Cuando sobre el final del partido una decena de hinchas invadieron el césped del estadio Benito Juárez, el entrenador venezolano César Farías pidió el final del encuentro. Además, en una de las tribunas se registraron enfrentamientos entre agentes y espectadores. No era sorprendente, la violencia cotidiana de las calles de Ciudad Juárez apareció en el estadio. Pero enseguida los policías intervinieron, volvió la calma y las selecciones de fútbol de México y Venezuela completaron su empate 2 a 2. Sin embargo, en las estadísticas no quedará el valor simbólico de un partido disputado en la ciudad más peligrosa del estado mexicano, cruzada por una feroz pelea entre los carteles de Juárez y Sinaloa, donde sólo en 2008 y 2009 murieron 4.250 personas.
En enero pasado, 16 jóvenes jugadores de un equipo estudiantil de fútbol fueron asesinados por sicarios durante un festejo. Inicialmente, el presidente Felipe Calderón los había calificado de pandilleros. Luego, reconoció que “las víctimas son inocentes y deportistas y estudiosos”. Desde su asunción, el primer mandatario emprendió la batalla contra el narcotráfico y el crimen organizado como un asunto de estado, con las fuerzas militares poblando las calles de Ciudad Juárez. Fue esa su arma para legitimar su poder presidencial, tras imponerse en 2006 por tan sólo el 0,57 % a su rival Andrés Manuel López Obrador. Pero como una muestra de que la violencia no se resuelve con más violencia, desde que Calderón declaró la guerra al narcotráfico hace casi cuatro años, más de 16.000 personas han sido asesinadas en México.
Hoy, la violencia más cruda es la marca de Ciudad Juárez, en el límite con Estados Unidos. Allí, los carteles de Juárez y Sinaloa han extendido sus enfrentamientos a las calles, mientras las fuerzas armadas intentan contener el vendaval de enfrentamientos, incorporándose con sus hombres y sus armas a la lucha. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en 2009 en México los asesinatos sumaron 7.724, de los cuales 3.250 fueron en el estado norteño de Chihuahua y, de ellos, 2.635 ocurrieron nada más en Ciudad Juárez. Tan sólo el año pasado hubo una ejecución cada 65 minutos. Sin embargo, muchas veces no son los integrantes de los carteles del narcotráfico las víctimas, sino los ciudadanos inocentes que pagan con la muerte esta guerra abierta. Ciudad Juárez es hoy un fantasma de lo que supo ser alguna vez: más de 200 mil habitantes se han ido y miles de negocios cerraron sus puertas por extorsiones, secuestros o simplemente por el miedo.
Indios, el equipo de fútbol de Ciudad Juárez, logró en 2008 el ascenso a la máxima categoría del fútbol mexicano y, en el Torneo Clausura 2009, accedió a las semifinales del campeonato, luego del eliminar al entonces campeón Toluca. Pero la violencia constante, más las extorsiones y las amenazas de los carteles, hicieron que la mayoría de los jugadores eligieran marcharse del club. Así fue como los Indios de Ciudad Juárez terminaron el Campeonato Bicentenario 2010 con 15 puntos en 17 jornadas y bajaron de categoría.
El partido entre México y Venezuela del martes permitió a los habitantes del norte mexicano disfrutar nuevamente del fútbol de alto nivel. La presencia de la selección local en Ciudad Juárez tenía la intención de respaldar las acciones oficiales para combatir la violencia, por lo que todo debía estar bajo control.Ese día, en las calles, al menos dos mujeres y un hombre fueron asesinados, en lo que fue un balance inferior al promedio de siete homicidios diarios. Por la noche, 20 mil personas asistieron al estadio, donde Javier Chicharito Hernández y Giovani Dos Santos marcaron para los mexicanos y Juan Arango, en dos oportunidades, anotó para los venezolanos, que por primera vez lograron un empate ante los aztecas. Tres mil policías locales y federales, además del personal militar, custodiaron a los equipos. Ni ellos ni el fútbol podrán acabar con tanta violencia.
Aquí el video con el compacto del partido y los problemas del final:
Qué buen artículo Javier. Hay muchas películas sobre Ciudad Juárez, pero ver así los datos todos juntos es muy fuerte y el video también, son esclarecedores del infierno que es vivir en esta ciudad a orillas del río Bravo. Nombre muy apropiado por cierto.
ResponderEliminarVi hace un par de años un documental sobre los feminicidios, ya que es un lugar donde hay millares de mujeres asesinadas, torturadas y maltratadas y no hay procesos judiciales ejemplificadores para los culpables, para erradicar la violencia ni concientizar sobre este flagelo.
Saludos
Gran artículo y espectacular imágenes.
ResponderEliminarSaludos, Javier