de enero pasado. En Haití, la tragedia, que dejó 230.000 muertos, no apagó la pasión de su pueblo por el fútbol.

En todo el país aún persisten más de 1.200 campamentos, donde viven muchos de los 1.200.000 millones de personas que perdieron su vivienda en el terremoto. Poco después del desastre, la ONG FilmAid, bajo el auspicio de las Naciones Unidas, comenzó un proyecto para colocar pantallas de televisión en 16 campamentos de Puerto Príncipe y en 5 de otras provincias. Así, primero se emitieron películas y videos musicales y luego una telenovela, hecha en Haití luego del terremoto.

Pero todo iba a complicarse si las pantallas no emitían los partidos del Mundial. Evans Lescouflair, ministro de Juventud, Deporte y Acción Cívica, había declarado a la agencia EFE en marzo durante el Foro Global de Deportes en Barcelona: “La gente sale a la calle y nos dice que no podemos olvidarnos de los televisores para ver la Copa del Mundo”. Advertido, el Gobierno Nacional repartió en 137 municipalidades dos pantallas gigantes y un generador con cada una de ellas para asegurar que los fanáticos pudieran ver los partidos. Además, se destinaron fondos especiales a la televisión nacional para establecer estaciones que tomen la señal a lo largo del país.

Sin embargo, la fiebre mundialista de los haitianos no se limitó a los televisores instalados en los campamentos y en los estadios. En las zonas menos castigadas por el terremoto, los bares invitaban a ver los partidos a precios prohibitivos para los más humildes. En los días previos al Mundial, se vendieron más de mil teléfonos celulares capaces de tomar las señales de los partidos, que podían ser devueltos luego de la Copa del Mundo. Para los pocos que disponían de televisión en su casa, era difícil predecir si al momento de los partidos tendrían energía eléctrica.

La mayoría de los fanáticos elogió a Brasil como se equipo favorito para ganar el Mundial. El vínculo más fuerte entre los haitianos y el fútbol brasileño se remonta a 2004, cuando tras la salida del presidente Jean – Bertrand Aristide, diplomáticos enviados por el presidente Lula encabezaron una misión de paz e incluso el Scratch, con muchas de sus estrellas, disputó un partido ante la selección local en Puerto Príncipe. Todavía hoy una placa en el Estadio Nacional recuerda el llamado “Juego por la Paz”, donde Brasil ganó 6 a 0 con tres goles de Ronaldinho, uno de ellos tras dejar atrás a medio equipo haitiano. Inmediatamente después del terremoto, la FIFA ya donó tres millones de dólares para la reconstrucción del país y anunció que el 2 % de lo recaudado en los amistosos previos al Mundial serían destinados a la reconstrucción de Haití. La Federación Haitiana de Fútbol, que envió una delegación de tres personas a Sudáfrica, informó que cerca de 100 fanáticos compraron entradas para ver los partidos en directo.

En el terremoto de enero fallecieron 32 miembros de la Federación de Fútbol, entre ellos el técnico de la selección sub-17, Jean-Yves Labaze. Además, murieron otros 17 atletas y una docena de dirigentes. El 80 % de las instalaciones deportivas fueron destruidas. En estos días, el deporte se integra algunos de los planes de reconstrucción llevados a cabo por el gobierno. Cada día, cerca de 1.000 chicos parten de los campamentos hasta un centro de capacitación en las afueras de Puerto Príncipe para participar de actividades deportivas.

En los campos de desplazados, en las pantallas gigantes de los estadios y en los bares, los haitianos siguieron los partidos del Mundial, quizás soñando con que su equipo nacional vuelva a estar ahí, como ya sucedió en el Mundial de 1974 en Alemania. Mientras tanto, sueñan con que Kaká les dé alguna pequeña alegría.

Con su jerarquía, Argentina pasa a los cuartos

Las decisiones erróneas del árbitro Roberto Rosetti y la mayor jerarquía de sus jugadores fueron hoy los factores que inclinaron la balanza a favor de la Selección Argentina, para llevarse una victoria por 3 a 1 sobre México y pasar la llave de octavos de final del Mundial. El tridente ofensivo de Maradona (Messi, Tévez e Higuaín) tuvo la decisión, la velocidad y la precisión necesaria para definir un partido que inicialmente se presentó adverso y que se transformó en una clara victoria. Argentina mostró algunos desacoples en defensa y no encontró grandes rendimientos en el mediocampo, pero la calidad de sus delanteros es capaz de suplir casi cualquier falencia. Son ellos los que ayer pusieron al equipo en cuartos de final.

México planteó un partido inteligente, con un equipo esperando al rival en el mediocampo y con Giovanni Dos Santos y Guardado bien abiertos por las bandas para generar peligro. La idea dio resultado al comienzo. El equipo de Javier Aguirre fue mejor que Argentina los primeros 25 minutos y tuvo dos chances claras para marcar: un disparo de Salcido que dio en el travesaño y otro de Guardado que no entró por esas cosas de las bendita pelota Jabulani. A los 25 minutos, un buen pase de Messi dejó a Tévez mano a mano con el arquero Pérez, que no pudo retener el balón. La pelota quedó nuevamente en los pies del diez, que habilitó nuevamente a Tévez, quien en claro off side definió de cabeza y marcó el 1 a 0. Ni el árbitro italiano Rosetti ni su ayudante Stéfano Ayroldi lo advirtieron. Como en el gol anulado a Inglaterra ante Alemania, los fallos arbitrales volvieron a ser decisivos en los encuentros definitorios del Mundial, con horrores difíciles de explicar. Argentina, que poco peligro había creado hasta entonces, se puso en ventaja. A los 32 minutos, un error garrafal del central Osorio le dejó la pelota a Higuaín, quien con una pisada de crack dejó atrás a Pérez y marcó el 2 a 0. Poco habían hecho los de Maradona y ya ganaban 2 a 0. En dos jugadas definieron el partido.

En la segunda mitad, México se paró más adelante en el campo, pero inicialmente no logró generar más peligro sobre el arco de Romero. A los 6 minutos, Tévez intentó pasar entre dos, la pelota quedó boyando y el delantero del Manchester City clavó un derechazo al ángulo de esos que van a parar directo a los videos institucionales de la FIFA y a las publicidades de Nike. Nada pudo hacer Pérez y allí se terminó el partido. Los mexicanos intentaron el descuento, pero en sus lentos avances dejaron en claro cuánto les cuesta generar peligro contra el arco rival. Sin mucho esfuerzo, Argentina se defendió discretamente y si bien pasó algunos sobresaltos, nada parecía poner en duda la victoria de los de Maradona desde mucho antes del final del encuentro. Sólo una buena jugada del “Chicharito” Hernández, el mejor jugador mexicano del partido, le permitió a los aztecas anotar el descuento. En los últimos partidos, el equipo argentino quedó muy retrasado en el campo, sus delanteros muy aislados y generó poco peligro, tan sólo una gran apilada de Messi al final que el arquero Pérez desvió al córner.

México es un equipo interesante, con jugadores de buen pié (Márquez, Guardado, Dos Santos, Hernández), pero su mayor falencia para pasar del cuarto partido de los mundiales parece ser su falta de carácter para ganar los encuentros en las instancias decisivas. Hoy pudo marcar en los primeros minutos, pero ante la primera adversidad el equipo se derrumbó. Los fallos arbitrales favorables y la precisión de los delanteros argentinos inclinaron la balanza. El equipo de Maradona mostró buenos rendimientos en la delantera, en especial Tévez con sus dos goles, y en algunos defensores, como Otamendi y Heinze, más allá de algunas imprecisiones en la salida. Pero la saga central (Demichelis volvió a perder con Hernández en el gol) y los volantes por afuera volvieron tener rendimientos bajos. Ahora será el turno de Alemania, el sábado en Ciudad del Cabo. Argentina ya llegó a la instancia donde debe estar, entre los ocho mejores del campeonato. Para pasar a semifinales, los 11 deberán jugar como Carlitos.

