Exportación e inversión, los números maltrechos del fútbol argentino

Los jugadores argentinos se van y las cuentas no cierran

Los números se cruzan fugaces y pueden presentarse según la conveniencia de cada parte interesada. Según un informe dado a conocer hace pocos días, Argentina es el país que más futbolistas vende al exterior. Paradójicamente, ese afán exportador coloca a su liga local en tercer lugar de acuerdo a su valorización en América. Más exportaciones, más recaudación para los clubes, pero menos nivel de juego y menos atracción para los hinchas en las tribunas y para las empresas deseosas de invertir dinero en el campeonato.

Según el informe anual que elabora la agencia Euromericas Sport Marketing, denominado “Football Player Exports 2011”, en 2011 los clubes argentinos vendieron 2.345 jugadores al exterior por más de 178 millones de dólares.

Un 69,5% de los futbolistas se marchó a ligas europeas y el resto se dividió entre destinos más exóticos como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. La AFA, que embolsa el 3 % de cada transferencia, recaudó este año 5,5 millones. Hasta el 2009, Brasil era el país más exportador del mundo, pero ahora los 2.345 jugadores vendidos este año superan a los 1.578 que transfirió Brasil.

En este caso, al revés de lo que sucede en general en la economía de un país, el descenso de las exportaciones es un índice positivo para el fútbol brasileño. A través de alianzas entre clubes y empresas privadas, más un tipo de cambio competitivo y un país en constante crecimiento económico, Brasil puede pagar altos salarios y atraer a estrellas como Ronaldinho, quien regresó el año pasado para jugar en el Flamengo, o mantener en el Santos a Neymar, pagando salarios europeos.

En paralelo a esta fiebre exportadora, el diario mexicano El Economista difundió hace pocos días un informe donde presentaba a la liga de aquel país en el segundo puesto, detrás de Brasil, como el torneo con mejor opción de inversión para empresas nacionales y trasnacionales.

Como bien informa el periodista Ivan Pérez, el aumento en el valor adquisitivo del futbol nacional se nota en el costo de la cartera de futbolistas. Para comprar a todos los futbolistas del torneo de Brasil se debe desembolsar 839 millones de dólares. La cartera de jugadores del futbol mexicano cotiza en 620.6 millones de dólares y todos los futbolistas que juegan en la Argentina suman 549 millones. Hasta hace un año, Argentina superaba a México en este rubro.

A comienzos de 2011, el periodista Carlos Carpaneto firmó una nota en la revista argentina Un Caño donde informaba sobre los destinos de los futbolistas argentinos vendidos al exterior entre mediados de 2009 y enero de 2010. De los veintisiete futbolistas de Primera División transferidos en aquel período, sólo nueve permanecían en el mismo club que los había comprado poco más de un año después. En el lote de transferidos se contaban buenos valores como Mauro Boselli, Sebastián Prediger, Darío Cvitanich y Marcos Angeleri, todos ya de regreso en la Argentina.

El rubro exportador aparece entonces en el fútbol argentino como la fuente de ingresos para sostener la maltrecha economía de los clubes. Ni planificación, ni formación de futbolistas, ni deseos de un campeonato mejor, ni planes económicos capaces de sanear economías en rojo. Sólo esperar la aparición de nuevos cracks que fomenten la llegada de dólares. Ese parece ser el plan del fútbol argentino. Mientras tanto, los únicos números que son los de la tabla de posiciones.