Rusia 2013: deportes, leyes e intolerancia

Gesto de rebeldía o torpeza corporal, el beso de las atletas rusas Kseniya Ryzhova y Yulia Gushchina tras recibir la medalla de oro quedará como una de las imágenes más potentes del XIV Campeonato Mundial de Atletismo disputado recientemente en Moscú. Las participantes de la posta 4x400 de Rusia dijeron sentirse humilladas por las interpretaciones de su gesto involuntario, pero lo cierto es que se convirtieron en símbolo de los reclamos contra la reciente ley que prohíbe la propaganda homosexual. También la atleta sueca Emma Green-Tregaro se expresó a través de sus uñas pintadas con los colores del arco iris. La ley que ataca derechos civiles ha generado tanto debate que hasta podría dejar Rusia sin los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014. 

Las zancadas y los récords de Usain Bolt convivirán en el recuerdo con las tensiones políticas y sociales generadas por la norma propuesta por el gobierno de Vladimir Putin. El presidente logró que la defensa de los derechos de una minoría se convierta en la voz de la mayoría. La tensión obligó a personajes como Barack Obama a involucrarse en la polémica y el propio Comité Olímpico pidió explicaciones.

La ley sancionada en junio impone multas a los individuos acusados de repartir "propaganda a favor de relaciones homosexuales" entre niños, e incluso propone multas para los que expresen esas posturas en la prensa o internet. Las sanciones más duras llegan a la prisión o deportación por lucir, por ejemplo, los colores del arco iris en un prendedor.

La norma fue defendida públicamente entre otros por Alexey Sorokin, director de la Copa Mundial de 2018 que tendrá lugar en el país, y por Vitaly Mutko, el Ministro de Deportes. "Un atleta de orientación sexual no tradicional no tiene prohibido venir a Sochi. Pero, si sale a la calle y empieza a repartir propaganda, entonces por supuesto que será responsabilizado", le dijo Mutko a la agencia estatal de noticias.

Quien llegó más lejos en su defensa fue la rusa Yelena Isinbáyeva, multicampeona de salto con garrocha. “Vivimos los hombres con las mujeres, y las mujeres con hombres; así ha sido siempre la historia. Nunca hemos tenido ningún problema, ni queremos tenerlo en el futuro, pero estamos profundamente en contra (de la homosexualidad). Apoyo a nuestro gobierno", dijo la atleta, quien fue designada como jefa de la villa olímpica de los Juegos de Sochi.

La cuestión de la homosexualidad está candente en Rusia. Artem Gorodilov fue la última víctima de una serie de ataques oficios llevados a cabo por la agrupación neonazi Occupy Pedofilyaj, quien violó, torturó y asesinó al joven uzbeco a comienzos de agosto. Este último no es un caso aislado en un país donde, según una encuesta reciente realizada por el Centro Levada entre 1600 personas, el 35 por ciento de la población cree que los homosexuales son enfermos y el 38 por ciento opina que los gays y lesbianas deben recibir tratamiento médico. Incluso el 13 por ciento afirmó que la homosexualidad debería ser penada por la ley. En todo el país existirían más de 500 grupos neonazis que atacan entre otros a jóvenes homosexuales.

En este contexto, la ciudad rusa de Sochi celebrará los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero próximo. Para este acontecimiento, el 85 % de las instalaciones fueron construidas desde cero y el gasto podría llegar a ser hasta 10 veces mayor que los Juegos de Turín 2006. Para la construcción de las instalaciones, más de 1000 familias debieron mudarse forzosamente.

Un reciente informe de Boris Nemtsov, político opositor al régimen de Putin, dio a conocer que los costos finales multiplicarán por cuatro los 12 mil millones de dólares presupuestados originalmente. Según el mismo informe, hasta un 50 por ciento de los fondos podrían contarse en corrupción, con obras adjudicadas a dedo a empresarios amigos del poder.

Tras la polémica, que podría arrastrar los Juegos de Sochi, las presiones del COI obligaron a las autoridades rusas a indicar que en la cita olímpica no se aplicará la nueva ley contra los deportistas, aunque no parece esperarse el mismo trato para los espectadores. Pese a que algunos grupos propusieron boicotear los juegos, líderes políticos como Obama y Angela Merkel se manifestaron en contra del boicot.

Pese a que los Juegos Olímpicos muchas veces se presentan como oportunidades de unión de los pueblos y lucha por la paz, no siempre lo que sucede en los hechos se corresponde con los discursos. "Los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 trajeron mayor represión en China ya que las autoridades aumentaron el control sobre los defensores de los derechos humanos, los practicantes religiosos, las minorías étnicas, abogados y periodistas", decía un informe de Amnistía Internacional, un año después de los Juegos celebrados en China. El mismo informe indicó que cientos de tibetanos permanecieron durante un largo tiempo encarcelados debido a las protestas que realizaron antes de los Juegos Olímpicos.

En tiempos de tensiones, el periodista Anton Krasovsky, del canal ruso KontrTV, confesó al aire tras el final del Mundial de Atletismo: “Soy gay y soy la misma persona que usted, mi querido público, soy como el presidente (Vladimir) Putin, el primer ministro (Dmitri) Medvédev o los diputados de nuestra Duma”. Poco después fue despedido. La confesión de Krasovsky, el beso de Kseniya Ryzhova y Yulia Gushchina o las uñas pintadas de Emma Green parecen demasiado poco para tanta intolerancia.

Aquí una entrevista con Anton Krasovsky, el periodista despedido luego de confesar su homosexualidad:


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