Chile y la Copa de la educación

No fueron muchos, pero se hicieron sentir. Llegaron a Mendoza para ver a Chile en la Copa América, pero su gesta más fuerte tenía que ver con la difusión de su lucha. Un grupo de estudiantes chilenos cruzó la cordillera y en los últimos días aprovechó para realizar encuentro en plazas y cantar sus consignas durante los partidos de su selección de fútbol, que jugó en la provincia cuyana ante Uruguay y México, por la primera fase del torneo sudamericano.

En la última victoria ante Perú fue cuando más se hicieron sentir los chilenos, ya que desde la tribuna popular partieron cánticos a favor de la lucha estudiantil, que desde hace unos meses reclama por una mayor democratización del sistema educativo de su país, hoy altamente privatizado.

Las continuas protestas de estudiantes secundarios y universitarios, con el apoyo de profesores, busca romper las desigualdades que hoy consagra el sistema educativo. Lejos de ser un derecho, hoy estudiar en Chile es derecho para aquellos que pueden pagar. En las últimas semanas, las marchas se multiplicaron por todo el país y alcanzaron a más de 400 establecimientos. En Chile, el estado sólo financia el 14 por ciento de la educación pública, aunque a la vez aporta millones a las exclusivas universidades privadas. El 80% del millón de estudiantes universitarios chilenos estudia en instituciones privadas creadas durante la dictadura de Augusto Pinochet mientras abona altas cuotas mensuales.

El 30 junio, “Los de abajo”, la barra que sigue a la Universidad de Chile, se plegó a los 400 mil chilenos que marcharon por todo el país para exigir el fin de la educación de mercado y el derecho a estudiar en aulas públicas y gratuitas. Un relamo similar al que se registra en el ámbito educativo viene surgiendo en distintas instituciones deportivas chilenas, hoy privatizadas y manejadas por poderosos empresarios.

Este proceso comenzó en 2005 con la sanción de la Ley 20.019, que obligaba a todos los equipos a convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas. Fue el entonces senador y presidente Sebastián Piñera uno de los impulsores de aquel proyecto. Piñera y otros de de los que avanzaron fuerte con la ley que abría las puertas a los capitales privados fueron los que se quedaron con algunos de los clubes de fútbol. Hasta fin de 2010, el presidente tuvo participación en el consorcio que manejó el Colo Colo.

Un reciente informe del diario La Hora daba cuenta de distintos movimientos de hinchas y socios que buscan involucrarse en la política de sus clubes. Precisamente en el club blanco surgió hace un tiempo “Colo Colo de Todos”, un grupo de socios liderado por Marcelo Barticciotto, ex jugador del club. El movimiento intentó hace un tiempo que los socios del club tuvieran el control de la Corporación del Club Social y Deportivo de Colo Colo, que dirige los destinos de la institución. La avanzada no tuvo buenos resultados pero el movimiento sigue reuniéndose y convocando a actividades para "democratizar el club, legitimando la elección de sus representantes, no dentro de una elite sino del universo de sus asociados a las personas que los representen", tal como dice Rodrigo Contreras, vocero del movimiento.

En la Universidad de Chile, surgió el movimiento de Socios de Corfuch. Allí la situación es aún más difícil, porque el club fue declarado en quiebra en 2006 y al año siguiente pasó a ser administrado por la sociedad anónima Azul Azul S.A. , siempre contra la voluntad de los socios, que aun luchan para recuperar su club.

El martes pasado, la Selección de fútbol de Chile encontró la victoria ante Perú con un gol en contra de André Carrillo en el último minuto de partido. El equipo de Claudio Borghi se quedó así con el primer lugar del grupo C de la Copa América y en cuartos de final enfrentará a Venezuela. Pero lejos de la Copa América, Chile se juega un partido mucho más importante: el de la educación pública y gratuita para todos sus estudiantes.

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