Poco les importó la crisis económica y política que sufre su país. Desde comienzos de semana, miles de portugueses cruzaron el Canal de la Mancha y fueron hasta Dublin en busca de la victoria. Irlanda habló portugués por unos días, en una inédita final europea entre equipo lusos, que tuvo Porto y Sporting Braga como protagonistas. El colombiano Radamel Falcao completó su brillante temporada y anotó el gol decisivo, su 17º del torneo, que dio a su equipo su primer título continental desde 2004.
Las semifinales de la Europa League, el segundo torneo continental detrás de la Champions, mostró a tres de los cuatro equipos portugueses (los mencionados Porto Sporting Braga además de Benfica), un hecho inédito en la historia. Mientras esta semana los países europeos aprobaron un paquete de ayuda económica de 78.000 millones de euros, los equipos europeos se lanzaron a la conquista del continente al compás de la crisis.
Sin embargo, la liga local lejos está de reflejar semejante éxito deportivo. Los dos grandes equipos del país, Benfica y Oporto, manejan presupuestos similares a los de un equipo de media tabla de España. Además, la infraestructura general es más bien pobre y la brecha entre los dos más ricos y el resto se refleja en sueldos, estadios y en la clasificación, donde el Porto, el reciente campeón de la liga, marcó una diferencia de 21 puntos con el segundo (Benfica) y 36 con el tercero (Sporting Lisboa).
El caso de Sporting Braga, finalista en Europa y cuarto en la clasificación de la liga local, es un buen reflejo de este milagro del fútbol luso. El equipo sólo cuenta con un título en su historia, la Copa de Portugal en 1966, y a comienzos de siglo peleaba los puestos de descenso. Con un presupuesto modesto, completó su plantel con descartes de otros clubes. En la Europa League, dejó a tras a Sevilla y Benfica entre otros, y se metió en su primera final continental en 90 años de vida.
Allí se encontró con el Porto, de brillante temporada. El equipo del norte del país ganó la liga sin perder un solo partido, se quedó ayer con la copa continental y espera completar el triplete ante el Vitoria Guimaraes en la Copa de Portugal. Su técnico Villas-Boas, de 33 años, es un buen discípulo de José Mourinho, aunque con mayor gusto por el buen trato de balón, y fue el gran artífice de la campaña.
Pero así como el país necesitó de ayuda económica del exterior para afrontar su crisis interna, los equipos portugueses también cuentan en su mayoría con jugadores extranjeros en sus filas. En el equipo titular de Benfica hay sólo dos nativos, en el del Porto, tres y en Braga, cinco. En total, el campeón de la Europa League cuenta en su equipo con 15 futbolistas latinos y el Sporting de Braga suma 13.
Quizás haya quedado alguna gota de aquella gran selección de Eusebio del Mundial de 1966. O muchos se hayan visto reflejados en la última generación de futbolistas, comandada por el gran Luis Figo, que fue semifinalista en la Euro 2000, subcampeona en 2004 y semifinalista en el Mundial 2006, ya bajo el mando de Cristiano Ronaldo. Seguramente también habrá quedado la mano de José Mourinho, quien en sus comienzos como entrenador guió al Porto a la victoria en la Copa UEFA 2003 y a la Champions League 2004. Probablemente en estos recientes éxitos muchos de los futbolistas portugueses encuentren motivaciones para ir a pelear con los grandes de Europa. Aunque para el Porto, la ayuda para ganar la Europa League llegó desde Colombia.
Aquí el gol de Falcao en la final de la Europa League:
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