Casillas, Xavi y el premio más importante

Casillas y Xavi reciben el premio Príncipe de Asturias
Al verlos vestidos con el traje oscuro y fundirse en un abrazo tan afectuoso, no resulta sencillo imaginarlos transpirados en el campo de juego, mientras luchan por llevarse la victoria. Iker Casillas y Xavi forman parte de una de las rivalidades más trascendentes del deporte moderno cuando juegan el clásico entre Real Madrid y Barcelona. Encuentros luchados, tensos, donde no han faltado incidentes. El pasado viernes 26 de octubre, ambos futbolistas dejaron en el campo las disputas y recibieron el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2012, en reconocimiento a una amistad que lleva más de 15 años.

Fue otro galardón más para dos futbolistas que ya cuentan con una vitrina repleta de trofeos. Que ya han visto de cerca la gloria deportiva muchas veces. Sin embargo, este premio no carga de tras de sí un campeonato, ni una jugada épica. Pero lleva consigo valores tan fuertes que ninguna conquista deportiva puede igualar.

El Premio Príncipe de Asturias para Casillas y Xavi es un símbolo de una amistad construida desde la rivalidad, que supo trascender las disputas deportivas y unir fuerzas por un fútbol mejor. Una muestra de la necesidad de reconocer las virtudes rivales para ser mejor cada uno. Un ejemplo de cómo el rival deportivo no es un enemigo, sino que sus virtudes pueden hacerme mejor y engrandecer mi propia victoria, tal como sucede en cada clásico de Real Madrid y Barcelona.

El arquero madridista y centrocampista catalán mantienen su amistad desde 1997, cuando compartieron plantel en la selección española que jugó el Mundial Sub -17 de Egipto. Luego ganaron juntos el Mundial Sub-20 de Nigeria. Desde entonces compartieron plantel en la selección mayor que conquistó el Mundial de 2010 y los campeonatos europeos de selecciones de 2008 y 2012. A la vez, el césped los mostró en veredas opuestas con sus equipos en la liga española. Los enfrentamientos dieron forma a inolvidables partidos de fútbol, muchas veces con roces físicos y verbales entre ambas plantillas, pero el premio muestra que lo que prevaleció fue la amistad y la honradez.

“Lo recogemos como reflejo de una madurez y una carrera en la que hemos conseguido grandes logros tanto a nivel personal, como colectivo”, dijo el capitán madridista. El Príncipe de Asturias reviste la nobleza de los mejores valores del deporte. De lo intangible pero de lo valioso. Es un símbolo de una amistad inquebrantable ante la disputa, la rivalidad, la fricción y las ansias de victoria. De la posibilidad de reconocer la superioridad del compañero ante la victoria ajena. De distinguir el momento entre la rivalidad ocasional dentro del campo y el compañerismo en la selección española.

La distinción se ubica lejos de las miserias que suponen la necesidad de éxito a cualquier precio, de la presentación del rival como enemigo a destruir, de la referencia a la derrota como símbolo del fracaso y del derrotado como carente de cualquier tipo de virtud. Es un premio a la buena moral, la solidaridad, el esfuerzo de dos personas que desde el fútbol han dado un ejemplo a todos. Dos futbolistas que desde el deporte han dado muestras gratuitas de eso que llamaos esfuerzo solidaridad y compañerismo. Aunque sus valores no se compren con dinero ni quepan en un lujoso traje.

Aquí un video breve con la historia de la amistad entre Iker Casillas y Xavi: 

La Caracas


Aquello parecía una epopeya. Y verdaderamente lo fue. Unir Buenos Aires y Caracas en auto, con los precarios recursos existentes en 1948, parecía imposible, pero más de un centenar de corredores lo lograron. El Gran Premio de la América del Sur tuvo su primera edición en 1948 y esa carrera automovilística quedó en el recuerdo para siempre. Esa historia y las pequeñas historias dentro de la gran historia muestra el documental “La Caracas”, de Andrés Cedrón, estrenado esta semana en Buenos Aires. Un film que toma como punto de partida el deporte, enmarcado en el contexto político y social que vivía Latinoamérica en la mitad del siglo XX.