El fin del comunismo mundialista

Corea del Norte se despidió ayer del Mundial 2010 con una derrota por 3 a 0 ante Costa de Marfil. Paradójicamente, el equipo asiático jugó su mejor partido en la Copa ante Brasil, su rival más difícil, y marcó en ese encuentro su único gol. Sin embargo, fue derrota por 2 a 1. Luego recibiría los 7 goles de Portugal y los 3 de los marfileños. El único país comunista del Mundial se marchó del campeonato último en el Grupo G con 12 goles en contra luego de 3 partidos.

Antes del primer encuentro, la advertencia del portavoz de la FIFA fue clara: los periodistas no podrían hacer preguntas referidas al ámbito político de Corea del Norte. Sin embargo, el enviado de Corea del Sur no hizo caso a los consejos: “¿Quién hará la alineación contra Brasil? ¿Usted o el presidente Kim Jong-il?”. El entrenador Kim Jong-Hun sólo se limitó a decir que si su equipo conseguía una victoria en su primer partido de la Copa del Mundo “nuestro gran líder estará muy contento”. Finalmente, fue 2 a 1 para los brasileños.

Corea del Norte llegó al Mundial en el puesto 105 del ranking de la FIFA y fue la selección con peor ubicación allí de todas las que participaron del torneo. Por las dificultades para salir del país y los problemas económicos, no hubo en Sudáfrica enviados especiales siguiendo al equipo, muy pocos entrenamientos pudieron verse y las ruedas de prensa fueron extremadamente breves. En la lista de jugadores, un delantero fue anotado como arquero y hasta corrió un rumor de que cuatro futbolistas se habían fugado de la concentración para escapar del régimen comunista.

Para llegar a Sudáfrica, el técnico Kim Jong-Hun recurrió a planteos defensivos, con métodos de trabajo basados en la disciplina férrea y el trabajo colectivo. Sin embargo, son muchos los que coinciden con el periodista surcoreano que en la conferencia preguntó quién era el verdadero entrenador del equipo. Muchos ven detrás de Kim Jong-Hun la mano del presidente del país, Kim Jong-il, encargado del armado del equipo y de sus estrategias en el campo.

El actual presidente norcoreano forma parte del clan Kim, el único que ha gobernado el país desde su fundación en 1948. Desde entonces, Corea del Norte abrazó el régimen comunista y Corea del Sur la economía de mercado. Llegado al poder en 1994 tras la muerte de su padre, el presidente Kim Jong-il es un personaje enigmático para occidente, que se muestra poco en público, en general en algún desfile militar, y que es dueño de un carácter impredecible e inestable. Es amante del cine (tiene una colección de más de 20 mil películas), del vino y es conocido por sus fiestas.

Kim Jong-il ha establecido un elevado gasto militar, por considerarlo la única manera de garantizar la independencia del país y la ausencia de ataques extranjeros. Corea del Norte tiene hoy un ejército de 1,1 millones de hombres, el quinto más numeroso del mundo, y ha desarrollado un importante programa nuclear que para muchos va en contra de la legislación internacional. Los medios occidentales insisten en la existencia de campos de concentración, como el de Hoeryong, donde estarían presos hasta 50.000 hombres, mujeres y niños acusados de crímenes políticos.

En 2008, en medio de rumores sobre su delicado estado de salud, el presidente se mostró en una cancha de fútbol, siguiendo un partido entre dos equipos del ejército. El año pasado, la prensa informó que el líder padece cáncer de páncreas, por lo que ya prepara a uno de sus hijos, Kim Jong-chul, como su sucesor en la jefatura del Estado. El joven estuvo en contacto con el equipo de fútbol en los meses previos al Munidal y, según los jugadores, les “elevó la moral” para afrontar el campeonato de la mejor manera.

En sus breves declaraciones, el entrenador Kim Jong-Hun afirmó que fue la actuación de su selección en el Mundial de 1966 la que lo inspiró a dedicarse al fútbol. Aquélla había sido la única participación del país en una Copa del Mundo. En aquel entonces, el anfitrión Inglaterra intentó boicotear la participación norcoreana, ya que no tenía relaciones diplomáticas con aquel país con quien había combatido en la Guerra de Corea entre 1950 y 1953. Por eso, los británicos inicialmente les negaron las visas a los norcoreanos para evitar que los comunistas participaran de la Copa. La FIFA amenazó con cambiar la sede del torneo y el conflicto se solucionó. En Middlesbrough, la sede asignada a Corea, la población obrera abrazó a los asiáticos y simpatizó con el equipo. Antes de aquel torneo, “El gran líder” le había solicitado a los futbolistas que al menos consiguieran una victoria para dejar bien alto el prestigio de su país. Sus muchachos le dieron el gusto en el último encuentro de la primera fase, cuando sopresivamente derrotaron 1 a 0 a Italia y se clasificaron a los cuartos de final. Allí, los norcoreanos perdieron ante la Portugal de Eusebio por 5 a 3, tras llevar una ventaja de 3 a 0 en el primer tiempo. Cuatro años más tarde, Corea del Norte fue expulsada de las eliminatorias para el Mundial de México por negarse a jugar contra Israel.

Pak, el autor del famoso gol ante Italia en el Mundial del ´66, era dentista en Pyonyang y tenía al fútbol como un hobbie que practicaba en sus ratos libres. Muchos de sus compañeros estaban alistados en el ejército y también eran aficionados al fútbol. En Sudáfrica, 44 años después, el capitán del equipo, Hong Young-jo, también es oficial del ejército y juega en el Rostov de Rusia. Dona su sueldo al Partido oficial y asegura que, como la gran mayoría de sus compatriotas, no cuenta con televisión ni heladera. En las tribunas, 1000 chinos contratados alentaron a los norcoreanos. Pero esta vez no hubo milagro como en el ´66. En un grupo difícil, ni el “Gran líder” pudo guiarlos a la clasificación.

El adiós de la Marsellesa

Fue una derrota que en medio de tanto calvario ni siquiera debe haber resultado dolorosa, sino más bien un alivio. En medio de profundas disputas internas y una lluvia de críticas externas, la selección francesa perdió el martes 2 a 1 frente Sudáfrica y se despidió del Mundial en la primera fase. Los galos abandonaron el torneo en el último lugar de su grupo, con un empate y dos derrotas, con tan sólo un gol a favor y cuatro en contra. La estadía francesa en tierras africanas resume en sí misma el Mundial, pobre dentro del campo y pleno de palabras cruzadas fuera de él.

Las críticas hacia el equipo de Raymond Domenech empezaron antes de llegar a tierras sudafricanas, cuando la secretaria de Estado Rama Yade criticó el Pezula Resort and Spa, de la ciudad de Knysna, el lugar elegido para la concentración del plantel. “Personalmente no habría elegido ese hotel. Pido a las autoridades del fútbol que tengan un poco de decencia. Hay que pensar en eso durante la crisis” dijo Yade sobre el lugar, cuya habitación mas barata cuesta 595 dólares por día. Pero era sólo el comienzo de las disputas. Tras la derrota ante México, el delantero Nicolás Anelka insultó al entrenador, no aceptó pedir disculpas y fue mandado derecho hacia Londres, donde reside mientras juega en el Chelsea. El capitán Patrice Evra casi se agarra a trompadas con el preparador físico, quien supuestamente habría revelado la historia a los medios, y los jugadores resolvieron no entrenarse en solidaridad con el jugador expulsado del equipo. Demasiado para menos de dos semanas.

La prensa del chisme y la minucia tuvo un papel preponderante en la historia, ya que la tapa del diario deportivo L´Equipe con los insultos de Anelka hacia su entrenador potenció los conflictos de un equipo que de por sí ya tenía profundas diferencias internas. Evra acusaría de traidor al que filtró el dato y sería el propio presidente de la Federación, Jean Pierre Escalettes, quien expulsaría al goleador.

Así fue como todo pasó a ser un talk show permanente. Frank Ribéry se metió en medio de una entrevista a su técnico que se transmitía en directo y aseguró al borde del llanto: “Todo el mundo se ríe de nosotros”. Mientras tanto, algunos de los sponsors del equipo nacional, como la cadena de hamburguesas Quick y el banco Crédit Agricole, retiraron de circulación los comerciales realizados especialmente para el Mundial con algunos de los futbolistas franceses y ya amenazan con dejar de apoyar económicamente al equipo. Adidas calcula que las derrotas y los escándalos le impedirán vender entre 200 y 300 mil camisetas.

