Egipto, el fútbol, la política y la violencia previsible


El llanto de los familiares tras la sentencia
El Al Ahly fue el protagonista del primer partido de la nueva temporada de fútbol de Egipto. Antes de comenzar el encuentro ante Ghazl al Mahal, se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la tragedia de Port Said, donde murieron 74 personas. El gesto que se repitió en cada uno de los encuentros de la primera jornada. Al Masry, el otro equipo protagonista del partido donde sucedió la masacre, renunció a tomar parte de esta temporada por respeto a los familiares de los fallecidos. Luego de tres intentos fallidos de reanudación, el torneo egipcio volvió a disputarse, sólo seis días después de conocida la sentencia por los hechos de Port Said. Los hinchas del Ahly no pudieron presenciar la victoria de su equipo por 1 a 0, ya que el encuentro se jugó a puertas cerradas en el estadio de la Fuerza Aérea, en el este de El Cairo, por motivos de seguridad. Todos los partidos de la primera rueda se jugarán sin público.

El 27 de enero pasado se conoció la sentencia que condenó a 21 personas involucradas en la tragedia de Port Said. Inmediatamente, estallaron nuevos enfrentamientos en las calles. Era previsible. Ocurrirían cualquier fuese el fallo, ya que alguna de las partes expresaría su disconformidad. Tras conocerse las condenas a muerte de todos los acusados, la policía reprimió violentamente las protestas de los fanáticos del Al Masry.

Pocos días antes, el presidente de Egipto, Mohamed Morsi, había reconocido públicamente como mártires a los hinchas muertos el 1° de febrero de 2012. Sus palabras fueron la institucionalización de aquello que ya habían establecido los propios hinchas, jugadores y dirigentes del Ahly, quienes dieron ese status a los fanáticos caídos en la tragedia a manos de sus pares del Masry. Incluso los recordaron cuando se consagraron campeones de la Champions League de África, en noviembre pasado.

Desde febrero de 2012, los hinchas del Al Ahly se movilizaron permanentemente en reclamo de justicia. Lograron la suspensión permanente de la liga local y un rápido proceso judicial, que en menos de un año ya dictó sentencia. Entre los 21 condenados se cuentan 9 funcionarios de seguridad e hinchas del Al Masry.

El veredicto del tribunal fue transmitido en vivo por la televisión estatal. Los fanáticos siguieron los acontecimientos en vivo. Aquellos que no estuvieran conformes con el fallo desencadenarían los incidentes posteriores.

Las protestas fremte a la cárcel de Port Said
La violencia predecible sucedió. En El Cairo, los familiares de las víctimas y los hinchas del Al Ahly mostraron su satisfacción. En Port Said, ciudad ubicada al noreste del país, una multitud se manifestó en las calles, frente los tribunales de justicia y los edificios policiales. Incluso intentó ingresar a la cárcel para liberar a los detenidos. Los incidentes dejaron más de 40 muertos y otros 300 heridos.

Entre las víctimas se cuentan el futbolista Mohamed al Dadui, que jugaba para el Al Marrij, de la Segunda División, y al antiguo arquero del Al Masry, Tamer al Fahla. En El Cairo, también se produjeron manifestaciones y enfrentamientos en la plaza Tahrir. Hoy, Port Said, es un centro de resistencia contra el presidente Morsi, quien infructuosamente declaró el toque de queda en la ciudad.

En marzo se conocerá la sentencia definitiva contra los condenados y también otras sentencias pendientes contra otros 52 acusados. Sin embargo, como bien sostiene el periodista James Dorsey en su blog The Turbulent World of Middle East Soccer, “la sentencia satisface las emociones inmediatas de los fanáticos del Al Ahly y, hasta cierto grado las demandas de justicia, pero deja sin resolver el reclamo de que los verdaderos responsables también tengan que rendir cuentas”.

Los hinchas del Al Masry y los del Al Ahly son rivales en muchos planos, pero ambos grupos coinciden en que el tribunal aún no ha abordado la cuestión de quién estaba detrás de los incidentes de Port Said “Ambos grupos creen que la mayoría de los sentenciados y los que todavía esperan sentencia fueron en el mejor de los casos peones en una batalla más grande”, agrega Dorsey. Ambos ven al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas como el responsable de las muertes.

Los sucesos de Port Said se parecieron más a una especie de castigo a los hinchas del Al Ahly, quienes participaron activamente de las manifestaciones para derrocar al presidente Hosni Mubarak, en 2011. Mientras tanto, los partidos se juegan a puertas cerradas y se transmiten por televisión.

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