La idea de la carrera nació entre los socios del Automóvil Club Argentino, pero fue gracias al impulso del presidente Juan Domingo Perón, que tomó el deporte como asunto de estado, que la carrera pudo llevarse a cabo. La Buenos Aires – Caracas fue un eslabón más en la relación del general con el ejercicio físico y eso se notó en la competencia, con participaciones destacadas de los hermanos Oscar y Alfredo Gálvez (amigos del General) y relatos radiales de Luis Elías Sojit (también simpatizante peronista), que llegaban a las multitudes. La carrera fue contemporánea del golpe de estado ocurrido en Perú, que llevó al poder a Manuel Odría, en la llamada “Revolución Restauradora”. Este levantamiento incluso influyó en el desarrollo de la competencia, que debió adelantar la partida de una de sus etapas.

Gracias a múltiples testimonios y grandes hallazgos de imágenes de archivo, "La Caracas" logra reflejar la gran repercusión social que tuvo la carrera en la época, que desde el deporte logró reunir a miles de personas para ver pasar los coches a toda velocidad. A la vez, la competencia tuvo la virtud de concretar a su modo el sueño de la unión latinoamericana, ya que durante 20 días, los autos recorrieron más de 10 mil kilómetros por los caminos de Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.

En el medio, quedan las historias de los aventureros corredores, como Fangio y los hermanos Gálvez. Los participantes debían lidiar con múltiples dificultades a lo largo del recorrido, como la escasez de dinero, la falta de materiales para mantener los coches en buen estado, los accidentes y los continuos problemas mecánicos.

En esas historias navegan las imágenes y los testimonios de "La Caracas", con el final controvertido de la carrera, el ganador real y el victorioso moral, el fervor de los fanáticos y un camino de miles de kilómetros trazado hace 64 años, que quedó en el recuerdo para siempre.

"La Caracas" se exhibe en el cine Cosmos-UBA y en el Espacio INCAA Km 0 Gaumont.

Aquí el trailer de "La Caracas":

Los nuevos millones del fútbol europeo vienen de Rusia

El Zenit celebra su último título de liga

El brasileño Hulk y el mediocampista belga Axel Witsel dieron forma a los 100 millones de euros. El deprimido mercado europeo de verano recibió los billetes con los brazos abiertos, dispuestos a reconocer al Zenit de San Petersburgo como el actor estelar del campeonato ruso y un nuevo poderoso del Viejo Continente.

En una región que navega entre la crisis económica y el premio Novel de la paz recientemente otorgado, Rusia se consolidó el pasado verano como la tierra emergente del mercado futbolístico europeo. Fichajes estelares, inversiones millonarias y poderosos grupos económicos fueron rasgos distintivos del negocio de las transferencias de futbolistas. España e Italia navegan las aguas del ajuste económico, Inglaterra intenta mantener su nivel pese a las deudas millonarias de sus clubes, Alemania y Francia sobreviven como modelos deportivos más austeros pero sustentables. Sin embargo, es Rusia quien ofrece nuevo dinero líquido para hacer crecer una liga que ve en la Copa del Mundo de 2018 su horizonte de grandeza.

Gas líquido

La petrolera Gazprom, y su presidente Alexander Dyukov, es quien está detrás del club y la inversión del Zenit. La empresa se ubica dentro de las cinco más importantes del mundo en su rubro y tiene estrechos vínculos con el presidente del país, Vladimir Putín.
Hulk, la reciente incorporación del Zenit

El equipo fue campeón en la última edición de la liga y está dirigido por el italiano Luciano Spaletti. Cuenta con la columna vertebral de la selección rusa, reforzada con buenos valores como el central portugués Bruno Alves, el lateral italiano Doménico Criscito y el delantero portugués Danny. Hulk y Witsel fueron las últimas adquisiciones, que totalizan una inversión de 241 millones de euros en las últimas temporadas. El propio Putín aclaró tras las últimas adquisiciones: "Me gustaría señalar que son las empresas quienes compran a los jugadores y no el gobierno".

Pero el Zenit no es el único que tiene los billetes en el fútbol ruso. Recientemente, el CSKA fichó al brasileño Mario Fernandes, del Gremio, por 15 millones. En total, los clubes rusos gastaron 223 millones de euros en futbolistas en el último verano, dejando a la liga entre las cinco de Europa que más dinero invirtieron. El año pasado, el club estrella del país fue el Anzhi, que de la mano del magnate Suleiman Kerimov gastó 150 millones en fichajes, donde se contaban Roberto Carlos y Eto’o, entre otros.

