El fútbol inabarcable

Los 5 días que transcurrieron entre el pasado lunes 8 de febrero y el viernes 12 de febrero fueron intensos futbolísticamente hablando en la Argentina. La televisión abierta y de cable fue un continuo desfile de partidos de fútbol de equipos locales, multiplicando la ya de por sí abundante oferta televisiva del deporte más convocante. El lunes se disputaron dos encuentros de primera que cerraron la tercera fecha del torneo local; el martes, Colón perdió con Universidad Católica y se quedó afuera de la Copa Libertadores; el miércoles, el torneo continental mostró las victorias de Banfield y Vélez, más la derrota de Newell´s, que también lo dejó afuera, a lo que habría que sumarle la victoria de la Selección Argentina ante Jamaica en un amistoso; el jueves, el campeón Estudiantes debutó en la Libertadores con un triunfo por 5 a 1 y el viernes se disputaron otros dos partidos por la cuarta fecha del torneo doméstico. Si ya agota leerlo, peor hubiera sido ver todos los partidos completos. Similar había sido la semana previa, con una fecha del Torneo Clausura disputada entre martes y jueves. Lejos quedaron los tiempos donde le fútbol era una cuestión de sábado y domingo.

La oferta futbolística de TV abierta y cable en la Argentina parece reafirmar la conocida frase de Norbert Elías, quien decía: “El fútbol constituye un hecho social total porque atañe a todos los elementos de la sociedad, pero también porque se deja enfocar desde diferentes puntos de vista. En sí mismo es doble: práctica y espectáculo”. La televisión, desde hace años ya, organiza el esquema futbolístico según la lógica espectacular, de modo que el televidente tenga al alcance de la mano un menú casi infinito de partidos, por momentos inabarcable. Probablemente sea cierto, como sostiene Jorge Valdano, que el negocio, que incluye a la televisión entre otras cosas, no bastardee al deporte, sino que lo haga posible. Pero no está de más reflexionar sobre este esquema de exhibición permanente, en horarios y días extraños, con equipos a veces desconocidos y jugadores ignotos.

Es cierto suponer que las imágenes vía satélite fueron el gran motor que convirtió al fútbol en un deporte universal y a la FIFA en una multinacional, monopólica y centralizada, de primer orden. Las frases del ex presidente de la casa madre del balón, Joao Havelange, lo dejaron en claro: “El fútbol es un producto comercial, que debe venderse lo más sabiamente posible”. Vaya si lo logró. El brasileño, que dirigió los destinos de la FIFA entre 1974 y 1998, puso la facturación de su organismo por encima de colosos como la General Motors, a la vez que la audiencia de las Copas del Mundo fueron creciendo si parar. Desde los 13 mil millones de televidentes del Mundial ´86 hasta los 37 mil de Francia ´98. La relación del fútbol con la macroeconomía y el marketing es un rasgo insoslayable de su gestión, en donde el fútbol ya no volvería a ser el mismo.

El torneo argentino durará poco más de tres meses, donde deberán disputarse 19 fechas. La urgencia del Mundial, que se jugará en junio y julio en Sudáfrica, hace que todo se vuelva vertiginoso. Para principios de mayo, todos los torneos locales deberán estar resueltos. No lo estará la Copa Libertadores, que dejará sus instancias finales para después de la Copa. La urgencia probablemente le venga bien a los gerentes televisivos, que podrán contar con partidos más apretados, en horarios centrales, no sólo ya los fines de semana. Los televidentes podremos elegir cómo darnos nuestra panzada de fútbol, si es que la deseamos. Más allá de seguir al club favorito, habrá que ser selectivo en la programación y tener en cuenta que, como dijo Valdano, el fútbol es la cosa más importante dentro de las menos importantes.

1 comentario:

  1. Lástima los deficientes que son, a mi entender, las trasmisiones del futbol local, con Araujo llamando Gonzalez Neumann a Morales Neumann o Villagra a Villalva

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