El tercer mandato de Blatter al frente de la FIFA, entre 2007 y 2011, fue sin dudas el más turbulento. En el proceso de selección de los mundiales de 2018 y 2022, Amos Adamu y Reynald Temarii, miembros del Comité Ejecutivo, fueron suspendidos en sus cargos por la propia FIFA, excluidos de la votación, y recibieron una sanción económica por ofrecer su voto a cambio de dinero.
Poco antes de la reelección de Blatter, en junio 2011, Mohamed bin Hammam y Jack Warner, integrantes del Comité Ejecutivo de la FIFA, fueron sancionados por ofrecer sobornos a las federaciones del Caribe a cambio de apoyo a la candidatura presidencial de bin Hammam. Demasiadas contraversias para tan poco tiempo.
Tiempo de denuncias
Joseph Blatter y Mark Pieth |
En el congreso de la organización Play the Game, celebrado en Colonia, Alemania, en 2011, Walter Di Gregorio, nuevo encargado de comunicaciones de la FIFA, afirmó que habría que esperar las nuevas propuestas del presidente Blatter en la lucha contra la corrupción en la FIFA. La necesidad de mayor transparencia, de menor corrupción y de investigaciones concretas sobre el pasado parecían ser el eje principal del cuarto mandato de Blatter.
Las nuevas medidas habían surgido a partir de junio de 2011, cuando la FIFA entró en contacto con la Transparencia Internacional, una organización sin fines de lucro a la que encargó un plan de acción para llevar adelante las reformas necesarias. Como sucede en estos casos, todo desembocó en una nueva comisión, dentro de la misma FIFA, que llevaría adelante los cambios.
Altas y bajas en la comisión
En el grupo de notables se ubicaron representantes de la comunidad internacional vinculados al deporte, a la sociedad civil, al derecho y a la política, designados por el presidente Blatter. Algunos de ellos son Sunil Gulati, presidente de la Federación de Fútbol de EE.UU.; Leonardo Grosso, presidente de la FIFPro, el sindicato mundial de jugadores profesionales; Lydia Nsekera, miembro del Comité Olímpico y presidente de la federación de fútbol de Burundi; François Morinière, director general de grupo francés L'Équipe - Groupe Amaury; Lord Peter Goldsmith, ex fiscal general del Reino Unido; Alexandra Wrage, fundadora de TRACE, una organización internacional que lucha contra la corrupción; y Michael Hershman, presidente del Grupo de Fairfax y un experto en cuestiones relativas a la transparencia, la rendición de cuentas y la seguridad.
Este grupo estará a cargo de Mark Pieth, profesor de Derecho Penal en la Universidad de Basilea, quien ya recibió 128 mil dólares de parte de la FIFA por un informe preliminar sobre los pasos a seguir. En su grupo de trabajo habrá dos argentinos: Carlos Heller, diputado nacional, y Guillermo Jorge, reconocido consultor especializado en la lucha contra el lavado de dinero.
Jens Weinreich y Andrew Jennings en Play the Game 2011 |
Quienes tampoco estarán en el grupo de trabajo son los periodistas Andrew Jennings, Jens Weinreich y Jean Francois Tanda, asiduos investigadores sobre la corrupción en la FIFA, quienes fueron convocados y rechazaron la invitación. Además, dieron a conocer una carta donde, entre otros puntos, criticaron la designación de François Morinière, del Amaury Group, ya que este holding tiene relación comercial con la FIFA en la ceremonia de entrega del balón de oro. También cuestionaron la designación de Sunil Gulati, por su silencio durante años con respecto a las actuaciones de corrupción contra Jack Warner al frente de la CONCACAF.
Transparencia ahora
Jennings, Weinreich y Tanda reclamaron además la publicación del informe de la justicia suiza sobre el caso ISL y la lista de nombres de los que cobraron sobornos de la firma suiza. Como bien agregan los periodistas, existen pasos simples para lograr mayor transparencia en la FIFA: un programa integral de transparencia, de cuentas abiertas, de información on line, de televisación de las reuniones. Para eso no, hacen falta grandes especialistas.
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