La Liga adaptó su calendario y por primera vez se celebra de otoño a primavera, como el resto de los principales campeonatos de Europa, y cuenta con 16 equipos participantes. En el verano, se amplió de seis a siete el número de futbolistas extranjeros permitidos en el campo por cada equipo.

La reciente eliminación prematura en la Euro 2012 (la selección rusa se despidió en primera ronda), le costó el cargo a los tres principales directivos de la Federación Rusa de Fútbol, mientras se les habría una investigación judicial por los manejos financieros de la institución. El presidente saliente, Sergei Fursenko era un hombre de confianza de Putin y pieza clave en la organización del Mundial 2018. "El sistema de arbitraje también ha sido reformado, ya que es muy importante terminar con el arreglo de partidos", dijo el propio Presidente del país.

Dólares en fuga
Gasprom en la camiseta del Schalke 04 de Alemania

Los negocios futbolísticos de Gazprom no se extienden sólo al Zenit, sino que la empresa cuenta con vínculos comerciales con el Chelsea de Inglaterra, el Schalke 04 de Alemania y la propia UEFA.

En 2005, Dyukov le compró a Roman Abramovic, dueño del equipo inglés, la empresa petrolera Sibneft. La influencia de Gazprom en el reciente campeón de la Champions League ha sido notoria en los últimos meses. En 2012, los millones de la empresa rusa fueron vitales para la llegada a Londres de seis futbolistas por casi 100 millones de euros.

La relación comercial con la UEFA coloca a la petrolera como sponsor de las principales competiciones de fútbol del Viejo Continente. Quizás por este vínculo contractual es que la entidad que rige los destinos del fútbol europeo no hizo valer sus planes de Fair Play financiero para los equipos vinculados con Gazprom mientras los millones volaban.

Pese a esto, la UEFA congeló en septiembre los ingresos del Atlético de Madrid y el Málaga por pagos atrasados. En total, son los 23 clubes investigados por un posible incumplimiento de las medidas que la UEFA quiere instaurar para controlar las millonarias deudas de los clubes. Entre las instituciones seguidas de cerca se encuentra el Rubin Kazan, que recientemente contrató al delantero venezolano Rondón, del Málaga, por 10 millones de euros.

Los millones del deporte
Así será el nuevo estadio del Zenit

El estadio del Zenit encierra buena parte del pasado y el futuro de Rusia. En 2007, se inició la construcción de un nuevo escenario para remplazar al actual, que sólo cuenta con capacidad para 21 mil espectadores. El Gazprom Arena estaría listo para diciembre de 2008 y albergaría a 69 mil fanáticos. Pero la compañía dejó de aportar dinero y la obra quedó estancada. A cambio, se proyectó construir en ese lugar un rascacielos de 430 metros de alto. La designación del Mundial de 2018 permitió reflotar la obra y el nuevo estadio del Zenit es financiado por el gobierno de San Petersburgo, para convertirse en una de las sedes de la Copa del Mundo.

Es el deporte el motor de buena parte de las inversiones que se llevan a cabo hoy en el gran país del este. En los próximo 6 años, Rusia recibirá los Juegos Mundiales Estudiantiles (Kazan 2013), la Copa Mundial Seven de Rugby (Moscú 2013), los Campeonatos del Mundo de Atletismo (Moscú 2013), los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos de Invierno (Sochi 2014), el Gran Premio de Fórmula 1 (Sochi, de 2014 a 2019), el Campeonato Mundial de Natación (Kazan 2015), el IIHF World Championships de hockey sobre hielo (Moscú y San Petersburgo 2016) y la Copa del Mundo de fútbol (2018).

Para el Mundial, se calcula un presupuesto de casi 20 mil millones de dólares, el doble de lo establecido originalmente. El 40 % del total se utilizará para la construcción y renovación de estadios, además de fuertes inversiones en hotelería, rutas y ferrocarriles. Serán los magnates rusos beneficiados tras la caída de la Unión Soviética quienes aporten buena parte del dinero necesario. Los millones, se ve, están en Rusia.

