La importancia de celebrar

“Pero, tipito – empezó, como enunciando una verdad ya reiterada hasta el cansancio-, ¿no te dije que los brasileños ven la camiseta del Rojo y se asustan tanto que no pueden ni mover las patas? ¿No te dije que, con el frío, se quieren volver a su casa a comer bananas para entrar en calor? Por eso te dejé dormir. Porque era tan fácil que nos las rebuscamos sin tu aliento.” Así es como el personaje recuerda cómo vivía los partidos del Rojo en “Independiente, mi viejo y yo”, el hermoso cuento de Eduardo Sacheri. En la historia, el pequeño y su padre se predisponían a ver por televisión una final continental, pero el sueño pudo más y el chico terminó por irse a la cama. Independiente igual se llevó la Copa Libertadores, una más, y a la mañana siguiente, ante de ir al colegio, padre e hijo tuvieron su festejo íntimo.

Hoy, con la inauguración de su nuevo estadio Libertadores de América, Independiente da un paso adelante para recuperar esa mística y ese prestigio que alguna vez lo convirtieron en el equipo más ganador de los torneos continentales. Con el triunfo ante Colón el último miércoles, la institución dirigido por Julio Comparada vuelve a tener casa propia, presentando un escenario digno del fútbol europeo.

El camino transitado desde aquel 8 de diciembre de 2006, día del último partido en la Doble Visera ante Gimnasia de Jujuy, hasta la victoria ante Colón por 3 a 2 del último miércoles, no fue fácil. El proyecto original del nuevo estadio sufrió varias modificaciones (el agregado de una tribuna adicional entre ellos), cambió de arquitectos, demoró un año y medio más de lo previsto (antes de las elecciones de fin de 2008 se realizó una inauguración simbólica) y el precio final de cerca de 35 millones de dólares fue casi cuatro veces mayor al calculado inicialmente. La inflación, el aumento del precio de los materiales para la construcción y la crisis económica son algunos de los argumentos que ayudan a explicar el incremento en los gastos de un escenario que aún no está terminado. En el medio, está una institución que sigue en convocatoria de acreedores y que tiene un pasivo que oscila entre 90 y 130 millones de pesos según lo calcule el oficialismo o la oposición.

Pero también es cierto que no es sencillo avanzar en una obra semejante en Argentina. Los principales clubes de este país construyeron sus estadios en las décadas del ´30 y ´40 con ayuda del Estado. En 1936, un decreto del Poder Ejecutivo autorizó préstamos especiales para la construcción de nuevas canchas y así se inauguraron, en 1938, el estadio Monumental y, en 1940, La Bombonera. El gobierno peronista también otorgó a los clubes de fútbol préstamos por 11 millones de pesos, que debían ser devueltos “en un plazo no mayor a 65 años”. Racing, Vélez y Huracán se beneficiaron con la medida y tuvieron su nuevo escenario. El estadio del Rojo, inspirado en el del Manchester United inglés, tiene capacidad para 46 mil espectadores sentados. Las tribunas están bien cerca del campo de juego, permitiendo una buena visión del partido. La posibilidad de presenciar un encuentro en estas condiciones, en un estadio moderno y confortable, constituye casi una novedad para el fútbol argentino. Justo es decirlo, el Estado también ayudó a Independiente. Se pavimentaron algunas calles aledañas y se reabrieron otras para permitir un mejor acceso. Eso se hizo con el aporte de la municipalidad de Avellaneda y de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación. Es probable que en este proceso haya tenido una importante participación Hugo Barrueco, vicepresidente del club y Secretario de Servicios y Obras Públicas del municipio.

El miércoles, una multitud llenó el nuevo escenario y celebró el retorno con una hermosa fiesta desde bien temprano, con murgas, papelitos, fuegos artificiales y cánticos al por mayor. El equipo dirigido por Gallego les regaló a los hinchas una victoria por 3 a 2, que pone a los rojos a tres unidades de los punteros Banfield y Estudiantes. La multitud que acompañó al equipo se fue del Libertadores de América sabiendo que Independiente todavía sufre algunas lagunas durante los partidos y que deberá mejorar algunas cosas para llegar al final peleando por el campeonato. Pero los hinchas pudieron celebrar juntos la victoria en un nuevo y lindo estadio y compartir un momento de alegría. Eso en el fútbol argentino de hoy no es poca cosa.

1 comentario:

  1. Valió la pena la demora: los del Rojo tienen un estadio sanamente envidiable.Saludos

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