“Thanks but no yanks” ( "gracias, pero no yanquis") decía una bandera en las tribunas del estadio de Liverpool, poco antes de que la compañía norteamericana New England Sports Ventures se hiciera con el control del club, en reemplazo de los empresarios texanos Tom Hicks y George Gillett, en octubre pasado. Los dueños se marcharon en medio de un pleito judicial, con manifestaciones de hinchas en su contra y deudas por 270 millones. Ante la posibilidad de quiebra inminente, la justicia británica autorizó el traspaso y el consejo del club acordó la venta a NESV a cambio de 340 millones de euros.
Por estos días se vive un proceso similar en otro coloso de la Premier League. Es el Arsenal de Londres el equipo que tiene a sus hinchas en las calles para evitar que un nuevo magnate de Estados Unidos se quede con el control del club. Stan Kroenke, quien ya controla el 30 por ciento de las acciones, habría acordado la compra del 17 por ciento del total correspondiente a Danny Fiszman y el 16 por ciento de Nina Bracewll-Smith, a cambio de US$370 millones.
El empresario estadounidense ya se aseguraría así el control del 63 por ciento del club. Por obligación del Panel de Adquisiciones del fútbol inglés, tiene la obligación de hacer una oferta por las acciones restantes. Ante esto, un grupo de hinchas del Arsenal reclama que los propietarios de ellas no vendan su parte para evitar que Kroenke tome las riendas del club.
El grupo de hinchas nucleado en la Arsenal Supporters Trust (AST), que controla el 3% de las acciones, es quien motoriza las protestas para mantener el club bajo control inglés. El multimillonario ruso Alisher Usmanov es el otro accionista mayoritario del Arsenal, con un 27 por ciento de participación, a través de su firma Red and White. Kroenke, de 63 años, ya cuenta con varios equipos deportivos en Estados Unidos, como Denver Nuggets, de la NBA; el equipo de hockey Colorado Avalanche; St Louis Rams de fútbol americano y Colorado Rapids de la liga de fútbol.
"Liverpool FC. Built by Shanks. Broke by Yanks" ("Liverpool. Construido por Shanks -apodo de Bill Shankly, mítico entrenador del club- Roto por los yanquis)" decían también los hinchas del Liverpool con sus banderas en octubre pasado, poco antes de que New England Sports Ventures tomara el control de la institución. Los salientes Hicks y Gillett habían comprado el club con la misma fórmula con que se habían quedado con los Texas Rangers, equipo de béisbol norteamericano. Contrajeron deudas, las cargaron a las cuentas del club y prometieron una inversión histórica, que incluía nuevo estadio y estrellas mundiales. La compañía norteamericana también contaba entre sus activos con los Red Sox de Boston, equipo de béisbol, a quien llevaron a ganar las Series Mundiales en 2004 y 2007, tras 86 años de sequía. En 2010, la justicia inglesa los obligó a marcharse de los Reds.
Hace pocos días, el basquetbolista de la NBA LeBron James se sumó al grupo de accionistas del Liverpool y se convirtió en el primer deportista profesional en actividad que se convierte en dueño de un equipo de la Premier League. James se asoció England Sports Ventures y pasó a tener una participación minoritaria en el Liverpool. Hoy el equipo se ubica sexto en la liga, a más de 20 puntos del líder Manchester United, pero las ventas a comienzos de temporada del Niño Torres y Manscherano, más allá de la millonaria inversión por el uruguayo Luis Suárez, parecen haber alivianado la economía del club, al menos por ahora.
Si la compra del Arsenal por parte de Kroenke se concreta, los gunners se convertirán en el décimo club de propiedad extranjera de la Liga Premier. Entonces, los cuatro equipo más importantes de Inglaterra estarán controlados por empresarios extranjeros. El Chelsea está en manos del ruso Roman Abramovich y el Manchetser United, el Liverpool y el Arsenal estarán bajo la dirección de norteamericanos. Seguramente los ingleses que inventaron el juego en la Edad Media no pensaban que varios siglos más tarde el poder sobre él lo tendrían los extranjeros.
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