Borobones y esteladas. El último capítulo de Barcelona – Real Madrid, el Superclásico del fútbol mundial

El Camp Nou, cubierto con los colores de la bandera de Cataluña
Fue en minuto 17, en el segundo 14, en referencia al año 1714, cuando Cataluña perdió la Guerra de Sucesión. Aquella vez, Barcelona fue derrotada por las tropas borbónicas y la Casa de Borbón llegó el poder en España. Ayer, antes del minuto 17, los colores de Cataluña ya habían envuelto las tribunas del Camp Nou con miles de pancartas. Pero en el minuto 17, mientras el Barcelona y el Real Madrid disputaban el partido, el estadio se cubrió de miles de banderas, mientras los hinchas gritaban por la independencia. En la segunda bandeja, una gigante estelada (la bandera independentista) cubrió las gradas.

La dialéctica entre españoles y catalanes fue el punto extremo de un clásico que ha cobrado tal potencia, que es capaz de incluir dentro de sí reclamos de soberanía, duelos personales y disputas institucionales, en medio de una atmósfera global que lo pone como centro del deporte moderno.

“Superclásico del fútbol mundial” lo titularon las grandes cadenas de televisión. Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, José Mourinho, Mesut Özil, Andrés Iniesta, Xavi, son hoy estrellas del fútbol global. Forman parte de equipos poderosos, que han alcanzado una rivalidad profunda en los últimos años, mientras disputaban geniales partidos con jugadas extraordinarias. Cada cita se presenta como la oportunidad de encontrar en un mismo campo de juego a esos cracks, con la esperanza de que aquello redunde en un gran espectáculo.

Pero pese su aires globales, o a pesar de ellos, Barcelona se ubica en Cataluña, un espacio convulsionado en los últimos días por el reclamo popular por su independencia del estado español. La manifestación de la Diada con 1,5 millones de personas, en septiembre, fue el punto culminante de esta demanda.

El propio Fútbol Club Barcelona, como gran institución de la región, se ve atravesada por las demandas independentistas y la relación con el estado español. Cada presidente del club es quien fija el tono de este vínculo. Joan Laporta, que gobernó entre 2003 y 2010, dejó ver pancartas independentistas en el estadio frecuentemente. Además, estrechó vínculos con la Joventut Nacionalista de Catalunya, una organización que reclama la independencia de la región.

Sandro Rosell, actual presidente, inicialmente bajó la intensidad del catalanismo del club, descolgando las banderas que reclamaban soberanía durante los partidos y pronunciando los discursos en castellano ante las peñas. Pero a medida que el reclamo social fue en aumento, su política actuó en sintonía. Hace pocas semanas, anunció que la segunda camiseta del Barça para la próxima temporada tendrá los colores de la bandera catalana. Ayer alentó la presencia de las banderas y cartulinas que cubrieron el estadio durante el clásico.

Massi y Cristiano Ronaldo, en el encuentro de ayer
Mientras es atravesado por las demandas de soberanía, el Fútbol Club Barcelona navega por la contradicción de identificarse con su propia zona de nacimiento e influencia y recrearse como una marca global, con llegada a millones de fanáticos que desean ver a sus ídolos en directo o por televisión, jugar como ellos y comprar sus camisetas. Miles de fanáticos llegan a Barcelona cada fin de semana en que juega el equipo para ver a Messi y compañía. Las tribunas están pobladas por miles de aficionados que no hablan español pero que invierten su dinero para viajar hasta Cataluña. Miles de niños de todo el mundo tienen la camiseta del Barca e hinchan por el equipo cada vez juega, aunque vivan a miles de kilómetros de allí y nunca lo hayan visto en vivo.

El Fútbol Club Barcelona refleja como pocos la creación de una marca global, con una identidad certera. Construyó una forma de jugar que le permitió alcanzar el éxito, mientras superaba los límites que hasta entonces había marcado el fútbol. Hoy, el Barça y su catalanidad son víctimas de su propio éxito. El club ha trascendido la ciudad, la región y el país que lo envuelve. Está enclavado al norte de la península ibérica, pero el Fútbol Club Barcelona se juega, se piensa y se vive por miles en muchos lugares del mundo. Este fenómeno da lugar a diferentes prácticas, siempre en relación al club, y a negocios multimillonarios.

