La nadadora china Ye Shiwen |
En los últimos años, gracias a un ambicioso plan de inversión y planificación deportiva, China ha disputado a Estados Unidos el dominio del deporte mundial. A su tradicional buen desempeño en deportes como bádminton, gimnasia, tiro, tenis de mesa y levantamiento de pesas, los orientales han comenzado a destacarse de un tiempo a esta parte en disciplinas como la natación, el boxeo y el remo, tradicionalmente ajenas. Las palabras de Leonard se inscriben en esta lucha de las potencias globales por destacarse también en el deporte.
Mientras impulsan los valores amateurs, de igualdad, compañerismo y competencia deportiva, los Juegos Olímpicos se han convertido también en un espacio donde los países disputan su poderío político y económico. La competencia fuera de la competencia, esto es, la disputa general entre países más allá de los enfrentamientos deportivos, adquirió gran importancia durante los años de la Guerra fría, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética encontraron en los Juegos Olímpicos otro espacio donde dirimir el liderazgo mundial. Tras la caída de la URSS, los norteamericanos hicieron un monopolio del primer puesto del medallero desde Atlanta ´96.
El equipo chino de gimnasia, oro en Beijing 2008 |
Con vistas a Beijing 2008, China emprendió un ambicioso programa deportivo para reflejar en el medallero olímpico su creciente poderío económico. Desde 2001, cuando fue elegida como sede, el presupuesto anual para el Ministerio de Deportes se elevó hasta os 714 millones de dólares. Se construyeron 3.000 colegios deportivos donde se entrenaron cerca de 6 millones de personas. Además, se trabajó sobre 400.000 jóvenes que aspirarían a las medallas olímpicas. En 2008, en China, el 37 por ciento de la población de entre 7 y 70 años practicaba algún deporte y más del 60 por ciento de los habitantes de las ciudades participaban de actividades deportivas en los clubes. El deporte se integró al modelo de de desarrollo económico, con el estado como agente motor.
En 2008, los chinos lideraron el medallero con 51 medallas doradas, 15 más que los norteamericanos, que cedieron el primer lugar del podio tras tres Juegos Olímpicos consecutivos. Los asiáticos multiplicaron por 10 las medallas doradas conseguidas en Seúl ´88. Según el total de dinero invertido en los planes deportivos, cada medalla de China tuvo un costo de 102 millones de dólares.
Sin embargo, la presencia en el medallero no necesariamente indica el lugar que la práctica deportiva ocupa en la sociedad de cada país. En Beijing, Noruega se ubicó en el puesto 21 del medallero, con 3 preseas de oro y 10 en total. Adelante, aparecieron países como Jamaica, Kenia y Bielorrusia.
El país escandinavo no luce excesivamente en las grandes citas, pero el deporte está plenamente integrado en la vida de sus habitantes. En Noruega, el estado le asigna a cada habitante el derecho a la práctica deportiva. La inversión es acorde, con cientos de clubes y espacios deportivos, a los que se accede por valores accesibles, construidos para dar forma y práctica a la letra. Los noruegos son, según la Comisión Europea, los habitantes del Viejo Continente que más tiempo pasan haciendo ejercicios físicos, con 13 minutos diarios. El deporte se integra dentro del modelo escandinavo de bienestar, el modelo elegido por estos países del norte de Europa para financiar y organizar sus sistemas de seguridad social, servicios de salud y educación.
En 2008, los chinos lideraron el medallero con 51 medallas doradas, 15 más que los norteamericanos, que cedieron el primer lugar del podio tras tres Juegos Olímpicos consecutivos. Los asiáticos multiplicaron por 10 las medallas doradas conseguidas en Seúl ´88. Según el total de dinero invertido en los planes deportivos, cada medalla de China tuvo un costo de 102 millones de dólares.
Sin embargo, la presencia en el medallero no necesariamente indica el lugar que la práctica deportiva ocupa en la sociedad de cada país. En Beijing, Noruega se ubicó en el puesto 21 del medallero, con 3 preseas de oro y 10 en total. Adelante, aparecieron países como Jamaica, Kenia y Bielorrusia.
El país escandinavo no luce excesivamente en las grandes citas, pero el deporte está plenamente integrado en la vida de sus habitantes. En Noruega, el estado le asigna a cada habitante el derecho a la práctica deportiva. La inversión es acorde, con cientos de clubes y espacios deportivos, a los que se accede por valores accesibles, construidos para dar forma y práctica a la letra. Los noruegos son, según la Comisión Europea, los habitantes del Viejo Continente que más tiempo pasan haciendo ejercicios físicos, con 13 minutos diarios. El deporte se integra dentro del modelo escandinavo de bienestar, el modelo elegido por estos países del norte de Europa para financiar y organizar sus sistemas de seguridad social, servicios de salud y educación.
El Barón Pierre de Coubertin |
El filósofo e historiador Johan Huizinga, estudioso de los juegos y su influencia en distintos ámbito de la sociedad, designa a Inglaterra como la cuna del deporte moderno. Este modelo deportivo surgió en el siglo XVIII en disciplinas como el boxeo y el cricket, a los que se añadieron en el siglo XIX el fútbol, el tenis y el rugby, que dieron más importancia a la preparación atlética y la competición. Un deporte reglamentado, practicado en instituciones educativas, sirvió como forma de control de la violencia social, a la vez que impulsó prácticas pacíficas, higiénicas y de respeto a las normas.
Cierto espíritu prevalece hoy en Londres 2008 de aquellos colegios de la alta sociedad inglesa que promovieron el deporte moderno e inspiraron al Barón Pierre de Coubertin para celebrar los Juegos Olímpicos de la era moderna. Gobiernos con planes sociales que favorecen la práctica deportiva entre sus habitantes también rinden honor Coubertin y llevan con ellos el espíritu del deporte.
Cumplidos casi la mitad de los Juegos, China y Estados Unidos pelean palmo a palmo el liderazgo del medallero. Si se cumplen las predicciones, los orientales se saldrán victoriosos de Londres. Muchos de los buenos efectos que tiene la práctica deportiva no lucen en el medallero de los Juegos Olímpicos, aunque buenos deportistas, con éxitos en la alta competencia, puede inducir la práctica de actividad física. Pero el deporte no es sólo la alta competencia, los mundiales, ni los Juegos Olímpicos. También es el esfuerzo y el sudor de miles de habitantes de cada países, compitiendo contra sí mismos en los clubes y parques de cada ciudad. Ellos juegan sus Juegos Olímpicos todos los días.
Cierto espíritu prevalece hoy en Londres 2008 de aquellos colegios de la alta sociedad inglesa que promovieron el deporte moderno e inspiraron al Barón Pierre de Coubertin para celebrar los Juegos Olímpicos de la era moderna. Gobiernos con planes sociales que favorecen la práctica deportiva entre sus habitantes también rinden honor Coubertin y llevan con ellos el espíritu del deporte.
Cumplidos casi la mitad de los Juegos, China y Estados Unidos pelean palmo a palmo el liderazgo del medallero. Si se cumplen las predicciones, los orientales se saldrán victoriosos de Londres. Muchos de los buenos efectos que tiene la práctica deportiva no lucen en el medallero de los Juegos Olímpicos, aunque buenos deportistas, con éxitos en la alta competencia, puede inducir la práctica de actividad física. Pero el deporte no es sólo la alta competencia, los mundiales, ni los Juegos Olímpicos. También es el esfuerzo y el sudor de miles de habitantes de cada países, compitiendo contra sí mismos en los clubes y parques de cada ciudad. Ellos juegan sus Juegos Olímpicos todos los días.
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