L'Equipe, luego de develar el escándalo en el partido ante los mexicanos, publicó un duro editorial para separar los buenos y los malos de la película: "Estos jugadores no merecen las lágrimas ni el enfado de la gente. Sería dar demasiado para unos hombres que no saben regalar nada. (...) Tenemos que reírnos de nuestros pilares, que se creen más que el resto. Es necesario analizar el papel de Domenech, ahogado en su ego pero superado por el ego de sus jugadores. (...) Empieza a salir la verdad sobre el comportamiento de esos raperos de los suburbios, que han apartado a Gourcuff, un francés de clase media-alta de un pueblo de Bretaña" se leía. El artículo hacía referencia a la supuesta intención de algunos de los referentes del plantel, entre ellos los jugadores de raza negra Evra, Gallas y Anelka, de dejar afuera del equipo al blanco Gourcuff, señalado por muchos como el sucesor de Zinedine Zidane.

Pero lo alarmante, para L´Equipe, no es que algunos futbolistas intenten sacar a otros del equipo, sino que sean negros los que se arroguen ese derecho, como si el color de piel fuera un agravante. No lo fue en las épocas de oro del equipo francés. Raoul Diagne fue el primer futbolista negro en vestir la camiseta azul en 1931. Viv Anderson, el primer inglés negro que jugó en su selección, lo hizo recién en 1978. En los ochenta, en Francia brillaron Trésor, Tigana, Couriol y Janvion. En 1998, jugadores negros como Thuram, Desailly, Vieira y Henry le dieron a los galos su primera copa del mundo. Pero parece que el país tuvo suerte en encontrar a dos de sus máximos héroes futbolísticos bajo piel blanca, como Platini y Zidane. Aunque uno sea descendiente de italianos y el otro de argelinos. Al fin y al cabo, todos son franceses, aunque en las derrotas, cuando se ven las peores miserias de los hombres, algunos sean más franceses que otros.

La proporción de los escándalos futbolísticos se revelan en su inclusión entre la agenda estatal, a tal punto que el presidente Nicolas Zarkozy se reunió ayer con la Ministra de Salud y Deporte, Roselyn Bachelot, recién llegada de Sudáfrica, y con la Secretaria de Estado de Deportes, Rama Yade, para analizar la cuestión. Hoy, se verá las caras con el futbolista Thierry Henry. Parecen esas las prioridades del presidente de un país que recientemente anunció el congelamiento del gasto público para los próximos tres años, el retraso de la jubilación de 60 a 63 años y que ha recortado exenciones fiscales para ahorrar 45 mil millones de euros y reducir el déficit fiscal del 8 al 3 %. Recientemente hubo una huelga general contra las recientes medidas y se anuncian más para el futuro.

Pero el asunto nacional es el fútbol, que a veces provoca orgullo y otras veces vergüenza de pertenecer. Por eso es necesario encontrar culpables que alivien las tensiones y sirvan de consuelo y descarga. L´Equipe los encontró en los raperos de los suburbios, esos que suman más de dos millones en las afueras de París. En la cancha y fuera de ella, ellos son buenos para el esfuerzo, pero no para decidir. En estos casos, mejor recordar las palabras de Liliam Thuram, ya es futbolista, de mente brillante, devenido escritor y defensor de los derechos de las minorías: “Hay que salir de la prisión de los colores. Hay que descolonizar los espíritus. Únicamente lo conseguiremos cambiando los imaginarios colectivos y destronando los prejuicios”.

Con el oficio de Palermo, Argentina cierra la primera fase

Debe ser una combinación del azar y del conocimiento para que el rebote del arquero Tzorvas vaya justo hasta su pie. Pero como tantas otras veces, Palermo estaba ahí, en el lugar justo en el momento preciso, para impactar el balón con la diestra y cerrar el partido ante Grecia. Milito había estado 79 minutos en cancha y no había tenido una chance tan clara para marcar. Palermo, debutante en un Mundial a los 36 años pero viejo conocedor de los rincones del área, marcó el gol que tantas veces supo hacer. Pasan los años, cambian las camisetas, pero la situación se repite. Rebote corto y el pelota al fondo de la red. El Titán lo hizo de nuevo. Argentina ganó 2 a 0 y está en los octavos de final.

Una jugada a los 12 minutos mostró lo que sería una constante en el encuentro. Poco había pasado hasta entonces, cuando un desborde de Agüero terminó en un centro despejado por la defensa griega. Tras el primer intento serio de Argentina, vino el primer avance de los griegos, cuando Samaras quedó mano a mano con Demichelis, quien rechazó justo. Ése fue el trámite del partido: Argentina controlando la pelota en campo rival y Grecia defendiendo cerca de su arco a la espera de aprovechar los espacios dejados por su rival. El partido adquirió así una única dirección, donde sólo uno intenta atacar y el otro sólo busca defenderse. En eso se fue un encuentro chato, con poca dinámica, donde Argentina no tuvo la velocidad ni la precisión de sus partidos previos y Grecia sólo apostó a embocar algún contraataque o una pelota detenida. Los griegos son de esos tantos equipos que vinieron al Mundial pensando principalmente en defenderse, con mucho miedo a arriesgar. No son los únicos, más bien son mayoría, y así es el fútbol que se ha visto hasta ahora.

Argentina jugó como sabiendo de su casi segura clasificación, controlando el partido casi por inercia, aunque con pocos espacios en los metros finales para crear peligro. Grecia entregó el dominio del encuentro, dejando que otro decida su suerte en la Copa del Mundo. Sólo la falta de puntería de su rival o algún error de su defensa podrían permitirle llevarse algo. Aún sin rendimientos brillantes, Agüero, Verón, Messi y Maxi Rodríguez tuvieron sus chances en el primer tiempo, que terminó sin goles. En el comienzo del segundo, Demichelis falló nuevamente como ante Corea del Sur y dejó sólo a Samaras, quien remató al lado del palo, en la aproximación más clara de los griegos. Pero el partido volvió a presentarse como en la primera parte, con Argentina dominante de la pelota y los espacios. Clemente, Messi y Bolatti pudieron anotar, pero el arquero Tzovras comenzó a lucirse. A los 32 minutos, Demichelis cabeceó en el área, el balón rebotó en Milito, el defensor capturó el rebote y marcó el 1 a 0. Con un poco más de espacios, Messi se volvió desequilibrante en los últimos metros. Primero estrelló un tiro en el palo tras una apilada. Luego un slalom terminó en las manos del arquero, que habilitó a Palermo, quien marcó el 2 a 0 final.

Argentina cierra la primera fase del Mundial con 9 puntos, 7 goles a favor y sólo uno en contra, que además fue producto de un error propio. No muchos hubieran aventurado hace 10 días que éste sería el panorama del equipo de Maradona. Probablemente, sus jugadores mostraron hasta ahora el mejor rendimiento individual y colectivo del campeonato. Pero nada servirá si el nivel no se mantiene en la fase que comienza a partir de ahora. En los octavos de final, ante México, es cuando comienza el verdadero campeonato, cuando quedan los mejores. Ya no habrá revancha ante una mala jornada, sólo queda ir en busca de la copa.

El Mundial Prohibido

El jueves pasado, cerca de 10 mil personas se congregaron en la Plaza San Martín de Buenos Aires para ver en un pantalla gigante el partido entre Argentina y Corea del Sur por el Mundial de Sudáfrica. En la mañana, el gobierno local convocó a miles de ciudadanos para disfrutar de los goles de Gonzalo Higuaín en el espacio público, como una forma de compartir cara a cara la experiencia colectiva del fútbol, que tantas pasiones despierta en la Argentina. Pero una situación semejante no puede vivirse en cualquier lugar del planeta, pese a los millones de seguidores que tiene el fútbol.

En Somalia, más bien ocurre lo contrario. "Advertimos a los jóvenes: no deben ver esa Copa del Mundo. Es un pérdida de dinero y de tiempo que no beneficiará a nadie ni obtendrán recompensa alguna en ver a hombres enloquecidos saltado de un lado a otro", afirmó el jeque Mohamed Abdi Aros, portavoz del grupo radical Hizbul Islam. Miembros del grupo armado patrullan sus zonas de influencia para impedir que nadie siga los partidos que se celebran en Sudáfrica, considerados contrarios a las normas del islam.

