La FIFA y la Copa Confederaciones

La Copa de las Confederaciones fue una idea del Rey Fahd de Arabia Saudita, que vio la luz en 1992 en Ryad. En un estadio de lujo en medio del desierto, la Selección Argentina dirigida por Alfio Basile obtuvo la primera edición de este torneo que congregó a los campeones de 4 continentes(no hubo representantes europeos aquella vez).

Como todo el fútbol de selecciones se rige por la FIFA, en 1997 la entidad madre del fútbol mundial decidió que el torneo podía caer bajo su órbita. Algo así como comprarle la idea a los reyes saudíes. Así es como el campeonato aumentó su número de participantes a 8, se ubicó dentro del calendario FIFA y pasó a disputarse un año antes de los mundiales en el mismo país organizador de la copa. Una especie de simulacro de lo que vendrá. Esta vez le toco el turno a Sudáfrica, quien organizará el Mundial 2010 como una suerte de retribución por el apoyo que sus representantes en la FIFA le dieron al actual presidente Joseph Blatter para llagar al lugar que hoy ocupa.

Sin embargo, la competencia no exenta de polémicas. En 2003, el Real Madrid no dejó participar a sus jugadores de la competencia. En aquel torneo, Turquía aceptó ser parte después de que Italia, España y Alemania rechazaran la invitación. Durante ese torneo, el jugador camerunés Marc-Vivien Foé murió por extendimiento de su ventrícula izquierda en plena semifinal entre Camerún y Colombia. El partido siguió como si nada y también el torneo, que consagró campeón a Francia tras vencer en la final a los cameruneses, todavía de duelo por la pérdida de su compañero.

En la presente edición, Joseph Guardiola, técnico del Barcelona, logró que Andrés Iniesta, mediocampista de su equipo y de la selección española, no sea convocado a raíz de una supuesta lesión, pese a la insistencia del técnico español Vicente del Bosque. Blatter ya se quejó por el escaso público que hay en los estadios. Ni Sudáfrica pudo llenar la cancha contra Irak en su primer partido. El encuentro entre España y Nueva Zelanda fue presenciado por 21.649 espectadores, en un estadio con capacidad para 46.000. Las entradas tuvieron un valor de entre 30 y 100 euros, demasiado para un país donde el sueldo diario del 40% de la población es de dos dólares.

En este contexto, Brasil (campeón de América), Italia (campeón del mundo), España (campeón de Europa), EEUU (campeón de la Concacaf), Egipto (campeón africano), Irak (campeón de Asia), Nueva Zelanda (campeón de Oceanía) y la organizadora Sudáfrica forman parte de la edición 2009 que se disputa por estos días.

La posibilidad de que el torneo se juegue en África muestra una vez más la universalidad del fútbol como deporte. Aunque ya lo dijo una vez el ex presidente de la FIFA Joao Havelange: “Yo vendo un producto llamado fútbol”. Si la pelota se ve sólo como un negocio y no como la fuente de un juego universal capaz de despertar pasiones alrededor del mundo, de poco servirá organizar grandes torneos porque los estadios estarán vacíos y la pasión se irá a otra parte.