Son esos hombres longevos de traje, que se pasean por el mundo de las reuniones y conferencias, que amenizan con amables cócteles. Son algunos de los que forman parte del negocio del fútbol y acumulan dinero gracias a él, pero que no aparecen en las portadas de los diarios festejando los goles. Más bien son noticia en el apartado judicial, cuando algunas de sus matufias ven la luz pública. Esta vez fueron un nigeriano y un tahitiano los miembros de la FIFA acusados de pedir sobornos y así direccionar su voto para la elección de la sede del Mundial 2018 y 2022. Otra mancha más para el organismo que rige los destinos del fútbol mundial.
La pelea por organizar la Copa del Mundo de fútbol de 2018 parecía encaminarse a un nuevo capítulo de la Guerra Fría. Pero aquí la superioridad no se expresaba en armas nucleares ni en excursiones intergalácticas, sino en la habilidad para conseguir los votos de los miembros de la FIFA y quedarse con el campeonato. Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Bélgica - Holanda y España - Portugal eran los candidatos. Pero el viernes último, EEUU retiró su candidatura de 2018 para concentrarse en la de 2022, por lo que es un hecho que luego de Brasil 2014 el Mundial de fútbol volverá a Europa. Para 2022, los candidatos entonces son Australia, Qatar, Corea del Sur, Japón y los norteamericanos.
Para 2018, Inglaterra aparecía como el favorito, aunque debe cargar con su escaso poder de peso dentro de la FIFA y con sus clubes endeudados por casi 5.000 millones de euros. En oposición, Rusia nunca fue sede de una Copa del Mundo y es visto por la FIFA como un mercado futbolístico en crecimiento, con altas posibilidades de desarrollo, o lo que es lo mismo, con buenas chances de generar negocios en torno al fútbol. Más atrás, afectados por la crisis económica mundial, con escasos recursos, quedarían la candidaturas conjuntas de España - Portugal y Bélgica – Holanda.
Hace pocos meses, Lord Triesman, ex presidente de la Federación inglesa, debió renunciar a su cargo luego de que un diario publicara un informe donde reconocía casos de corrupción dentro de la FIFA, donde algunos países europeos vendían sus votos para el Mundial 2018 a cambio de distintas prebendas. Flaco favor hizo Triesman a la candidatura de su país. Un reciente informe del diario británico Sunday Times revela que se están ofreciendo cerca de 858 mil euros por voto. Según aparece allí, seis miembros y ex miembros de la FIFA advirtieron que si Inglaterra no entra en la compra de votos, no tendrá chances. Además, les ofrecieron ser intermediarios en las negociaciones. Al parecer, sólo con la ilegalidad se ganan las votaciones en el mundo FIFA, incapaz de investigarse alguna vez a sí misma.
Otra vez fueron los medios los que destaparon la olla. Sunday Times publicó que Amos Adamu, miembro nigeriano del Comité Ejecutivo, reclamó 570.000 euros a periodistas de ese diario que se presentaron como miembros de un consorcio que trabajaba para la candidatura de Estados Unidos. Además, el tahitiano Reynald Temarii, vicepresidente de la FIFA y presidente de la Confederación de Oceanía de Fútbol, habría reclamado 1,6 millones de euros para construir una escuela de fútbol en Auckland y habría reconocido a los periodistas británicos que “dos países candidatos a la organización del Mundial” ya habían ofrecido entre 10 y 12 millones de dólares a la Confederación de Oceanía por su apoyo. Las grabaciones existentes hicieron irrefutable el hecho, por lo que el presidente de la FIFA Joseph Blatter confirmó que habrá una investigación “en profundidad” sobre el caso y pidió a los miembros del comité de la organización “evitar que se haga el menor comentario público sobre este caso”.
El caso del nigeriano Adamu es una buena muestra de la madera con que están hechos muchos dirigentes de la FIFA. Hombre fuerte del deporte de su país por más de 20 años, Adamu quedó salpicado por denuncias de corrupción en los diferentes campeonatos juveniles que albergó Nigeria en los últimos años. Según los medios locales, el Mundial Sub – 20 de 1999 incluyó altas dosis de corrupción, denunciados entre otros por el periodista Thomas de Kay. La FIFA amenazó con investigar el caso pero nada pasó. Para el Mundial Sub- 17 del año pasado, algunas diferencias entre lo presupuestado y los gastos hicieron que el entonces presidente Umaru Yar'Adua dejara a Adamu fuera del comité organizador, pese a las presiones de la FIFA para mantenerlo en el cargo. Ahora podría dedicarse de lleno a trabajar en Zurich y disfrutar full time de los beneficios de la FIFA.
Si los rumores de una suspensión no se confirman, el próximo 2 de diciembre 24 miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA elegirán a los países organizadores de los mundiales de 2018 y 2022. No sólo resulta llamativo que se elijan dos sedes el mismo día, sino que hasta es sugerente que los dos acontecimientos no estarán dentro del mandato del actual presidente Joseph Blatter quien, paradójicamente, buscará ser reelecto en su puesto el año próximo. En este mundo de intereses cruzados y necesidades recíprocas se mueven los hombres longevos de traje. Sólo aparecen en las portadas de los diarios cuando alguien de afuera muestra algunas de sus matufias.
Aquí un informe de la televisión española sobre el tema:
sabes cual es el problema? que estos tipos en el fondo son politicos y ultimamente el tema de los mundiales, los jjoo y las copas americas o eurocopa se politzaron demasiado, se convirtieron en una cuestion de estado porque al gobierno le conviene, entonces en ese juego sucio entra cualquier cosa y los resultados son estos, un saludo
ResponderEliminarHay un libro que se llama "Como se robaron la Copa" que cuenta al detalle la gran cantidad de pleitesías que reciben los distintos funcionarios de la FIFA a cambio de favores en concreto.
ResponderEliminarEste podría haber sido un nuevo caso como el de Salt Lake 2002. De todos modos, yo juraría que hay varias matufias de igual o mayor relevancia que no salen a la luz.
No soy optimista con este tema. La FIFA ha llegado a tener un poder que dificilmente quede mal parada.
Saludos!!
Me parece lamentable estos hechos y creo que son bastante fiables, por desgracia.
ResponderEliminarSaludos, Javier!