La Legislatura de Córdoba distingue a la barra brava de Talleres

"La Fiel" en la ceremonia de distinción 
El poder de las barras bravas en la Argentina se ha consolidado de un tiempo a esta parte, pero lo sucedido la semana pasada reviste una situación inédita. La Legislatura de la Provincia de Córdoba distinguió en una acto público a la hinchada de Talleres "por el reciente ascenso y su compromiso para erradicar la violencia en el fútbol", según fuentes del organismo. Jugadores y dirigentes del club también fueron reconocidos por el reciente ascenso a la B Nacional, en un acontecimiento que tuvo a los balcones del palacio legislativo cordobés colmados de banderas y fanáticos, que acompañaron la celebración con cantos como si estuvieran en el estadio. Según el documento oficial, la Legislatura aprobó la distinción a "La Fiel", como se conoce a la barra, "por su aporte a lo no violencia". El líder de la hinchada recibió una plaqueta y otro de los integrantes saludó desde el balcón hacia la calle, donde lo ovacionaron un grupo importante de fanáticos.

Recientemente, Talleres se consagró campeón del Torneo Argentino A, al conseguir el primer puesto en el reducido final. Ante más de 60 mil fanáticos, el equipo de la capital de Córdoba consiguió el pasaje a la B Nacional, la segunda categoría del fútbol. La gesta deportiva representó todo un acontecimiento para Talleres, un equipo con larga historia en le Primera División del fútbol argentino. Sin embargo, las repercusiones llegaron hasta el lugar menos pensado.

Carlos Alessandri, legislador cordobés del Partido Justicialista, fue el impulsor del proyecto: "El beneplácito es por el enorme esfuerzo del fanático albiazul; su inestimable capacidad de protagonismo en cada una de las canchas y por sobre todas las cosas el excelente comportamiento demostrado en las últimas campañas", fueron algunos de los fundamentos para otorgar una distinción a la barra brava cordobesa.

Los hinchas cordobeses parecieron entonces ver como su plan de limpieza y buen comportamiento que vienen llevando a cabo en los últimos años sigue dando sus frutos. Hace un tiempo, los hinchas de Talleres decidieron institucionalizarse y crear la fundación “La Fiel”, una organización sin fines de lucro, con el objetivo de borrar su imagen violenta del pasado. Para ello ajustaron su comportamiento en las tribunas, alentaron constantemente en los partidos y hasta realizaron acciones benéficas.

Pero la violencia en Córdoba tiene una larga historia y lejos está de merecer reconocimientos. El sitio salvemosalfutbol.org muestra como, sólo en la década de 1970, la hinchada de Talleres estuvo envuelta en incidentes que terminaron con 3 muertos: Manuel Díaz (1976), Norberto Páez (1976) y Jorge Cardozo (1978).

En 1993, Juan Ramón Angulo y Hernán Roque Villarreal fallecieron por hechos violentos en un partido entre los cordobeses y San Martín de Tucumán. Jorge Oviedo, de 16 años, murió en 1994 cuando llevaba puesta una camiseta de Belgrano por la calle y fue atacado por fanáticos tallarines.

La muerte de Roque Miranda, en 2000, marcaría la interna de la barra cordobesa. Miranda falleció víctima de un puñal en el pecho, en medio de una pelea entre "La Fiel" y "Las Violetas", las dos facciones que entonces luchaban por el control de la tribuna y sus negocios. En 2005, Jorge Castro, hincha de la T, moriría luego de un partido ante Belgrano, y, al año siguiente, Matías Cuestas fallecería presuntamente por la agresión de la hinchada de Talleres. Pero aquel enfrentamiento de 2000 sería el comienzo del poder total de “La Fiel” en la tribuna, reconocido por la Legislatura cordobesa 13 años más tarde.

Como bien reporta un informe del diario La Voz del Interior, fue Carlos Granero, gerenciador de Talleres, quien en 2006 aplicó el derecho de admisión a “Las Violetas” y consolidó el poder de la barra oficial, que supo tejer buenas relaciones con el Partido Justicialista cordobés.

Carlos Pacheco saluda a los fanáticos
Poco pareció importarles este gran prontuario a los legisladores, que la semana pasada vieron como Carlos Pacheco, uno de los líderes de la barra, saludaba desde el balcón de la Legislatura. Pacheco fue uno de los seis barras cordobeses que participaron del colectivo “Hinchada Unidades Argentinas” y fueron deportados desde Sudáfrica durante el Mundial 2010. A comienzos de este año, en un amistoso ante Belgrano, la barra de Talleres desplegó una gran bandera de Bolivia en las tribunas.

