Una postal de Praga |
Cierta o no, la leyenda ilustra la influencia de Kakfa sobre Praga y las historias que surgen alrededor de él. Ya en la famosa plaza central de la ciudad, cerca del famoso reloj astronómico del siglo XIV, una antigua casa de época, hoy convertida en galería de arte, nos recuerda donde estudio el gran escritor. En uno de sus cuartos su padre tuvo una mercería. A pocos metros, un café lleva el nombre de Kafka y, al cruzar el río Moldava, podemos acceder a otra de sus antiguas casas, hoy convertida en museo.
Pero más allá de la influencia de Kafka, Praga es una ciudad de museo, antigua, bella, bien conservada, romántica. Sus calles estrechas, sus edificios centenarios, su mezcla de estilo gótico con art nouveau y barroco, sus construcciones imponente, sus miles de estatuas, sus puentes, todo invita a recorrer y perderse allí dentro.
En Praga, la historia también se juega en su fisonomía, con los castillos construidos por los reyes, las construcciones majestuosas de Carlos IV, la grandilocuencia del imperio austrohúngaro y la influencia del comunismo, que estuvo presente aquí desde 1948 hasta 1989.
El boulevard de Wenceslao, hoy convertido en albergue de las principales marcas mundiales, fue testigo silencioso de la Primavera de Praga en 1968, aquel levantamiento contra el régimen comunista, y del fin del régimen impuesto por la Unión Soviética en 1989.
En la antigua Checoslovaquia, que unía bajo una bandera a la República Checa y Eslovaquia, el Dukla de Praga era el equipo del ejército, que ejercía como el conjunto oficial del régimen. En la segunda mitad del siglo XX, el Dukla consiguió ligas y copas locales e incluso tuvo buenas actuaciones en copas europeas. La salida del comunismo lo afectó deportivamente, al punto que llegó a jugar en las divisiones regionales. Hoy, ya de vuelta el primera, navega por la mitad de la tabla.
El caso contrario es el del Viktoria Zizkov. Este euqipo tuvo se época de hora en el período de entre guerras, pero tras la llegada del régimen comunista en 1948 fue prohibido. Luego sería apoyado y reivindicado por los jóvenes anticomunistas, hasta que 1993 volvió a la primera división.
El fútbol checo cuenta con una larga tradición, que se dio a conocer al mundo en la década del `30 con una brillante generación de jugadores del Sparta Praga. Muchos de esos futbolistas formaron parte del equipo que disputó el Mundial de 1934, donde el equipo perdió la final ante Italia y Oldrich Nejedly se consagró como máximo goleador del torneo. La selección volvió a destacarse en el Mundial de Chile en 1962, donde el equipo se ubicó tercero.
En la liga checa, los tradicionales animadores son el Sparta Praga, conocido como el equipo de los trabajadores, y el Slavia Praga, nacido como el club de los intelectuales. En los últimos años, el Slavia ha sufrido graves problemas económicos y hoy se ubica lejos de los primeros planos. Una situación curiosa viven los Bohemians, el tercer equipo de la capital. Este club fue fundado en 1905 y vivió su época dorada en las décadas del `70 y `80. Incluso, logró su único título de liga en 1983.
En 2000, el Bohemians comenzó a tener problemas políticos y económicos. Los continuos cambios de presidente y sus crecientes deudas lo llevaron primero a la segunda división y luego a ser expulsado de la liga, en 2005. Entonces, los hinchas pasaron a la acción. Realizaron colectas y reunieron el dinero necesario para que el equipo pudiera volver a competir en la tercera categoría.
Al año siguiente, lograron subir a segunda, tras ocupar la plaza del SC Xaverov, que había dejado su lugar vacante. En el 2007, el equipo consiguió el ascenso de nuevo a la máxima categoría. Sin embargo, al final de la temporada volvieron a descender.
Sin embargo, en medio de este derrotero, se produjo un hecho curioso. Cuando el Bohemians quebró, en 2005, un equipo llamado FC Střížkov Praha 9 compro los derechos sobre el nombre de Bohemians y pasó a llamarse "FC Bohemians Praga". Esa temporada, la 2005-2006, ambos equipos coincidieron en uno de los dos grupos de la 3º división checa. El Bohemians original, llamado a partir de entonces Bohemians 1905 (por el año de su fundación), terminó en el cuarto lugar y su homónimo en el tercer puesto.
En 2008, mientras el equipo original descendió de primera a segunda, el nuevo equipo fue campeón en el ascenso y llegó a la máxima categoría. Esta vez, los nuevos estaban en primera y los tradicionales en segunda. En este temporada, es el Bohemians tradicional el que disputa la máxima categoría y su homónomos disputa el torneo de ascenso.
Con el paso del tiempo, Franz Kakfa no sólo se convirtió en símbolo de la ciudad de Praga, sino que se constituyó mundialmente como un adjetivo que hace referencia a algo complejo y contradictorio, difícil de entender. Como la historia de los Bohemians o la magia de Praga misma. Misteriosa, compleja, enredada, apasionante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario