Avram Grant

Probablemente haya sido la derrota menos deseada, en una temporada plena de contratiempos. Justo fue Chelsea quien le quitó al Portsmouth, el equipoque entonces entrenaba Avram Grant, la única posibilidad de conseguir un título en la pasada temporada de la Premier League. Los Bleus, el antiguo equipo de Grant, se impusieron por 1 a 0 en la final de la FA Cup en mayo pasado y sumaron su segundo título del año, ya que poco antes se habían llevado la liga. El fútbol escribió otra paradoja más en los libros de historia. Grant vio coronarse de cerca a sus antiguos dirigidos, esos que desde que se había sentado en el banco de suplentes lo miraron con desconfianza y descreían de sus capacidades. No eran los únicos. Cuando reemplazó al saliente José Mourinho en el banco del Chelsea en 2007, pocos podían explicar la presencia del desconocido técnico israelí en un puesto tan importante. Tiempo después, la derrota por penales en la final de la Champions League ante el Manchester United de Carlitos Tévez lo eyectó de cargo. Pero el israelí ya se había dado a conocer ante el mundo futbolístico.

Avram Grant nació hace 55 años en el pequeño pueblo de Petah Tikva, al noroeste del Israel. Antes de llegar a medio oriente, su padre Meir había huido desde Polonia hacia Siberia, escapando de la persecución nazi. Allí sufrió temperaturas de 40 grados bajo cero con escasa comida. Luego sufriría la muerte de sus padres y sus cinco hermanos. Pero Meir pudo sobrevivir. Cuando volvió la paz, con 15 años, regresó a Polonia y luego partió hacia Israel. Allí se casó y tuvo a su hijo Avram.

El joven Grant nunca fue futbolista, sino que directamente comenzó su carrera como entrenador en las categorías inferiores del Hapoel Petah Tikva. Luego de 14 años en las categorías menores del club, llegó a dirigir el primer equipo. El gran salto se produjo cuando luego de cinco años se sentó en el banco del Maccabi Tel Aviv, donde ganó la liga local en dos ocasiones. Luego pasó por el Hapeol Haifa y por el Maccabi de la misma ciudad, con el que consiguió dos campeonatos consecutivos. Su mayor reto llegó en 2002, cuando fue nombrado entrenador de la selección israelí. Sin embargo, allí no pudo cumplir las expectativas. El equipo finalizó tercero en su grupo detrás de Francia y Suiza y no consiguió clasificarse para el mundial de Alemania 2006.

Pero Grant tenía decidido lanzar su carrera internacional. Desde hacía tiempo había entablado amistad con Lev Leviev, un millonario uzbeco - israelí dedicado a la producción de diamantes y sustancias químicas, que además financiaba proyectos futbolísticos en Israel. Gracias a Leviev conoció a Roman Abramovich, el multimillonario ruso dueño del Chelsea inglés. Compartieron una cena, donde la leyenda indica que hubo buena química entre ambos y Roman le preguntó a qué equipo le gustaría entrenar. En un rapto de humildad, Grant no contestó.

Pero el técnico israelí tiene habilidades para las relaciones públicas. Entabló relación con Alexander Gaydamak, en empresario ruso que era socio de Abramovich en diversos negocios. En ese entonces, Gaynamak era dueño del Portsmouth y le ofreció a Grant el cargo de director deportivo del club. Luego, Abramocivh le abrió las puertas del Chelsea y Grant ocupó el mismo puesto gerencial. Al poco tiempo, el técnico portugués José Mourinho abandonó la dirección técnica del equipo y el israelí asumió el cargo. La sorpresa por su designación fue mayúscula, ya que nunca había dirigido en Europa y ni siquiera tenía la licencia oficial para sentarse en el banco de suplentes. Pese a la poca fe de los hinchas, el equipo terminó segundo en la liga y perdió la final de la Champions League ante el Manchester United.

Aquel 21 de mayo de 2008, en el estadio Luzhnikí de Moscú, Grant salió a la cancha con brazalete negro en recuerdo de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. “Aquel día era víspera de Iom Hashoa, la fecha que recuerda a los muertos del nazismo, una fecha que yo siempre respeto. Pero justamente esa noche se jugaba un partido que quizás haya sido el más importante en la historia de Chelsea. Yo sentí que debía al menos llevar el brazalete negro en memoria de los muertos” declaró Grant después.

Aquella noche, John Terry se resbaló al patear el penal y Manchester se llevó la copa. Pero después del partido, Grant partió con su esposa Tzofi y sus hijos hacia Polonia. Allí participó de Marcha por la Vida, un viaje que se realiza anualmente para recordar a las víctimas del nazismo en distintos lugares emblemáticos, como el campo de concentración de Auschwitz. “Cuando yo tenía 15 años, por primera vez mis padres no durmieron juntos porque mi madre estaba enferma. Y oí a mi padre gritando dormido, eran gritos horrendos. El siempre fue una persona muy abierta y no nos había transmitido sufrimiento. Esa escena fue traumática para mí” contó Grant.

Grant fue despedido del Chelsea tras la final ante Manchester. Volvió para dirigir al Portsmouth en septiembre de 2008, pero no pudo evitar el descenso de un equipo que sufrió un descuento de 9 puntos y que hasta fue intervenido judicialmente por las deudas que tenia. Incluso el propio Grant y algunos futbolistas pusieron dinero de su bolsillo para pagar el salario de algunos empleados de limpieza y mantenimiento. A fin de temporada, tras la derrota ante el Chelsea por la final de la FA Cup, abandonó su cargo. Volvió al ruedo a las pocas semanas para sustituir al italiano Gianfranco Zola en el banco del West Ham.

Pese a las derrotas en los partidos decisivos, Avram Grant cree que otras victorias son mucho más importantes en su vida: “Indudablemente, con el Holocausto hubo un intento de destruir totalmente al pueblo judío y no lo lograron. Y en ese sentido, en mi ámbito familiar, mi papá ganó, sin duda”.

1 comentario:

  1. siempre su aspecto me parecio el de un hombre muy culto de pocas palabras pero que sabe lo que dice y haces, pense que habia tenido un fugaz paso como futbolista pero evidentemente me equivoque, ese equipo que dirigio y de su ciudad natal, el hapoel petah tikva, de camiseta amarilla con vivos azules, es uno de los mas debiles de israel y el unico que sobrevive a los jeque multimillonarios basandose en una conducta meramente deportiva con fines sanos. un lujo la nota muy interesante y compuesta un saludo

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