Invictus

No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.

Fragmento del poema “Invictus”, de William Ernest Henley

Probablemente Morgan Freeman sea el mejor Mandela posible para una película hollywoodense, aunque seguramente Matt Damon no de el perfil de un corpulento jugador de rugby. Sin embargo, la historia que se cuenta en la película Invictus, que sucedió realmente en Sudáfrica en 1995, trasciende largamente al film dirigido por Clint Estwood que se estrenó la semana pasada en Buenos Aires. Se trata de una historia de conflictos, disputas y reconciliaciones entre negros y blancos tras décadas de enfrentamientos. Si bien el Mundial de rugby de 1995 disputado en Sudáfrica representa un pequeño mojón en la historia de aquel país, Invictus, basada en el libro “El factor humano” del periodista inglés John Carlin, demuestra como a veces el deporte puede de masas puede ser utilizado para fines nobles.

En 1995, Sudáfrica participaba y organizaba por primera vez una Copa del Mundo de rugby. Abolido en 1991 el sistema de segregación racial conocido como apartheid, el país recibía un evento en donde podrían aflorar nuevamente los conflictos socioculturales existentes. En Sudáfrica, el rugby era el deporte de jugadores y de seguidores blancos. La mayoría negra, cerca del 80 % de la población, tenía al fútbol como su primer deporte favorito y se vinculaba con el deporte de la pelota ovalada para alentar a los rivales de los Springboks, como se conoce a la selección sudafricana. Nelson Mandela, el presidente Sudafricano en aquel tiempo, decidió romper con las distinciones raciales y unificar a sus compatriotas detrás del equipo nacional.

Mandela, con sus más de 90 años, hoy ya retirado de la actividad política, es uno de los pocos hombres de la historia que ha logrado convertirse en leyenda en vida. Pertenece a un club de rebeldes que tras la Segunda Guerra Mundial entabló una lucha sin cuartel contra la desigualdad y la discriminación en distintos lugares del mundo. A diferencia de otros, Mandela creía en la lucha sin armas, en la unión más que en la venganza. Tras 27 años en prisión, fue liberado en 1990 y en 1994 alcanzó la presidencia de su país. La película lo muestra como un líder que dirige y que convence, que sabe ver más allá de las ambiciones personales y pensar lo que es mejor para todos, por encima de los intereses de las minorías. Bajo esa lógica, Mandela utilizó al Mundial de 1995 para un buen fin pese a la desconfianza de los blancos y el enojo de los negros, que no querían sumarse a un acontecimiento que veían como ajeno, dirigido a aquellos que los habían sometido durante años. Ese proceso que muestra Invictus es el mayor valor que reviste el film, más allá de los toques hollywoodenses que pueda tener y de algunas escenas de rugby que a veces resultan demasiado extensas.

Los resultados deportivos acompañaron las ideas de Mandela. Los Springboks llegaban al Mundial en un bajo nivel, pero mejoraron su rendimiento con el correr de los partidos y alcanzaron el partido decisivo. Allí, tras un empate en el tiempo regular, los sudafricanos se impusieron por 15 a 12 en el suplementario y se consagraron campeones por primera vez en la historia. Tras el final del partido, Mandela bajó al campo de juego con la remera verde de su selección y le entregó la copa al capitán François Pienard. Negros y blancos celebraron en las tribunas y en la calles el título. El Presidente había logrado su cometido: unir detrás de un equipo a un país dividido.

El etnólogo G.L. Gomime escribió sobre el origen del fútbol y del rugby: “Estos deportes modernos recogen las reliquias supervivientes de una organización y de unas condiciones de vida rural más primitivas, cuando los diferentes clases se situaban en distintos bandos, siempre evocando sus distinciones tribales...”. El control de esa violencia latente mediante reglas estrictas fue lo que posibilitó que tanto el rugby como el fútbol se convirtieran en deportes masivos alrededor del mundo. En 1995, en Sudáfrica, los Springboks expresaban las diferencias existentes al interior de su país, ya que sólo un jugador negro formaba parte del equipo. Mandela logró que esa violencia controlada que es el rugby dentro de la cancha sirva para contener a la violencia latente que existía fuera del terreno de juego. Y el deporte, tantas veces usado para objetivos siniestros (los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 son un ejemplo de ello entre muchos otros) pudo contribuir a la pacificación de un país.

Cuando juró como presidente de su país el 10 de mayo de 1994, Mandela dijo en su discurso: "Asumimos un compromiso, de construir una sociedad en la que todos los sudafricanos, blancos y negros, sean capaces de caminar con la frente en alto sin miedo en sus corazones, con la certeza de su derecho inalienable a la dignidad humana: una nación arco iris, en paz consigo misma y con el mundo". Cuando dejó la presidencia seis años después, Mandela había conseguido su objetivo bajo la base del diálogo y la reconciliación. El deporte había formado parte del plan.


Trailer de Invictus:



Síntesis:

Título: Invictus
País: USA
Estreno en USA: 11/12/2009
Productora: Revelations Entertainment
Director: Clint Eastwood
Guión: Antohoy Peckham
Protagonistas: Morgan Freeman, Matt Damon

1 comentario:

  1. Interesante definición de Gomime. En el caso de no haberla leido, recomiendo la nota de Ezequiel Fernández Moores que salió el 27 de enero en La Nación o canchallena.com.

    Un dato que encontré, fue que el poema "invictus" es una licencia de Eastwood, ya que en realidad Mandela le dio a Pienaar un extracto de un discurso de Theodore Roosevelt, llamado "The Man in the Arena"

    ResponderEliminar