Alessandri dio más argumentos para defender la distinción a la hinchada: "Las barras son un condimento indispensable para darle color y calor a este deporte. Eso es el fútbol, la misa dominguera, el preanuncio de los clásicos, eso de trabajar por los demás, de hacer filiales, qué mejor que sacar a los chicos de los vicios. Esa es la tarea que debemos hacer los que tenemos un sentido social responsabilidad. Felicitaciones, sigan así".

Los homenajes a los futbolistas de Talleres siguieron luego en el Consejo Deliberante de Córdoba. Aquella vez, los integrantes de “La Fiel” fueron invitados pero no pudieron participar porque tenían otro compromiso. Las instituciones cordobesas se perdieron otra la chance de darle un empujón más a la violencia institucionalizada del fútbol argentino.

El poder del fútbol alemán en la final de la Champions League

Así como la canciller Angela Merkel gobierna con mano de hierro en la Unión Europea, los clubes alemanes decidieron imponer su fútbol en toda Europa. Estuvo cerca de conseguirlo el Bayern Múnich, finalista de la Champions League en 2010 y 2012. El próximo 25 de mayo estará en una nueva final, esta vez ante el Borussia Dortmund. Los dos colosos alemanes definirán el máximo torneo de Europa. Una síntesis de felicidad y virtud, que puso el modelo del fútbol germano como paradigma de eficiencia de organización y resultados positivos.

Los jovenes

La Euro 2000 fue el momento más bajo y el comienzo del plan. El equipo nacional llegaba al torneo disputado en Bélgica y Holanda como favorito, ya que se había llevado la copa en la edición anterior. La decepción fue mayúscula cuando el equipo se volvió en primera ronda, último en su grupo con un punto en tres partidos. Con el Mundial 2006 en el horizonte, que se disputaría en casa, la Federación Alemana de Fútbol desarrolló un proyecto para la formación de juveniles, con más de 300 centros de entrenamiento a lo largo del país. Los clubes fueron obligados a invertir parte de sus ingresos en el desarrollo de jóvenes valores.
La tribuna del Borussia Dortmund

El proyecto de juveniles se vio reflejado en la selección nacional. En el Mundial 2010, el plantel alemán fue el segundo más joven del torneo y contó con seis futbolistas de la selección Sub - 21. De los 23 jugadores, 11 tenían padres o abuelos nacidos fuera de Alemania. Todos los que participaron del Mundial jugaban en equipos alemanes.

Jurgen Klopp, el entrenador del Dortmund, le dijo hace pocos días al diario español El País: “No dejan de aparecer nuevas promesas. Nos hemos vuelto más valientes sacando al campo a chicos de 17 años. Las cosas han cambiado tanto que ahora lo que nos falta es el juego aéreo. En la selección no hay un solo cabeceador”.

La organización

La Federación tiene una larga tradición en el control de los clubes y su organización interna. Dínamo Dresde y Fortuna Düsseldorf son algunos de los equipos que desde la formación de la Bundesliga fueron enviados a las categorías de ascenso por no cumplir con sus presupuestos. Hoy, los clubes responden a la ley del “50+1”, que deja en manos de los socios la mayoría accionaria de las instituciones. Solo el Wolfsburgo (de la automotriz Volkswagen) y el Bayer Leverkusen (de laboratorios Bayer) permanecen en manos de empresas privadas.

Según el último informe difundido por la liga sobre la temporada 2011/12, por octavo año consecutivo los ingresos totales generados por los 36 clubes de la Bundesliga (primera y segunda división) fueron mayores que sus gastos. Pero en este último informe se muestra como, por primera vez, los ingresos superaron los 2.000 millones de euros. A la vez, los clubes pagaron casi 800 millones de impuestos, más que nunca en la historia. 14 de los 18 equipos de la máxima categoría tuvieron ganancias, por un total de 55 millones libres de impuestos.

El Bayern celebra el título 2012/13
Entre este modelo de eficiencia se destaca el Bayern Múnich, que anunció que el reciente balance alcanzó los “mayores ingresos” jamás alcanzados por el club. “Esto nos permite repartir a nuestros socios unos dividendos récords de 5,5 millones de euros”, añadió Karl Hopner, el director financiero.

El Borussia Dortmund, su rival el próximo sábado, era en 2006 un equipo quebrado, que debió vender su estadio. Hoy, 6 años más tarde, recompró su estadio, hoy bautizado Signal Iduna Park. Juega sus partidos con el aforo completo, con más de 80 personas en las gradas. Fue campeón de liga en 2011 y 2012, año en que completó el doblete con la Copa de Alemania.

La Bundesliga tiene un promedio de más de 90 % de ocupación de las tribunas en los partidos, un cifra más alta que en países como Inglaterra, Italia y España. Los tickets tienen un promedio de menos de 20 euros, un precio muchos más bajos que en el resto de las ligas europeas de primer nivel. Los hinchas mantienen un diálogo abierto, permanente y obligatorio con los clubes y participan de la organización de la seguridad de los encuentros. El reparto del dinero de los derechos televisivos es el más democrático de las ligas más importantes de Europa.

