Riquelme, Falcioni y Boca

No hay un solo motivo para explicar por qué ayer por la noche el nombre que más sonó en La Bombonera fue el de un protagonista que ni siquiera estaba en el estadio. Jugó Boca y no estuvo Juan Román Riquelme, aunque su nombre resonó permanentemente como grito de guerra de los hinchas por el flojo nivel que mostró el equipo, que no pasó de un pobre 0 a 0 ante All Boys como local. El técnico Falcioni había decidido prescindir del disponible Riquelme. Boca llegó poco, chocó mucho y la apuesta salió mal.

De los últimos 85 partidos de Boca, Riquelme jugó 44. En la temporada 2009/10, faltó en 14 ocasiones. El último Apertura 2010, jugó 2 partidos. Tendinitis aquiliana, ruptura fasciaplantar, sinovitis y síndrome meniscal fueron lesiones que lo sacaron de la cancha los últimos 2 años. Hombre de pocas palabras, que se expresa mejor dentro de la cancha que afuera, Riquelme aumentó su nivel de exposición pública conforme descendió su presencia dentro del campo de juego. Como si imposibilitado de estar en la cancha eligiera defender sus posiciones en los micrófonos, incorporándose así a los eternos debates que se generan alrededor de su figura.

Desde comienzo de año, Román informó por la prensa cuáles serían sus próximos movimientos. Primero avisó que no estaría para el último clásico de pretemporada ante River, que sí formaría parte del equipo en la primera fecha ante Godoy Cruz, pero que no podría jugar ante Racing. Finalmente, aclaró que estaba disponible para jugar ante All Boys. "Preferimos que trabaje, que siga trabajando, que trabaje y que tenga el descanso del fin de semana que van a tener todos", declaró el técnico Falcioni para justificar su ausencia de la convocatoria para el partido de ayer. Riquelme decidió seguir con la exposición mediática y contestarle desde Radio 10 y TyC Sports. Aceptaba pero no compartía la decisión. Más allá de las palabras, su mejor versión (primer semestre de 2007) cada vez queda más lejos.

Además de la interna entre la estrella Riquelme y el técnico Falcioni, Boca vive conflictos dirigenciales profundos. El presidente Ameal, que llegó al poder por la muerte de Pedro Pompilio en 2008, tuvo y tiene a su lado muchos dirigentes que quieren ocupar su puesto luego de las elecciones de fin de año, como Angelici, Beraldi, Crespi y Palmieri. Obligado a consensuar muchas de sus decisiones, eligió técnicos que llegaran avalados por éxitos recientes, porque de ese modo sus pares de Comisión podrían apoyar su elección. Llegó primero Basile, que ganó cinco campeonatos en primer ciclo en el club, después Borghi, reciente campeón con Argentinos, y finalmente Falcioni, que había conseguido con Banfield el primer título de su historia.

El problema es que el técnico que contrató Boca no utiliza el enganche clásico en sus equipos. Se siente más cómodo con dos líneas de cuatro rígidas. Por pedido del técnico, Boca contrató recientemente a Erviti, que podría ocupar el puesto de Riquelme, en casi 4 millones de dólares. Cuando Falcioni utilizó a Riquelme y Erivti, en la primera fecha ante Godoy Cruz, Boca perdió 4 a 1.

Ayer, ante All Boys, Falcioni eligió ser fiel a sus ideas futbolísticas y apostar por una línea de 4 defensores, 4 volantes y 2 delanteros. Paradójicamente, Boca careció de aquello que le podía aportar el 10 ausente. Empujó y chocó contra su rival, siempre con poca claridad. Mocuhe y Palermo tiraron del carro en ataque, pero generaron pocas situaciones de gol. Fue empate 0 a 0 ante All Boys.

Desde antes del partido, los hinchas le hicieron sentir a Falcioni el peso de su decisión. Cuando presentaron la formación por los parlantes se escuchó el clásico "Riqueeelme". En el sector de los palcos se lucieron dos banderas que reflejaban el sentimiento hacia Riquelme: "Román, gracias por tanto, perdón por tan poco" y "El Romance no va a terminar" podía leerse. A los 10 minutos de comenzar el partido, los hinchas volvieron a pedir por el 10. A los 35 minutos, la platea acentuó el pedido por el volante. Al finalizar el primer tiempo, el grito de "Riquelme, Riquelme" retumbó en todo el estadio. Mientras caminaba hacia el túnel, los plateístas abuchearon e insultaron a Falcioni, agolpándose contar el acrílico que los separa del campo de juego. Con el empate final, los hinchas explotaron con "Riquelme, Riquelme". La barra brava permaneció indiferente cuando se cantó a favor del ídolo e incluso en algunas ocasiones intentó tapar los gritos de la platea con el aliento a favor del equipo. Falcioni se fue insultado y abucheado.

Los dirigentes que renuevan el contrato de Riquelme pero contratan a un entrenador que no elije jugadores de ese estilo entre sus preferencias. Periodistas que polemizan constantemente alrededor de un jugador, que acepta incorporarse a la polémica mediática. Un entrenador que se debate entre confiar en el estilo histórico que lo llevó al éxito y aceptar a un ídolo para cambiar su idea. Mientras tanto, Riquelme camina entre las lesiones frecuentes y se muestra lejos sus tiempos dorados. En sus últimos cuatro torneos, Boca no pasó del puesto 11. En sus primeros dos partidos de local en el Clausura 2011, resignó 5 puntos ante Godoy Cruz y All Boys. Y hace dos años que no gana un título.

Aquí el compacto de Boca - All Boys, por la fecha 3 del Clausura 2010: