España, los derechos de televisión y la revolución


"La Liga española es una porquería", dijo hace pocos días José María Del Nido, presidente del Sevilla. No es poco calificativo para una competencia presentada como la“Liga de las estrellas”, que aspira a ocupar el primer lugar de los campeonatos de fútbol del mundo. La semana pasada, Del Nido dio forma a una batalla que inició en noviembre de 2010, cuando asumió el liderazgo de un grupo de equipos españoles disconformes con los acuerdos sellados para el reparto del dinero de los derechos de televisión. 

España es el único país del primer mundo futbolístico donde cada equipo negocia sus derechos en forma individual. La mayor autonomía de los clubes redunda en reparto desproporcionado del dinero, donde los poderosos Real Madrid y Barcelona reciben 140 millones de euros cada uno y equipos más pequeños como Levante, Málaga y Real Sociedad se quedan con 12 millones. Entre los extremos, sobrevive una clase media compuesta por Valencia y Atlético Madrid (42 millones), Villarreal (25 millones) y Sevilla (24 millones). Las diferencias que establece el mercado de televisión es la que determina buena parte de lo que sucede en el campo de juego durante la temporada, ya que en base al dinero recaudado luego se arman las plantillas de jugadores. 

Distintos son los casos de otros países de negociación colectiva como Inglaterra, donde la diferencia entre los equipos que más reciben y los que se quedan con menos es de 23 millones de euros, lejos de los 128 millones que se marcan en España. 

Las acciones de Del Nido ya habían fracturado al grupo de equipos de primera. El Sevilla, junto a Villarreal, Athletic Bilbao, Real Sociedad, Espanyol y Zaragoza, acordaron a fin de 2010 negociar sus derechos televisivos a partir de la temporada 2015-2016 en conjunto. El resto de los equipos acordaron seguir cada uno por su lado. Pero Del Nido fue por más y el pasado jueves convocó a 12 equipos a una reunión celebrada en Sevilla para avanzar en la negociación colectiva.

"Esto es una revolución de las bases. Lo podíamos comprar con la Revolución Francesa, que tuvo al principio muchos voceros anteriormente como Voltaire o Rousseau y al final mira cómo terminó el rey que mandaba en Francia", opinó Del Nido para saludar la epopeya. Allí, el Sevilla propuso el reparto de forma igualitaria del 40% del dinero de los derechos; el 20% se distribuiría según la clasificación de cada equipo; el 20% según las audiencias y el 20% en función de la notoriedad de cada equipo, factor que se deduciría por una serie de variables. La batalla se definirá en los escritorios.

Pero lo que parece desmoronarse es un modelo deportivo iniciado en la segunda mitad de la década del ´90, donde la sentencia Bosman, que permitió mayor flexibilidad en el traspaso de jugadores entre equipos europeos, y la entrada masiva de los millones de la cadenas de televisión privada provocaron una escalada de gastos de los clubes que llevó a muchos a la ruina y el concurso de acreedores. 

Los poderosos resolvieron el déficit avanzando sobre otros mercados vírgenes como Asia y Estados Unidos, para lograr nuevas fuentes de ingreso. Pero no todos pudieron emprender con éxito la aventura global. La consecuencia fue una aumento cada mayor de la distancia entre los poderosos globalizado y los humildes que debieron resignarse a navegar en el mercado doméstico. 

“No creo que la Liga española sea una liga de mierda. Tampoco lo son la liga inglesa, la alemana, la italiana... lo que sucede es que estas competiciones empiezan a carecer de cualquier sentido deportivo y económico: se impone una Liga europea de verdad” opinaba Jordi Badia en una columna en el diario El País.

Probablemente, Real Madrid y Barcelona tengan más que ver con ya con equipos como el Manchester United, Chelsea, Milan o Inter que con el Levante y la Real Sociedad. Con algunos comparten geografía, pero su modelo de negocio se ubica más allá de sus fronteras nacionales. 

Valdano opinaba que el negocio no alteraba al fútbol, sino que lo hacía posible. Pero como la historia del capitalismo, el fútbol – negocio crece y se infla hasta que cae por su propio gigantismo. El crecimiento de unos y el estancamiento de otros muchas veces torna aburrido lo que sucede en el campo.

1 comentario:

  1. La liga española va camino al fracaso con este modelo. Es una liga de dos, con constantes cambios de horarios en la programación de partidos y con precios de entradas que poco se ajustan a la crisis que se está viviendo acá en España. Un claro ejemplo, la poca afluencia de público que hay en estas instancias previas de la Copa del Rey.
    Está claro que repartir de manera más equitativa daría un gran impulso a la mayoría de los equipos aunque las diferencias seguirían siendo notables. El Barça y el Madrid incrementan cada vez más su ptrimonio en otros ámbitos, el marketing por ejemplo.
    Creo que la iniciativa de Del Nido no es descabellada. Ojalá que por lo menos las cosas se igualen un poco más en el apartado de la televisión. Será deber luego de los clubes el manejo eficaz del dinero ingresado.

    Saludos,

    Miguel

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