San Lorenzo, Estudiantes, River, Lanús, Vélez, Boca, Banfield y Argentinos. Así es encolumnan desde 2006 hasta la fecha los campeones del fútbol argentino. Sin repeticiones, ocho equipos distintos alcanzaron la gloria a lo largo de los últimos cuatro años. Entre ellos, dos que nunca se habían llevado un título (Lanús y Banfield) y otro que hace 25 años no lo conseguía (Argentinos). Quizás se trate de un tiempo de distribución de la riqueza, tal como proclama el gobierno nacional y popular. O simplemente todos formen parte de un fútbol chico, de escaso nivel, donde los que más tienen atraviesan crisis futbolísticas e institucionales que abren el juego a la participación de los históricamente rezagados. Sólo Estudiantes de un tiempo a esta parte se ha posicionado como el virtual líder futbolísticos del país a partir de la Copa Libertadores conseguida el año pasado, de un plantel de calidad y de un alto nivel futbolístico. Lo declaró recientemente Claudio Borghi, entrenador del vigente campeón, Argentinos: “Nosotros sacamos provecho de que Estudiantes tuviera que disputar dos competencias. Por eso es maravilloso lo que logramos, porque el mejor equipo, desde hace unos años, es Estudiantes”.
Un breve repaso por alguno de los campeones muestra cierta continuidad en procesos, de entrenadores y de jugadores. Estudiantes cuenta con un plantel estable al menos en el los últimos dos años. Angeleri, Desábato, Enzo Pérez, Braña, Boselli, más la calidad del líder Verón, conforman la base de un equipo que en los últimos dos años disputó tres finales internacionales, que siempre peleó títulos locales y que es el único equipo argentino que llegó al menos hasta cuartos de final de la Copa Libertadores. Lanús tiene en Luis Zubeldía un técnico joven que llegó al banco de suplentes hace dos años. El entrenador dio lugar y respaldo a una base de juveniles como Blanco, Aguirre Faccioli, Fritzler, Hoyos, Lagos, Velázquez. Con sus vaivenes, el equipo se mantuvo en un nivel aceptable, más allá de la salida de jugadores importantes como Sand. Similar es el caso de Vélez, donde futbolistas como Montoya, Otamendi, Domínguez, Papa, Zapata, Moralez y Rodrigo López vienen jugando juntos hace tiempo en buen nivel. Lo mismo Banfield, con Falcioni en el banco y Luchetti, Barraza, Bustos, Víctor López, Erviti, Sebastián Fernández, James Rodríguez. O el vigente campeón Argentinos, que cuenta desde hace tiempo como Caruzzo, Mercier, Ortigoza, Sabia, Prósperi, más el reciente tridente ofensivo de Sosa, Coria y Calderón. Continuidad de técnicos y jugadores en alto nivel son algunos de los factores comunes en estos casos.
Distinto es el caso de San Lorenzo, que poco conserva del plantel campeón del Clausura ´07. De aquel equipo ya no están Alvarado, Gastón Fernández, Osmar Ferreyra, Adrián González, Hirsig, Lavezzi, Ledesma, Méndez, Orión, Silvera y Tula. Sólo Rivero y Botinelli (que se fue y volvió) se mantienen. Después de Ramón Díaz, el técnico campeón, ya pasaron por el banco de suplentes Miguel Russo y Diego Simeone. En el medio, la apuesta a nombres fuertes como Bergessio y D´alessandro fue acompañada por títulos y el presupuesto volvió a achicarse.
River también sufrió una sangría importante de sus principales jugadores campeones en 2008. De aquel campeón de Simeone se fueron Falcao, Abreu, Alexis Sánchez, Augusto Fernández, Ponzio, Tuzzio y Carrizo. Pero quedan Cabral Ferrari, Villagra, Abelairas, Ahumada, Ortega, Buonanotte y Rosales entre otros. Se fueron las figuras y los que se quedaron bajaron su nivel. No surgieron jóvenes jugadores de calidad, al menos hasta hoy, y no hubo plata para grandes refuerzos.
Ibarra, Morel, Battglia, Riquelme, Palermo, Viatri y Chávez son algunos de los jugadores que se mantienen en Boca de hace aquel triangular de fin de 2008 que le dio al club su último campeonato. Pero que desde la salida del técnico campeón Ischia, los futbolistas vieron pasar por el banco de suplentes a Basile, Alves y Pompei, más el manager Bianchi, todo en un año. Demasiado como para que salga bien.
La estructura de los clubes argentinos se sostiene en la venta de futbolistas. Con el dinero que ingresa, las instituciones sostienen otras actividades deportivas y combaten el déficit estructural. Por lo tanto, no es fácil sostener a los jugadores un tiempo prudencial en un club. Pero sí se puede trazar una línea de trabajo desde la dirigencia, apostar a sostener a los técnicos, dar lugar y respaldo a los juveniles. No sólo traer futbolistas a préstamo que lleguen como descartes de otros equipos. “Creo que el mensaje que traté de entregarles es que no hay partidos de vida o muerte. Mi mensaje no es ganar cueste lo que cueste. Los jugadores lo entendieron y eso nos sirvió para mantener un estilo. Es un equipo que me pone orgulloso por la forma en que ha jugado" declaró el técnico Borghi después del título de Argentinos. Bien valen sus palabras para sostener procesos más allá de dos o tres resultados negativos. Estudiantes, Lanús, Vélez, Banfield y Argentinos sirven como muestra gratis para eso.
Enhorabuena, gran blog
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