Abordó ayer el vuelo desde Guayaquil con la convicción firme de que podría romper las reglas. Al fin y al cabo, tantas veces había cargado con la posibilidad de impartir justicia sobre sus espaldas que ya conocía bien las maniobras del engaño. Esta vez, sería él quien no debería ser descubierto.
Al llegar a Nueva York, su rostro ya no exhibía la seriedad y la calma que mostraba cuando le tocaba dirigir un partido de fútbol. Mientras aguardaba para pasar por migraciones, su semblante nervioso llamó la atención de los guardias del aeropuerto de John F. Kennedy. La revisación de rutina encontró unas 10 bolsas de plástico adheridas a su estómago, su espalda y sus piernas. Las pruebas químicas fueron concluyentes: allí se hallaban más de 6 kilos de heroína.
La historia del ex árbitro internacional Byron Moreno seguirá bien lejos de los campos de fútbol y de las radios y canales de televisión donde oficiaba como comentarista. El ecuatoriano, de 41 años, podría enfrentarse a una pena de hasta 10 años de prisión. Sin embargo, no es la primera vez que Moreno tiene problemas con la justicia. En diciembre de 2002 había sido detenido por la policía de Quito por abuso de menores. En julio de 2008, fue acusado de golpear a su madre y a su sobrina de ocho años.
“Creo que Moreno ya la tenía (la heroína) en 2002, pero no en su ropa interior, sino en su organismo”, dijo en tono jocoso el arquero italiano Gianluigi Buffon. En su país todavía recuerdan el partido por octavos de final del Mundial 2002 frente a Corea del Sur, donde Moreno anuló un gol legal a Tommassi y expulsó a Totti por fingir un penal cuanto menos dudoso. Finalmente, fue victoria para los coreanos por 2 a 1 en la prórroga. Desde entonces, en Italia no guardan buenos recuerdos de Moreno. “Bromas aparte, cuando alguien vinculado al deporte se ve involucrado en casos de drogas es porque se ha hundido demasiado” añadió Buffon. Retirado del arbitraje en 2003, Moreno vio caer sobre sí mismo el peso de la ley que tantas veces tuvo en su mano.
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