Somalia ha estado sumergida en una violencia constante desde la caída del dictador Mohamed Siad en 1991. Desde entonces, no pudo consolidarse un gobierno central capaz de controlar todo el territorio del país. Actualmente, grupos islámicos como Al Shabbab, que Estados Unidos considera una línea de Al Quaeda, e Hizbul Islam atacan diariamente a la población civil, en medio de un proceso que ya ha causado la muerte de más de 20 mil personas sólo en los últimos tres años. En la actualidad, el gobierno de transición del presidente Sharif Sheik Ahmed, apoyado por Naciones Unidas, sólo controla una porción del territorio, donde se haya una zona de la capital Mogadisco, con la ayuda de tropas de la Unión Africana.

El fin de semana pasado, milicianos de Hizbul Islam mataron a dos personas durante el asalto a una casa en la que se que seguía un partido. En el noreste de la capital, fueron detenidos 10 jóvenes que seguían el partido Argentina-Nigeria. Otros 14 fueron detenidos el domingo mientras veían por televisión la victoria de Alemania por 4 a 0 sobre Australia. Sin embargo, muchos aficionados desafían las prohibiciones y se reúnen en secreto para poder ver los partidos sin ser descubiertos. Abdi Aros agregó que la prohibición de ver fútbol afecta a todo el país, incluido el territorio que su grupo no controla.

Pero el Mundial se vive con deferencias según el lugar del país. De hecho, Somalia está dividida en cuatro zonas: Somalilandia, al norte, una ex colonia británica que funciona de forma independiente y que sigue los partidos con la misma pasión que el resto de África; Puntlandia, de donde proceden muchos piratas y donde Hizbul-Islam domina en algunas zonas; el centro y barrios de Mogadiscio, que están controlados por el Gobierno de Transición de Ahmed, en disputa con los islamistas radicales; y el sur, donde manda Al Shabab, organización enfrentada con Hizbul Islam.

Sin embargo, en los lugares controlados por el gobierno, los cines se han convertido en centros de reunión para seguir los partidos del Mundial. Uno de los canales de televisión ha trasladado sus equipos de transmisión al aeropuerto, protegido por las fuerzas de paz africanas, para evitar que los radicales lo destruyan.

En 2006, los somalíes no pudieron disfrutar del Mundial de Alemania ya que la Unión de Cortes Islámicas controlaba el poder en Mogadisco e impidió la emisión de los partidos. En aquel entonces, se produjeron disturbios y hasta hubo muertos por la prohibición. Hoy, la falta de un gobierno central reconocido impide que los somalíes disfruten de sus derechos más elementales. Hasta el fútbol allí se vive como una trasgresión.

Argentina puede pensar en grande

Los dos minutos finales del primer tiempo muestran la particularidad del fútbol como deporte, donde los merecimientos muchas veces no cuentan y los resultados desmienten lo acontecido en el campo. A los 43 minutos, Messi gambeteó entre cuatro rivales, enganchó para la zurda y colocó la pelota junto al palo derecho del arquero Jung Sung-Ryong. El balón se fue muy cerca y Argentina estuvo a muy poco de ponerse 3 a 0 y liquidar virtualmente el partido ante Corea del Sur. A la jugada siguiente, un saque de arco coreano fue controlado por Demichelis, que confiado no vio venir a Lee Chung-Yong, quien le robó el balón y marcó el descuento tras definir sobre el arquero Romero. En la segunda parte, Argentina mantuvo su superioridad y con dos goles más de Gonzalo Higuaín se llevó la victoria por 4 a 1.

Argentina fue superior desde el comienzo, controlando el balón y jugando el partido en campo contrario. A contramano del encuentro ante Nigeria, en el inicio Messi fue menos gravitante en el área rival y crecieron las figuras de Tévez y de Di María, que conformaron una buena sociedad por la izquierda del ataque. Argentina creó situaciones de riesgo y, cuando a los 16 minutos Park Chu-Young metió la pelota en su propio arco tras un centro de Messi, el resultado era justo. La diferencia se amplió a los 32 minutos, nuevamente con un tiro libre que peinó Burdisso e Higuaín de cabeza mandó al fondo de la red. Pese a la superioridad argentina, Corea, sin crear peligro, encontró el descuento a los 45 minutos y la primera mitad terminó con un 2 a 1 que lucía injusto.

En la segunda parte los coreanos se pararon más adelante y el partido se hizo de ida y vuelta, con llegadas de los equipos. Yeom Ki-Hun dispuso de un mano a mano que por muy poco no se transformó en el empate. Pero los espacios permitieron la aparición de Messi, que con gambetas y pases precisos hacía pensar que cada ataque argentino podía terminar en gol. Tévez mantuvo su buen nivel y continuó generando peligro e Higuaín mostró sus mejores cartas, esas que le permiten asociarse al circuito de juego pero también estar presente en el área para dar el último toque. Eso sucedió en el tercer gol, donde tras una gran corrida de Messi y el rebote en el arquero Jung Sung-Ryong y luego en el palo, el del Real Madrid empujó la pelota al gol. En el cuarto, nuevamente Higuaín se asoció con Messi y el ingresado Agüero, de buen nivel, para colocar un preciso cabezazo sobre el palo derecho tras una gran jugada colectiva.

Argentina jugó mejor que en su debut ante Nigeria, nuevamente generó situaciones pero esta vez fue más contundente, lo que se refleja en el resultado. El equipo de Maradona sale siempre a buscar los partidos, lo que no es poco por lo que se ha visto en este Mundial, y dispone del medio hacia delante de jugadores de primer nivel, capaces de generar peligro en cualquier momento. En este partido, aparecieron rendimientos interesantes de algunos jugadores que no se habían mostrado en el encuentro inicial, como Tévez, Di María, Higuaín y hasta del ingresado Agüero. Queda consolidar el rendimiento defensivo, especialmente en el sector derecho, con un Demichelis que aún no ha mostrado un rendimiento convincente en ninguno de los dos partidos. Esta vez fue menos exigido Jonás Gutiérrez y fue bueno el nivel de Burdisso (que ingresó al comienzo por el lesionado Samuel) y de Heinze. De menor a mayor, Argentina está en las puertas de la segunda ronda con motivos concretos para pensar en grande. No muchos hasta ahora pueden darse ese lujo en esta Copa del Mundo.

Gracias a la FIFA

El estadio Soccer City de Johannesburgo fue el escenario del primer acto masivo de Nelson Mandela después de su salida de la cárcel en 1990, tras 27 años de cautiverio. El 16 de diciembre de aquel año, dijo Mandela ante los miembros de su partido, el Congreso Nacional Africano: “Sabemos que nuestra libertad está cerca y que ahora estamos en el último tramo de una larga marcha que debe terminar con nuestra victoria”. El viernes pasado, Mandela no estuvo en el Soccer City, en la ceremonia de apertura del Mundial de fútbol de Sudáfrica. La muerte de su bisnieta el día anterior, sumado a su frágil estado de salud, impidieron verlo en la fiesta que dio inicio a la Copa. El Soccer City, el estadio más importante del país, luce hoy remodelado y cuenta con una capacidad de 94.700 espectadores. Todo a un costo de unos 370 millones de dólares. Tras la fiesta de apertura, sudafricanos y mexicanos empataron allí 1 a 1.

La presencia de la Copa del Mundo en el continente africano por primera vez sigue siendo un dato insoslayable del acontecimiento, no sólo por las famosas vuvuzelas sino por la llegada a un lugar postergado del evento deportivo más convocante del mundo. Pero al hurgar un poco más en la forma en que la FIFA aterriza en el lugar, todo se parece más a un negocio corporativo de una multinacional que a un divertido juego convertido en un gran espectáculo.

