Falcioni y Benítez

"Mi experiencia me ha hecho más prudente" había dicho hace unas semanas el presidente del Inter Massimo Moratti, para justificar la permanencia en el banco de suplentes de Rafael Benitez, quien desde su llegada al club como entrenador no había logrado los mejores éxitos. Su mochila más pasada era la herencia recibida, con un equipo que ganó las últimas 5 ligas en fila y que incluso el último año, de la mano de José Mourinho, completó el triplete con la Copa Italia y la Champions League. Pero ni la prudencia de Moratti ni el reciente triunfo en el Mundial de Clubes salvaron a Benítez. Hoy fue despedido, a poco menos de 6 meses de asumir. Dejó al Inter séptimo, a trece puntos del líder Milan, aunque con dos partidos menos. El español no se va en buenos términos ni con el presidente ni con los jugadores.

Mourinho está hoy en Real Madrid, intentando hacer frente al coloso Barcelona en la liga española. Es parte de la política de la Casa Blanca de contratar entrenadores exitosos en la cresta de la ola. Como había sucedido con Manuel Pellegrini, de buen paso por el Villarreal, la Casa Blanca pagó 8 millones de euros al Inter para hacerse con los servicios de un técnico que estaba trabajando. Distinta fue la política del Barcelona, que primero eligió foguear a un ídolo como Pep Guardiola en el equipo filial para que a su turno ocupara el banco de suplentes en las ligas mayores. La experiencia dio sus frutos, con un técnico que desde que asumió en el verano boreal de 2008 ganó 8 de los 10 títulos que disputó.

En Argentina, Boca ha experimentado en los últimos tiempos la política de contratar técnicos ocupados. En 2005 contrató a Alfio Basile, que estaba en Colón, con quien conquistó todos los títulos que disputó ese año y el siguiente. En 2007 arregló con Miguel Ángel Russo, quien dirigió al equipo en una nueva conquista de la Copa Libertadores. A mitad de este año trajo a Claudio Borghi, quien venía de consagrarse campeón con Argentinos Juniors. Ayer fue presentado Julio César Falcioni, quien se desvinculó de Banfield tras un ciclo exitoso (con el único título en la historia del club incluido) y pudo desembarcar en Boca. “Cada vez que iniciamos un trabajo con mi grupo lo hacemos con la mayor ilusión y con ambición para que todo se corone con el éxito" fueron sus deseos en la conferencia de ayer.

Distinta ha sido la política de River, que intentó desde hace un tiempo dar lugar a glorias del club para se inicien como entrenadores con el equipo de primera. Passarella llegó al cargo de entrenador a comienzos de la década del `90, Ramón Díaz también tuvo su bautismo en el banco de River en 1997, luego fue el turno de Leonardo Astrada en 2002 y hoy lo dirige Juan José López, que si bien cuenta con experiencia previa como entrenador es su pasado futbolístico en River, y los resultados conseguidos, su principal fuente de legitimación en el cargo para el año que viene.

Es interesante observar como, a medida que fueron ganando en importancia en el mundo futbolístico, los entrenadores entraron en el mercado de las transacciones deportivas, como los jugadores – estrella mejor cotizados, ofrecidos al mejor postor. Antes, un técnico que estaba trabajando en un equipo no aparecía como un candidato posible para dirigir a otro. Hoy, los millones de los grandes clubes aparecen como fuente de seducción para todo aquel entrenador exitoso que esté dispuesto, tenga o no trabajo.

Lanús es una buena excepción que rompe la regla. Contrató a Ramón Cabrero, que tras una experiencia en las inferiores llegó a dirigir a la primera en 2005. En 2008, le dejó su cargo al joven Luis Zubeldía, en ese entonces su ayudante, que se marchó hace pocas semanas, reemplazado por Gabriel Schurrer, quien se desempeñaba en las inferiores. No por nada, una institución humilde como Lanús hace tiempo que pelea los primeros lugares de los torneos, aun con sus intermitencias. No sólo hacen falta millones para llegar al éxito, sino también ingenio, gestión política y experiencia, como dijo Moratti.

Aquí la presentación de Julio César Falcioni como técnico de Boca: