Cada club tiene su historia, que configura el “esto” que actúa de imaginario permanente de los hinchas. En el caos de Racing, el “esto” es un pasado glorioso de campeón del mundo en 1967, que potencia la bronca cuando el presente muestra una imagen pálida, supuestamente indigna del pasado. Pero el “esto” no es una foto en blanco y negro, se compone de la historia y del presente, se reactualiza todos los fines de semana. Pese a que las grandes epopeyas quedan marcadas a fuego en la memoria, no siempre son la única representación posible del pasado.
Desde su fundación en 1903, Racing fue el muticampeón de la era amateur, el primer campeón del mundo argentino, el grande que se fue a la B en 1983, el club que estuvo a punto de desaparecer en 1999, el que festejó en 2001 después de una larga espera de 35 años, el que estuvo cerca de un nuevo descenso en 2008. El que hizo de su hinchada y su fanatismo un estandarte muchas veces superior a su orgullo deportivo.
Este Racing de los últimos dos años goza de buenas inversiones, que le permitieron armar un plantel competitivo. Sus actuales aspiraciones, aún con sus limitaciones, lucen más cerca de 1967 que de 2008. Futbolistas como Toranzo, Pelletieri, Giovanni Moreno, Hauche y Teo Gutiérrez impulsan a los hinchas mayores esperanzas que al puesto 17 que hoy les devuelve la tabla de posiciones, con un empate y dos derrotas en el Clausura 2012.
Pero esto es Racing hoy. Un equipo que no puede derrotar de local a Banfield, que no ganaba hace 9 partidos, pese a jugar casi una hora con un jugador más. Recibió un gol sobre el final, perdió 2 a 1 de local y la ilusión de grandeza devino dolor y sufrimiento.
Alfio Basile, que jugó en el club entre 1964 y 1970 y transita su cuarto ciclo como entrenador, sabe bien que “Esto es Racing”. Conoce desde adentro su pasado glorioso, los pasillos, el estadio y los grandes mitos de la historia. Sin embargo, parece que con eso sólo no alcanza. En diciembre, el esto de Racing era esperanza e ilusión. Hoy es bronca e insultos. Será que eso es el esto de Racing: esperanza y desilusión, reclamo y alegría, amor y bronca.
Aquí el cruce entre Basile y los hinchas:
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