Uruguay, el frente y la pelota

A propósito de las elecciones del próximo domingo en Uruguay, posteamos un texto de fin de 2009 aparecido en la revista digital La Tercera. El artículo fue publicado originalmente poco tiempo antes de la asunción de Pepe Mujica como presidente. 


El 14 de octubre de 2009, un gol de Mario Bolatti le dio a la Selección Argentina el triunfo frente a Uruguay en Montevideo y la clasificación para el Mundial de Sudáfrica. Aquel día, el Estadio Centenario contó en las tribunas con los tres candidatos que en ese entonces aspiraban a la presidencia uruguaya: Pepe Mujica (Frente Amplio), Luis Lacalle (Partido Nacional) y Pedro Bordaberry (Partido Colorado). Pocos días más tarde, Mujica se quedaría con el triunfo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales con el 46,6 % de los votos, que completaría con un 52,6 % en el ballotage. Así, este ex guerrillero tupamaro, que pasó 13 años en prisión, se convertirá el 1º de marzo de 2010 en el nuevo presidente uruguayo.

Los comicios orientales tuvieron su toque futbolístico. Luego del “que la chupen” maradoniano lanzado en el Centenario tras la clasificación argentina, Mujica cerró su campaña presidencial en plena avenida 18 de Julio al grito de “¡Mascatelá y que viva el Frente Amplio!”. Pero el deporte no fue sólo retórica, sino que puso el cuerpo en la carrera electoral. Hugo De León, ex defensor central, ídolo de Nacional y antigua figura de la Selección charrúa, fue candidato a vicepresidente por el Partido Colorado.

Retirado en 1993, De León fue técnico en Uruguay, Brasil y México. Empresario y productor agropecuario, el ex futbolista dejó lado sus obligaciones personales y a comienzos de año se lanzó a recorrer el país en busca de adhesiones para el Partido Colorado, que lo tenía en sus filas desde hace tiempo. Su trabajo tuvo su recompensa en julio pasado, cuando la agrupación decidió nominarlo como candidato a vicepresidente de Pedro Bordaberry. El aspirante presidencial es hijo del ex dictador Juan María Bordaberry, quien fuera presidente de facto entre 1973 y 1976 y hoy permanece en prisión en la casa de uno de sus hijos acusado de crímenes de lesa humanidad. De León confesó que la candidatura le generó una ansiedad similar a la que sentía antes de jugar con Nacional un clásico del fútbol uruguayo frente a Peñarol “porque no me saco de adentro la presión que me puso Pedro (Bordaberry)”. Finalmente, la fórmula colorada alcanzó el 16 % de los votos, quedando en tercer lugar detrás del Frente Amplio y el Partido Nacional.

En su texto “Fútbol, mística e identidad en el Uruguay moderno”, Adriana Marrero y Ricardo Piñeyrúa analizan la influencia del fútbol en la historia uruguaya: “Dejando de lado los oficios religiosos, no había habido hasta la aparición del fútbol ningún espacio o evento social que lograra convocar adeptos pertenecientes a todos los estratos sociales, y en particular, a las amplias clases populares” se lee allí. Impulsado por los inmigrantes ingleses que trabajaban en el ferrocarril, el fútbol en Uruguay contó con el apoyo de las empresas de transporte que, con el objetivo de aumentar la venta de boletos en los días no laborables, vendían pasajes a bajos costos los domingos. Esta situación se inscribió dentro de un cambio social que vivía la sociedad uruguaya afines del siglo XIX y principios del XX, que también favorecieron la expansión del fútbol como deporte de masas. Uruguay vivía un momento de desarrollo económico, con buenas condiciones laborales, salarios medianamente importantes, con una alta población masculina compuesta por una porción importante de inmigrantes, que disfrutaban de dedicar sus ratos libres al ocio y al espectáculo. Así, el fútbol se expandió socialmente y Uruguay se convirtió en campeón olímpico de este deporte en 1924 y en 1928, lo que en ese momento se consideraba como un campeonato mundial, ya que no existía aún la Copa del Mundo de fútbol. Un pequeño país de Latinoamérica lograba mediante el deporte imponerse a las grandes potencias.

Con esos antecedentes, Uruguay se hizo cargo de la organización del primer Campeonato Mundial de Fútbol en 1930. Mientras Estados Unidos y gran parte de los países centrales sufrían los efectos de la crisis económica de 1929, el gobierno oriental invertía 740.000 pesos de la época en la construcción del principal escenario donde se desarrollaría el evento, el Estadio Centenario. El trabajo se hizo en ocho meses, un tiempo récord para la época. Los charrúas se quedarían con aquel torneo al vencer en la final a la Argentina por 4 a 2.

El surgimiento de los principales clubes uruguayos se daría a hacia fines del siglo XIX. En 1891, en los talleres de Villa Peñarol, cercanos al ferrocarril The Central Uruguay Railway, se construyó un importante centro deportivo. Dirigentes, ejecutivos y obreros encontraban en el deporte una forma de sentirse todos juntos bajo los colores del ferrocarril. Con un crecimiento importante bajo la figura del caudillo presidencial colorado José Battle y Ordoñez, que gobernó el país en dos períodos entre 1903 y 1915, el club Peñarol siempre estuvo ligado al Partido Colorado, a tal punto el periodista Franklin Morales revela que desde 1914 hasta hoy, todos los presidentes del club fueron hombres del PC.

Nacional, el otro grande uruguayo, surgió en 1899 entre la aristocrática elite universitaria de la época. Diferente a Peñarol, este club no estuvo ligado históricamente a un sólo partido político, ya que en sus altos mandos se han alternado miembros del Partido Nacional, del PC y hasta algunos que no militaban en ninguna agrupación. Contradicciones de la historia, Hugo De León, el candidato a vicepresidente colorado de las últimas elecciones no llegó desde Peñarol, sino desde la otra vereda.

Pero lo cierto es que el próximo presidente uruguayo no es del Partido Nacional ni del Colorado, ni pasó por las filas de ninguna institución futbolística. Pepe Mujica pertenece al Frente Amplio, fue diputado, senador y Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca del actual presidente Tabaré Vázquez. Solía llegar al Senado en motoneta con su andar campechano, ese que acompaña cada uno de sus gestos y sus palabras. Quien sí estuvo ligado directamente al fútbol es el actual presidente Vázquez, quien además de ser oncólogo presidió por 10 años el Club Atlético Progreso. Durante su gestión, el equipo se consagró campeón de la liga uruguaya por primera y única vez en 1989.

El Frente Amplio de Vázquez y Mujica nació en 1971 y vino a romper con el histórico bipartidismo uruguayo de nacionales y colorados. Esa brisa de aire fresco logró imponerse por primera vez en 2004 y el pasado domingo 29 de noviembre logró un nuevo triunfo presidencial en las urnas. En el fútbol, dos de los últimos tres últimos campeones uruguayos fueron Danubio y Defensor Sporting. Hoy, el vigente campeón Nacional pelea la punta del torneo con Defensor y Liverpool. Así como la política uruguaya ya no es sólo cosa de nacionales y colorados, el fútbol charrúa no es propiedad exclusiva de los poderosos Peñarol y Nacional. Será que el fútbol y la política a veces no son tan diferentes.