El abrazo final entre el técnico Diego Maradona y el manager Carlos Bilardo, las lágrimas, las dedicatorias a los hinchas y los insultos a los periodistas, son buenas postales de lo que le costó a la Selección Argentina conseguir su clasificación a Sudáfrica. El bajo nivel de las individualidades y la falta de un juego asociado hicieron que algo ordinario, y hasta natural, como podría ser la clasificación a un Mundial, se festejara casi como un campeonato del mundo. Pero lo cierto es que Argentina le ganó 1 a 0 a Uruguay en el Estadio Centenario de Montevideo y estará en la máxima cita futbolística.
El juego del equipo argentino no fue muy diferente al que venía mostrando últimamente (de los últimos 4 partidos, los de Maradona habían perdido 3). Argentina se paró desde el comienzo cerca del arquero Romero, intentando contener el vendaval uruguayo amontonando jugadores cerca de su área. Tras un inicio con cierta zozobra (un desborde de Suárez que casi termina en gol, un rechazo de Romero que pegó en el delantero y no entró de milagro), los argentinos pudieron manejar la pelota en el centro del campo y avanzar en el terreno, aunque generando muy pocas llegadas claras. Entre la impotencia uruguaya y la poca voluntad Argentina, que se preocupó más por cuidar el cero en su arco que por llegar al arco contrario, el partido se fue volviendo intrascendente en las áreas. Lo que sobresalieron fueron las luchas en la mitad de la cancha y las continuas faltas cerca del círculo central. El gol de Bolatti a los 39 minutos del segundo tiempo selló el triunfo para los argentinos y mandó a Uruguay a jugar el repechaje ante Costa Rica.
Sin embargo, el equipo de Maradona sigue mostrando algunas facetas para trabajar. Argentina es hoy un equipo que pasa gran parte de los partidos defendiéndose cerca de su arquero (sobre todo de visitante o ante rivales poderosos), que intenta con más o menos éxito hacer correr la pelota en el centro del campo pero que le cuesta horrores generar situaciones de peligro, o al menos poner jugadores propios en el área rival. Así y todo, el triunfo de ayer deja algunas certezas de cara al futuro. Romero puede ser el arquero por un largo tiempo, Demichelis es casi imprescindible en la defensa, Verón puede convertirse en el eje del equipo (ayer fue figura), Di María aporta un cambio de ritmo y un desequilibrio por el sector izquierdo que muy pocos han mostrado hasta el momento y Gonzalo Higuaín es un delantero centro que puede asociarse con sus compañeros y generar situaciones de peligro.
De cara al futuro, sería bueno ver a un conjunto argentino capaz de imponer sus propias reglas en los partidos, que no arme su once inicial sólo en función del rival y que no construya su juego en base de los errores ajenos. De aquí a junio de 2010, el técnico deberá encontrar una base titular e intentar construir un mínimo juego asociado para que las grandes individualidades se transformen en un equipo que puede aspirar a ganar la Copa del Mundo. Los jugadores deberán mostrar mayor voluntad ante las situaciones adversas y colaborar con la causa. Messi, muy bajo ayer, es el primero en la lista.
La clasificación no debe hacer olvidar la mala experiencia de esta Eliminatoria, donde la Argentina consiguió apenas 28 puntos en 18 partidos. La albiceleste perdió 6 encuentros, apenas hizo 23 goles y le marcaron 20. Las palabras de Juan Sebastián Verón al final del partido fueron elocuentes: “Hay que pensar en mejorar desde arriba hasta abajo para hacer una buena Copa del Mundo. No hay que esconder las cosas abajo de la alfombra”. El técnico Maradona podrá enojarse con los periodistas (“sigan mamando, ustedes que me trataron como me trataron…”), que a veces critican con justicia y otras no tanto. Pero no se puede hacer del resultado de ayer un logro supremo, porque el juego del equipo no invita a ilusionarse de cara a lo que viene. Será la hora la hora de declarar menos y trabajar más, de pelear menos y entrenar más, de mirar videos, de estudiar rivales, de encontrar una base de jugadores y, sobre todo, de avanzar sobre una línea de juego propia, que ponga a la Argentina con chances de traerse la Copa del Mundo.
Acá la conferencia de prensa de Maradona, donde intercambia conceptos amables con los periodistas:
El análisis es muy sobrio y acertado... hay errores puntuales que deben corregirse, auqnue creo que la fallas surguen de la debacle de un noproyecto. No puede ser que con 3 campeonatos mundiales en juveniles en un decenio de siglo, no se pueda armar un equipo de primera linea. Falta de comunicación o seriedad en algunos puntos intitucionales deben ser las causas.
ResponderEliminarTras el fracaso de Basile, asumió un Maradona, como última apelación para apelar a lo simbólico y tapar como sea esas fallas estructurales.
Personalmente creo que Maradona, y las escenas de ayer, pueden aportar mucho en cuanto a unión de grupo y reflotar, improvisadamente, el equipo. Pero es más que nada una confianza ciega que poseo, casi sin fundamentas racionales.
De todas maneras, iremos al Mundial con ese empuje que nadie puede pronosticar su intensidad, pero luego habrá que replantear muchas cosas.
para variar creo que uds exageran , no fueron los puntos que ganó Basile los que terminaron llevando a Argentina a la copa del mundo? Maradona dirigiendo desde el inicio hubiera peleado el último lugar de la eliminatoria con Perú.
ResponderEliminarLo más inquietante e irónico es que tuvo que venir Palermo a hacer lo que ninguno de los multicampeones juveniles pudo.
http://royal-shrovetide-football.blogspot.com
saca al borrachio de rabonas de tu lista de blogs... es un mamado del otro, del interior y la tiene bien adentro
ResponderEliminarpd: soy yo (?)