Uruguay, el frente y la pelota*

El 14 de octubre pasado, un gol de Mario Bolatti le dio a la Selección Argentina el triunfo frente a Uruguay en Montevideo y la clasificación para el Mundial de Sudáfrica. Aquel día, el Estadio Centenario contó en las tribunas con los tres candidatos que en ese entonces aspiraban a la presidencia uruguaya: Pepe Mujica (Frente Amplio), Luis Lacalle (Partido Nacional) y Pedro Bordaberry (Partido Colorado). Pocos días más tarde, Mujica se quedaría con el triunfo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales con el 46,6 % de los votos, que completaría con un 52,6 % en el ballotage. Así, este ex guerrillero tupamaro, que pasó 13 años en prisión, se convirtió ayer en el nuevo presidente de los uruguayos.

Los comicios orientales tuvieron su toque futbolístico. Luego del “que la chupen” maradoniano lanzado en el Centenario tras la clasificación argentina, Mujica cerró su campaña presidencial en pleno Montevideo, sobre la Avenida 18 de Julio, al grito de “¡Mascatelá y que viva el Frente Amplio!”. Pero el deporte no fue sólo retórica, sino que puso el cuerpo en la carrera electoral. Hugo De León, ex defensor central, ídolo de Nacional y antigua figura de la Selección charrúa, fue candidato a vicepresidente por el Partido Colorado.

En su texto “Fútbol, mística e identidad en el Uruguay moderno”, Adriana Marrero y Ricardo Piñeyrúa analizan la influencia del fútbol en la historia uruguaya: “Dejando de lado los oficios religiosos, no había habido hasta la aparición del fútbol ningún espacio o evento social que lograra convocar adeptos pertenecientes a todos los estratos sociales, y en particular, a las amplias clases populares” se lee allí. Impulsado por los inmigrantes ingleses que trabajaban en el ferrocarril, el fútbol en Uruguay contó con el apoyo de las empresas de transporte que, con el objetivo de aumentar la venta de boletos en los días no laborables, vendían pasajes a bajos costos los domingos. Esta situación se inscribió dentro de un cambio social que vivía la sociedad uruguaya afines del siglo XIX y principios del XX, que también favorecieron la expansión del fútbol como deporte de masas. Uruguay vivía un momento de desarrollo económico, con buenas condiciones laborales, salarios medianamente importantes, con una alta población masculina compuesta por una porción importante de inmigrantes, que disfrutaban de dedicar sus ratos libres al ocio y al espectáculo. Así, el fútbol se expandió socialmente y Uruguay se convirtió en campeón olímpico de este deporte en 1924 y en 1928, lo que en ese momento se consideraba como un campeonato mundial, ya que no existía aún la Copa del Mundo. Un pequeño país de Latinoamérica lograba mediante el deporte imponerse a las grandes potencias. La proeza se completaría en 1930, cuando los charrúas se quedarían con el primer Mundial de fútbol al vencer en la final a la Argentina por 4 a 2.

El surgimiento de los principales clubes uruguayos se daría a hacia fines del siglo XIX. En 1891, en los talleres de Villa Peñarol, cercanos al ferrocarril The Central Uruguay Railway, se construyó un importante centro deportivo. Dirigentes, ejecutivos y obreros encontraban en el deporte una forma de sentirse todos juntos bajo los colores del ferrocarril. Con un crecimiento importante bajo la figura del caudillo presidencial colorado José Battle y Ordoñez, que gobernó el país en dos períodos entre 1903 y 1915, el club Peñarol siempre estuvo ligado al Partido Colorado, a tal punto el periodista Franklin Morales revela que desde 1914 hasta hoy, todos los presidentes del club fueron hombres del PC.

Nacional, el otro grande uruguayo, surgió en 1899 entre la aristocrática elite universitaria de la época. Diferente a Peñarol, este club no estuvo ligado históricamente a un sólo partido político, ya que en sus altos mandos se han alternado miembros del Partido Nacional, del PC y hasta algunos que no militaban en ninguna agrupación. Contradicciones de la historia, Hugo De León, el candidato a vicepresidente colorado de las últimas elecciones no llegó desde Peñarol, sino desde la otra vereda.

Pero lo cierto es que el nuevo presidente uruguayo no es del Partido Nacional ni del Colorado, ni pasó por las filas de ninguna institución futbolística. Pepe Mujica pertenece al Frente Amplio, fue diputado, senador y Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca del saliente presidente Tabaré Vázquez. Solía llegar al Senado en motoneta con su andar campechano, ese que acompaña cada uno de sus gestos y sus palabras. Quien sí estuvo ligado directamente al fútbol es el actual presidente Vázquez, quien presidió por 10 años el Club Atlético Progreso. Durante su gestión, el equipo se consagró campeón de la liga uruguaya por primera y única vez en 1989.

El Frente Amplio de Vázquez y Mujica nació en 1971 y con su llegada al poder rompió con el histórico bipartidismo uruguayo de nacionales y colorados. Esa brisa de aire fresco pudo imponerse en las elecciones presidenciales por primera vez en 2004 y el pasado 29 de noviembre logró un nuevo triunfo presidencial en las urnas. En el fútbol, dos de los últimos tres campeones uruguayos fueron Danubio y Defensor Sporting. Así como la política uruguaya ya no es sólo cosa de nacionales y colorados, el fútbol charrúa ya no es propiedad exclusiva de los poderosos Peñarol y Nacional. Será que el fútbol y la política a veces no son tan diferentes.


* Nota al pie: El presente artículo apareció en su versión original en la revista digital La Tercera, en ocasión de las elecciones presidenciales en Uruguay de octubre de 2009. La asunción de Pepe Mujica como nuevo presidente uruguayo ayer es una buena excusa para repasar algunos fragmentos. Y aprovechen para darse una vuelta por el sitio de la revista que tiene notas buenas de verdad.

1 comentario:

  1. Qué interesante análisis. Haciendo una vista rápida (y seguramente incorrecta) se pueden notar varios cambios en latinoamérica. En cuanto a lo político debería investigar más, pero se puede agregar el caso de Evo Morales. En fútbol, es evidente que hubo cambios. Sin Millonarios, América de Cali, Peñarol, Nacional, River, Boca, Independiente u Olimpia en la Copa Libertadores.

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