“El vínculo entre la AFA y la empresa que hasta aquí ha comercializado los derechos de televisación acaba de morir" anunció ayer a la noche Ernesto Cherquis Bialo, vocero de la AFA, ante los numerosos periodistas presentes. Pocos minutos antes, 102 directivos reunidos en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino, en Ezeiza, habían aprobado por unanimidad la recesión del contrato entre los clubes de fútbol argentino y Televisión Satelital Codificada (TSC), la empresa integrada en partes iguales por Torneos y Competencias y el Grupo Clarín, dueña de los derechos de transmisión de los partidos. Cherquis Bialo agregó que el martes se conocerá la programación de la primera fecha y el 21 arrancaría el torneo Apertura. Las consecuencias de las demandas judiciales presentadas por al empresa (el contrato vencía en 2014) serán soportadas por AFA y así las instituciones estarán eximidas económica y penalmente. Esas fueron las respuestas que dio la conducción encabezada por Julio Grondona ante las objeciones de Independiente, River, Vélez y Boca. 18 años después de su inicio, la sociedad entre los clubes argentinos y la empresa dueña de los derechos de televisación se rompió para siempre.
En la conferencia, Cherquis Bialo no dio las explicaciones técnicas, necesarias, de los motivos de la recesión anticipada. No hubo abogados ni dirigentes que se presentaran para explicar una medida tan trascendente. Una decisión tan importante no tuvo la comunicación adecuada. Tampoco se confirmaron los rumores conocidos públicamente, que indican que el Estado argentino comprará los derechos de televisación del fútbol a cambio de 600 millones de pesos al año, muchos más de los 268 millones que iban a recibir los clubes esta temporada por parte de TSC. De esos 600 millones, el Estado inicialmente retendría alrededor del 50 por ciento para saldar las deudas que los clubes tienen con distintos organismos, como por ejemplo la AFIP. Futbolistas Argentinos Agremiados, que representa a los jugadores que reclaman deudas por 40 millones, se quedaría con una parte importante de la primera cuota de 100 millones que estipularía el acuerdo. La totalidad de los partidos del Campeonato Argentino irían por televisión abierta y el nuevo contrato se financiaría principalmente con la venta de publicidad. El fútbol sería considerado un bien público, lo que implica que no perseguirá necesariamente el lucro. Hasta quizás podría convertirse en un negocio rentable si es bien administrado.
En 1991, el contrato entre la AFA y TSC permitió una inyección de dinero importante en los clubes argentinos. Primero se transmitía por el sistema codificado un partido los viernes, luego se incluyó uno los sábados, hasta que a partir de 2007, previa renegociación del acuerdo, los 10 partidos del torneo argentino fueron transmitidos por televisión en directo. Las malas administraciones de los clubes y la falta de control de la AFA determinaron la crisis económica actual, con una deuda global de 700 millones de pesos e instituciones que dependen de la transferencia de jugadores para equilibrar sus cuentas.
En este receso, el deprimido mercado mundial impidió las ventas en masa que se dan todos los años. Las pocas transferencias de jugadores, y su bajo costo, hacían que los presupuestos no pudieran cerrarse. Los futbolistas amenazaban con no iniciar el campeonato si no se saldaban las deudas por 40 millones de pesos que los clubes tenían con ellos. Primero Grondona quiso imponer el llamado PORDE bancado y luego intentó conseguir una mejora de dinero en el contrato con la televisión. Ante la negativa de TSC, el gobierno, de la mano de Néstor Kirchner, hizo una oferta de 600 millones anuales, más del doble de lo que los clubes percibían actualmente. Además, el Estado se haría cargo de los operativos de seguridad en los estadios y se implementaría la nueva versión del PRODE. El acuerdo duraría 10 años. Y así es como Julio Grondona, el mismo que firmó el contrato que vencería en 2014, con una duración total de 18 años, rompió lo que él mismo había suscripto y promovido.
Televisión Satelital Codificada cambió la forma en la que se accedía al fútbol en la Argentina. Torneos y Comptencias, una de las empresas propietarias, había creado en 1985 Fútbol de Primera, su programa símbolo, que tenía la exclusividad de los goles los domingos a las 10 de la noche. Permitió la expansión social y cultural del producto fútbol, que llegó así a muchos más hogares. Fue la fuente de sustento que dio lugar al surgimiento de grandes grupos mediáticos, que de la mano del deporte más popular ganaron espacio en el mercado audiovisual de la Argentina, creando señales y compraron cables en todo el país. Fueron esos grupos los que aportaron mucho del dinero que fue a parar directamente a las arcas de la AFA, sin seguir paso a las instituciones que la conforman. Así es como la AFA tuvo disponible un excedente de 340 millones para prestarles a sus afiliados, que luchan por sobrevivir y equilibrar sus cuentas.
Ya no habrá que esperar al domingo a la noche para ver los goles. Yo no será necesario recurrir al pay per view. Ya no existirán los partidos codificados. El Estado argentino da una vuelta de tuerca a esta era del fútbol – espectáculo nacida en los ´60. La televisión seguirá siendo fuente de sustento de las economías de los clubes, pero una televisión con capitales diferentes. "Los nuevos dueños de los derechos deberán pagar dignamente y tratar a la AFA como socia y no como su subordinada", aseguró Cherquis Bialo. Una época se cierra en el fútbol argentino. Si la que viene es mejor, aun no lo sabemos.
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