El Dortmund y el Bayern se cargaron al Real Madrid y al Barcelona en semifinales. Recogieron allí una suerte de testimonio del poder actual del fútbol europeo: los colosos ahora están en Alemania. Por organización y planificación del deporte y por el juego mismo, valiente, estratégico, dinámico y agradable. El próximo sábado, Wembley será el escenario del poder del fútbol alemán.

Barcelona campeón: un nuevo título para un maravilloso equipo

Un festejo ante el Levante
Consagrarse sin jugar parece un falta de respecto para este Barcelona que hay hecho del juego propio su sello de identificación. Los futbolistas celebraron una nueva liga en los cuartos de hotel, gracias al empate del Real Madrid ante el Espanyol. Este nuevo trofeo se muestra más como un consuelo, en medio de un equipo que se ha despedido de la Champions League con una contundente derrota ante al Bayern Múnich y tampoco estará presente en la próxima definición de la Copa del Rey. Pero lejos de aquello, es un nuevo premio para un equipo vigente, que con su estilo propio sigue escribiendo la historia del fútbol.

Quizás lo mejor de este título de liga de Barcelona haya pasado hace ya casi 6 meses, en un partido casi olvidado. Sucedió el pasado 25 noviembre, en el estadio Ciutat de València, en el encuentro ante el Levante. Aquel día, el Barcelona ganó como siempre: 4 a 0. Pero aquel día pasó a la historia porque, por primera vez en su historia, el Barcelona alineó a 11 jugadores de La Masia. El hecho ocurrio durante el segundo tiempo del partido, con el ingreso de Martín Montoya.

Tito Vilanova fue el entrenador que logró la gesta de  formar un equipo con 11 jugadores canteranos, pero aquellos pocos minutos fueron la síntesis de un proceso que comenzó con Johan Cruyff, a fin de la década de 1980, y tuvo 20 años después, con Pep Guardiola, un virtuoso capaz de continuar el trabajo, profundizar el modelo y convertir la clase de su fútbol en trofeos gloriosos.

Este fin de semana, el Barcelona festejó su 22º título de su historia. Paradójicamente, la consagración del Barcelona aparece más como un consuelo que como el máximo premio que otorga el fútbol español. Como el fin de un ciclo más que un augurioso provenir. Como si la falta de dinámica, la menor velocidad y las menores respuestas que mostró el equipo en la semifinal de la Champions League ante el Bayern ocuparan el centro de la escena.

Bajo el prisma de las versiones anteriores, el Barcelona versión 2012/13 luce cansado y menos preciso. Le cuesta más penetrar a las defensas, llegar franco sobre el arco rival, marcar goles. En esta temporada, fue eliminado claramente por el Madrid en la Copa del Rey y por el equipo alemán en la Champions. Y aun así, se lleva un nuevo título a falta de 4 jornadas. Era tanto lo que este equipo tenía para dar, tanto fútbol tiene en su mochila, tan arraigado tiene a su estilo que así y todo pudo festejar otra vez.

Porque este Barcelona de Cruyff, Guardiola y Vilanova es la síntesis de lo antiguo y lo moderno. Hizo un culto de la pelota al piso, del pase al compañero, pero también de la dinámica y la velocidad combinadas con la precisión, de los movimientos sincronizados, de la práctica y de la improvisación. Sus triunfos y su vigencia son más triunfos porque surgieron desde una idea contracultural, que amó la pelota cuando muchos la despreciaban, que abrazó la belleza cuando los que colocaban al músculo y el rigor físico en la base del juego eran mayoría.

Además, los del Barcleona no son triunfos sencillos. Son victorias trabajadas, movimientos ejercitados, formas aprendidas a lo largo de los años, ejecutadas por futbolistas estelares que tomaron lo mejor de La Masía y lo expusieron en el máximo nivel. El Barcelona se integró al modelo del fútbol espectacularizado pero desde los valores más puros del deporte, con la voluntad de devolverle su costado lúdico combinado con la ambición de belleza. Eso se transformó en un cóctel que atrapó a millones, que los hizo fanáticos de un equipo que en muchos casos estaba kilómetros de distancia.

El Barcelona probablemente sufrirá cambios de nombres. Como ya ha cambiado desde que comenzó este ciclo en 2009. Cambió jugadores, posiciones, estrategias, pero siempre dejó en el césped su propuesta. Y quedará ahí, en la memoria de los amantes del buen juego, que encontraron en este Barcelona la mejor razón para amar este maravilloso deporte