En Sudáfrica, por estos días las sociedades y delegaciones oficiales están exentas del pago de impuestos. Un ejemplo de ello es Host, la empresa del nieto del presidente de la entidad, Josep Blatter, que administró la venta de entradas del Mundial, los hoteles oficiales y los paquetes receptivos, con un descuento del 20 % en el alojamiento para las Federaciones internacionales y allegados. Hoy no existen restricciones en cuanto a la importación y exportación de moneda extranjera para los miembros de la FIFA.

La casa madre del fútbol mundial espera obtener en este campeonato el 50 % más de ingresos que los alcanzados en Alemania 2006. Los derechos de transmisión, el dinero de los sponsors, las ventas de entradas y demás le reportarán a la FIFA más de 3.000 millones de dólares. Para este Mundial, los derechos de televisión fueron vendidos en más de 2.000 millones y los múltiples patrocinantes oficiales aportaron entre 100 y 200 millones de euros para aparecer en los carteles. Los sudafricanos gastaron 2.500 millones, principalmente en la construcción de cinco estadios nuevos y en la remodelación de otros tantos, necesarios para que todos los escenarios estén ajustados a las exigencias internacionales.

La FIFA cuida con recelo sus múltiples negocios. En un país con 18 mil asesinatos al año, los policías municipales trabajan codo a codo con los hombres de la FIFA para detener a aquellos que venden mercadería no autorizada. Entre 60 y 100 agentes de cada ciudad siguen las órdenes de la gente de la FIFA para confiscar todo elemento ilegal que exhiba palabras como "Copa del Mundo", "Sudáfrica" y "2010", además de los logos oficiales y sus combinaciones. Toda la mercadería que incluya esos símbolos pertenece a Blatter. Hasta del nombre del país se apropió la FIFA para ganar dinero.

El gobierno sudafricano se comprometió a pagar a la FIFA una indemnización además de los honorarios a los abogados en caso de una controversia legal. El periodista italiano Matteo Patrono escribió recientemente en periódico italiano Il Manifesto algunos de los pleitos judiciales que surgieron recientemente. Un pub de Pretoria fue enjuiciado por haber pintado en el techo la Copa del Mundo y una fábrica de caramelos por haber impreso sobre el envoltorio de su mercadería una pelota de fútbol y la bandera sudafricana. A los vendedores de bebidas fuera de los estadios se les obligó a transferir a botellas neutras cualquier líquido que compitiera con la famosa marca de las burbujas que desde hace 40 años llena las arcas de la FIFA. Hasta un panadero de Hamburgo que había dado a sus panes la forma de la Copa del Mundo fue demandado. El caso más famosos es el de la línea aérea de bajo costo Kulula que recibió una carta de apercibimiento con objeto de que retirase inmediatamente la publicidad lanzada en los diarios locales en febrero: “La compañía no oficial de ustedes saben qué”. Hoy, 36 jóvenes holandesas fueron expulsadas del estadio Soccer City durante el encuentro entre Holanda y Dinamarca. La FIFA consideró que sus vestidos naranjas formaban parte de una publicdad encubierta de una empresa de cerveza que no era precisamente la oficial del torneo.

El libro “No logo” de Naomi Klein, una suerte de Biblia para los movimientos que luchan por un mundo más justo, cuenta cómo las grandes multinacionales se asientan en África para explotar sus múltiples recursos naturales a costa de bajos salarios y altos niveles de contaminación del medio ambiente. En un continente pobre del sur, los ricos del norte llegan con sus millones, imponen condiciones contractuales, juntan sus millones y se marchan a otro sitio a seguir con sus negocios. La descripción no difiere mucho de lo que es hoy la FIFA. La casa madre del fútbol mundial es desde hace tiempo una gran corporación, que ya vendió los derechos de televisión del Mundial en 2.000 millones de dólares tras invertir menos del diez por ciento. En tanto, el gobierno sudafricano gastó una cifra similar en la organización del campeonato, con grandes beneficios temporales, menores a los esperados, y otros que vendrán a largo plazo. Pero sería sensato que la FIFA se vincule con África no sólo bajo la lógica corporativa, sino considerando que está llevando su mayor negocio a una zona postergada, donde resulta hasta obsceno dilapidar dinero en estadios ultramodernos que después serán desaprovechados. Pero todo es una cuestión de negocios, no sólo de fútbol.

El Mundial según Trueba

Fragmento de la columna de hoy del cineasta, guionista y escritor español David Trueba en el diario El País:

"Menotti en una entrevista de estos días en As replicaba a tanto espíritu festivo afirmando que el escenario de Sudáfrica era un arma de doble filo. Por un lado colorido y bailón, pero cuyos estadios carecen de pedigrí mítico. Él lo dijo para enmarcar, claro: ´¿llevaríamos la Filarmónica de Berlín al altiplano boliviano? Pues no´.

Se refería a la música, ese silencio del público cuando se aprecia una jugada bien trenzada, esa observación del espectáculo creativo por encima incluso del gol, que es sólo la meta, no la razón del juego. Por lo que llevamos visto, la música del Mundial no va a ser la guitarra bien templada ni tan siquiera el contundente violonchelo. Va a ser la vuvuzela de plástico, que es algo así como si te zumban treinta mil moscones en la oreja durante 90 minutos. A ratos añoras el horrendo bombo de Manolo como si fuera Yehudi Menuhin. Tendríamos que aclarar si los zulús inventaron la cosa como arma defensiva o como arma festiva. Por el momento quedemos a la espera de jugadores rompevuvuzelas, aquellos que impongan el silencio con la genialidad, el recuerdo imborrable más allá del triunfo, o a ser posible junto a él. Y sobre todo, que no ganen los que juegan a no perder, los equipos rácanos, los rompeguitarras."

La columna completa aquí.

Argentina da el primer paso

Verón fue hacia el córner ocho años después de su caminata más famosa. En el Mundial de Japón y Corea 2002, a minutos de que Argentina se quedara afuera de la Copa en la primera fase hacia Suecia, su andar tranquilo irritó a muchos y lo convirtió en el villano de la época. Ésa era su última imagen en una Copa del Mundo. En Sudáfrica 2010, su primera ejecución desde la esquina le dio a la Argentina su primer gol y único gol ante Nigeria. Heinze conectó de cabeza el centro de la Bruja y la pelota ingresó por el ángulo derecho. Sin brillar, Argentina se llevó los tres puntos en su debut.

Las presencias de Messi, Higuaín y Tévez en la delantera invitaban a soñar con un equipo argentino que saliera a llevarse por delante a su rival, en los papeles un conjunto más débil. Eso ocurrió de a ratos, aunque siempre dio la sensación de que, cuando se lo proponía, el equipo de Maradona generaba peligro el arco de Vincent Enyeama. Messi, Higuaín y Tévez dispusieron de situaciones claras para anotar y estirar la diferencia en el marcador. En ofensiva, pocos equipos tdisponen de la calidad y las variantes que tiene Maradona.

Pero los problemas argentinos surgen de la mitad de la cancha hacia atrás. Con Jonás Gutiérrez improvisado en el lateral, el franco derecho de la defensa se constituyó una zona fértil para los ataques nigerianos, que desde ese lugar generaron peligro sobre todo en el primer tiempo. Ya en la segunda parte, los centros y los tiros de afuera de los nigerianos inquietaron a la defensa argentina, que tuvo la seguridad de Romero y la suerte necesaria para asegurar el cero. Un tiro de Taiwo desde afuera y otro de Yacubu desde el punto del penal fueron las chances más claras de los africanos, que mostraron escasa jerarquía a la hora de definir.

Con Jonás más preocupado en defender que en atacar y con Di María con poco peso, Argentina dispuso de poco juego por las bandas y atacó en general por el centro. En ese sector jugó Messi, que se vinculó mucho con la pelota y siempre que encaró hacia delante generó peligro en el arco rival. El rosarino tuvo cuatro chances claras para marcar que tapó el arquero o que se fueron cerca. Ésa probablemente sea la mejor noticia para los argentinos: Messi está bien físicamente y en buen nivel futbolístico. Cuando toma el balón resulta desequilibrante, capaz de marcar goles por sí sólo. Gran parte de las posibilidades de su equipo residen en sus pies. Si él, Higuaín y Tévez hubieran estado más precisos, la diferencia ante Nigeria hubiera sido mayor.

