El primer muerto por la violencia en el fútbol en Bolivia

El grupo "Los Chiflados", de la hinchada del Blooming
José María Montaño Viera es el hombre que inauguró la lista de muertos por la violencia en el fútbol en la historia de Bolivia. Era hincha del Blooming y miembro del grupo “La Banda 46”, que se enfrentó con “Los Chiflados” después del partido ante Guabirá, disputado el 8 de febrero pasado. La golpiza recibida por los hinchas de su propio club lo llevó a un hospital, donde murió tras permanecer cuatro días en estado de coma. Tenía 32 años y una hija de 11.

Los fenómenos se suceden en distintas épocas y lugares, pero muchas veces cuentan con matrices comunes, donde abundan los negocios oscuros, las prebendas, la violencia como moneda de cambio y la corrupción. Un enfrentamiento entre miembros de una misma hinchada mató a Montaño, mientras los grupos organizados se disputan el poder por la conducción de la tribuna y los negocios que de allí surgen. Los hinchas avanzan en sus negocios a través del fútbol y las autoridades miran para otro lado, desconociendo sus propias responsabilidades.

Ricardo Tarabillo, presidente del Blooming, dijo luego de la muerte de Montaño: “Es un acto totalmente delincuencial. Las peleas en las calles son responsabilidad de la Fiscalía y de la Policía, pero no de Blooming. A las barras las vamos a poner en su sitio en la medida en que molesten en el estadio”. Róger Bello, secretario general de la Liga, informó que en la siguiente reunión del Comité Ejecutivo de la federación ni se trató el tema porque la pelea que terminó con la vida de Montaño se dio lejos del estadio

El enfrentamiento entre los grupos de hinchas del Blooming habría comenzado en 2008, cuando viajaron a presenciar un partido del equipo en Cochabamba. Aquella vez, los miembros de “La Banda 46” no pudieron ingresar al estadio, pero los dirigentes habrían ayudado a “Los Chiflados” a presenciar el partido en directo. La tensión sucede desde entonces.

De esta forma, la violencia no resulta sorpresiva. “Decíamos que nuestros estadios y sus alrededores —que es la misma cosa, porque el problema se origina en diferencias provocadas por el trato que ciertos clubes otorgan a determinados grupos— no verían nunca un acto de barbarie como aquellos que sucedían en países de nuestra región y de los que informábamos sin darle mayor trascendencia. Ni siquiera la proximidad del fútbol argentino, tan ligado al nuestro, con sus decenas de muertos dentro y fuera de los estadios, servía como voz de alerta”, escribió el periodista Lorenzo Carri en el diario La Razón tras la muerte de Montaño.

Al pasar revista a los medios periodísticos, el fenómeno muestra muchas similitudes con el caso argentino, donde los hinchas han alcanzado una alta organización interna y estrecha relación con dirigentes deportivos y políticos. El caso de Angel “Chichi” Pérez es paradigmático de este proceso.

Pérez era un hincha fanático de Oriente Petrolero, que a fuerza de sus vínculos con dirigentes del club y de la política de la zona de Santa Cruz de la Sierra ha ganado poder territorial y dinero a través del uso de la fuerza. Pérez estuvo en la Argentina a comienzos de la década de 1990, donde entabló contacto con integrantes de la hinchada de Boca. Ya de vuelta en Bolivia, se vinculó con la dirigencia del club y con las organizaciones políticas de Santa Cruz, como la Falange Socialista Boliviana (FSB) y la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), contrarias al gobierno de Evo Morales, a quienes vendió sus servicios indistintamente según la oferta del caso.

Pérez trabajó también para la gobernación local, con tareas que iban desde la fiscalización de obras pública hasta el desalojo a la fuerza de vecinos que ocupaban tierras. En 2008 fue encarcelado luego de un tiroteo. Pese a su trabajo para organizaciones opositoras al gobierno nacional de Morales, en 2009, un grupos de barras de Oriente Petrolero liderado por Pérez junto a sus pares del Blooming apoyaron la candidatura a Senador del dirigente campesino Isaac Avalos, del partido Movimiento Al Socialismo, el partido del presidente. "Al final todos luchamos por la igualdad social" dijo entonces Pérez para justificar la volatilidad de sus ideas.


Los hinchas del Blooming recuerdan a Montaño
En Bolivia, la barra del club San José de Oruro, llamada “Los Quirquigans”, debe su nombre a la influencia de los hooligans ingleses en la formación de este grupo. En su página de Facebook, “Los Quirquigans” se reconocen como la primera barra brava de Bolivia, ya que nacieron a fines de los años ´70 con la mirada puesta en los fanáticos del Reino Unido más que en los argentinos. Sin embargo, el panorama boliviano de los grupos de hinchas organizados muestra más similitudes con el caso argentino que al inglés, a tal punto que popularmente se los agrupa bajo el término “barras bravas”, tal como sucede en el Río de la Plata.

Algunas de las barras bolivianas cuentan con buena organización interna, con relaciones aceitadas con dirigentes deportivos y políticos y venden sus servicios de uso de la fuerza bajo la lógica del mercado, lejos de cualquier ideología política. Bien lo sabe la familia de José María Montaño Viera, quien murió a manos de hinchas de su mismo equipo. Argentina guarda sobre sus espaldas el haber exportado prácticas y términos ligados al fútbol, pero en este caso, a lo peor del juego.

3 comentarios:

  1. Una pena que ocurran estas cosas...

    Saludos desde La Escuadra de Mago

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  3. he estado en todas las canchas de bolivia y la barra de wilstermann "los gurkas" si que me parece la mas peligrosa del pais hay mucho delincuente mas parecen barras argentinos y se nota
    que hay mucha droga de por medio

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