La violencia sigue batiendo récords

La suspensión de un partido por incidentes no es algo que pueda considerarse novedoso en la Argentina. Pero en este caso, los hechos violentos alcanzaron una rapidez poco frecuente, demostrando que pueden superarse día a día a la vista de todos, en un marco de permanente impunidad.

El pasado 27 de noviembre, Unión y Sportivo Alianza se enfrentaban por la fecha 12 del Torneo Argentino B (la cuarta categoría del fútbol nacional) en el estadio 12 de octubre, de la provincia de San Juan. Poco después del primer minuto de juego, un petardo cayó muy cerca del arquero Gustavo Coronel, de Alianza, que no se recuperó y debió ser trasladado en una ambulancia con un shock auditivo, que le produjo un cuadro neurológico.Tras 20 minutos de espera, el árbitro Emanuel Ejarque decidió la suspensión del partido con el resultado 0 a 0. Sólo se llegaron a jugar 1 minuto y 22 segundos.Para completar la historia, a la salida, los hinchas de Unión, molestos por la suspensión del encuentro, provocaron algunos incidentes. La policía intervino y detuvo a 13 personas. El último enfrentamiento entre Unión y Sportivo Alianza también se había suspendido poco antes de que finalicen los 90 minutos por incidentes, luego de dos expulsiones.

También por el Torneo Argentino, el mismo fin de semana se suspendieron por incidentes los encuentros entre Gimnasia y Esgrima de Mendoza y Guaymallén (a los 7 minutos) y Colegiales de Concordia frente a Sarmiento de La Banda. La violencia se supera día a día en cualquier categoría.