Turquía: protestas, arreglos y el sueño del Mundial Sub - 20

Los juveniles franceses celebran el título mundial
Mientras Uruguay y Francia definían ayer el Mundial Sub – 20 en Turquía, más de 50 prisioneros por las protestas sociales en aquel país se mantenían en huelga de hambre. Las detenciones no se registraron sólo en el parque Gezi de Estambul, centro de las masivas protestas, sino que la Policía persiguió a algunos manifestantes incluso hasta su casa, según informó la ONG Asociación de Derechos Humanos. Ayer, en el estadio Telekom Arena de Estambul, Francia venció a Uruguay por penales y se llevó el título. En las calles, las protestas manguaron, pero los reclamos y las tensiones permanecen.

Turquía soñó el Mundial Sub – 20 de 2013 como una buena plataforma para sus aspiraciones de recibir a los Juegos Olímpicos en 2020. Pero como le sucedió Brasil en la reciente Copa de las Confederaciones, aquello que se esperaba como una gran fiesta popular terminó eclipsado en parte por las masivas protestas sociales.

El 27 de mayo, poco antes del comienzo del torneo, el primer ministro Recep Tayipp Erdogan anunció un plan para demoler el legendario parque Gezi, ubicado dentro de la plaza Taksim de Estambul, y construir allí un gran centro comercial. Un grupo de manifestantes se concentró para defender el espacio público y fueron brutalmente reprimidos por el ejército. Entonces, una multitud convocada principalmente por las redes sociales se sumó a las protestas, que se extendieron a diferentes ciudades del país.

En medio de la Copa Confederaciones, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, voló de Brasil de a Turquía, para la inauguración del Mundial. Tanto en el país Europeo como en Sudamérica, las protestas masivas surgieron a partir de un reclamo menor y gracias a la acción brutal de las fuerzas de seguridad se volvieron multitudinarias, con reclamos más amplios. Al igual que Brasil, Turquía vive un período de gran crecimiento económico, con 10 años de crecimiento continuo. Los reclamos exigían mayores libertades individuales, menos corrupción y mayor reparto de la riqueza. Hasta ahora, las protestas dejaron cinco muertos, más de 7.000 heridos y centenares de detenidos.

Ante el estallido, el primer ministro se mantenido firme en su puesto y calificó a los manifestantes como "vándalos" y "terroristas", términos muchas veces aplicados a las hinchadas de fútbol. Precisamente, los grupos de fanáticos organizados de los principales equipos del país, como el Galatasaray, el Fenerbahce y el Besiktas, se incorporaron activamente a las marchas de protesta, conviviendo pacíficamente entre ellos. Cantaron consignas contra el gobierno y se enfrentaron con la policía.

Dentro de estos grupos, se destacaron los llamados “Carsi”, un conjunto de seguidores del Besiktas, que se instalaron en la plaza Taksim y se ganaron la confianza de los manifestantes. Los “Carsi” levantaron las primeras barricadas y lucharon mano a mano con las fuerzas de seguridad. Muchos de los manifestantes se tomaron fotos con ellos y compraron su marchandising. En la plaza, se vendieron camisetas con los escudos del Besiktas, del Galatasaray y del Fenerbahce, los equipos más importantes de la capital, con la frase "Istanbul united".

El gobierno vio caer sobre sús espaldas la influencia del fútbol antes de estas protestas. Recientemente, el Besiktas fue apartado de la Europa League de la próxima temporada y el Fenerbahce fue excluido de los torneos de Europa por los próximos tres años, con el último en suspenso, por partidos arreglados. Un tribunal local encontró pruebas concretas de 7 partidos amañados y 13 personas fueron condenadas.

Entre los detenidos por esta trama de corrupción se destacó el presidente del Fenerbahce, Aziz Yildirim, quien más tarde fue condenado a tres años y nueve meses de prisión. Entonces, el gobierno de Erdogan, seguidor del Fenerbahce, envió una ley al parlamento que establecía una reducción de penas para los responsables de arreglo de partidos. El escándalo sucedió en 2011, cuando el Fenerbahce obtuvo 17 victorias en 18 partidos.

El Mundial Sub – 20 de Turquía no resultó la fiesta esperada. Ni por los incidentes en las calles mientras se disputaba el torneo, ni por los poco más de 5 mil espectadores que en promedio poblaron las tribunas de los estadios, que muchas veces lucieron vacíos. En Turquía, la fiesta no fue de los turcos, sino de los franceses que, tras empatar 0 a 0 con Uruguay en la final, vencieron en la definición por penales y se llevaron el título mundial Sub – 20 por primera vez en su historia.

Aquí la definición de Mundial Sub - 20 entre Francia y Uruguay:

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