Pero Messi y Cristiano Ronaldo no pensaban en todo aquello mientras ejecutaban sus geniales artificios ayer en el Camp Nou. Dos cracks, de dos grandes equipos, nos regalaron un hermoso partido, que terminó igualado 2 a 2. La casa de Borbón, la Guerra de Sucesión, la soberanía, la independencia, la estelada, la Diada. Fue el fútbol y su poder lo que puso en juego semejantes valores. Un juego tan poderoso, como contener a Messi y Cristiano Ronaldo en un mismo campo de juego.

Aquí los goles del empate entre Barcelona y Real Madrid:




Aquí el grito de los hinchas catalanes, en favor de la independencia, en el minuto 17 del primer tiempo:

Atlanta, el barrio, la religión y la pelota

La presentación de "Los Bohemios de Villa Crespo: Judíos y fútbol en la Argentina" en la UNSAM
“El libro es una historia con muchas historias. Es una historia de los judíos, del barrio, del club” definió con precisión Ariel Scher."Los Bohemios de Villa Crespo: Judíos y fútbol en la Argentina" es un hermoso libro, pero sobre todo es una muestra más de la potentísima identidad que el fútbol ha construido entre los argentinos en el último siglo. Un reflejo de como, camuflado entre la religión, la etnicidad, la cultura y la política, este deporte integró a inmigrantes, estrechó lazos comunitarios y se volvió un importante espacio de ocio, recreación y sociabilidad en la Argentina.

El profesor Raanan Rein, autor de la obra, es Vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv. Escribió más de 20 libros y cientos de artículos. “Los Bohemos…”, su último trabajo, fue presentado ayer en el Centro de Estudios del Deporte (CED) de la Universidad Nacional de San Martín  “Los temas que aborda el libro son la identidad judía en Argentina en relación al fútbol y la relación del fútbol con la inmigración en la Argentina” presentó al inicio Rodrigo Daskal. Julio Frydenberg (Director del CED), Fernando Devoto (historiador), Ariel Scher (periodista) y Rein disertaron en el encuentro.

En todo momento, el barrio, la inmigración judía y el fútbol sobrevolaron el ambiente. Esos espacios nuevos para los inmigrantes de principios de siglo, sus tradiciones y costumbres religiosas, la integración a la nueva sociedad, los nuevos vínculos y, por supuesto, la pelota, un elemento que puede suponerse marginal hace un siglo, pero que con el libro gana en importancia como constructor de identidad de los nuevos habitantes de Villa Crespo.

Frydemberg contó que el libro confirma ciertos rasgos característicos de los clubes argentinos, observados en este caso en Atlanta, en especial su lógica corporativa, donde los dirigentes permanentemente buscan el beneficio y el crecimiento de la institución y para eso se vinculan con el poder político de turno. León Kolbowsky, el presidente que construyó el estadio de Atlanta y el impulsor del gran desarrollo del club a partir de la década de 1960, es una muestra de esa mitología. Además, el libro muestra a Atlanta como un espacio de múltiples actividades, donde los dirigentes se esfuerzan por el crecimiento permanente y la incorporación de nuevas disciplinas y socios.

Finalmente, Raanan, pese a escribir tanto sobre la historia, se refirió al presente de un club que sigue identificado con la comunidad judía, algo que se vuelve problemático para algunos hinchas. Pese a los cantos agresivos repetidos en las tribunas, Raanan criticó algunos estudios referidos al judaísmo en la Argentina: “Se enfocó mucho en el antisemitismo, pero los judíos en Argentina es la historia de una inmigración exitosa.”

La historia siempre volvía a estar presente. Villa Crespo, Atlanta, los inmigrantes, el deporte. Enlazados  parte un todo dinámico, vivo, que cambió la vida de muchos extranjeros llegados a la Argentina en las primeras décadas del siglo XX. “Me gustaría entrar en el túnel del tiempo, volver a la década de 1930 o 1940 para ver lo que pasaba en las tribunas” dijo Raanan Rein. Al fin y al cabo, todavía quedan muchas historias para contar.