Buonanotte y la Selección como descarte

En el Torneo Esperanzas de Toulon participan jugadores juveniles menores de 21 años. Por eso los partidos se reparten en dos tiempos de 40 minutos, no de 45 como en los partidos de fútbol profesional. Disputado por primera vez en 1967, el campeonato adquirió prestigio con el paso del tiempo, por lo que anualmente participan importantes selecciones del mundo pese a no ser considerado un torneo oficial.

Ayer Argentina venció 1 a 0 a Holanda y se quedó con el tercer puesto de la edición 2009. Más tarde, Chile le ganó por el mismo resultado a Francia y se consagró campeón. Por superponerse con el torneo local, Argentina llevó un equipo compuesto por algunos jugadores ya profesionales de 21 años y otros juveniles Sub -18, ya que mucho equipos no quisieron ceder sus jugadores (Racing por ejemplo negó a Matías Martínez) . El técnico Batista armó el equipo que se pudo, donde las principales figuras fueron Buonanotte (River), Banega (Atlético Madrid) y Alejandro Gómez (San Lorenzo). Argentina se despidió del torneo con tres victorias y dos empates. No fue finaliista porque perdió por penales ante Francia en la semi.

El papel actual de las selecciones nacionales no es el mismo que hace años atrás. River vio en Toulon una posibildiad de salida para uno de sus jugadores más cotizados (Buonanotte), en medio de un torneo local que no lo tiene como protagonista (está quinto con 27 puntos). Desde ese punto de vista no fue una mala idea. En Francia, las tribunas se pueblan de reclutadores de juveniles dispuestos a llevarse a las jóvenes promesas. Rodeado de jugadores de su edad, sin hinchas nerviosos a su alrededor, Buonanotte fue elegido el mejor jugador del torneo.

River espera ansioso que ese nivel se traduzca en millones por un transferencia y así achicar su pasivo de casi 100 millones de pesos. El buen nivel de los jugadores ya no sirve para mejorar el nivel de su equipo si no para cerrar los balances de la tesorería. San Lorenzo también cedió al Papu Gómez, aunque sólo para los primeros tres partidos. Después debió abandonar el torneo y regresar a la Argentina para ponerse la camiseta de San Lorenzo y enfrentar mañana en el clásico a Huracán.

Es interesante pensar cómo cambiaron las selecciones nacionales en los últimos 10 años. De ser el sueño de muchos jugadores a un lugar de descarte para los futbolistas que no pelean grandes cosas con sus equipos. No vaya ser cosas que algún día la Selección Argentina no pelee por nada.