La (no) huelga del fútbol español

La reciente jornada 33 de la Liga española podría no haberse disputado el pasado fin de semana. La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) había convocado hace poco más de dos semanas a una huelga que iba a desarrollarse del 16 al 19 de abril, en reclamo de los salarios adeudados. Finalmente, tras arduas negociaciones, los directivos se comprometieron a pagar parte de las deudas y la medida de fuerza fue levantada. Así, el empate sin goles entre Barcelona y el Espanyol permitió al Real Madrid acercarse un punto de los catalanes tras la victoria merengue ante el Valencia. Sin embargo, la crisis financiera que padece el fútbol español está lejos de la solución definitiva.

El paro propuesto por la gremial de futbolistas presentaba como eje el reclamo por el dinero que se les debía a los jugadores. Según el gremio, sólo un 15% de los clubes estaban al día en los pagos y una buena cantidad de ellos se encuentra al borde de la Ley Concursal. Entre los equipos de Primera, el Xerez ya se ha acogido la norma y el Mallorca y el Valladolid van en camino.

Lejos de los refuerzos galácticos del Real Madrid, en julio pasado 42 de los 80 clubes de la Segunda B (la tercera categoría) fueron denunciados por sus acreedores por falta de pago. Sólo el dinero reclamado por el sindicato ascendía a 4,1 millones de euros para unos 200 jugadores de la Segunda B, y además se solicitaba la creación un fondo de garantía para los futbolistas que se desempeñaran en clubes concursados, por un total de 8 millones. Pachi Izco, presidente de Osasuna, ha recomendado a algunos agentes “que lleven a sus jugadores no al club que más comisión les pague, sino al que tenga más garantías de cobro”.

La situación económica actual de la llamada Liga de las Estrellas encuentra varias razones. Como la crisis financiera mundial de 2008 que nació de hipotecas que no pudieron pagarse, muchos clubes españoles ofrecieron a sus futbolistas salarios desorbitados que no se correspondían con sus ingresos. Esta situación se enmarca dentro de un proceso más amplio que ya hemos tratado aquí, en donde muchos clubes de fútbol practican el endeudamiento sistemático como forma de gestión. Así, pueden fichar mejores jugadores y presentar un equipo de mejor nivel. Pero si los resultados no acompañan, y a veces ni aún así, el presupuesto no se cumple y aparecen las deudas.

La crisis económica mundial de las hipotecas afectó especialmente a muchos clubes españoles, cuyos dueños provienen del mundo de la construcción. En el mundo del ascenso, equipos como Portuense, Granada, Ejido, Lorqui, Fuerteventura, San Fernando, Lorca Deportiva, que anteriormente habían inyectado dinero fresco proveniente del boom de los ladrillos, comenzaron a presentar un déficit creciente.

El papel de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) también tomó otro color en último tiempo. El sindicato reúne unos 6000 profesionales, lo que lo convierte en aquel que cuenta con la mayor cantidad de jugadores profesionales en el mundo. La AFE se normalizó el 22 de marzo pasado, luego de que se alejara el presidente Gerardo González Movilla tras 21 años. El sucesor fue Luis Rubiales, un futbolista recientemente retirado, de 32 años, quien enseguida se puso al frente de los reclamos de sus afiliados y propuso una medida de fuerza. El problema fue abordado por el gobierno español a través del Consejo Superior de Deportes (CSD), quien convocó a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y a la Liga Nacional Fútbol Profesional (LNFP), con la idea de firmar un Gran Pacto por el Fútbol Español

El fantasma de la huelga, que hubiera sida la primera desde1984 y la quinta en la historia, se esfumó a los pocos días, luego de que el sindicato lograra el compromiso de la Federación de afrontar los problemas de los futbolistas más humildes. La FEF se haría cargo de tres millones de euros y la cantidad restante saldría de la modificación del Real Decreto de las Quinielas, que en adelante destinará un 1% de su recaudación a las categorías menores.

Inglaterra y España son muestras de cómo la crisis económica mundial esta haciendo mella en muchos clubes de fútbol, que adhirieron de un tiempo a esta parte a sostener un presupuesto con un déficit importante como fórmula para alcanzar el éxito. Más allá del acuerdo, la LNFP estaría trabajando para fijar un tope equivalente al 70 por ciento de los ingresos de cada club para gastar en salarios, traspasos y honorarios a los agentes. Parece que no alcanza con la responsabilidad de de los directivos para administrar correctamente los clubes, sino que hay que fijar límites por escrito para no pasar por el calvario económico.

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