Del Potro, Nalbandián y la maestría artística del tenis


El festejo de los jugadores argentinos tras la victoria
“El fútbol expresa al máximo valores tan importantes como el trabajo en equipo, la maestría artística y la competencia intensa más allá de fronteras nacionales y culturales”. Robert Simon describió así al deporte más popular del mundo en su ensayo  “El fútbol como fuente de valores morales”, pero visión puede ampliarse a todos los deportes, por ejemplo el tenis. El triunfo del equipo argentino de Copa Davis ante Serbia el fin de semana pasado expuso en la cancha semejantes muchos de los atributos que enumera Simon: la cooperación de los integrantes del equipo, la maestría artística de Del Potro y Nalbandián dentro de la cancha y la alta competencia entre dos potencias del tenis mundial como Serbia y Argentina. Djokovic se lesionó en el cuarto punto, Juan Martín Del Potro y David Nalbandián jugaron como maestros y Argentina disputará del 2 al 4 de diciembre su cuarta final de Copa Davis. 

"Competimos y convivimos juntos. Tenemos un carácter abierto. Eso favorece que la relación y el ambiente sea el adecuado. Esta semana, cada día llegué al hotel y no subí a mi habitación hasta la hora de dormir", dijo Rafael Nadal luego de la victoria de los españoles ante Francia en la otra semifinal. “El equipo de todos” es el mote con que bautizaron los españoles a su grupo de tenistas que compiten en la Davis.

España ve cambiar sus cuatro tenistas en la competencia constantemente y mantiene los resultados y la camaradería entre los participantes. Nadal ha disputado solo dos eliminatorias en los dos últimos años.   "Jugamos a la Play, vemos el baloncesto y el fútbol. Hacer vida de conjunto me ayuda. Me gustaría tener este ambiente más semanas al año: hace que todo pase más rápido, más divertido", agregó el ex número uno.

El equipo argentino se presenta con el perfil contrario. Como una lucha constante de egos entre Del Potro y Nalbandián, sus primeras figuras, que va en contra de cualquier posibilidad de triunfo.  Pero los dos colosos volvieron a compartir un equipo tras dos años y Argentina ganó este fin de semana una semifinal de visitante por primera vez en su historia y una serie que parecía casi imposible de salvar.

"Son personas que se saben adaptar a un régimen de equipo. Todos los demás intentamos que estén a gusto, no crearles problemas y exigirles al ciento por ciento cuando están en una eliminatoria. Saben cuál es su trabajo”, dijo el capitán español Albert Costa tras la victoria de su equipo. Argentina no encuentra a priori semejante tranquilidad en la preparación pero una convivencia respetuosa y una preparación exigente fueron suficientes el pasado fin de semana para alcanzar el triunfo.  

“Los buenos  competidores, si desean encontrar los desafíos del deporte, hacerles frente y responder adecuadamente a ellos, deben aprender a analizar honestamente tanto sus propias fortalezas y debilidades como las del adversario”, agrega  Robert Simon. La Copa Davis se presenta como un desafío, como los otros partidos que los jugadores disputan durante el circuito. Un desafío con sus particularidades: público que alienta, superficie seleccionada por el local, movidas de ajedrez a la hora de incluir jugadores.

Muchas veces, la Copa Davis implica para el tenista ceder, pensar en el beneficio del conjunto que muchas veces no representa su propio beneficio. Resignar su lugar para dejárselo a otro mejor preparado para afrontar un determinado partido. Pero la camaradería, la preparación, la exigencia, la competencia y el trabajo en equipo terminan siendo apéndices de la maestría artística de jugadores. Esa maestría de Del Potro y Nalbandián, que quedó en la carpeta de Belgrado y puso a Argentina en la final de la Copa Davis. 

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