Hasta hace pocos días, la fecha del fin de semana pasado del campeonato italiano de fútbol no iba a disputarse. En el marco de una renegociación del convenio colectivo de trabajo, el sindicato de jugadores había decidido llamar a una huelga, disconforme con el artículo que permitía a los clubes a forzar a los jugadores a aceptar un traspaso en el último año de sus contratos. Finalmente, el método de presión funcionó, las negociaciones se retomaron y la fecha finalmente se jugó.
Los futbolistas de la Primera División de la liga italiana habían decidido la medida para el 11 y 12 de diciembre, en protesta por la renovación del convenio colectivo que, según los jugadores, atacaba sus derechos. La gremial tampoco aceptaba el artículo número 7, por el que los clubes podrían hacer que un jugador se entrene separado de la plantilla. El pasado 10 de septiembre, los futbolistas ya habían convocado a una huelga para el 25 y el 26 de ese mes, pero fue finalmente suspendida, tras varias reuniones entre las partes implicadas. El representante de la Juventus y de la liga italiana, Michele Briamonte, afirmó recientemente que una nueva convención colectiva está a punto de ver la luz.
En la NBA también existe en las últimas semanas una negociación colectiva entre el sindicato de jugadores y la liga, que intenta establecer un tope salarial rígido e importantes reducciones en los salarios de los basquetbolistas para la próxima temporada.
Los jugadores habían rechazado una propuesta inicial de la liga durante el fin de semana del juego de estrellas, en febrero, y presentaron su propia propuesta el 1 de julio pasado. Sin embargo, las partes aún no han alcanzado un acuerdo. David Stern, titular de la liga, declaró que los clubes quieren reducir los salarios en casi un 40 %, lo que les permitiría a los equipos ahorrarse entre 700 y 800 millones de dólares al año. La liga también quiere eliminar todas las excepciones que les permiten a los equipos excederse del tope salarial.
El tope salarial es el límite de dinero que los equipos NBA pueden pagar a sus jugadores. Este número varía año tras año y es calculado con respecto a las ganancias que la liga tuvo en la temporada anterior. La regulación intenta evitar las diferencias entre los equipos de ciudades más importantes, con mayor poder adquisitivo, y las franquicias más pequeñas. En esta temporada, el tope salarial es de 58 millones de dólares.
Actualmente los dueños insisten en que se reduzca de forma sustancial el porcentaje de dinero que se llevan los jugadores de los ingresos totales en la liga. Hoy en día, sus ganancias representan el 57% de dicho dinero y la propuesta actual sería reducir esta cantidad hasta por debajo del 50%, con un límite salarial duro, sin excepciones. Actualmente, muchas franquicias están perdiendo dinero, en el marco de un país que evidentemente no ha superado su crisis económica. La NFL (liga de fútbol americano) también se enfrenta a un posible paro por falta de acuerdo con los jugadores. El negocio del deporte a veces también necesita ajustarse.
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