No le sobró mucho a la Argentina para ganarle a un equipo inferior como Nigeria, pero consiguió tres puntos importantes para ganar confianza de cara al futuro. Si el rendimiento de hoy actúa como un piso de cara al futuro, hay motivos para ser optimista. Al fin y al cabo, es importante asegurarse la clasificación a octavos de final, pero será a partir de allí donde deberá verse la mejor versión del equipo.

Mundial - Día 1

Y un día, la cuenta regresiva llegó al final y la pelota se echó a rodar. Sudáfrica 2010 ya está aquí y es momento de hablar un poco del juego, que de eso al fin se trata todo esto.

El Mundial atrae por congregar a las máximas estrellas del fútbol en un sólo torneo, con camisetas distintas a las habituales. Todo es brutal en la Copa Del Mundo: las repercusiones, las toneladas de fútbol que devuelve la televisión, el sinfín de programas periodísticos que informan y analizan lo que sucede. Cada cuatro años, se ven de a tres partidos por día de los mejores futbolistas del Mundo.

Esa ola futbolística que todo lo envuelve es lo que se extraña para los amantes del deporte cuando todo termina. Al ver la repercusión mediática de estos días, uno llega a la conclusión que semejante despliegue técnico y discursivo sólo puede tener lugar durante poco más de un mes cada cuatro años, porque más sería insoportable. Pero así y todo, es lo que nos gusta y esperamos ansiosos. Al ver los encuentros del primer día, parece que tanto despliegue y preocupación por el afuera no se correspondió con lo que sucedió en el campo. Quizás no sea una sorpresa, pero luego de tanta expectativa el fútbol nos devolvió una imagen pálida.

Sudáfrica y México fueron los encargados de dar el puntapié inicial. Los mexicanos fueron más al comienzo, pero los sudafricanos luego emparejaron las cosas y se pusieron en ventaja con un golazo de Tshabalala. Cuando parecía que el local se llevaría la victoria, Rafa Márquez empató a falta de 12 minutos para el final. Luego llegó el turno de Uruguay y Francia, para completar la primera jornada del Grupo A. Uruguay es un equipo que históricamente genera simpatía, porque es el país pequeño del sur que llegó a ser grande en el pasado (ganó los mundiales del ´30 y el ´50) y que siempre lleva consigo un garra que le permite suplir muchas veces la falta de técnica individual, más allá de que históricamente a dado grandes jugadores. Ante Francia, sólo Forlán generó peligro ante el arco francés y tuvo así las dos jugadas más claras del equipo, una en cada tiempo. Al final fue empate 0 a 0, en partido con mucho juego en la mitad de la cancha y poco peligro en las áreas.

En suma, poco juego virtuoso apareció sobre el campo de juego en la primera jornada del Mundial. Algo del sudafricano Lawrence Tshabalala, otro poco del mexicano Giovanni Dos Santos, algo del uruguayo Forlán. Poco pudo mostrar Henry en Francia, que arrancó desde el banco y entró al final del juego. En el grupo más parejo prevaleció el cuidado del arco propio. Ojalá la cosa cambie.

La Argentina de Maradona

Una encuesta del diario Marca da Argentina y Brasil como los principales rivales de la Selección Española en el Mundial de Sudáfrica. Muchos de los periodistas desconocidos que son fuente de consulta en los grandes medios por estos días también señalan al equipo de Maradona como uno de los candidatos a llevarse la copa. En el extranjero parece construirse una imagen optimista sobre futuro de la albiceleste que a veces incluso supera al ánimo doméstico. Pero las grandes individualidades argentinas, con Lionel Messi a la cabeza, generan miedos o ilusiones según desde donde se las mire.

Argentina se presenta como candidato por el buen momento futbolístico de muchos de sus jugadores más que por el nivel colectivo del equipo. Distinto es el caso de España, que mediante la estructura del Barcelona se constituyó como un equipo temible, que se puso desde hace tiempo el traje de candidato al título. Los 34 goles de Messi en la última temporada de la Liga Española, los 27 de Higuaín (fueron los máximos anotadores del campeonato), los 22 de Diego Milito en Italia (más los dos tantos en la final de la Champions League), además del buen nivel de Tévez y Agüero, junto con su tradición futbolística y de títulos, ponen para muchos al equipo de Maradona como uno de las serios aspirantes al título mundial. Argentina tiene cracks en el sector de la cancha donde no abundan.

Sin embargo, el ciclo Maradona, nacido a fines de 2008, se caracterizó por su irregularidad. Argentina fue cuarto en la zona americana de clasificación con 28 puntos, detrás de Brasil, Chile y Paraguay. En todo el proceso Maradona, el equipo jugó 20 partidos, de los cuales ganó 14 y perdió 6. Sin embargo, por Eliminatorias, las estadísticas son más estrechas, con 4 victorias e igual cantidad de derrotas. Los triunfos de la era del Diez aumentan cuando se tienen en cuenta partidos ante rivales menores como Panamá, Ghana, Jamaica, Haití y Canadá.

El poder de las individualidades sobresale ante la imagen del técnico, héroe como futbolista pero que comenzó a hacerse como entrenador mientras se descubría en el cargo. Esto se observa principalmente en la multitud de jugadores convocados (más de 100 en menos de dos años) y en los distintos esquemas tácticos utilizados. Las derrotas en fila ante Brasil y Paraguay por Eliminatorias en septiembre pasado, que comprometieron seriamente la clasificación al Mundial, actúan como quiebre en esta corta historia, con estradas y salidas de jugadores. En el once titular ante los guaraníes aparecieron Zanetti, Domínguez, Papa, Gago y Dátolo. Ninguno de ellos jugará la Copa del Mundo. En el partido ante Perú, del 10 de octubre, comenzaron en la cancha Schiavi, Emiliano Insúa, Enzo Pérez y Pablo Aimar, éste último como enganche. Tampoco ellos estarán en Sudáfrica. Cuatro días después, ante Uruguay, ya aparecieron las dos líneas de cuatro que Maradona abrazó en los siguientes partidos. La victoria en el Centenario y la clasificación al Mundial sellaron el destino de esos jugadores y de esa idea.

El esquema con cuatro centrales en la defensa y otra línea de cuatro volantes, con salida por afuera con Jonás Gutiérrez y Di María, asomó en el partido ante Uruguay y se fortaleció principalmente en la victoria ante Alemania en Munich por 1 a 0 en marzo pasado. Aquel amistoso fue tomado por Maradona como un partido de Mundial y el nivel aceptable del equipo reafirmó las ideas precedentes del técnico, aunque ahora parece que se inclinará por jugar el primer partido del Mundial con tres delanteros. Más allá de todo, lo mejor del equipo se vio en partidos amistosos, que en general no permiten sacar conclusiones definitivas. Argentina deberá mostrar su mejor nivel, que ya exhibió en algunos pasajes de distintos partidos, para acrecentar sus aspiraciones de título. Dispone del jugador más desequilibrante del mundo (Messi) y de un grupo de buenos futbolistas, sobre todo en ataque, capaces de acompañarlo en el camino a lo más alto. Su grupo de primera fase, que comparte con Nigeria, Corea del Sur y Grecia, le permite soñar a lo grande. Habrá que ver si las grandes individualidades hacen un gran equipo

Presidentes mundiales

El político francés Jean - Marie Le Pen decía en 1987: “El deporte necesita un buen número de cualidades (lealtad, sentido del esfuerzo, generosidad, ética) que son de derecha”. Resulta discutible atar aquellos valores a una determinada ideología, pero el discurso refleja la idea de vincular el ejercicio físico profesional con las altas esferas de un país. Cuando se avecina la Copa del Mundo de fútbol, como sucede por estos días, el fenómeno se vuelve más visible y profundo.

