Se sentaron en sus cómodos sillones, dispuestos a definir en un solo encuentro la sede de dos Copas del Mundo, un hecho inédito en la historia. Experimentados a la hora de las grandes decisiones, cada uno de ellos sabía el poder con que contaba de la mano de su voto. Sólo 22 personas eran las encargadas de definir dónde se disputarían los mundiales de fútbol de 2018 y 2022. En Rusia 2018 y Qatar 2022, las sedes elegidas, el fútbol expandirá sus fronteras ya globales, para penetrar en países que nunca habían visto la Copa del Mundo desde cerca.
La prensa tuvo un protagonismo inédito en la previa de la votación, dando lugar a diversas acusaciones de corrupción de los votantes. Hace pocas semanas, el diario inglés Sunday Times grabó de incógnito al nigeriano Amos Adamu y el tahitiano Reynald Temarii mientras solicitaban dinero a cambio de votos para la candidatura inglesa de 2018. En otro hecho inédito, ambos fueron suspendidos en sus cargos por la propia FIFA, excluidos de la votación y recibieron una sanción económica. El poder de las imágenes hizo imposible tapar el escándalo.
El lunes pasado, tres días antes de la elección, el programa Panorama de la BBC inglesa acusó a tres miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA de recibir sobornos de parte de la desaparecida empresa suiza ISL, que antes de su quiebra en 2001 contaba con los derechos televisivos de los mundiales y explotaba el marketing de la FIFA. Ricardo Teixeira, director de la Confederación Brasileña de Fútbol y del comité organizador del próximo mundial, el paraguayo Nicolás Léoz, presidente de la Conmebol, y el camerunés Issa Hayatou, presidente de la Confederación Africana de Fútbol y ex candidato a presidente de la FIFA, fueron algunos de los acusados. El ex presidente Joao Havelange también habría recibido 175 pagos entre 1989 y 1999. En total se habrían abonado 120 millones de dólares en coimas durante más de diez años. Un antiguo funcionario de ISL declaró ante la corte suiza: "Fue como el pago de salarios. De lo contrario se habría dejado de funcionar inmediatamente". En junio de 2010, la FIFA pagó 5,5 millones de francos suizos a la justicia suiza y la investigación sobre el caso quedó archivada. En estos días, en un comunicado de prensa, la FIFA nuevamente negó todas las acusaciones. En este caso, no había imágenes incriminatorias.
En este contexto, con semejante desprestigio sobre los votantes, se llegó a la votación de ayer. Rusia se impuso a Inglaterra (relegada por las acusaciones de la prensa contra los miembros de la FIFA), España-Portugal (favorita en la previa) y Holanda-Bélgica. Qatar derrotó a países como Estados Unidos (el otro favorito), Australia, Corea del Sur y Japón. Es la primera vez para ambos países recibirán a la Copa del Mundo de fútbol y de hecho el seleccionado qatarí jamás participó de un Mundial. El dinero con que cuentan más que su tradición futbolística es su principal capital a la hora de respaldar la organización del campeonato.
Qatar será el país más pequeño que organiza un Mundial, con superficie de 11.400 kilómetros cuadrados, y el primero de origen árabe. De los 12 estadios de la Copa, nueve deberán ser construidos y tres serán remodelados. Todos serán climatizados, con un gasto total de 50.000 millones de dólares en infraestructura. Los pozos petroleros abundantes en la zona serán la principal fuente de capital. Ningún estadio estaría a más de una hora del otro y muchos serían desmantelados después del torneo para donarlos a países pobres. Rusia organizará en 2018 el primero de la historia en Europa Oriental. De los 16 estadios donde se jugará la copa, 13 serán nuevos.
En sus cómodos sillones, los miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA se habrán olvidado de las acusaciones de la prensa a la hora de votar. Como en el caso sudafricano, Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, logró asignar el Mundial a países debutantes en materia organizativa y así contará en el futuro con nuevos amigos que apoyarán su reelección el año que viene. El fútbol ya no se fija en países tradicionales para desarrollar su máxima competencia. La FIFA tiene en sus manos la Copa del Mundo, un gigantesco negocio capaz de venderse al mejor postor, al que cuenta con más dinero. Rusia y Qatar nos esperan.
ME GUSTO LA ELECCION DE RUSIA COMO SEDE DEL MUNDIAL 2018. FUE UNA DECISION ACERTADA. LA DE QATAR SIN DUDA ALGUNA FUE MOTIVADA POR LOS PETRODOLARES QUE TIENE EN ABUNDANCIA ESE PAIS ARABE. EN MI OPINION SE DEBIO ELEGIR A AUSTRALIA PARA EL 2022. ESTE UN PAIS PROSPERO, RICO Y ALTAMENTE DESARROLLADO LO QUE GARANTIZABA EL EXITO ECONOMICO DEL TORNEO SI SE LE HUBIERA ADJUDICADO LA SEDE.
ResponderEliminarEl video de la presentacion de Qatar es impresionante, muy bueno de verdad. Por otro lado no dejo de pensar cuanto se podra llevar Batistuta por ejemplo, que estuvo mucho tiempo como hombre fuerte de la candidatura de Qatar. Dio charlas en gran parte de Europa y fue una de las caras visibles del proyecto. No creo que la designacion lo deje sin nada.
ResponderEliminarTambien estuvieron en la campaña Guardiola, Hierro y Sonny Andersson. Seguramente todos por su pasado en la liga de Qatar me imagino.
Por otro lado escuche por ahi que una de las cosas que le bajo el pulgar a Inglaterra fue la batalla campal en el clasico de Birmingham, justo un dia antes de la designacion. Me parece un hecho bastante grave porque se pelearon casi cuatro mil personas adentro de la cancha despues de una guerra bengalas en un partido de la Carling Cup. Pero realmente eso pudo restarle votos o equilibrar la balanza? Es cierto que ha pasado otras veces pero no se si para tanto.
De todas formas, de ser asi seguramente en unos años el partido sera recordado como aquel que le robo a Inglaterra la posibilidad de ser sede mundialista o algun otro titulo sensasionalista.