"Ginebra es la ciudad más propicia para la felicidad"
Jorge Luis Borges, escritor argentino
Argentina y Portugal entregaron una nueva postal del fútbol posmoderno. Lejos de Lisboa y Buenos Aires, los equipos nacionales se encontraron en Ginebra, Suiza, ciudad internacional por las casi 200 organizaciones internacionales que tienen su sede allí y por el 40 % de su población extranjera. El duelo quedó planteado casi como un enfrentamiento individual entre Messi y Cristiano Ronaldo, estrellas hoy ubicadas en el olimpo del fútbol mundial. Ambos se destacaron en el partido, aunque la actuación brillante de Messi se coronó con un penal sobre el final que se selló la victoria Argentina por 2 a 1.
El aire marketinero prevaleció en la previa por sobre el romanticismo que rodea a la ciudad que albergó el partido. Ginebra está ubicada al oeste de Suiza, en el límite con Francia, sobre las costas del lago Lemán. Las montañas que la rodean completan el paisaje. En sus calles, además de organismos como la Cruz Roja Internacional, las Naciones Unidas, la Organización Internacional del Trabajo y la Organización Mundial de la Salud, sobresale la gran vida cultural de la ciudad, con sus numerosos museos, bibliotecas, el Gran Teatro y la Orquesta de Suiza. Ese gran movimiento fue el que cautivó al escritor argentino Jorge Luis Borges, que pasó allí parte de su juventud y encontró su muerte en 1986. Sus restos aún descansan en el cementerio de Plain Palais.
Cerca de allí se encontraron Argentina y Portugal, con Messi y Cristiano Ronaldo, en un cruce que abarca a Barcelona, Adidas y Dolce & Gabbana (Messi) y a Real Madrid, Nike y Armani (Cristiano). Se calcula que por año el argentino recibe 33 millones de euros y el portugués 30,5. En la previa, las especulaciones sobre quién sería el mejor del duelo pesaron más, pero en la cancha ambos mostraron algunas de sus mejores virtudes.
El primer tiempo del partido presentó numerosas llegadas para los dos equipos, aunque Portugal siempre pareció estar más cerca del gol. Sólo Messi pudo romper el dominio rival, con apiladas, opciones claras de gol y asistencias determinantes a sus compañeros. Casi todas las llegadas de Argentina lo tuvieron como protagonista principal o secundario. A los 14, dejó atrás a varios rivales y asistió a Di María, quien marcó el 1 a 0 parcial. Poco después, Ronaldo capturó una pelota suelta en el área y empató el partido.
Mientras el ex Manchester United estuvo en cancha, hasta los 60 minutos, Portugal fue más que su rival y dispuso de más situaciones. Con la salida de Ronaldo, Argentina se adelantó en el terreno, Cambiasso gravitó más, los ingresados Pastore y Martínez acompañaron mejor a Messi, quien con un penal en el último minuto de partido marcó el 2 a 1 final. No fue justo por el trámite, aunque selló una gran actuación del rosarino, que fue la diferencia que hubo entre ambos equipo.
Como en el último amistoso ante Brasil en Qatar en noviembre pasado, Messi le dio el triunfo a la Selección Argentina sobre el final del juego. Se llevó así el simbólico duelo frente a Cristiano Ronaldo, a quien venció las cinco veces que se enfrentaron. A Borges no le gustaba el fútbol pero disfrutaba del ajedrez. En su poema que homenajea al juego – ciencia, escribió una frase que bien pueda aplicarse al fútbol y al duelo entre el portugués y el argentino:
“Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito”.
Aquí los mejores momentos del partido:
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