El 24 de marzo, la memoria y el deporte

Miguel Sánchez y Avenida del Libertador, en Buenos Aires
Buenos Aires se impregnó con una un nuevo trozo de memoria, que quedará marcado para siempre. Ayer se bautizó Miguel Sánchez al tramo de la calle Crisólogo Larralde, entre las avenidas Del Libertador y Lugones, en homenaje al deportista y poeta tucumano desaparecido el 8 de enero de 1978 por el último gobierno de facto.

Hoy se cumplen 36 años del golpe cívico – militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983, pero esa historia que a veces parece lejana vuelve a cada rato e impregna el presente. Los años pasan pero el presente puede darle un pase a la historia para que la memoria no quede en el rincón del olvido.

Miguel y los 35 deportistas desaparecidos están hoy allí, al lado del Centro Nacional de Alto Rendimiento (Cenard) para que, según afirmó ayer Claudio Morresi, el Secretario de Deportes de la Nación, "cada joven sepa que (Sánchez) fue un excelente deportista comprometido que buscaba una sociedad mas justa".



Aquella sociedad que gobernó la dictadura soportó tormentos atroces, que aún se revelan como fuente inagotable del horror. En 2011, el juez argentino Norberto Oyarbide escuchó la declaración del ex senador peruano Genaro Ledesma Izquieta, quien afirmó que él y otras 12 personas que habían sido secuestradas en su país y trasladadas a la Argentina, fueron recibidas como prisioneros de guerra a cambio del resultado a favor del combinado albiceleste frente a Perú en el Mundial. Aquella vez, el equipo anfitrión necesitaba vencer por 4 goles al combinado peruano para acceder a la final del torneo.

Los 13 dirigentes opositores al gobierno de Francisco Morales Bermúdez llegaron a la Argentina el 25 de mayo de 1978 en un avión militar de su país. Fueron trasladados a un regimiento de la provincia norteña de Jujuy. Luego llegaron a Buenos Aires, donde fueron alojados en centros clandestinos de detención. Por estos hechos, Oyarbide pidió la captura internacional de Morales Bermúdez.

Según Ledesma Izquieta, el dictador argentino Jorge Rafael Videla los había aceptado "como prisioneros de guerra con la condición de que Perú le permita el triunfo de Argentina en el campeonato mundial de fútbol, porque esto tenía importancia para Videla: necesitaban ese triunfo para limpiar la mala imagen de la Argentina en el mundo". Según informó el diario español El País, un periodista peruano también atestiguó la misma versión.

El periodista argentino Ricardo Gotta, autor del libro “Fuimos Campeones”, recuerda allí el diálogo radial entre Videla y Morales Bermúdez luego de la victoria de Perú ante Irán en la primera fase por 4 a 1, en el Mundial de Argentina:

–General, quiero felicitarlo sinceramente por el triunfo que logró su selección. Lo considero un triunfo latinoamericano.

–General, le agradezco la generosidad y las muestras de afecto que reciben mis compatriotas. Estamos en deuda con ustedes...

El final es casi premonitorio de lo que vendría después.

Lo cierto es que las coincidencias entre los dos gobiernos de facto tomaban al deporte como un espacio más donde exponer acuerdos y coincidencias. Como bien reseña Gotta, en esos años existieron condecoraciones mutuas, como la que el gobierno argentino otorgó al general peruano Pedro Richter Prada, a horas del Mundial, y la entrega de Morales Bermúdez al general argentino Emilio Massera de la espada del almirante Guillermo Brown, en septiembre de 1978.

Además esta camaradería, existían los acuerdos políticos que permitían desarrollar el llamado Plan Cóndor, aquel acuerdo entre los gobierno de facto de América del Sur en la década de 1970 para perseguir opositores en los distintos países. La llegada a la Argentina de Ledesma Izquieta se enmarca en estos planes conjuntos. Un tiempo después del partido, el gobierno argentino concedió a Perú un préstamo y un cargamento de 14.000 toneladas de trigo.

Poco después del encuentro del Mundial de 1978, los 13 prisioneros peruanos fueron liberados y partieron a Francia. Morales Bermúdez hoy tiene 90 años y afirmó recientemente que era inocente y que no debía rendir cuentas ante la justicia argentina, sino, en todo caso, ante la de su país.

“Hoy hay más de 250 genocidas cumpliendo condena y cerca de 800 procesados; y Miguel nos mantiene viva la memoria” expresó ayer Claudio Morresi, Secretario de Deportes de la Argentina. Esa memoria que el 24 de marzo retorna con más fuerzas, pero que cada día estará presente en la calle Miguel Sánchez.


La Carrera de Miguel ser realizará en Buenos Aires este 25 de marzo a las 9 horas en la calle Miguel Sánchez y Libertador. También se correrá este 25 de marzo en Mar del Plata y Bariloche. Próximamente habrá carreras en los municipios bonaerenses de Berazategui, Vicente López y Quilmes, en Necochea y en Vedia (Buenos Aires); en San Miguel de Tucumán; en Santa Teresa y Santa Fe capital, en Río Cuarto (Córdoba) y Puerto Madryn (Chubut).

Aquí el documental llamado “El Mundial 78 - La Historia Paralela”:

1 comentario:

  1. Que grande Nestor, que dios lo tenga en la gloria. Por fin un gobierno que no se hace el bolu.. (ojo, no soy kirchnerista, se que no son unos santos).
    Tambien vale decir que son hijos de montoneros... Que sin importar el fin, eran asesinos tambien!

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