En medio de tanta impunidad, un crimen que recibe castigo merece ser destacado. No para celebrar, pero sí para pensar que, cuando se lo propone, la justicia argentina es capaz de juzgar y condenar a los responsables de la violencia del fútbol argentino. El jueves pasado, Marcelo Javier Aliandre, 29 años e hincha de San Lorenzo, fue condenado a 15 años de prisión por el crimen de Emanuel Alvarez, el simpatizante de Vélez asesinado el 15 de marzo de 2008.
Alvarez, de 20 años, murió cuando viajaba en uno de los 40 micros repletos de hinchas de Vélez que se dirigían a la cancha de San Lorenzo. Mientras iba con medio cuerpo afuera del colectivo, cantando por su equipo, el joven recibió un disparo que entró por una de las ventanillas, al llegar a las avenidas Perito Moreno y Mariano Acosta, cerca del Nuevo Gasómetro. La herida era muy pequeña, por lo que se pensó que no era grave y ni siquiera fue atendido de urgencia. Luego, fue trasladado al hospital Piñero, donde murió en la guardia de un paro cardiorrespiratorio.
El Tribunal Oral 27, integrado por los jueces Romeo, Rengel Mirat y Caminos, dio por probado que Aliandre fue quien disparó. Antes del comienzo del partido, hinchas de Vélez que viajaban en los primeros micros de la caravana se bajaron de los ómnibus e increparon a tres hombres vestidos con los colores de San Lorenzo que comían en una parrilla y que salieron del lugar rápidamente. Uno de ellos era Aliandre, quien se fue a su casa ubicada a pocos metros, entró en su habitación, tomó un arma calibre 22 y disparó contra los hinchas del Fortín que pasaban por la calle. Una de esas balas mató a Emanuel. Aliandre bajó nuevamente al local y dijo: "Vieron, con un par de tiros no joden más".
Luego, el asesino se dirigió tranquilamente al estadio a ver el partido, que fue suspendido apenas entraron los equipos al campo de juego por los incidentes que provocaron los hinchas de Vélez al enterarse de que habían matado a un simpatizante de su club. Tras declarar a las pocas horas del crimen, Aliandre se fugó a Uruguay, su tierra natal, donde fue detenido en febrero de 2009, en Paysandú. Ayer por suerte, se hizo justicia.
Más allá de este caso, llama la atención cómo ciertos hechos se resuelven con rapidez y otros demoran años. Tras pelearse con hinchas de Chacarita en La Bombonera delante de cientos de testigos y cámaras, Rafael Di Zeo y la cúpula de La 12 esperaron casi 6 años para ser condenados por la justicia. Ya pasaron casi tres años de la muerte de Gonzalo Acro, pero Alan Schlenker y la cúpula de Los Borrachos del Tablón todavía no se sentaron en el banquillo. Probablemente eso suceda este año. Esperemos que la justicia siga actuando con la rapidez y la decisión que tuvo en el caso Álvarez y que no se fije en el color de la camiseta y en el poder de los acusados para investigar como corresponde.
Esto sí es una buena noticia, una pena que no le hayan dado en los medios masivos la trascendencia pertinente. Pero Pelota Afuera sí lo destaca.
ResponderEliminarfelicitaciones por destacar una noticia asi, no escuche que nadie haga incapie en algo asi y me agrada que en los blogs podamos tener esta informacion de parte tuya, un saludo excelente informe
ResponderEliminarBuena noticia, aunque es una pena que pase todo esto.
ResponderEliminarSaludos desde La Escuadra de Mago
Había leído la noticia en el Olé pero estos medios no suelen empaparse y hacer informes con todos los detalles de todos estos casos.
ResponderEliminarDi Zei, La 12 y losa Borrachos del Tablón son un peso pesado por eso la demora en los juicios. Por un lugar se empieza a erradicar esta lacra, no solo del fútbol, sino de la sociedad.
Estamos de festejos en el blog. Cumplimos 3 años!!
Saludos!