Platense y el Bar Okupa


Un barra que ocupa el bar del equipo rival, la justicia que actúa pero no resuelve, la municipalidad que debe actuar y se hace la distraída. En el medio, un dirigente que intenta actuar contra los violentos y no encuentra respuestas. Todo sucede en Platense, el club de Vicente López, donde un hincha de Chacarita copó la confitería del club y nadie puede sacarlo de ahí.

El bar se ubica debajo de una de las tribunas del estadio calamar, sobre la calle Zufriategui. Está ocupado por un grupo encabezado por un ex líder de la hinchada de Chacarita, llamado Luis Leiva, vinculado al sindicalista Luis Barrionuevo. . Desde que asumió la actual conducción en marzo de 2008, se le exigió a Leiva que muestre el contrato que lo habilitaba a explotar el buffet del club, algo que nunca sucedió. Leiva no paga alquiler y vive ahí, el sueño de cualquier inquilino. El conflicto fue en aumento, hasta que se inició una demanda por desalojo. Varias veces el buffet fue clausurado por la justicia, pero las fajas fueron retiradas y todo siguió como si nada. En el medio, Mario Spinelli (secretario general de Platense, quien lleva adelante la denuncia) fue víctima de amenazas telefónicas, pintadas en su contra en el club y hasta le enviaron una corona fúnebre. Lo peor llegó la noche del 22 de diciembre pasado, cuando fue golpeado por un desconocido a la salida de una reunión de comisión directiva. Así como el club no tiene el control de su propia confitería. Los concesionarios dijeron que no podían vivir de la venta del café, así que periódicamente organizan fiestas en el lugar. El colmo fue en agosto pasado, cuando Leiva cerró el bar y allí se realizó una cumbre de barras bravas de todos los clubes organizada por una ONG llamada “Nuevo Horizonte para el Mundo”.

El intendente de Vicente López, Enrique García, dijo que no tiene poder para sacar a Leiva y su gente de ahí. Un fallo judicial dice lo contrario, que es la municipalidad quien tiene el poder de cerrar el lugar. Los inspectores no van más al club porque las clausuras no tienen efecto. El Comité Provincial de Seguridad Deportiva (Coprosede) les sugirió a los dirigentes poner una reja. El soldador también fue amenazado. Cuando fue intimidado a mostrar el contrato de concesión, Leiva presentó un documento acordado con la Comisión directiva anterior que ya venció.

En este contexto se llegó al partido con Chacarita del lunes pasado, donde Platense actuaba como local. Los vínculos de Leiva con los hinchas funebreros y la posibilidad de que se concrete el ascenso de Chacarita hicieron temer un enfrentamiento entre las hinchadas, que arrastran un rivalidad histórica. Para solucionar el problema, el Coporsede determinó que el encuentro se juegue a puertas cerradas, un lunes a las 15 horas en La Plata. Bien lejos de Vicente López y San Martín, donde se ubican ambas instituciones. Chacarita ganó 1 a 0 y volverá a Primera División. Festejó ante los pocos hinchas que no se sabe cómo entraron a la cancha, porque nadie podía hacerlo. Pero quedará para siempre la imagen de un equipo ascendiendo a Primera en soledad, bien lejos de sus hinchas.

Lejos de apoyar a Spinelli en su cruzada contra los violentos, el vicepresidente calamar Esteban Forray dijo en la radio: “Lo de Spinelli nos perjudicó deportiva y económicamente. Este error solamente se repara con la renuncia del dirigente". La relación entre barras y dirigentes llega a límites inimaginables.

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