Son noticias redundantes, como la maravillosa canción de Joaquín Sabina: “Hoy dice el periódico que ha muerto / una mujer que conocí, / que ha perdido en su campo el atlétic/ y que ha amanecido nevando en París”. Los periódicos están llenos de noticias que se repiten con frecuencia y eso incluye la sección deportiva. Jugadas polémicas, partidos parejos, injusticias en el juego, declaraciones vacías, violencia en las tribunas, quejas al por mayor, millones que envuelven el negocio. Son ejes temáticos que aparecen con frecuencia en el papel y casi organizan los contenidos. Las sospechas de corrupción constituyen casi un subgénero, en especial cuando refieren a la FIFA.
Esta semana, el ex presidente de la Federación Inglesa de Fútbol, lord David Triesman, fue quien lanzo los dardos. En una ponencia ante el Comité Parlamentario de Deportes, Cultura y Medios de su país, Triesman acusó a cuatro miembros del Comité Ejecutivo de la casa madre del fútbol mundial de pedir dinero o favores especiales a cambio de apoyar la fallida campaña de Inglaterra como sede del Mundial 2018.
En la misma sesión ante el Comité Parlamentario, se leyeron denuncias sobre otros dos miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA, que habrían recibido al menos 1,6 millones de dólares para votar a favor de Qatar como sede de la Copa del Mundo 2022. El año pasado, el Comité de Ética de la FIFA echó a dos miembros del Comité Ejecutivo luego de que una investigación del diario inglés Sunday Times revelara casos de soborno en las votaciones por la sede de los Mundiales de 2018 y 2022.
“Pero nada decía la prensa de hoy / de esta sucia pasión,/ de este lunes marrón,/ del obsceno sabor a cubata / de ron de tu piel, / del olor a colonia barata / del amanecer” continúa la canción escrita por Joaquín Sabina y Luis Eduardo Aute. En esta temporada 2010 – 11 que está llegando a su fin, dos noticias salieron del eje pero ganaron poco espacio en las páginas deportivas. Como si sucesos comunes alguna vez tuvieran otro desenlace.
En enero, la Premier League sancionó al Blackpool con una multa de 29.000 euros por alinear a 10 jugadores suplentes en el partido ante el Aston Villa, que se había disputado 10 de noviembre. No fue la primera que esto sucedió en Inglaterra. En diciembre de 2009, el Wolverhampton recibió una multa de 25.000 libras luego de que su entrenador diera descanso a 10 jugadores que solían ser titulares en un partido contra el Manchester United. Cambiar todo el once titular y dar virtualmente por perdido un partido tuvo su castigo, aunque mínimo.
También en enero, el Bologna de Italia sufrió el descuento de dos puntos por adeudar salarios a sus futbolistas. Estas dos unidades menos se sumaron a la que se le había descontado poco tiempo antes por no pagar los impuestos. En medio de su crisis económica, el club finalmente fue vendido a un consorcio encabezado por el dueño de la empresa de café Segafredo. Al menos, el que no cumple y no abona lo prometido recibió un pequeño castigo deportivo.
Bin Hammam, el dirigente qatarí que preside la Confederación Asiática de Futbol y aspira a presidir la FIFA, criticó esta semana a Joseph Blatter en su blog. "En el marco del status quo actual, es imposible negar que la reputación del Consejo de Administración de la FIFA ha sido mancillada sin igual y ya es hora de que eso cambie”.
“Pero nada decía la prensa de hoy / de esta sucia pasión, de este lunes marrón, / del obsceno sabor a cubata / de ron de tu piel, / del olor a colonia barata / del amanecer”. Seguramente Sabina y Aute no pensaron en Blatter y sus socios a la hora de escribir la letra de “Eclipse de mar”, pero algo huele mal desde hace bastante tiempo en Zurich. Ojalá hubiese más Bolognas y Blackpools.
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