El adiós de Gallardo

“El sábado ante Tigre será mi último partido en River. Pensar que se termina un ciclo me llena de angustia porque viví muchos años en el club” dijo ayer ante los periodistas Marcelo Gallardo. Visiblemente emocionado, sabía que la decisión le ponía punto final a su paso por River Plate, el club que lo vio nacer y por el que tuvo tres ciclos a lo largo de su carrera. “Me he ido dos veces con la sensación de que iba volver y tenía posibilidades de hacerlo y he vuelto. Hoy sé que no. Cómo no voy a estar emocionado después de tantos años” explicó. Con Gallardo se va un futbolista fino y talentoso, hábil y estratega, identificado con el equipo que lo vio nacer y donde pasó sus mejores años como futbolista.

El Muñeco debutó en la Primera División de River en 1993 frente a Newell´s, con tan sólo 17 años. En aquellos años, compartió el equipo con futbolistas como Enzo Francescoli, Hernán Crespo, Juan Pablo Sorín, Ariel Ortega y Marcelo Salas, que formaron parte de un equipo que en 5 años se llevó 7 títulos, entre ellos la Copa Libertadores de 1996. Pese a su buen nivel futbolístico, a veces entraba como reemplazo de algunos de los cracks que jugaban del medio hacia adelante.

Al poco tiempo de hacerlo debutar en River, el técnico Daniel Passarella pasó a dirigir a la Selección Argentina y le dio lugar en el equipo a Gallardo, quien pese a su juventud en muchos partidos fue el enganche del equipo, asistiendo a delanteros como Batistuta. En 1995 se llevó la medalla de oro en fútbol en los Juegos Panamericanos y repitió el triunfo formando parte del equipo que llegó a lo más alto en los Juegos Olímpicos de Atlanta ´96. Con la Selección Argentina jugaría los Mundiales de Francia ´98 y Corea – Japón 2002. En ambos casos, llegó al inicio del torneo lesionado, lo que le impidió alcanzar su mejor nivel y lo llevó a tener una participación secundaria.

En 1999, su buen nivel y su alto contrato en River forzaron su salida. Emigró al Mónaco francés, donde también fue figura y se consagró campeón de la Liga y de la Supercopa de aquel país. Además, fue distinguido como mejor jugador del torneo local. Tras el Mundial 2002, un enfrentamiento con el técnico del Mónaco Didier Deschamps lo obligó a salir del equipo y le permitió volver a River. Fue presentado junto con Marcelo Salas, otro ídolo que estaba de vuelta. Ya en aquel entonces su físico le impedía jugar seguido y lo alejaba de su mejor nivel. Aún así fue campeón del Clausura 2004 con Leonardo Astrada en el banco de suplentes y Mascherano, Lucho González y Cavenaghi en gran nivel. Pero lo que probablemente se recuerde más de esta etapa sea su discusión con técnico Reinaldo Merlo, que puso al entrenador afuera del club en 2006. Al año siguiente, con Passarella en el banco, perdió su lugar en el equipo a manos de Belluschi tras un partido con Boca y el entrenador no le aseguró su continuidad. Otra vez buscó otros horizontes. Pasó por el Paris Saint Germain francés y por DC United de Estados Unidos.

Volvió a River en enero de 2009. En medio de en club empobrecido, con equipo sin grandes figuras, Fabbiani y Gallardo, los refuerzos más importantes, se presentaron como los futbolistas que levantarían el nivel general. “No nos vamos más” afirmaron ante los periodistas. El debut del Muñeco daba para la ilusión: 3 a 1 ante Arsenal, con un jugador menos y dos goles. El ídolo estaba de vuelta y el equipo podía aspirar a pelear arriba. Pero era solo un espejismo para todos. River no disponía de jugadores de calidad y las lesiones continuas volvían a poner a Gallardo más cerca de la enfermería que del habitual once titular. Los dos goles calcados de tiro libre a Boca, por encima de la barrera ante la estirada inútil de Abbondanzieri, probablemente queden como la imagen más fuerte de esta etapa.

“Muñeco Gallardo ortiva y golpista" se leía en una bandera de fondo blanco con letras negras que colgaba en la tribuna popular recientemente. La ofensa se debía a que Gallardo había sido el único integrante del plantel que se negó a poner dinero para la barra brava antes del último partido ante Boca. Luego, el técnico Angel Cappa le pidió que se quede en el club para el próximo torneo aunque no le garantizó la titularidad en el equipo. Gallardo agradeció pero eligió buscar otro lugar donde jugar. Newell´s, Independiente y un club de la Major League Soccer de Estados Unidos son algunas de las opciones.

El físico parece haber sido el principal adversario de Gallardo a lo largo de su carrera. Los 12 desgarros que sufrió desde su debut en Primera así lo atestiguan. Si últimamente hubiera estado mejor rodeado, con futbolistas de su jerarquía, seguramente su nivel en la cancha hubiera sido notablemente mejor. Pero este River modelo 2010, austero, humilde, no derrocha categoría sobre el terreno de juego. Es garra, sacrificio y un poco de inspiración. La trayectoria de Gallardo en el club de Nuñez es la parábola del River de los últimos 15 años. Del derroche en los ´90 a la austeridad del 2000. Con él se va un jugador símbolo, que vio en el club que lo formó como futbolista un lugar donde llegar, permanecer y triunfar. Donde hacer carrera y acumular títulos.

El escritor brasileño Nelson Rodrígues afirma: “Todo crack de treinta y pico sufre de actualidad”. Demasiado fútbol sobre sus espaldas tiene Gallardo como para verlo intentar ganarse un lugar en el banco de suplentes del domingo. Ya no es el de antes, pero que bueno sería que aparezcan otros como él.

Aquí un video con alguno goles de Marcelo Gallardo:

1 comentario:

  1. Qué pena la despedida del Muñeco. Qué marco tan injusto para un grande de la historia de River.
    Ojalá, cuando decida retirarse del fútbol, en el Monumental el club y la gente le hagan una despedida digna de un ídolo y gran jugador como él.

    Saludos

    ResponderEliminar