Fueron varios los presidentes que tomaron contacto directo con su Selección de fútbol o que hicieron referencias a ella en las últimas semanas. El primer mandatario uruguayo, José “Pepe” Mujica, se presentó en el Estadio Centenario de Montevideo hace pocos días y, antes de la victoria de la Celeste sobre Israel por 4 a 1, le entregó a Diego Forlán y a Diego Lugano la bandera uruguaya que flameará en Sudáfrica. Pocos días después, compartió una cena con el plantel en el complejo de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Allí les dijo a los futbolistas: “Ustedes son un grupo de gurises (jóvenes) que llevan la representación, los sueños y la alegría de los uruguayos. Solo les pido que jueguen con alegría”

El Presidente de Chile, Sebastián Piñera, tuvo una polémica visita a la concentración de la Selección Chile en el complejo deportivo Juan Pinto Durán. En su discurso ante los futbolistas, Piñera se refirió a algunos de ellos por sus apodos y enumeró algunas de sus cualidades futbolísticas. Ese tratamiento también lo empleó para referirse al técnico Marcelo Bielsa, a quien llamó "loco". Tras sus palabras, Bielsa saludó fríamente a Piñera, se retiró del lugar sin posar para la foto.

“Gracias a Dios Messi no juega en la selección argentina ni el 10% de lo que juega con el Barcelona. Eso deja muy satisfechos a todos los brasileños” fue uno de los tantos comentarios futbolísticos recientes de Lula da Silva, el presidente de Brasil. Luego de reunirse con su colega español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo sobre el Mundial: “Zapatero dice que España tiene el mejor equipo del mundo. Sinceramente, ellos no tienen tradición, creo más en otras selecciones que ya hayan vencido en algún Mundial. No creo que haya sorpresas en Sudáfrica”. Lula recibió al plantel de la Selección en el Palacio Alvorada antes de su partida a Sudáfrica.

Zapatero no se ha vinculado con el Mundial, probablemente porque se encuentra muy ocupado en afrontar la crisis económica que sufre España. Mientras algunos cuentan que una victoria española en el Mundial es la última carta con la que cuenta el presidente para mejorar su imagen en picada, otros analistas afirmaron que si España gana el Mundial el PBI puede aumentar un 0,7 %. Casualidad o no, recientemente Zapatero ha fijado como fecha límite para aprobar la reforma laboral, con o sin acuerdo entre los sindicatos y la patronal, para el miércoles 16 junio. Ese día España debutará en el Mundial ante Suiza.

Situación similar vive Italia, cuyo gobierno también ha aplicado recortes presupuestarios en el último tiempo para afrontar la crisis económica. A tal punto que el ministro Roberto Calderoli les pidió recientemente a los futbolistas que "participen en los sacrificios que están haciendo los italianos frente a la crisis económica”. En pleno debate sobre los recortes presupuestarios y las protestas, Calderón incluso declaró que sería “un gran gesto si los jugadores y la Federación devolviesen los premios que ganarán en el Mundial”.

“Ahí voy a estar en la primer victoria de Honduras" dijo sonriente el presidente de aquel país, Porfirio Lobo, en rueda de prensa. Lobo, asumido luego del golpe de estado contra Manuel Zelaya hace casi un año, aclaró que "por cuestiones de tiempo" solo asistirá el primer choque contra los chilenos el 16 de junio en la ciudad sudafricana de Nelspruit. Luego agregó que los jugadores hondureños "son un ejemplo de cómo un pueblo debe de unirse para triunfar... cuando visten la camiseta de la selección trabajan juntos para triunfar y así debe ser el pueblo".

"No olviden la fuerza que desde acá les enviamos los aficionados y aficionadas de todas las edades, de todo un país, pues somos los que desde Paraguay sufriremos, gozaremos y los alentaremos” escribió Fernando Lugo, el presidente paraguayo, en una carta dirigida a su Selección antes de partir a Sudáfrica. Felipe Calderón, el primer mandatario mexicano, cumplió con el tradicional toma de protesta a sus jugadores. "Vengo en nombre de la nación a encomendar a su estricta responsabilidad esta bandera que simboliza nuestra identidad, soberanía y libertad. ¿Protestan honrarla, respetarla y dar su mayor esfuerzo en esta justa deportiva", preguntó Calderón. "¡Sí, protesto!" gritaron los jugadores. "Si así lo hicieran que la patria y el deporte de México se los premie y si no que se los demande. ¡Felicidades!", agregó Calderón, que luego entregó una bandera al arquero Guillermo Ochoa. El mismo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, recibió junto al ex presidente Bill Clinton y al actual vice Joe Biden al plantel del seleccionado norteamericano en la Casa Blanca.

En Argentina, la presidente Cristina Kirchner no tomó contacto directo con los jugadores de la Selección de Maradona. Sólo el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se acercó al predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en Ezeiza, para desearles suerte a los futbolistas. De viaje por Brasil cuando el plantel viajaba a Sudáfrica, Kirchner sólo se comunicó por teléfono con Maradona para saludarlo.

Tanta preocupación por la suerte de los equipos en la gran cita mundialista no parece casualidad. Hace tiempo que el fútbol integra la agenda de los estados nacionales. Más que un deporte, se vuelto un medio para aspirar a la grandeza, no sólo deportiva.

El Mundial en el medio

En España, las ventas de los televisores en mayo pasado se han incrementado un 182 % con respecto al mismo mes del año pasado. En Corea del Norte, también se han vendido muchos aparatos, aunque aun no está resuelto si podrán emitir los partidos del Mundial. Las negociaciones entre la emisora surcoreana SBS (Seúl Boradcasting System), que adquirió los derechos televisivos de la Copa del Mundo para toda la península coreana, y su vecino país del norte fueron suspendidas debido a la reciente escalada en el conflicto político entre ambos estados, que recrudeció por el hundimiento de un buque. La televisión cubana anunció recientemente que transmitirá todos los partidos del Mundial, en un hecho inédito para la isla. La cadena norteamericana ESPN dio a conocer que en el primer encuentro entre Sudáfrica y México inaugurará su canal de 3 dimensiones, para lo cual los televidentes deberán adquirir televisores especiales. En Argentina, el Gobierno Nacional reparte en barrios carenciados 350 mil decodificadores que permiten sintonizar la señal digital del canal público. En el medio de esta fiebre por conectarse de la mejor manera con los 64 partidos, la Copa del Mundo se revela como una acontecimiento global que se encuentra en los medios de comunicación una herramienta indispensable para llegar, tal como espera la FIFA, a 30 mil millones de espectadores alrededor del mundo.

En el Mundial de Sudáfrica, se calcula que la FIFA recaudará algo más de 2.100 millones de euros por los derechos de televisión, tras una inversión de 128 millones. La casa rectora del fútbol es dueña de estos derechos, que se derraman comercialmente a cada país para ser vistos por millones. Lo que se dice un buen negocio, que cuanto más planetario se vuelve, más redituable es. Así, el fútbol – juego se integra a la ideología del entretenimiento y se presenta como contenido de los medios de comunicación. Pero todo esto no podría suceder sin la penetración mundial que ha adquirido el deporte en las últimas décadas.

Fue en el Mundial de Italia ´90 donde el fútbol se convirtió en un negocio a escala mundial. La caída del muro de Berlín un año antes y el fin del comunismo permitió que el deporte actuara como eje para dar lugar a una industria de entretenimiento global de la mano de la televisión vía satélite. Aquel fue el primer Mundial donde las computadoras se volvieron de uso cotidiano para la prensa. La incorporación al mercado futbolístico de Estados Unidos en 1994, con la organización del Mundial en aquel país, y luego de los gigantes asiáticos, completaron el proceso del fútbol como un entretenimiento planetario.

En toda esta historia, el desarrollo de las nuevas tecnologías ocupa una parte fundamental. El Mundial de fútbol es un acontecimiento tan importante que sirve de escenario para dar a conocer masivamente nuevas formas de comunicarse. Primero fue la radio, luego la televisión vía satélite, después las computadoras, más tarde Internet y sus infinitas posibilidades. En los últimos campeonatos, quedó claro que la posibilidad de vincularse con el acontecimiento no pasó solamente por sentarse delante de la pantalla para ver los partidos, sino que existen muchos medios alternativos para conocer noticias desde el lugar de los hechos.

