Play The Game y el infinito mundo del deporte

En el segundo día del congreso de Play the Game, el deporte se presentó bajo sus diferentes caracteres, como una paleta de colores con diferentes variantes, que puede ser abordada bajo sus diferentes matices. Fuente de desarrollo de los países, posible educación para los más necesitados, beneficio económico para las naciones en desarrollo, espacio del crimen organizado, lugar de expresión de la xenofobia y el racismo. Todo eso y más fue la representación del deporte en un solo día.

El fútbol argentino y su violencia tuvieron presencia en el debate sobre fútbol y extremismo, en un debate presentado por el periodista Ezequiel Fernández Moore. Allí, Mónica Nizzardo, de la organización “Salvemos al Fútbol”, denunció el accionar de las barras bravas argentinas, el doble discurso de los dirigentes deportivos y políticos y su complicidad con los hinchas violentos.

Este cronista expuso una breve historia sobre la violencia en el fútbol argentino y su relación con los medios de prensa. Cómo los incidentes se fueron volviendo paulatinamente un elemento estructural del mundo futbolístico local y cómo se fueron representando en la prensa esos cambios. Parece mentira que en un lugar tan lejano de los hechos pueda hablarse de este tipo de cuestiones, aunque el alemán Ronny Blashke con su exposición nos hizo recordar que, aun con sus matices y sus caracteres locales, la violencia deportiva es un fenómeno que se expresa en diferentes lugares del mundo.

Blashke contó cómo, en Alemania, algunos grupos radicales como los NPD reclutan jóvenes a través del fútbol para dar a conocer sus ideas. La violencia estrecha allí sus vínculos con las ideas políticas y el nazismo. Esa conjunción entre hinchas e ideología parece lejana en la Argentina, donde las barras bravas abrazan mayormente la comercialización de su violencia al mejor postor, sin importar susm ideas. Pero en otros lugares, los grupos de hinchas organizados actúan bajo otras lógicas y el deporte oficia de marco para el accionar de estos grupos racistas.

Pero antes de semejante panorama, Raí, ex capitán de la selección de Brasil, habló sobre su participación en “Gol de Letra” y “Atletas por la Ciudadanía”, dos organizaciones de su país que apuestan al impulso del deporte social. Estas instituciones intentan promover la práctica deportiva en las escuelas brasileñas y la integración del deporte al proceso de desarrollo que vive Brasil, un país posicionado como una potencia mundial, que entre los motores de su crecimiento económico y social tiene al Mundial de fútbol de 2014 y a los Juegos Olímpicos de 2020. “Queremos que el deporte pueda cambiar el futuro de la sociedad”, expresó Raí, como para dejarnos con la esperanza de que el juego puede ser parte de las transformaciones.

Henry Brandt, del Instituto Danés para el deporte, analizó los casos de distintos estadios construidos para diferentes competencias deportivas y su utilización posterior, desde aquellos que ven acción diariamente hasta aquellas moles de cemento que duermen vacías mientras los gobiernos pagan millones para mantenerlos. Aquí, el deporte mostró su costado más ambicioso, con construcciones innecesarias con millones gastados debajo de las gradas.

Más tarde, Stefan Szymanski, profesor de management deportivo en la Universidad de Michigan, describió en detalle los cambios que están sucediendo en Londres con las nuevas construcciones que se realizan para los Juegos Olímpicos del año próximo. East London, una de las zonas más postergadas de la ciudad, es un espacio que se está haciendo a nuevo, con las instalaciones deportivas allí dentro. Nos dimos cuenta aquí de que eventos como los Juegos Olímpicos pueden servir para cambiar un espacio por completo y rediseñar una ciudad por dentro, con los cambios sociales que sufren sus habitantes.

Más tarde, Cornelia Rogall - Grothe, Secretaria de Estado de Alemania, recalcó los beneficios económicos que puede tener los mega eventos deportivos para un país. Wilfred Lenke, de Naciones Unidas, volvió a hablar sobre las posibilidades de utilizar el deporte como herramienta para la paz y el desarrollo, contra la violencia. Aquí, el optimismo volvió a ocupar la escena.

Todo parecía parecido y diferente a la vez. El deporte mezclado con la política, la economía, la educación, el desarrollo, el crimen, la violencia. Como una paleta de colores, con sus matices, que forman un conjunto fino, pero posible de extender hasta un lugar inabarcable. Como el mundo del deporte.

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