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"La Fiel" en la ceremonia de distinción |
Recientemente, Talleres se consagró campeón del Torneo Argentino A, al conseguir el primer puesto en el reducido final. Ante más de 60 mil fanáticos, el equipo de la capital de Córdoba consiguió el pasaje a la B Nacional, la segunda categoría del fútbol. La gesta deportiva representó todo un acontecimiento para Talleres, un equipo con larga historia en le Primera División del fútbol argentino. Sin embargo, las repercusiones llegaron hasta el lugar menos pensado.
Carlos Alessandri, legislador cordobés del Partido Justicialista, fue el impulsor del proyecto: "El beneplácito es por el enorme esfuerzo del fanático albiazul; su inestimable capacidad de protagonismo en cada una de las canchas y por sobre todas las cosas el excelente comportamiento demostrado en las últimas campañas", fueron algunos de los fundamentos para otorgar una distinción a la barra brava cordobesa.
Los hinchas cordobeses parecieron entonces ver como su plan de limpieza y buen comportamiento que vienen llevando a cabo en los últimos años sigue dando sus frutos. Hace un tiempo, los hinchas de Talleres decidieron institucionalizarse y crear la fundación “La Fiel”, una organización sin fines de lucro, con el objetivo de borrar su imagen violenta del pasado. Para ello ajustaron su comportamiento en las tribunas, alentaron constantemente en los partidos y hasta realizaron acciones benéficas.
Pero la violencia en Córdoba tiene una larga historia y lejos está de merecer reconocimientos. El sitio salvemosalfutbol.org muestra como, sólo en la década de 1970, la hinchada de Talleres estuvo envuelta en incidentes que terminaron con 3 muertos: Manuel Díaz (1976), Norberto Páez (1976) y Jorge Cardozo (1978).
En 1993, Juan Ramón Angulo y Hernán Roque Villarreal fallecieron por hechos violentos en un partido entre los cordobeses y San Martín de Tucumán. Jorge Oviedo, de 16 años, murió en 1994 cuando llevaba puesta una camiseta de Belgrano por la calle y fue atacado por fanáticos tallarines.
La muerte de Roque Miranda, en 2000, marcaría la interna de la barra cordobesa. Miranda falleció víctima de un puñal en el pecho, en medio de una pelea entre "La Fiel" y "Las Violetas", las dos facciones que entonces luchaban por el control de la tribuna y sus negocios. En 2005, Jorge Castro, hincha de la T, moriría luego de un partido ante Belgrano, y, al año siguiente, Matías Cuestas fallecería presuntamente por la agresión de la hinchada de Talleres. Pero aquel enfrentamiento de 2000 sería el comienzo del poder total de “La Fiel” en la tribuna, reconocido por la Legislatura cordobesa 13 años más tarde.
Como bien reporta un informe del diario La Voz del Interior, fue Carlos Granero, gerenciador de Talleres, quien en 2006 aplicó el derecho de admisión a “Las Violetas” y consolidó el poder de la barra oficial, que supo tejer buenas relaciones con el Partido Justicialista cordobés.
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Carlos Pacheco saluda a los fanáticos |
Alessandri dio más argumentos para defender la distinción a la hinchada: "Las barras son un condimento indispensable para darle color y calor a este deporte. Eso es el fútbol, la misa dominguera, el preanuncio de los clásicos, eso de trabajar por los demás, de hacer filiales, qué mejor que sacar a los chicos de los vicios. Esa es la tarea que debemos hacer los que tenemos un sentido social responsabilidad. Felicitaciones, sigan así".
Los homenajes a los futbolistas de Talleres siguieron luego en el Consejo Deliberante de Córdoba. Aquella vez, los integrantes de “La Fiel” fueron invitados pero no pudieron participar porque tenían otro compromiso. Las instituciones cordobesas se perdieron otra la chance de darle un empujón más a la violencia institucionalizada del fútbol argentino.