La tercera fecha del torneo argentino mostró una vez más que los tiempos futbolísticos corren a mucha más velocidad que los relojes de la vida cotidiana. Tras una nueva derrota ante River, Daniel Garnero, el técnico de Independiente, debió aclarar que no piensa renunciar. "Tengo que buscar la tranquilidad en el juego y espero poder hacerlo en el próximo partido" se esperanzó Garnero ante los micrófonos, ansiosos por encontrar en el DT las respuestas que su equipo no muestra en la cancha. “El próximo partido será determinante” dijo Claudio Brghi, entrenador de Boca, luego de la caída de su equipo ante All Boys. Después de tres fechas, su equipo se ubica anteúltimo en la tabla con un punto sobre nueve. Demasiado poco para tantas expectativas previas.
El 9 mayo, la vida de Independiente era muy distinta a lo que es ahora. Llegaba a la anteúltima fecha del torneo en plena pelea, con la esperanza de que una victoria ante Argentinos lo pusiera de cara al título. El Rojo ganaba ese partido por 3 a 1, pero aún así se fue de La Paternal con una derrota por 4 a 3. Finalmente, terminó cuarto en el campeonato a 7 puntos del campeón Argentinos. Pese a todo, tras redondear una buena temporada le quedó el consuelo de ser el único equipo grande que jugará la Copa Sudamericana este semestre.
En esta temporada, Independiente apostó al proyecto de su manager, César Luis Menotti. Se fueron el entrenador, Américo Gallego, y jugadores importantes como Walter Acevedo, Darío Gandín, Ignacio Piatti, y Leonel Jorge Núñez. En cambio, llegaron nombres más modestos como Germán Pacheco, Cristian Pellerano, Nicolás Cabrera, Roberto Battión, Maximiliano Velázquez y Facundo Parra. De todos ellos, sólo Pacheco formó parte ayer del equipo titular ante River, en una muestra de lo traumático que resultó semejante cambio de nombres en favor de mayor austeridad. Hoy, el equipo está en el puesto 17, pese a que en los primeros partidos mostró algunos momentos de buen fútbol y mereció mejor suerte, sobre todo frente a Argentinos en la fecha pasada.
Situación parecida vive Boca, que gastó 10 millones de dólares en refuerzos como Cristian Lucchetti, Matías Caruzzo, Christian Cellay, Juan Manuel Insaurralde, Damián Escudero y sólo registra un punto en su haber. Pero lo más preocupante es su nivel de juego, que viene decreciendo fecha tras fecha. Ayer, terminó en cancha con nombres ofensivos como el juvenil Araujo, Chávez, Escudero, Mocuhe y Palermo y apenas pudo generar situaciones de gol. La falta de juego de mitad de cancha hacia adelante probablemente muestre su mayor déficit. De mostrarse en la previa como el candidato natural, Boca se ha convertido en un equipo que navega en la cancha sin registrar alguna idea original para llegar al arco contrario.
En medio de tanta urgencia, es bueno mirar un poco la tabla de pociones y ver allí arriba a Vélez, que junto con River son los únicos que sumaron tres victorias en fila. Los de Liniers tienen en su once inicial a varios futbolistas que desde hace tiempo juegan en el club como Cubero, Domínguez, Papa, Somoza y Zapata, que complementaron con sólo dos refuerzos como Augusto Fernández y Fernando Ortiz. El sábado, los dirigidos por Gareca destrabaron un encuentro que se había presentado difícil ante Argentinos y siguen arriba.
También hoy puede sonreír River, que con jugadores salidos de sus inferiores de mitad de cancha hacia adelante (Facundo Affranchino, Diego Buonanotte, Manuel Lanzini, Rogelio Funes Mori y Roberto Pereyra) mostró momentos de buen fútbol en el primer tiempo y se llevó una buena victoria ante el rojo para seguir puntero.
Antes del torneo, los Millonarios seguían de cerca los promedios del descenso, luego de varias campañas pobres. Hoy, miran a todos desde arriba. Seguramente, Independiente y Boca, soñaban con un presente distinto. Pero el fútbol urgente y cruel cambia la vida en pocos días. Con sus propios tiempo y lógicas. Algunos lo disfrutan y otros lo padecen.
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