Internet ocupó un lugar central en la campaña electoral que llevó a Barack Obama a la Casa Blanca. En Sudáfrica, será la primera vez que la importancia de la red supere a la TV. Por empezar, será la primera ocasión en que los partidos podrán verse a través de los teléfonos celulares. Pero son las redes sociales como facebook y twitter las que se han vuelto indispensables para acceder a noticias de primera mano. Varias selecciones han abierto sus canales oficiales de ambas redes y son muchos los futbolistas que a través de su cuenta de twitter se comunican con los fanáticos. En días recientes, donde hubo pocas noticias deportivas, fueron las redes sociales las que sirvieron como fuente de información también para los grandes medios. Un caso testigo fue el de la Selección Argentina, donde la prensa al no poder tomar contacto directo con los futbolistas se nutrió de noticias desde el twitter del Kun Agüero. También serán importantes los testimonios de los hinchas, que vía blogs y redes sociales podrán dar testimonio de lo que sucede en Sudáfrica.

Mientras tanto, en Argentina los grandes medios televisivos con enviados en Sudáfrica dedican gran parte de sus espacios a las noticias futbolísticas, dejando en un segundo plano el contexto tan rico en historias donde se disputará el campeonato. Aparecen los programas televisivos creados especialmente, las programaciones alteradas por los partidos, los suplementos deportivos más gruesos, las revistas novedosas. Pero en la previa, salvo los partidos amistosos y las continuas lesiones, poco parece relevante deportivamente hablando. En los espacios comerciales, desfilan los concursos con viajes al Mundial como premio, las publicidades especialmente preparadas para el campeonato, las ofertas del mes y las promociones. El fútbol presentado como una herramienta de marketing de las grandes empresas de entretenimiento y comunicación. Combinado con el nacionalismo, el deporte permite el aumento de la audiencia y mayores posibilidades de negocios.

Un reciente informe de Pixmania.com, un portal líder en Europa para la comercialización de productos de consumo por Internet, concluyó que el Mundial será vivido por los españoles como un espectáculo televisivo en lugar de como una competición deportiva. En medio de tantos millones y tantos discursos mediáticos dando vueltas, esperemos que los partidos sean entretenidos.

Evo, el Mundial y el monopolio

La Agencia AFP dio a conocer ayer declaraciones del presidente boliviano, Evo Morales, quien lamentó la imposibilidad de transmitir en su país por señal abierta los partidos del mundial de Sudáfrica 2010, a causa del monopolio de exclusividad que ostentan las empresas televisivas.

"Lamentablemente hay un monopolio, está privatizado; para las eliminatorias hemos resuelto este tema. Ahora, por cuestiones económicas no hemos podido acceder, pero mi gran deseo es que podamos tener esta transmisión directa" dijo Morales.


El jefe de Estado consideró nefasto que el fútbol se constituya en un negocio privado, porque en su opinión el deporte debe ser un derecho humano y todos deben tener la posibilidad de ver el mundial. Al respecto, Morales recordó que en el caso boliviano, estos partidos acaparan grandes audiencias, y reducirlo a un servicio prepago, inaccesible para la mayoría de la población, "es triste".

Sudáfrica mía

El sábado 15 de mayo de 2004 fue el comienzo de esta historia. Aquel día, Joseph Blatter, el presidente la FIFA, anunció que Sudáfrica sería la sede del Mundial de fútbol de 2010. Los sudafricanos se habían postulado como anfitriones para 2006, pero Alemania los había derrotado por apenas un voto. A último momento, el neozelandés Charlie Dempsey desobedeció la instrucción de la Confederación de Oceanía para votar por Sudáfrica y su abstención llevó el campeonato a tierras germanas. Pero Blatter debía retribuir los votos africanos que le habían permitido acceder a la presidencia de la FIFA en 1998, por lo que, en el marco del sistema de rotación continental instaurado por la FIFA, en 2010 sería el continente negro quien albergue la copa. La nueva medida aseguraba virtualmente el triunfo de la patria de Nelson Mandela, el país más desarrollado del continente, que se impuso a Marruecos, Egipto, Túnez y Libia. Tras ser sede del Mundial de rugby en 1995, de la Copa Mundial de cricket en 2002, en pocos días el torneo de fútbol más importante del mundo tendrá lugar en suelo sudafricano.

El Mundial de fútbol, con sus millones y sus súperestrellas, llegará a un país de 50 millones de habitantes, donde la mitad de ellos es pobre y un quinto vive con menos de dos dólares diarios. Un cuarto de la población no tiene trabajo y un 12 % de los habitantes tiene SIDA (en el caso de las prostitutas, la cifra supera el 45 %).La esperanza de vida es de 49 años. Suman 18 mil los asesinatos cada año y 55 mil las violaciones. A ese lugar llega la multinacional FIFA. Por primera vez en la historia, el fútbol súperprofesional verá un poco más de cerca el sitio de donde provienen muchos de los engranajes (los jugadores) que dan movimiento al espectáculo.

Para el Mundial se han vaciado los espacios públicos de las ciudades de prostitutas, mendigos y niños de la calle. Todos ellos son invitados a retirarse de la vía pública y enviados a refugios alejados. El gobierno de Jacob Zuma, el actual presidente sudafricano, invirtió más de 600 millones de dólares en reforzar la seguridad. La estrategia consiste en llenar las calles con los 188.000 efectivos más unos 300 agentes privados. Sudáfrica es uno de los países con más hombres de seguridad por habitante, similar en promedio a Canadá y Estados Unidos.

Si el Mundial es un éxito, le permitirá a Sudáfrica obtener una legitimidad y reconocimiento que sería muy difícil ganar de otra forma. A la vez, se reafirmaría el poderío del país en la zona, con un Producto Bruto Interno que representa el 25% del total del continente. El Mundial traerá promoción internacional, beneficios económicos, políticos y sociales. Sin embargo, la carrera por llegar a tiempo con las obras de infraestructura no resultó sencilla. Recién el 26 de marzo pasado, a 76 días del inicio del torneo, la organización anunció que todos los estadios estaban terminados. Todavía hoy se ven máquinas arreglando calles y autopistas.

Pero pese a las dificultades, parece un milagro que la Copa del Mundo llegue hasta un país como Sudáfrica, que hasta hace no mucho tiempo estuvo al borde de la guerra civil. En 20 años, pasó del Apartheid a ser una democracia estable. El sistema de segregación racial vigente entre 1948 y 1990 le costó al país la suspensión del movimiento olímpico en 1964 y la expulsión seis años después. Las primeras elecciones libres fueron en 1994. Allí, Nelson Mandela se llevó la victoria y logró unificar a negros y blancos. Durante su presidencia, impulsó la economía a través del Programa de Reconstrucción y Desarrollo para luchar contra las desigualdades sociales y raciales y redactó una nueva constitución ratificada por el Parlamento en 1996. Los nuevos discriminados son los 10 millones de inmigrantes africanos, casi todos ilegales, que llegaron en los últimos tiempos buscando trabajo. Se calcula que para la Copa se crearán 130 mil empleos. Para muchos, el Mundial de fútbol es la noticia más importante para Sudáfrica desde el fin del Apartheid.

La inversión total rondará los 2000 millones de dólares. Se esperaban inicialmente a 450 mil turistas durante el mes de competencia, pero ahora se calcula que llegará poco más de la mitad. La embajada argentina estima que entre 4000 y 5000 compatriotas viajarán para alentar a la selección. Pese al trato amable y servicial de los sudafricanos, es evidente que el sitio donde se desarrolla el campeonato hace que menos fanáticos se trasladen allí para verlo. Ciertos factores coyunturales como la crisis económica mundial que avanzó sobre Estados Unidos en 2008 y ahora lo hace sobre Europa, de donde provienen la mayor cantidad de espectadores, conspiran contra los traslados. El invierno y sus bajas temperaturas tampoco estimulan a las viajantes, en lo que será la primera copa que se dispute bajo temporada invernal desde Argentina ´78.

Pero pese a las estadísticas frías y la realidad más dura, esta aldea global muestra sitios tan disímiles como Alemania y Sudáfrica, capaces de albergar el Mundial de fútbol. Tendrá más desigualdad, menos comodidades, mayores niveles de violencia, pero Sudáfrica también forma parte del mapa y es interesante que el espectáculo futbolístico se bañe cada tanto en aguas humildes, aunque sea bajo su lógica de millones, favores y negocios. Al fin y al cabo, pocas cosas son tan universales como el fútbol y pocas tan lindas como el Mundial.